Alessandro Manzoni
Los novios
(Traducción. Itziar Hernández
Rodilla)
Los novios es
la obra más conocida del escritor italiano Alessandro Manzoni, quien la publicó
inicialmente con el nombre de Fermo e
Lucia en 1823, y posteriormente modificó y publicó por entregas desde 1840 a 1842. Cuenta la
historia de una pareja de prometidos, Renzo y Lucia, dos humildes campesinos
que tendrán que enfrentarse a don Rodrigo, el señor del lugar, quien,
encaprichado con la muchacha, tratará de separarlos urdiendo toda clase de
maquinaciones criminales contra la pareja. Después de muchas peripecias y
desventuras, triunfarán los enamorados y volverán a reunirse para celebrar su
tan ansiado matrimonio.
La lucha de los humildes por el
más elemental de los derechos, dio lugar a esta novela histórica que dibujó el
ambiente social de la Lombardía del siglo XVII bajo dominación española con
todos los matices y todas las emociones del alma humana, relatando de manera
sobrecogedora los efectos de la peste y ganando, en definitiva, un lugar
indiscutible entre los grandes clásicos de la literatura universal.
Título original: I
promessi sposi
Alessandro Manzoni, 1842
Traducción y prólogo: Itziar
Hernández Rodilla
Ilustraciones: Francesco Gonin
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
INTRODUCCIÓN
Desde su publicación, Los novios de Alessandro Manzoni ha sido
la inspiración de los italianos de todos los tiempos al margen de su
inclinación política o ideológica. Los
novios ha producido más de quinientas ediciones en italiano, muchísimas
traducciones en diversas lenguas, tres películas, siete obras de teatro,
infinidad de estudios y comentarios, un centro de estudios manzonianos en
Milán, y sigue siendo la más famosa de las novelas italianas, leída en todas
las escuelas. Aunque narra una historia de amores rurales en la Lombardía
durante el siglo XVII, su notorio localismo ejerció sobre los patriotas
italianos la misma atracción que las primeras óperas de Verdi. La influencia de
Virgilio se advierte particularmente en la descripción de los escenarios
naturales así como en su amable y humana actitud frente a la vida. Por la
combinación de sus afanes religiosos, sus formas románticas y su estilo
realista, Manzoni desafía toda comparación con grandes novelistas como León
Tolstói o Dickens.
Proceso de creación de la
novela
La primera edición data de 1827,
la definitiva de 1842. La novela no fue escrita de una sola vez, sino que fue
corregida por Manzoni a lo largo de los años, en un proceso de creación muy
complejo, en el que también su autor llevó a cabo un enorme esfuerzo
lingüístico. La escribió en tres etapas:
— De 1821 a 1823: escribió la
primera versión, en cuatro partes, titulada Fermo
y Lucia, el nombre de los dos protagonistas, y presentaba personajes y
episodios distintos de los de la versión definitiva; estaba narrada en una
lengua mezcla de lombardo, toscano, francés y latín.
— De 1824 a 1827: segunda versión
y publicación de I promessi sposi en
tres tomos, conocida como Ventisettàna
(«del 27»). Esta segunda edición fue publicada en 1827, con el título de Los novios, historia milanesa del siglo XVII,
descubierta y reescrita por Alessandro Manzoni. Tuvo ya un gran éxito.
— De 1827 a 1842: Manzoni no
quedó todavía satisfecho con el resultado obtenido en 1827. Consideró que la
lengua en la que estaba escrita la novela estaba muy vinculada a sus orígenes
lombardos. En consecuencia, ese mismo año marchó a Florencia para, como él
mismo dijo, la «risciacquatura in Arno»,
es decir, el «aclarado en las aguas del Arno», y someter su obra a una revisión
lingüística profunda, inspirada en el modelo florentino. Entre 1840 y 1842,
Manzoni publicó la tercera y última edición de Los novios. También es conocida como la Quarantana («del 40»), la edición definitiva y de referencia.
Argumento de la novela:
protagonismo de los más humildes
No era su intención confeccionar
una novela histórica al modo de Walter Scott, sino un gran tapiz realista sobre
las duras condiciones de vida de la gente sencilla. Por eso, contrariamente a
lo habitual en las novelas de la época, sus protagonistas son dos jóvenes de
condición humilde: un tejedor y una campesina. El transcurso de la historia,
parece decir Manzoni, está en sus manos y no sólo en las de los poderosos.
A primera vista, el argumento del
libro parece, pues, sencillo: Renzo, un campesino huérfano ha pedido la mano de
Lucia, hija única de una madre viuda. En la manera tradicional de la gente de
campo de esos tiempos, conscientes de la autoridad de la Iglesia, hacen planes
para celebrar su matrimonio con la bendición del cura don Abbondio. La víspera
de dicho evento, el sacerdote, que regresaba a casa por un solitario sendero,
es detenido por una banda de criminales al servicio de don Rodrigo —el señor
feudal de la comarca—, quien deseaba a Lucia y lo amenazan si bendice el
matrimonio de los dos jóvenes.
Personajes de la novela
El poder novelístico de Los novios se basa en unos personajes creíbles
y de atractivo perdurable, unos episodios en los que se combinan emotividad y
humor, una prodigiosa descripción ambiental en la que son extraordinariamente
intensas las páginas que narran la peste y sus efectos, «una miseria que
superaba, no sólo las posibilidades de socorro, sino casi diría que las fuerzas
de la compasión». Los personajes principales son:
Renzo Tramaglino es un joven de origen humilde prometido a Lucia, quien lo ama
profundamente. Al principio es bastante ingenuo, pero se va haciendo más hábil
a lo largo de la novela, según va enfrentándose a muchas dificultades: es
separado de Lucia y luego injustamente acusado de ser un criminal.
Lucia Mondella es una joven campesina menos imaginativa, completamente indefensa y
sumisa, como lo eran las mujeres de su condición, y su única alternativa es la
religión y su única defensa, el llanto.
Don Abbondio es
el sacerdote que rechaza casar a Renzo y Lucia porque ha sido amenazado por los
hombres de don Rodrigo; se reencuentra con los protagonistas varias veces a lo
largo de la novela. Es cobarde, moralmente mediocre, y proporciona la mayor
parte del alivio cómico de la novela; sin embargo, no es sólo un personaje
tipo, puesto que sus defectos morales son retratados por Manzoni con una mezcla
de ironía, tristeza y piedad.
Fray Cristoforo es un fraile valiente y generoso que ayuda a Renzo y Lucia, actuando como
una especie de «figura paterna» para ambos y como la brújula moral de la
novela. Fray Cristoforo era un hijo de familia rica y se unió a la orden
capuchina después de matar a un hombre. Más adelante profundizaremos en este
personaje.
Don Rodrigo es
un noble cruel y despreciable y el principal villano de la novela. Decide
evitar por la fuerza el matrimonio entre Renzo y Lucia, amenaza con matar a don
Abbondio si los casa, e intenta secuestrar a Lucia.
El Innominado es probablemente el personaje más complejo de la novela, un poderoso y
temido criminal que se encuentra dividido entre su feroz pasado y el creciente
disgusto que siente hacia su vida. Está basado en un personaje histórico real:
según algunos, alguien que vivió en Bagnolo Cremasco en el siglo XVI; según
otros, se trataría de Francesco Bernardino Visconti, de quien descendía el
propio autor por vía materna: la madre de Manzoni era Giulia Beccaria, hija de
Cesare Beccaria, quien, también por vía materna, era un Visconti.
Agnese es
la madre de Lucia; representa la ignorancia y la sabiduría popular.
Federico Borromeo es un virtuoso y celoso cardenal. El personaje literario está basado en el
personaje histórico del mismo nombre.
Perpetua (ama
de llaves) es la parlanchina sirviente de don Abbondio.
La monja de Monza, Gertrudis, es una figura trágica, una mujer amargada, frustrada y ambigua. Se hace
amiga de Lucia y llega a estimarla sinceramente, pero su oscuro pasado aún la
persigue. El personaje literario está basado en el histórico de Virginia María
de Leyva y será analizado con más profundidad más adelante.
Estructura narrativa: varias
novelas dentro de una
Los novios
parte de la relación amorosa, temporalmente frustrada, ya mencionada, para
adentrarse en los problemas políticos, sociales, económicos y humanos de la
década de 1620 en la Italia del norte. Con este telón de fondo desfilan todos
sus personajes cuyas características humanas —el orgullo y la humildad, la
cobardía y el valor, el abuso y la sumisión, la agresividad y la mansedumbre,
la fuerza y la debilidad, la violencia y la paz— se enfrentan en constante
lucha.
Uno de los aspectos más
interesantes del libro es que muchos de los personajes que aparecen en él, dan
pie para que el autor inicie una nueva historia. Manzoni se entretiene creando
nuevos escenarios y relatos, abandonando aparentemente el argumento principal,
pero recuperando sin problemas el hilo de lo que dejó suelto en páginas, o a
veces capítulos anteriores, manteniendo una admirable unidad y cohesión en la
novela. Por eso Italo Calvino señaló que Los
novios puede ser considerada como una «polinovela», en la que varias
novelas se cruzan entre sí.
Los críticos que ven en Renzo y
Lucia unos personajes unidimensionales no se equivocan. Los dos jóvenes son
estereotipos que no ven más allá de sus sentimientos recíprocos, ni de las
limitadas enseñanzas morales recibidas de un cura de pueblo. A pesar de su
aparente importancia en la novela, no son la mejor creación de Manzoni. Los
personajes creados con meticulosidad son el capuchino Cristoforo y la abadesa
Gertrudis. Sus historias son novelas dentro de la novela principal. Es en
ellos, más que en otros personajes, en donde se manifiesta la capacidad
creativa y narrativa de Manzoni. Los dos personajes son una antítesis: mientras
uno vive fielmente el espíritu del cristianismo, la otra vive de las
apariencias.
De fray Cristoforo —nacido con el
nombre de Lodovico— narra que es hijo de un exitoso comerciante cuyo sueño fue
educar al hijo con los beneficios que le proporcionaba el dinero. Cristoforo
era adulado por la gente de su servicio, pero rechazado por la clase a la que
aspiraba pertenecer. En un infortunado encuentro con un noble que no le cede el
paso, un sirviente suyo llamado Cristoforo muere a manos del noble. Lodovico no
ve otra alternativa que vengar la muerte de su sirviente y mata al noble. En
lugar de huir se queda paralizado ante su delito. Para protegerlo, lo llevan a
un monasterio de capuchinos donde cambia su vida, adoptando el nombre del
asesinado sirviente. Allí dedica su vida a la penitencia y se pone al servicio
de los débiles, no sólo facilitando el reencuentro de los novios a través de
singulares peripecias, sino al servicio de los apestados en el lazareto de
Milán cuando cunde la plaga y donde él mismo muere contagiado por ella.
La abadesa Gertrudis se nos
presenta como la víctima de una educación viciada, de una manipulación paterna
cruel y de unas limitaciones despiadadas para el desarrollo de su personalidad,
lo cual obligadamente produce en ella un desequilibrio emocional y mental que
se expresa en el trato inhumano a los otros. Los acontecimientos que conforman
la vida de Gertrudis están brillantemente tratados por Manzoni, desde que a una
tierna edad se ingresa en un convento con el pretexto de que allí aprendería lo
que una mujer de su alta condición necesitaba saber para ocupar su sitio en la
sociedad. Allí por su rango, es mimada por todas las monjas. Lo que más aprende
Gertrudis es a ser privilegiada. Pero su estancia en el convento no es temporal
como ella pensaba: su padre, inmune al lamento filial, decide encerrarla porque
no tiene suficiente dinero para una dote y darla en matrimonio a un hombre de condición
inferior es impensable. Después de un atormentado episodio en el que es
Gertrudis es víctima de una trampa de su padre, es recluida en el convento
convirtiéndose en un monstruo incapaz de practicar ninguna de las virtudes
cristianas. En esas manos cae Lucia, buscando refugio a la persecución de don
Rodrigo. Al saberla deseada y querida por un hombre se agiganta en Gertrudis la
envidia y no tarda en encontrar ayuda en el criminal más salvaje de la comarca
para secuestrarla y servirle como en bandeja de plata, por así decirlo, al
deseo de don Rodrigo. El llanto y la virtud de Lucia, sacuden al empedernido
criminal, quien renuncia a su vida de pecado y se encarga de que la virginal
muchacha llegue sana y salva a los brazos de su futuro esposo, Renzo. El
personaje de Gertrudis anticipa el realismo y naturalismo literario de
escritores posteriores, como Flaubert, Zola o Clarín, cuyas novelas están
protagonizadas por personajes de gran complejidad psicológica.
Presencia de la religión
El libro no es una apología del
catolicismo, sino una aproximación ética a la vida; insiste en el cristianismo
porque encuentra en él el camino para una mejor forma de convivencia humana,
sin hacer daño al prójimo y sirviéndolo cuando lo necesite. Manzoni reconcilia
el cristianismo con los principios fundamentales del humanismo liberal.
Lo admirable es que un escritor
de esa época reivindicara los valores cristianos en un momento en que en Europa
imperaba entre los intelectuales el libre pensamiento y el anticlericalismo. La
vida de Alessandro fue atormentada y difícil, empezando porque él era fruto de
una relación extramatrimonial de su madre. Manzoni se educó en un ambiente
liberal, cuando su madre, separada de su marido, le llevó a vivir en París
donde vivía con su amante. El joven Manzoni se nutrió de las corrientes
anticatólicas del círculo literario de los llamados «ideólogos», movimiento
filosófico del siglo XIX, pero una vez vuelto a Italia dio un giro de 180
grados y se convirtió en un ardiente defensor de los valores del cristianismo
puro (jansenismo). La conversión de su esposa, calvinista, le causó una gran
impresión y le marcó definitivamente.
A Manzoni le preocuparon siempre
los abusos del poder y el privilegio, las consecuencias del orgullo y la mala
educación. Vio claramente las diferencias entre lo esencial y lo superfluo del
cristianismo, las consecuencias del mal gobierno, causas del hambre y de
tumultos sangrientos. Su sentido de la justicia es insólito para la época.
Retrato de la peste milanesa
de 1630
No es menos elocuente al hablar
de los horrores de la guerra y la peste que causaron la muerte de un millón de
personas en Lombardía, Venecia, el Piamonte, la Toscana y parte de la Romagna.
Las consecuencias de la guerra
quedan reflejadas perfectamente en la novela: campos destrozados, cosechas
destruidas, casas quemadas, surgen de la pluma de Manzoni, golpeando al lector
con el despropósito y la locura de esa guerra, que como todas se enreda en un
laberinto de necedades. A la guerra le sigue la peste que adquiere las
dimensiones de un personaje principal. Ni ricos, ni poderosos podían
considerarse al margen de su azote; el contagio no sólo era posible por el
contacto, sino por las casi inexistentes medidas higiénicas de la población. En
este episodio Manzoni usa datos históricos precisos para enriquecer el relato
de este singular azote que comenzó a finales de 1629 en Milán: el número de
muertos en el lazareto llegó a tres mil diarios. El realismo de la descripción
es estremecedor y dantesco. Se moría de la peste, se moría del hambre; morían
niños cuyas madres habían muerto; morían quienes ayudaban a los apestados, los
que gobernaban, los viejos y jóvenes por igual. Toda la ciudad de Milán era una
morgue. En medio de la catástrofe se desató la maldad: algunos robaban la ropa
infectada para propagar la enfermedad entre sus enemigos y no se perdía la
ocasión de vengarse de ellos.
Como en otras obras del género,
se plantea también en Los novios la
oportunidad y los condicionamientos de la novela histórica, en la que por
subrayar sólo un aspecto, el espacio que se dedica a las descripciones
paisajísticas suele ser siempre de una jugosa calidad. Muy ricas son las
impresiones que Manzoni recoge de los incomparables valles que se extienden
entre los lagos de Como y Mayor y que Umberto Eco ha calificado de
«cinematográficas».
La crítica posterior
A pesar todo lo dicho hasta
ahora, la novela ha sido objeto de gran controversia. Se le reprocha a Manzoni
el haber puesto más interés en la historia que en la literatura; se le tacha de
tener una filosofía extrema que le mueve a interpretar el mundo sólo en blancos
y negros, haciendo que sus protagonistas sean buenos o malos, de acuerdo con el
grado en el que vivan el cristianismo y que, por lo tanto, sus personajes son
unidimensionales, y nos interesan como representantes de unos principios más
que como individuos en sí. Según Benedetto Croce, la sabiduría del moralista
limitó las posibilidades de Manzoni como artista y lo llevó a que en su novela
comprimiera la complejidad de las pasiones humanas. Georg Lukács apuntó que
Manzoni escribió una verdadera novela histórica en la que sus contemporáneos
podían experimentar su propia pre-historia. Las condiciones de Italia a
principios del siglo XIX, no eran muy diferentes de las que trata Manzoni a
principios del siglo XVII. Lukács señalaba que el amor, separación y reunión de
los dos jóvenes campesinos se transformaba en una tragedia general de los
italianos que vivían en un estado de degradación y fragmentación. Al estar
Italia ocupada por los austriacos cuando Manzoni escribió Los novios, el escritor podía ver la historia repetida ante sus
ojos y no tuvo que recurrir a tenebrosas invenciones y exageraciones que eran
comunes en todos los demás escritores del Romanticismo.
En cualquier caso, nos
encontramos ante la obra de un autor al que sólo le aventaja en bibliografía el
mismísimo Dante y que acaso encontró en su «larga novela» el medio ideal para
librarse de sus frustraciones de poeta menor. La riqueza, la armonía, y la
fluidez de la lengua toscana, con sus frecuentes giros de elevado lirismo
poético, hacen de la obra de Manzoni un deleite literario. El autor es además,
un maestro en la capacidad de entretejer y conectar elementos aparentemente
diversos para formar una unidad narrativa que no deja ningún cabo suelto. Nadie
puede negar a Manzoni el lugar destacado que el pueblo italiano le ha dado en
su parnaso.
CRONOLOGÍA
1785: Alessandro Manzoni nació en
Milán el 7 de marzo. Era hijo de Giulia Beccaria, concebido tras una relación
extramatrimonial con Giovanni Verri, pero en el Registro Civil consta como su
padre el esposo de Giulia, el conde Pietro Manzoni.
1792: Sus padres rompieron su
matrimonio y su madre comenzó una relación con el intelectual Carlo Imbonati,
trasladándose a Inglaterra y luego a París. Por esta razón, Alessandro fue
educado en Italia en varios institutos religiosos, y asistió a la Universidad
de Pavía.
1803-1805: El
joven Manzoni vive con su anciano padre don Pietro, y se mueve en el ambiente
iluminista de la aristocracia y la alta burguesía de Milán. Escribe El triunfo de la libertad, Adda, Los cuatro
sermones en los que se ve la influencia de Monti y de Parini, pero también
los ecos de Virgilio y Horacio.
1805: Muere su padre, y se une al
círculo de intelectuales (los ideólogos) de su madre en Auteuil, Francia. Le
influye Claude Charles Fauriel y se acerca al credo anticatólico del
volterianismo.
1806-1807: En
Auteuil escribe sus primeras poesías; una titulada Urania, y otra elegía en verso libre, dedicada al conde Carlo
Imbonati, de quien, heredó la villa de Brusuglio (Lombardía), desde entonces su
vivienda habitual.
1808: Se casa con Henriette Manzoni
Blondel, hija de un banquero ginebrino, y calvinista, pero en 1810 se convierte
al catolicismo romano.
1812-1822:
Escribe Himnos sagrados, una serie de
versos de carácter religioso, y un tratado sobre la moral católica, cercano al
jansenismo. Goethe hace un juicio muy favorable en la revista Über Kunst und Alterthum.
1818: Tiene que vender su herencia
paterna, al sufrir una estafa de manos de agente deshonesto.
1819: Publica su primera tragedia, El conde de Carmañola. Fue duramente
criticada, sin embargo, Goethe la volvió a defender.
1821: La muerte de Napoleón, le
inspira su Cinco de Mayo, una de las
composiciones más populares de la lengua italiana. También escribe Marzo de 1821, una oda sobre la
insurrección contra los austriacos.
1822: Termina, en septiembre, la
primera versión de Los novios,
titulada Fermo e Lucia. Publica su
segunda tragedia, Adelchi, que
contiene muchas alusiones veladas a la ocupación austriaca.
1825-1827:
Periodo en que esta primera versión de Los
novios es revisada por sus amigos, publicándose a razón de un volumen por
año. Esta obra consagra definitivamente a Manzoni.
1833: Muerte de su esposa, precedida
y seguida por las de algunos de sus hijos (de los nueve hijos de sus dos
matrimonios, sólo le sobrevivieron dos).
1837: Manzoni se casa de nuevo, con
Teresa Borri, viuda del conde Stampa.
1840: Se traslada a vivir a
Florencia, donde revisa laboriosamente Los
novios.
1842: Publica el ensayo La historia de la columna infame, donde
retoma el tema de la peste.
1850: Escribe Sobre la novela histórica y Sobre la invención.
1859: Es nombrado presidente del
Instituto Lombardo de Ciencias, Letras y Artes. El rey Víctor Manuel, por
decreto del ministro Rattazzi, le concede el Gran Cordón de la Orden de la SS.
Mauricio y Lázaro, otorgándole una renta vitalicia anual de doce mil libras.
1860: El rey Víctor Manuel II lo
nombra senador del primer gobierno del recién unificado Reino de Italia. Recibe
la visita de Cavour.
1862: Conoce a Giuseppe Garibaldi.
1867: Escribió el ensayo Testamento.
1869: Escribió un breve tratado sobre
la lengua italiana (Sobre la unidad de la
lengua y los medios para difundirla).
1873: La muerte de su hijo mayor,
Pier Luigi el 28 de abril, fue el golpe final que apresuró su fin. Muere el 22
de mayo.
1874: Giuseppe Verdi compuso la Misa de réquiem, en el primer
aniversario de su muerte, para honrar su memoria.
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