jueves, 26 de enero de 2017

SÉNECA. FILOSOFÍA. EPISTOLAS MORALES. Cartas a Lucilio.


La obra de Séneca ha quedado consagrada como el más amplio e ilustre corpus de filosofía estoica.
Dentro de tal corpus ocupan un lugar de privilegio las 124 cartas que el filósofo dirigió a su amigo Lucilio y que son algo más que un epistolario privado. En efecto, pertenecen por excelencia a un género literario consagrado ya en la propia Grecia -Platón, Epicuro, etc.- como uno de los vehículos capitales de la exposición filosófica, al lado del diálogo y de la diatriba, y por ello trascienden del estrecho marco de la correspondencia personal, no solo se dirigen a su destinatario formal, ni se quedan en la temática contingente propia de las cartas en sentido estricto, sino que están pensadas y escritas para su difusión en amplios círculos interesados por las cuestiones generales que abordan.
El contenido de la colección es predominantemente ético. Séneca se nos muestra en ella como el gran psychagogós -el «conductor de almas» o «director espiritual»- que pretende ser, como buen sabio estoico. Al propio tiempo, y dado que muchas de ellas toman pie en acontecimientos de la vida cotidiana, las epístolas son un precioso documento para el estudio de las costumbres y mentalidades de la alta sociedad romana de mediados del siglo I.

***

(Córdoba, h. 4-Roma, 65) Filósofo hispanorromano. Perteneció a una familia acomodada de la provincia Bética del Imperio Romano. Su padre fue un retórico de prestigio, cuya habilidad dialéctica fue muy apreciada luego por los escolásticos, y cuidó de que la educación de su hijo en Roma incluyera una sólida formación en las artes retóricas, pero Séneca se sintió igualmente atraído por la filosofía, recibiendo enseñanzas de varios maestros que lo iniciaron en las diversas modalidades de la doctrina estoica por entonces popular en Roma. Emprendió una carrera política, se distinguió como abogado y fue nombrado cuestor.
Su fama, sin embargo, disgustó a Calígula, quien estuvo a punto de condenarlo en el 39. Al subir Claudio al trono, en el 41, fue desterrado a Córcega, acusado de adulterio con una sobrina del emperador. Ocho años más tarde fue llamado de nuevo a Roma como preceptor del joven Nerón y, cuando éste sucedió a Claudio en el 54, se convirtió en uno de sus principales consejeros, cargo que conservó hasta que, en el 62, viendo que su poder disminuía, se retiró de la vida pública.
En el 65 fue acusado de participar en la conspiración de Pisón, con la perspectiva, según algunas fuentes, de suceder en el trono al propio Nerón, éste le ordenó suicidarse, decisión que Séneca adoptó como liberación final de los sufrimientos de este mundo, de acuerdo con su propia filosofía.
En general, su doctrina era la de los antiguos estoicos, aunque, en numerosos aspectos, incorporó a ella su propia visión personal y hasta la de pensadores de escuelas antagónicas, como Epicuro, al que cita a menudo en términos aprobatorios, con ello no hizo sino ejemplificar el espíritu ecléctico y sintético característico del «estoicismo nuevo» propio de su época, del cual fue el máximo exponente.

Fuente: Enrico Pugliatti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog

FRAGMENTO. NOVELA. EN PROCESO. EL VUELO DE LA URRACA.

  Tú eres un adicto al poder como todo político, vives y no vives. ¿Entonces, la Codicia no está en ti, bribón? ¿No sientes el dolor, tampoc...

Páginas