CORRER EL TUPIDO VELO. Páginas: 41-42. Pilar Donoso.
Editorial Alfaguara. 2010. España.
“Cuando conoció a mi madre, aunque tenía treinta y siete años, mi padre ya era un viejo. Siempre se sintió atraído por la vejez. Desde niño observaba a los ancianos, habla con ellos, interrogándolos sobre sus vidas. Diría que casi no fue un niño, era un viejo – niño. Le gustaba seguirlos a todas partes, casi embrujado. En un cuaderno explica el porqué de esta atracción: por su ceceo, por su cojera, por ese aroma tan particular que tienen los que transitan cerca de la muerte.
Tal era su atracción que siempre se interesó, con especial hincapié, en analizar la vida de grandes creadores durante sus años de vejez”.
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