viernes, 15 de febrero de 2013

MARCO AURELIO: MEDITACIONES.



BIBLIOTECA CLASICA CREDOS, 5
MARCO AURELIO
MEDITACIONES
INTRODUCCIÓN DE
CARLOS GARCÍA GUAL
TRADUCCIÓN Y NOTAS DE
RAMÓN BACH PELLICER
EDITORIAL CREDOS
Asesor para la sección griega: CARLOS GARCÍA GUAL.
Según las normas de la B. C. G., la traducción de este volumen ha sido
revisada por CARLOS GARCÍA GUAL.
EDITORIAL GREDOS, S. A.
Sánchez Pacheco, 85, Madrid, 1977.
www.editorialgredos.com
PRIMI-RA LDICIÓN, 1977.
S."* RI;IMPRI:SIÓN.



LIBRO II
1. Al despuntar la aurora, hazte estas consideraciones
previas: me encontraré con un indiscreto, un ingrato, un
insolente, un mentiroso, un envidioso, un insociable. Todo
eso les acontece por ignorancia de los bienes y de los males.
Pero yo, que he observado que la naturaleza del bien
es lo bello, y que la del mal es lo vergonzoso, y que la
naturaleza del pecador mismo es pariente de la mía, porque
participa, no de la misma sangre o de la misma semilla,
sino de la inteligencia y de una porción de la divinidad,
no puedo recibir daño de ninguno de ellos, pues
ninguno me cubrirá de vergüenza; ni puedo enfadarme con
mi pariente ni odiarle. Pues hemos nacido para colaborar,
al igual que los pies, las manos, los páφados, las hileras
de dientes, superiores e inferiores. Obrar, pues, como adversarios
los unos de los otros es contrario a la naturaleza.
Y es actuar como adversario el hecho de manifestar indignación
y repulsa.

2. Esto es todo lo que soy: un poco de carne, un breve
hálito vital, y el guía interior. ¡Deja los libros! No te dejes
distraer más; no te está permitido. Sino que, en la idea de
que eres ya un moribundo, desprecia la carne: sangre y
6 0 Mlii:)ITACI()NliS
polvo, huesecillos, fino tejido de nervios, de diminutas
venas y arterias. Mira también en qué consiste el hálito
vital: viento, y no siempre el mismo, pues en todo momento
se vomita y de nuevo se succiona. En tercer lugar,
pues, te queda el guía interior. Reflexiona así: eres viejo;
no consientas por más tiempo que éste sea esclavo, ni que
siga aún zarandeado como marioneta por instintos egoístas,
ni que se enoje todavía con el destino presente o recele
del futuro.

3. Las obras de los dioses están llenas de providencia,
las de la Fortuna no están separadas de la naturaleza o de la
trama y entrelazamiento de las cosas gobernadas por la Providencia.
De allí fluye todo. Se añade lo necesario y lo conveniente
para el conjunto del universo, del que formas parte.
Para cualquier parte de naturaleza es bueno aquello que colabora
con la naturaleza del conjunto y lo que es capaz de
preservarla. Y conservan el mundo tanto las transformaciones
de los elementos simples como las de los compuestos.
Sean suficientes para ti estas reflexiones, si son principios
básicos. Aparta tu sed de libros, para no morir gruñendo, sino
verdaderamente resignado y agradecido de corazón a los
dioses.

4. Recuerda cuánto tiempo hace que difieres eso y
cuántas veces has recibido avisos previos de los dioses
sin aprovecharlos. Preciso es que a partir de este momento
te des cuenta de qué mundo eres parte y de qué
gobernante del mundo procedes como emanación, y comprenderás
que tu vida está circunscrita a un período de
tiempo limitado. Caso de que no aproveches esta oportunidad
para serenarte, pasará, y tú también pasarás, y ya
no habrá otra.
LIBRO II 61

5. A todas horas, preocúpate resueltamente, como romano
y varón, de hacer lo que tienes entre manos con puntual
y no fingida gravedad, con amor, libertad y justicia, y
procúrate tiempo libre para liberarte de todas las demás distracciones.
Y conseguirás tu propósito, si ejecutas cada acción
como si se tratara de la última de tu vida, desprovista
de toda irreflexión, de toda aversión apasionada que te alejara
del dominio de la razón, de toda hipocresía, egoísmo y
despecho en lo relacionado con el destino. Estás viendo cómo
son pocos los principios que hay que dominar para vivir
una vida de curso favorable y de respeto a los dioses. Porque
los dioses nada más reclamarán a quien observa estos
preceptos.

6. ¡Te afrentas, te a f r e n t a s a l m a mía! Y ya no tendrás
ocasión de h o n r a r t e ¡ B r e v e es la vida para cada uno! Tú,
prácticamente, la has consumido sin respetar el alma que te
pertenece, y, sin embargo, haces depender tu buena fortuna
del alma de otros.

7. No te arrastren los accidentes exteriores; procúrate
tiempo libre para aprender algo bueno y cesa ya de girar
como un trompo. En adelante, debes precaverte también de
otra desviación. Porque deliran también, en medio de tantas
ocupaciones, los que están cansados de vivir y no tienen
blanco hacia el que dirijan todo impulso y, en suma, su imaginación.
^^ Aceptamos, siguiendo a Farquharson, la corrección de Gataker. A.
I. Trannoy prefiere la inteφretación de M. Puech, y traduce por imperativo
las dos formas verbales yuxtapuestas que inician el párrafo.
La traducción se basa en un texto en parte conjetural. Según otra
posible versión: «¡Bien, cada uno tiene su vida!»
6 2 MliDITACIONlLS

8. No es fácil ver a un hombre desdichado por no haberse
detenido a pensar qué ocurre en el alma de otro. Pero
quienes no siguen con atención los movimientos de su propia
alma, fuerza es que sean desdichados.

9. Es preciso tener siempre presente esto: cuál es la naturaleza
del conjunto y cuál es la mía, y cómo se comporta
ésta respecto a aquélla y qué parte, de qué conjunto es; tener
presente también que nadie te impide obrar siempre y decir
lo que es consecuente con la naturaleza, de la cual eres
parte.

10. Desde una perspectiva filosófica afirma Teofrasto^^
en su comparación de las faltas, como podría compararlas
un hombre según el sentido común, que las faltas cometidas
por concupiscencia son más graves que las cometidas por
ira. Porque el hombre que monta en cólera parece desviarse
de la razón con cierta pena y congoja interior; mientras que
la persona que yerra por concupiscencia, derrotado por el
placer, se muestra más flojo y afeminado en sus faltas. Con
razón, pues, y de manera digna de un filósofo, dijo que el
que peca con placer merece mayor reprobación que el que
peca con dolor. En suma, el primero se parece más a un
hombre que ha sido víctima de una injusticia previa y que se
ha visto forzado a montar en cólera por dolor; el segundo
se ha lanzado a la injusticia por sí mismo, movido a actuar
por concupiscencia.
^^ Teofrasto, discípulo de Platón y Aristóteles. Éste le nombró su sucesor
en la jefatura del Liceo y tutor de su hijo Nicómaco. Escritor fecundo,
y científico. Autor de los Caracteres, tratado en el que caricaturiza a
treinta tipos, poniendo de manifiesto su agudo sentido de observación
con su punzante ironía.
LIBRO II 63

11. En la convicción de que puedes salir ya de la vida,
haz, di y piensa todas y cada una de las cosas en consonancia
con esta idea. Pues alejarse de los hombres, si existen
dioses, en absoluto es temible, porque éstos no podrían sumirte
en el mal. Mas, si en verdad no existen, o no les importan
los asuntos humanos, ¿a qué vivir en un mundo vacío
de dioses o vacío de providencia? Pero si existen, y les importan
las cosas humanas, y han puesto todos los medios a
su alcance para que el hombre no sucumba a los verdaderos
males. Y si algún mal quedara, también esto lo habrían previsto,
a fin de que contara el hombre con todos los medios
para evitar caer en él. Pero lo que no hace peor a un hombre,
¿cómo eso podría hacer peor su vida? Ni por ignorancia
ni conscientemente, sino por ser incapaz de prevenir o corregir
estos defectos, la naturaleza del conjunto lo habría consentido.
Y tampoco por incapacidad o inhabilidad habría
cometido un error de tales dimensiones como para que les
tocaran a los buenos y a los malos indistintamente, bienes y
males a partes iguales. Sin embargo, muerte y vida, gloria e
infamia, dolor y placer, riqueza y penuria, todo eso acontece
indistintamente al hombre bueno y al malo, pues no es ni
bello ni feo. Porque, efectivamente, no son bienes ni males.

12. ¡Cómo en un instante desaparece todo: en el mundo,
los cueφos mismos, y en el tiempo, su memoria! ¡Cómo es
todo lo sensible, y especialmente lo que nos seduce por placer
o nos asusta por dolor o lo que nos hace gritar por orgullo;
cómo todo es vil, despreciable, sucio, fácilmente destructible
y cadáver! ¡Eso debe considerar la facultad de la
inteligencia! ¿Qué son esos, cuyas opiniones y palabras
procuran buena fama^^...? ¿Qué es la muerte? Porque si se
^^ [y deshonor] según suple Farquharson.
6 4 MliDITACIONlLS
la mira a ella exclusivamente y se abstraen, por división de
su concepto, los fantasmas que la recubren, ya no sugerirá
otra cosa sino que es obra de la naturaleza. Y si alguien teme
la acción de la naturaleza, es un chiquillo. Pero no sólo
es la muerte acción de la naturaleza, sino también acción
útil a la naturaleza. Cómo el hombre entra en contacto con
Dios y por qué parte de sí mismo, y, en suma, cómo está
dispuesta esa pequeña parte del hombre.

13. Nada más desventurado que el hombre que recorre
en círculo todas las cosas y «que indaga», dice, «las
profundidades de la tierra» y que busca, mediante
conjeturas, lo que ocurre en el alma del vecino, pero sin
darse cuenta de que le basta estar junto a la única divinidad
que reside en su interior y ser su sincero servidor. Y
el culto que se le debe consiste en preservarla pura de
pasión, de irreflexión y de disgusto contra lo que procede
de los dioses y de los hombres. Porque lo que procede
de los dioses es respetable por su excelencia, pero lo que
procede de los hombres nos es querido por nuestro parentesco,
y a veces, incluso, en cierto modo, inspira compasión,
por su ignorancia de los bienes y de los males,
ceguera no menor que la que nos priva de discernir lo
blanco de lo negro.

14. Aunque debieras vivir tres mil años y otras tantas
veces diez mil, no obstante recuerda que nadie pierde
otra vida que la que vive, ni vive otra que la que
pierde. En consecuencia, lo más largo y lo más corto
confluyen en un mismo punto. El presente, en efecto,
es igual para todos, lo que se pierde es también igual, y
^^ Palabras de Píndaro, citado por PI.ATÓN en el Teeteto, 174 b.
LIBRO III 65
lo que se separa es, evidentemente, un simple instante.
Luego ni el pasado ni el futuro se podría perder, porque
lo que no se tiene, ¿cómo nos lo podría arrebatar alguien?
Ten siempre presente, por tanto, esas dos cosas:
una, que todo, desde siempre, se presenta de forma igual
y describe los mismos círculos, y nada importa que se
contemple lo mismo durante cien años, doscientos o un
tiempo indefinido; la otra, que el que ha vivido más
tiempo y el que morirá más prematuramente, sufren idéntica
pérdida. Porque sólo se nos puede privar del presente,
puesto que éste sólo posees, y lo que uno no posee,
no lo puede perder.

15. «Que todo es opinión»Evidente es lo que se dice
referido al cínico Mónimo^^. Evidente también, la utilidad
de lo que se dice, si se acepta lo sustancial del dicho, en la
medida en que es oportuno.

16. El alma del hombre se afrenta, sobre todo, cuando,
en lo que de ella depende, se convierte en pústula y
en algo parecido a una excrecencia del mundo. Porque
enojarse con algún suceso de los que se presentan es
una separación de la naturaleza, en cuya parcela se albergan
las naturalezas de cada uno de los restantes seres.
En segundo lugar, se afrenta también, cuando siente
aversión a cualquier persona o se comporta hostilmente
con intención de dañarla, como es el caso de las naturalezas
de los que montan en cólera. En tercer lugar, se
afrenta, cuando sucumbe al placer o al pesar. En cuarto
lugar, cuando es hipócrita y hace o dice algo con fic-
MI:NANDRO, f r a g m e n t o 2 4 9 KOCK.
^^ Mónimo, filósofo cínico, discípulo de Diógenes y Grates.
6 6 MliDITACIONliS
ción O contra la verdad. En quinto lugar, cuando se desentiende
de una actividad o impulso que le es propio,
sin perseguir ningún objetivo, sino que al azar e inconsecuentemente
se aplica a cualquier tarea, siendo así
que, incluso las más insignificantes actividades deberían
llevarse a cabo referidas a un fin. Y el fin de los
seres racionales es obedecer la razón y la ley de la ciudad
y constitución más venerable.

17. El tiempo de la vida humana, un punto; su sustancia,
fluyente; su sensación, turbia; la composición del
conjunto del cueφO, fácilmente corruptible; su alma, una
peonza; su fortuna, algo difícil de conjeturar; su fama,
indescifrable. En pocas palabras: todo lo que pertenece
al cueφo, un río; sueño y vapor, lo que es propio del alma;
la vida, guerra y estancia en tierra extraña; la fama
póstuma, olvido. ¿Qué, pues, puede darnos compañía?
Única y exclusivamente la filosofía. Y ésta consiste en
preservar el guía"^^ interior, exento de ultrajes y de daño,
dueño de placeres y penas, sin hacer nada al azar, sin
valerse de la mentira ni de la hipocresía, al margen de lo
que otro haga o deje de hacer; más aún, aceptando lo que
acontece y se le asigna, como procediendo de aquel lugar
de donde él mismo ha venido. Y sobre todo, aguardando
la muerte con pensamiento favorable, en la convicción
de que ésta no es otra cosa que disolución de elementos
de que está compuesto cada ser vivo. Y si para los mismos
elementos nada temible hay en el hecho de que cada
uno se transforme de continuo en otro, ¿por qué recelar
de la transformación y disolución de todas las cosas? Pues
El daímon o genio o divinidad.
LIBRO III 67
esto es conforme a la naturaleza, y nada es malo si es
conforme a la naturaleza.
En Camunto'^^
Ciudad de Panonia situada junto al río Danubio, residencia habitual
de Marco Aurelio durante la campaña de 170-174, en la que asumió personalmente
las funciones de j e f e del ejército. Según Farquharson, esta localización
debe encabezar el libro siguiente.

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