miércoles, 13 de abril de 2022

FRAGMENTOS. LA MUERTE DE VIRGILIO... ENCAJADO EN LA MANANTE RESPIRACIÓN.



[...]

... encajado en la manante respiración de la oscuridad de todas las fuentes de los mundos, sintió el murmullo del mundo, sintió lo natural...

[...]

Inmóvil en la oscuridad estaba el color del aire, sacando inmóvil con el tacto cosa a cosa de las sombras, y pulgada a pulgada, a partir de la ventana, la habitación se volvió habitación, la pared de nuevo pared; al centelleo de las últimas estrellas en la ventana, se destacó el candelabro, negro como un árbol deshojado, colgando aún de sus brazos los restos de la noche.

[...]

Nuevamente se tendía ante él el gran arco de la noche, arrancando por la rojiza bruma infernal y el barullo de voces ante la ventana, subiendo in crescendo a los cráteres de todas las muertes, acompañado por todas las muecas de la muerte y todo el chillar de la muerte, precipitándose en el vacío de la contrita nada, y sin embargo de nuevo recibido por la invocación, imperativamente suave, del nombre por la voz anunciadora, para rezumar ahora, perdiéndose como un tañido de campana, en la luz que se infiltraba con el alba, desembocando en la luz y fluyendo con ella en el alborear, traída con el flujo de la alborada. 


[...]

...—¡Entra en la creación que fue una vez y es nuevamente! ¡Y que tu nombre sea Virgilio: ha llegado tu hora!

 Así había dicho el ángel, terrible de ternura, consolador de tristeza, inaccesible de nostalgia; así lo había oído de labios del ángel, lo había oído como lenguaje dentro del lenguaje, en toda su terrenal sencillez y, oyéndolo, llamado por el nombre y unido al nombre, vio otra vez el ondular de los campos, extendido de orilla a orilla, infinitas las ondas de los frutos, infinitas las ondas de las aguas, ambas bañadas en la fresca, oblicua luz de madrugada, brillando fresca la cercanía, brillando fresca la lejanía; lo vio y siguió luego la dulzura del conocerlo todo y del no conocer, del saberlo todo y de no saber, del sentirlo todo y del no sentir nada; siguió la dulzura del olvidarlo todo, siguió el sueño sin sueños...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog

Un cuervo llamado Bertolino Fragmento Novela EL HACEDOR DE SOMBRAS

  Un cuervo llamado Bertolino A la semana exacta de heredar el anillo con la piedra púrpura, me dirigí a la Torre de los Cuervos. No lo hací...

Páginas