sábado, 12 de agosto de 2017

NOVELA: APOLLO. (HISTORIA DE UNA NOSTALGIA).


NOVELA APOLLO: (HISTORIA DE UNA NOSTALGIA). Por: J. Méndez-Limbrick.

Cuando estaba en el colegio escuché una pregunta y definición de mi profesora de: “¿Qué es Literatura?”. Dijo que la Literatura es: “el encuentro de dos almas”. Quizá la definición parezca simplona e incluso un poco “cursi”. Sin embargo, han pasado casi 5 décadas de aquella definición y la verdad, creo que en efecto, aún cuando sea bastante sencillo el concepto, la misión de la literatura, la misión del lenguaje es: la comunicación.
El arte de la palabra es la comunicación, el mensaje que lleva implícito el signo lingüístico es la transmisión de sentimientos, crear mundos, que nos sintamos en pocas palabras identificados con lo que estamos leyendo: la obra literaria gusta o no gusta.
A lo anterior tenemos que añadirle –y quizá como una verdad de perogrullo como decimos los abogados- que la Literatura tiene por misión crear un mundo a partir del lenguaje.
De ahí, que me disgustara en una ocasión escuchar a un Catedrático de Filología decir que la Literatura es “embuste”. Por supuesto que la Literatura no es embuste porque, crea un mundo a partir del lenguaje, crea un universo que es real dentro de sus propias leyes o lo que se llama lo verosímil del relato.
Apollo – es a mi parecer- un texto que engloba todo lo anterior: la comunicación por medio del lenguaje, el arte de la palabra. APOLLO es ese mundo de palabras que se va construyendo como una hermosa catedral gótica y que, nos hace irnos adentrando poco a poco en el mundo de Shaíto y de Gustavo, los protagonistas de la historia.
Apollo posee la facultad, el privilegio, la posibilidad – como toda obra literaria – de construir un cosmos mágico del adolescente (en este caso Shaíto) y su primo Gustavo o “Tavito”. Los diálogos son constantes, unos diálogos ágiles que le dan fuerza e interés a la narración. Esa es una de las virtudes que tiene la novela: unos diálogos no cajoneros, por el contrario son diálogos jocosos, inteligentes, y que incluso llaman a la reflexión del lector acercándonos a un mundo rico en acontecimientos de todo tipo –políticos, científicos, movimientos culturales y de protesta como la época de los hippies que queda plasmada en la narración del campus universitario cuando un grupo de jóvenes interpela a las autoridades policiales de querer violar la autonomía universitaria dado que unos hippies recurren al cobijo de la universidad y, se refugian en su territorio para quedar impunes del delito por fumar marihuana y de una protesta en contra de la violencia: signos visibles de una segunda mitad del siglo pasado como fueron los años 60 en una memoria colectiva.
Apollo es una historia que se monta y se desmonta en el contexto de los años 60 e inicios de los años 70 del siglo XX.
El autor ha escogido hábilmente un momento histórico rico en matices, convulso, período interesante en donde las ideas de todo tipo están en ebullición tanto en Europa como en América: basta recordar unos pasajes de Apollo en donde se hace referencia a la revolución cultural y social de mayo del 68 en Francia.
Los referentes históricos, las anécdotas están a lo largo de las 285 páginas de este mundo proustiano. Y digo, no en forma gratuita mundo proustiano: lo señalo porque, Apollo posee la posibilidad y la habilidad de sumergirnos desde la primera hasta la última página en un universo melancólico, en donde proliferan las anécdotas y los citas musicales, científicas, de erudición. Allí nos encontraremos referentes musicales desde: los beatles, Sergio Endrigo, Rabi Sankar, Santana, etc.
Igual se habla del cine y política, de aquellos años convulsos de la Guerra Fría. Nada escapa a esa pupila abarcadora de ambos primos.
La novela se divide en 5 acápites como un corpus armónico en donde todas las partes se van uniendo en un fino tejido de remembranzas que tienen como hilo conductor los vuelos espaciales Geminis y Apollo que culminarán la historia con el alunizaje de los norteamericanos en el año 1969 y de una carrera espacial entre la ya desaparecida URSS y USA. Y por supuesto no faltan los espías y los contra-espías en el marco de la Guerra Fría y su famosa “cortina de hierro” como definiría al bloque comunista Churchill.
Rica en matices, no existe nada que se le escape al ojo escrutador y mágico del narrador principal Shaíto y su contertulio y cuestionador primo Tavito, quién realiza preguntas de todo tipo. No por ser menor Tavito será ajeno a las especulaciones.
Los personajes y las referencias históricas son abundantes, exageradamente abundantes pero, no por ello cansan. Al contrario, el autor ha tenido la habilidad de insertar en los diálogos o episodios de cada acápite citas musicales de obras clásicas como populares, e igual se hace alusión a películas de los años 70 como “Benjamín o el despertar de un joven” que en lo particular me hizo mucha gracia y más que gracia me identifiqué con Shaíto cuando una bella mujer cuarentona y vecina tiene un affaire con el protagonista principal y a quien llama una y otra vez Benjamín haciendo referencia a la película en mención.
En cuanto a Gustavo es el niño inteligente y preguntón –reitero - que interpela una y otra vez a su primo mayor de todo cuanto sucede a su alrededor y en cuanto los acontecimientos mundiales.
Apollo es un texto con un estilo anecdótico pero, lo más importante que la anécdota o todas las anécdotas son contadas con humor fino e inteligente, las conversaciones de los primos son siempre acompañadas por acontecimientos e información de todo tipo como ya dije anteriormente.
Frase corta, punzante, de bellas metáforas, es lo que se observa en Apollo.
Otro rasgo que me llamó profundamente la atención es el símbolo de la Luna (Selene) como un símbolo de nostalgia, misterio, e incluso de erotismo como cuando se hace referencia a Barbarella reina del Espacio. (Y que yo en lo particular me recuerdo cuando la estrenaron en el ya perdido en el tiempo Cine Rex y hoy convertido en una MacDonalds).
No recuerdo en la narrativa nacional una obra tan particular y tan original como la de Gonzálo.
Apollo no solo entretiene, sino que es testigo de los años 60 del siglo pasado. Apollo es una obra que tiene la virtud –otro rasgo que la caracteriza - de no ser maniquea cuando se habla o se cuestiona la política tanto de los Estados Unidos y de la antigua URSS en aquellos años.
De todas maneras, - pienso- que la intención del autor fue y que lo logró con creces, construir un bello mosaico de los años del rock and roll, los beatles, la época de Yuri Gagarin, el asesinato de Kennedy, y todos aquellos acontecimientos que siempre recordaremos en los ojos de estos dos protagonistas.-

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