lunes, 30 de septiembre de 2013

Elsa Cross. Premio Xavier Villaurrutia 2007.Poesía: Cuaderno de Amorgós.



Reseña biográfica

Poeta, ensayista, y traductora mexicana nacida en ciudad de México en 1946.
Doctorada en Filosofía y Letras por la Universidad Nacional Autónoma de México, actualmente es catedrática
de la misma universidad. En la década de los años ochenta residió en la India durante dos años, tiempo en el que
estudió Filosofía Oriental y Meditación en Ganéshpuri.
Es autora de una extensa obra iniciada en 1966 con "Nexos", continuada luego con los siguientes títulos:

"Amor el más oscuro"
en 1969, "Peach Melba"1970, "La dama de la torre" 1972, "Bacantes" 1982, "Baniano"1986,
"Canto malabar"
1987, "Pasaje de fuego" 1987, "Espejo al sol" 1988, "El diván de Antar" 1990, "Jaguar" 1991,
"Casuarinas"
1992, "Moira" 1993, "Poemas desde la India" en 1993, "Urracas" 1996, "Los sueños", 2000, "Ultramar"
en 2002, "El vino de las cosas" 2004, y "Cuaderno de Amorgós" 2007.
Su obra ha sido traducida a varios idiomas, incluida en diversas antologías y galardonada con los siguientes premios:

Premio Nacional de Poesía Aguascalientes
1990 por "El diván de Antar"; en 1996 recibió el homenaje Espejo al Sol
Treinta años de Poesía 
en La Casa del Poeta; el Premio Nacional de Poesía Jaime Sabines en 1992; la quinta edición
del Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines/Gatien Lapointe en 2007, y el premio Xavier Villaurrutia,
máximo galardón literario de México, por su "Cuaderno de Amorgós".                  ©
 

 
Amor el más oscuro I
Aquí comienzo a amarte,
en estos muros clarísimos,
en esta ciudad cálida al tiempo de las lluvias.
(¿Dónde estás ahora,
esta primavera tarde que pienso en ti?
¿Dónde estás, ignorándolo todo?)
Aquí te descubro
inalcanzable y triste.
Dime qué pasos te trajeron a estas tierras,
cómo abandonaste tu gracia de elegido,
tu ministerio de humildad;
qué suplicios te agobian desde entonces
que violentan tu rostro
y vierten en tu voz la nostalgia y la ira.
Dime en qué forma eres vulnerable
o ganas la lucidez en un momento.
Qué caminos dejaste,
qué expiación te vence y te despoja,
qué caminos seguiste para llegar aquí,
desconocido y hermoso,
donde yo te amo.
De "Poemas escogidos"1965-1999
Colección Poemas y Ensayos - Universidad Autónoma de México
 
 
Amor el más oscuro II

Viene la melancolía del principio,
días de incertidumbre y sueño.
Vienen sólo distantes tu risa y tu perfil
y abarcan mi deseo
y me vuelcan a tu rostro,
a tu vehemencia contenida.
Ya siento de algún modo
tus manos previstas de ternura
conduciéndome,
olvidándome,
dejando a medias para siempre mi destino.
Sé que otra vez me cercará la calma,
la soledad llena de amor,
tu nombre.
Quiero pronunciarlo tantas veces
como días tendré después
para perderte en la memoria.
Pero qué lograría apartarme
si muestras la misma angustia que sustento,
la soledad de idéntico linaje,
la imperfecta voluntad de amor.
Para reconocernos
baste la oscura nostalgia socavándonos,
baste nuestra olvidada condición de amantes,
vocación de locura,
celda,
fuego.
Maldigo desde ahora
tu cuerpo cerrándome el abismo.
Sean el tedio y la tristeza,
sea apacible y humana tu mirada.
En este momento te amo para siempre
y van mis pasos hacia ti
para cumplir tu voluntad.
De "Poemas escogidos"1965-1999
Colección Poemas y Ensayos - Universidad Autónoma de México
 
 
 
Amor el más oscuro III
A la desventura voy.
Algo en mí cada día te reconstruye
y me devuelve tu imagen.
Algo me lleva al lugar prohibido
en que te encuentras,
sitio que jamás debió tocar mi pensamiento.
Qué maleficio me extravía
y me oscurece todos los caminos.
A la desventura voy
y no quiero virtud que me confunda,
no quiero fortaleza ni mesura
que me aparten de ti.
Sean desoídas mis palabras
y viéndote
me sea dada tu menor ausencia.
De "Poemas escogidos"1965-1999
Colección Poemas y Ensayos - Universidad Autónoma de México
 
 
Aparece tu rostro...
Aparece tu rostro.
Se hunde en leche,
como el Cordero bienhallado
                                                      en los Misterios.

El fuego se acerca sin tocarnos.
El azul es más intenso
que la ebriedad creciendo hacia las islas.

Tembloroso,
como detrás de humo,
                                               aparece tu rostro.

El caracol mezcla el mar
al propio estupor
                                   en el oído,
oleaje donde navegan
                    islas de la conciencia,
destellos-
                     Ultramar.
Movimientos del muslo y la cadera
esbozan al tiento
                                   una danza.
                    El mar se extiende
                                                        en olas que no rompen.


Movimiento-
la última vocal
                               reverbera en el oído.
                   
El mar se extiende
                    más allá del tiempo
                                                    inamovible.

Temblor,
                                   eco del movimiento--
calla
y nos habla
                        en su lengua otra,
parecida a ese incendio de adentro,
juega y se difunde
hasta aquietarse en un rayo vertical.
Omnipresente,
                          lenguaje del tacto sin manos.
De "Ultramar"
Fondo de Cultura de México 2002
 
 
Canciones del Egeo
1. Amorgós

                                                  Para Leonora y Pere

La tarde brilla en el vino
y en el mantel mojado

en palabras que sabemos
y no decimos

en el canto ambulante
y las cuerdas que rasga

en el jardín del templo
y la boda que empieza

en el sol que se acuesta
con el agua
2
A la mañana
la huella de tu oreja
ha tatuado en mi hombro
                                           un caracol

Sus trazos paralelos 
se separan
hacen de su voluta
                                           un corazón

En su espiral de espuma
se detiene
el eco de tu voz-
                                         ebullición
3
                     Toma el silencio la forma
                                                                de tus manos

La mañana se abre en la terraza
                                            con el tajo del sol.
Extiende su brillo hacia la higuera
y se mece en el aura
                                            de tu olor

                      Toma el aliento la forma
                                                                  de tu nombre

Va subiendo sin peso la mañana
                                            va cobrando color
Se enciende como las barcas a lo lejos
bajo el cuidado mínimo
                                              del sol
4
Como las aceitunas
tus ojos
                  negros
y en cada gota de vino
tu beso
                entero
5
                            Prendida de tu ala
                            me pierdo de claridad

De la barranca suben buganvilias
como del sueño esas vides moradas
                                                            transparencias

                           Prendida de tu ala
                           cruzo la o3curidad

Y brillando entre el mar y la montaña
como faros diminutos nos saludan
                                                            las luciérnagas
6
Langada

                                         Para Nikos Vasalos

Pasa un rayo de sol
por la copa de vino
y danza en la hoja
                              donde escribo

Traza notas que van
y vienen
                y se detienen
giros que van y vuelven
                              y se devuelven-

igual que sobre el mar
una gaviota
pequeña mancha blanca
en la página viva

donde ola tras ola
escriben también
                               y borran
la antigua historia
7
Al pie del promontorio
un ciprés entre olivos

Ropa tendida
tan blanca
como las tumbas a lo lejos

o el fantasma del viento
en los molinos
8
El gran estruendo rompe las palabras
Se dispara el sentido
                                      -sólo queda un vaivén

            oleaje de los amantes
        un punzar en la vértebra
            un esplendor furtivo

La gran marejada nos envuelve
nos anega en su fondo
                                     -sólo queda un latido

                                                                    México-Grecia, 1995-2000
De "El vino de las cosas"
Ediciones Era 2004
 
 
De lejos viene
Cuando lo sepas quisiera ver tu cara.
Por que vas a saberlo
aunque no te lo diga
ni leas estos poemas.
¿Cambiará algo entonces?
Es imposible
que no adviertas aún mi turbación:
tanto desorden de miradas,
tanta avidez
registrando el más breve de tus gestos.
¿Y nada modifica tu indolencia?
Ah, íntegro varón, que Dios te guarde.
Pero voy a aclararte
en nombre de esta cólera
y a manera de agravio,
que si te amo
es seguramente por error.
has de saber
que nunca me gustaron ojos desteñidos
ni maneras solemnes,
menos aún cabello lacio y bien peinado
(y de la solemnidad líbrame Dios, libérame).
También has de saber que eres
demasiado sencillo para mi soledad,
demasiado humano para mi deseo,
demasiado lineal
para la arquitectura de este laberinto.
Pero ya basta: pido una disculpa.
Ocurre tal vez
que sólo seas un poco distraído.
Vendrá entonces de ti
el reconocimiento
o una sincera frase paternal.
 
 
 
Lamida por un filo...
Lamida por un filo
                             en tus ojos no turbados,
la luz se escalda
sobre la piedra húmeda.

En sus mínimas cavernas
se detiene
               entre musgos e insectos
tu pupila solar.

Rupturas en la piedra,
grietas,
algo que mira
                          desde el fondo.

Tu mirada refracta
                         el deslave abisal,
y eras de pensamiento se derrumban.
De "El vino de las cosas"
Ediciones Era 2004
 
 
Las Hijas del Viento
1
Murmuran tu Nombre
                                 en las terrazas
inundadas de luz
frente al vinoso mar

2
Serpentean en la hierba
devanan suaves
                             sus marañas

Sisean
             entre las siemprevivas

3
Juntan sus voces
al gemido de las piedras
                                          y los arbustos
Hacen del corazón
                               un arpa tensa
4
Desatan su grito alucinado
                                      a lo ancho del valle

Braman como terneras
son aullido reseco
trino
                inverosímil

5
Se obstinan
                 como escenas repetidas
de una misma película

golpean en las ventanas
recorren muelles interminables
                                                            en el amanecer

6
Azotan las rocas de Haghía Triáda
           con sus cuevas para ocultarse
                                                                    de los piratas

Derriban al caminante
             en el monte que se llama
                                                                Demonotópos
Alzan el rugido del oleaje
                hasta el recinto de los cantos piadosos
                                                                                             junto a la Panaghía

7
Despeinan
                 al joven eucalipto
hacen caer sus resinas
                                           sobre los barandales

Zumban amorosas
como abejorros
                            en el hueco de las cañas

Llenan la mirada de hormigas amarillas
 
8
Despiertan
             al espíritu guardián del olivar
Dejan pacer tranquilo
                               el apetito de las bestias

Afilan
el cincel azulado
                                      de la avispa
9
Someten a su ritmo
                              las flores encrespadas
el lomo de los cerros

Todo lo vuelven piedra lisa

10
Traen los ecos
            de una conversación enfática
            de un campanilleo de cabras
            de un violín

Cantan en la noche
                             con sus aires de lamento oriental

11
Se agrandan
sus lenguas arpadas
                   en el invierno del espíritu

Fuerzan al alma
                              a agazaparse
en su rincón.
12
Escriben con sus dedos ligeros
tu Nombre
                    sobre la arena
repiten como plegaria
                                            su grafía
De "El vino de las cosas"
Ediciones Era 2004
 
 
Noche              Siento que en vano he conocido aquello que te nombra, que no tendrá un cauce mi dolor acumulado. Te amo como al esplendor de cada día, y he visto desgarrarse la quietud que anticipa tu presencia.

             Sólo existirán seres mutilados y lacios, máscaras de torpes gesticulaciones, de muecas sin sentido. Nada tendré fuera de ti.

             Poseo tus palabras, todas las formas de mi ser habitas. Descubro tu rostro imprevisto en torno a cada instante de tu beso, en la tibia avidez de tu caricia. Tu beso contiene la noche.

             Pero vuelve un vasto caer de silencios, y temo el dilatarse de una soledad desconocida; temo despertar triste a tu lado; temo la imagen de otra plenitud imperturbable.
De "Antología del Poema en Prosa en México"
Colección Letras Mexicanas - Fondo de Cultura Económica, México 1999
 
 
Ofrendas para Kypris
1
Una paloma para Afrodita.
Las tórtolas desgajan
                                     tres notas claras
en el amanecer,
antes que las cigarras enciendan
                                                          su grito ríspido.

La montaña de Helios o Elías
deshuesa la roca
                              sobre los olivares.
El carro de fuego asoma.
La bahía
engulle a las gaviotas.
2
Corta en su aliento el habla,
inhibe el vuelo,
y bajo la sombra de la higuera
deja a la avispa
                     acompañarla.
Los zumbidos la acarician
en su trono de gozo.
La mañana avanza
                             como su gracia misma
saliendo de la espuma,
oh Anadyoméne.
3
Kypris,
una paloma de alabastro,
una rosa votiva
                                para ti,
en esta noche
que bendices nuestro abrazo
como el del mar que se extiende
hasta las rocas altas-
y el creciente de la luna
                                           se abraza a ti.
Sirio apenas brilla
y las olas son torsos de tritones,
frescos muslos,
                               lento vaivén
-y cascabel de espuma
                                           en los oídos.
De "El vino de las cosas"
Ediciones Era 2004
 
 
Tus formas se graban en el monte...
                                                                      Para Verónica Volkow

Tus formas se graban en el monte,
en los bordes húmedos de la piedra
                                           -cavidades como axilas.
Tus formas se pegan a mis huesos.
Dejo de existir,
sólo tú quedas
                       como jade en estas faldas.

Cuánto de ti estalla en cada hoja,
reverbera en la distancia
donde tu luz devora todo brillo.

(¿Estoy en tu abismo
                                             o lo rodeo ?)

Renazco en la sombra del laurel,
en la celda de un templo circular
si sostienes
con un pie gigantesco
                                               el firmamento.
Tus formas como un vértigo
me absorben,
                            me disuelven.
Dejan en mis labios briznas de anís.
Y en el fondo del risco
árboles como dioses,
                                            sabinos rojos.
De "El vino de las cosas"
Ediciones Era 2004
 
 
Vestido del abismo...
Vestido del abismo,
desprendes de tu paso
                                         al ser nombrado
tu brillo más oscuro.
Ebrio,
                 más que ese fondo.
Terso,
                 más que la noche en que me envuelves.
Oh Tenebroso,
                              oh Tremendo,
allí te escondes.
Cuando despiertas nada queda.

Y yo estoy entre mi sueño
                                            y tu despertar.
Voy de mi aliento a tu párpado,
estoy en juego
               -como las cosas otras
que aniquilas
                           cuando abres los ojos.
De "El vino de las cosas"
Ediciones Era 2004
 
 
Viene tu brisa cubriendo el clima entero...
Viene tu brisa cubriendo el clima entero,
tus labios de fruta encienden
                                         la boca del invierno.
Se abren floraciones en la piel,
                                                    pistilos erizados-

Vuelta inesperada a tus manos
que rozan ya el vestido,
                                          que se acercan al seno.

Trastornas lo que tocas,
vas vistiéndolo todo de verdura,
vas dejando en manchas coloridas
flores tantas
                     que apenas se adivinan.

Y quién podría
                        -aun sabiendo tu poder de muerte-,
quién podría fulminar
al deseo escondido
                              en cada hoja,
                              en cada colibrí?
Entra la estación florida -
con tu cumbia y tus cantos, -
tus tarareos ebrios
                            
como el que espera
                                                              a quien ha de matarle
                                         y acecha en cada esquina
                                                                                          de lo oscuro

con tus ojos de tigre,
el salto alerta
                       
    como quien teme
                                                             en cada doblez
                            la noche agazapada

con tus corrientes lúbricas,
tus colores eléctricos,
                             
como quien busca
                              algún auspicio

picadura de abeja,
zumbido azul
                              en la entraña de un pájaro,
un colmillo que muerde,
                              ¿por dónde llegará?
un veneno que cesa
sólo cuando ha invadido todo.
De "El vino de las cosas"
Ediciones Era 2004
 Fuente:https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=385303297485694273#editor/target=post;postID=8688262846453184028

domingo, 29 de septiembre de 2013

Monstesquieu. Ensayos.

 
 
 
Biografía.
(Charles-Louis de Secondat, barón de Montesquieu) Pensador francés (La Brède, Burdeos, 1689 - París, 1755). Perteneciente a una familia de la nobleza de toga, Montesquieu siguió la tradición familiar al estudiar Derecho y hacerse consejero del Parlamento de Burdeos (que presidió de 1716 a 1727). Vendió el cargo y se dedicó durante cuatro años a viajar por Europa observando las instituciones y costumbres de cada país; se sintió especialmente atraído por el modelo político británico, en cuyas virtudes halló argumentos adicionales para criticar la monarquía absoluta que reinaba en la Francia de su tiempo.
Fuente:http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/montesquieu.htm.

 

monstesquieu.
 

Este fragmento se encontró inacabado entre sus papeles;
el autor no tuvo tiempo de darle la última mano;
pero los primeros pensamientos de los grandes maestros
merecen ser conservados para la posteridad,
como los esbozos de los grandes pintores.

ENCICLOPEDIA, TOMO VII, 1757.

 


Ensayo sobre el gusto en las cosas de la naturaleza y del arte

 
En nuestro modo de ser positivo, nuestra alma gusta de tres clases de placeres: están los que extrae del fondo de su misma existencia; otros, que resultan de su unión con el cuerpo; y finalmente los que se fundan en las costumbres y prejuicios que ciertas instituciones, ciertos usos, le han hecho adoptar.

Son estos diferentes placeres de nuestra alma los que conforman los objetos del gusto, como lo bello, lo bueno, lo agradable, lo ingenuo, lo delicado, lo tierno, lo gracioso, el no sé qué, lo noble, lo grande, lo sublime, lo majestuoso, etc. Por ejemplo, cuando encontramos placer al ver una cosa con cierta utilidad para nosotros, decimos que es buena; cuando encontramos placer en verla, sin que discernamos una utilidad concreta, la llamamos bella.

Los antiguos no habían desentrañado esto correctamente; consideraban cualidades positivas a todas las cualidades relativas de nuestra alma, lo cual provoca que esos diálogos en los que Platón hace razonar a Sócrates, esos diálogos tan admirados por los antiguos, sean hoy insostenibles, porque se fundan en una filosofía falsa: pues todos esos razonamientos aplicados a lo bueno, lo bello, lo perfecto, lo sabio, lo loco, lo duro, lo blando, lo seco, lo húmedo, tratados como cosas positivas, ya no significan nada.

Las fuentes de lo bello, de lo bueno, de lo agradable, etc., están por ende en nosotros mismos; y buscar sus razones es buscar las causas de los placeres de nuestra alma.

Examinemos pues nuestra alma, estudiémosla en sus acciones y en sus pasiones, indaguémosla en sus placeres; allí es donde ella más se manifiesta. La poesía, la pintura, la escultura, la arquitectura, la música, la danza, las diferentes clases de juego, en fin, las obras de la naturaleza y del arte, pueden darle placer: veamos por qué, cómo y cuándo se lo dan; intentemos explicar nuestros sentimientos: eso podrá contribuir a la formación de nuestro gusto, que no es otra cosa que la ventaja de descubrir, con delicadeza y prontitud, la medida del placer que cada cosa ha de proporcionar a los hombres.

sábado, 28 de septiembre de 2013

Alejandro Rossi. Premio Xavier Villaurrutia 2006. Premio: novela.


Alejandro Rossi nació en Florencia, Italia, el 22 de septiembre de 1932, y murió en la ciudad de México el 5 de junio de 2009. Autor de ensayos filosóficos y de relatos. Uno de los pocos filósofos que emprendieron obras literarias con talento narrativo, y a las obras filosóficas las dotan de una amenidad poco usual en el género. En 1999 le fue otorgado el Premio Nacional de Ciencias y Artes.
Fuente:
http://www.colegionacional.org.mx/SACSCMS/XStatic/colegionacional/template/content.aspx?mi=141&se=vida&te=detallemiembro
Aunque no ha alcanzado gran difusión en Argentina, Alejandro Rossi, un "raro" de la literatura hispanoamericana, es conocido y admirado en nuestros círculos literarios. Manual del distraído (1978), un volumen que recoge narraciones y ensayos breves publicados antes en las revistas Plural y Vuelta , es visitado con asiduidad por antólogos y lectores sutiles. Su producción comprende obras narrativas y filosóficas. Rossi tiene un doctorado en filosofía por la UNAM y la disciplina de su pensamiento se manifiesta también en su obra de ficción. Es el prototipo del escritor cosmopolita. Nacido en Florencia, de padre italiano y madre venezolana, emigró con su familia primero a Venezuela, luego vivió en Buenos Aires y Córdoba y, finalmente, se estableció en México.
Edén refleja un poco ese periplo. El encuentro en Hamburgo del protagonista (homónimo del autor: Alessandro, Alex o Alejandro Rossi), con Mitzi, la bella adolescente que había conocido más de cuatro décadas antes en el hotel Edén de La Falda, desencadena el fluir de los recuerdos. Alejandro tiene una memoria minuciosa o una imaginación que sabe llenar sus huecos sin dejar huellas. O ambas cosas. Los fragmentos de vida se van encadenando en el relato según el aparente azar de la asociación libre o, mejor, según el sabio criterio que la finge. Porque la obra está organizada de modo tal que la suma de fragmentos dispersos recrea y hace inteligible un singular mundo personal y familiar, enmarcado en el cambiante entorno geográfico y humano que la vida itinerante impone. Como trasfondo permanente, la Segunda Guerra Mundial, verdadera causa desestabilizadora de la alta burguesía a la que pertenece Alex, aparece como un molesto obstáculo, un transitorio impedimento para recorrer libremente el mundo, y empuja al exilio a muchos europeos ricos, quienes pasarán largas temporadas en lujosos hoteles de América.
La primera consecuencia de narrar esta historia como flujo de las impresiones residuales en quien la vivió es que los personajes, en general, no se muestren en acción, sino que aparezcan contados, mediatizados por la voz e interpretados por el comentario del narrador. La segunda es que se renuncia a un desarrollo regido por la intriga y, por lo tanto, la novela debe sostenerse por el interés que suscita cada episodio recordado. Pero lo memorable para quien recuerda no lo es siempre para quien recibe el relato del recuerdo. Muchas veces, inexplicablemente, se recuerdan durante toda la vida trivialidades de la infancia. La hazaña del escritor es conferir a esas trivialidades valor novelístico. Rossi acepta los desafíos y triunfa. Se vale para eso de una fina percepción para descubrir significados ocultos detrás de palabras o acciones "casuales", de un uso particular y preciso del lenguaje, de observaciones siempre acertadas, de comentarios agudos y de un sutil diseño que hace del relato un puzzle que se va armando solo ante los ojos del lector atento.
Edén. Vida imaginada es novela de la memoria y, también, novela de iniciación. Desde la infancia hasta la preadolescencia, su protagonista busca su identidad, su lugar en el mundo. Alex es un chico particular y sus conflictos también lo son. Le molesta su permanente extranjería, sufre el exilio de la lengua y lo desvela no poder hablar como un nativo, se le mezclan los modismos venezolanos y porteños, siente nostalgia del italiano. Lo confunden las contradicciones ideológicas y religiosas dentro de la familia y en los sucesivos colegios que el humor de los padres y el prestigio social y académico de las instituciones le destinaron. ¿Bolívar o San Martín? ¿No era que el Duce era un gran hombre? ¿Y Hitler? ¿Por qué el profesor Oliver se niega a decirle que cree en Dios? Y después, el sexo y el amor. Finalmente Alex encuentra su Edén en Córdoba, en un hotel de alemanes, en el amor que Adriana le confiesa en italiano.
Hay, por último, un aspecto que no puede soslayarse: el cuestionamiento teórico que representa una novela que desatiende los fundamentos de construcción y aun la misma definición genérica. Toda ella puede entenderse como un texto irónico respecto de las concepciones principistas.
Novela múltiple, admirable por la claridad con que ofrece al lector esa complejidad, Edén fue distinguida en México con el Premio Villaurrutia 2006. .
Raúl Brasca

viernes, 27 de septiembre de 2013

Ernesto Sábato. Ensayo: El escritor y sus fantasmas.

¿Es El Túnel un relato autobiográfico?¿Se identifica usted con el protagonista?

Ninguno de los episodios fundamentales de esa narración está meramente tomado de la vida real, empezando por el crimen:  hasta hoy no he matado a nadie. Aunque las ganas no me han faltado y es probable que esas ganas expliquen en buena medida e crimen de Castel. Porque en un sentido más profundo,  no hay novela que no sea autobiográfica, si en la vida de un hombre incluimos sus sueños y pesadillas. En tales condiciones ¿ cómo puedo identificarme y cómo puedo no identificarme con Castel? Él representa un momento o aspecto de mi yo, en tanto que otro momento quizá esté representado por María. Castel expresa, me imagino, el lado adolescente y absolutista, María el lado maduro y relativizado. Y también Allende representa algo mío, y también Hunter.
Ernesto Sábato. Ensayo: El escritor y sus fantasmas.

Gilberto Owen: poeta del grupo "Los contemporáneos".

 
Gilberto Owen
(El Rosario, 1905 - Filadelfia, 1952) Poeta mexicano. Nieto de un minero irlandés, formó parte del grupo Contemporáneos, donde estuvo muy cerca de Jorge Cuesta y de Xavier Villaurrutia. Diplomático de amplia y rigurosa cultura, vivió gran parte de su vida en el extranjero, primero en Estados Unidos, después en Ecuador, Perú y en Colombia; finalmente fue destinado al Consulado de México en Filadelfia (EEUU).
La condición de desterrado, la soledad radical y el viaje interior son los temas predominantes de su poesía. Simbad el varado (1948), su poema más ambicioso, narra ese viaje, a la vez esotérico y personal, en busca de la recuperación. Siempre solitario, sus poemas se abren a un aliento mítico cuya vastedad no alcanzan los otros poetas del grupo.
Le siguieron otros libros de poesía como Desvelo (1925), Línea (1930), El libro de Ruth (1944) y Perseo Vencido (1948). Publicó también la recopilación de relatos La llama fría (1925) y una narración extensa titulada Novela como nube (1928), prosa cargada de poesía.
Fuente:http://www.biografiasyvidas.com/biografia/o/owen_gilberto.htm

jueves, 26 de septiembre de 2013

LITERATURA NEGRÓTICA EN COLOMBIA.

Conferences.

Desde mi blog, le doy las gracias al profesor: Dr. Ozzie Di Paolo de la Universidad de Kentucky por su apoyo en la Literatura negrótica y en especial a mi novela: EL LABERINTO DEL VERDUGO.
 
."Vampiros y detectives: el negrótico costarricense como mutación genérica posmoderna en El laberinto del verdugo de Jorge Méndez Limbrick". IV Congreso Internacional de Literatura: Medellín Negro. Universidad de Antioquia. Medellín, Colombia. September 16-20, 2013.
"Images of the Apocalypse in Latin American Hardboiled: Preterist, Futurist, and Postmodern Interpretations." The Literature of the Apocalypse. Emanuel University of Oraeda, Romania. May 17, 2013.
"La metamorfosis del vampiro-asesino en el negrótico costarricense de Jorge Méndez Limbrick". 66th Annual Kentucky Foreign Language Conference. University of Kentucky, Lexington, KY. April 18-20, 2013.
“Patagonia se dice en plural: identidades y geografías imaginarias en la literatura patagónica argentina y chilena (1983 – circa 2012)”. V Jornadas de Historia de la Patagonia "Homenaje al Dr. Pedro Navarro Floria". Universidad Nacional de la Patagonia Don Juan Bosco. Comodoro Rivadavia, Argentina. April 15-13, 2013.
“Gemidos y explosiones apocalípticas en la novela negra: Virulencia (pos)apocalíptica en La neblina del ayer de Leonardo Padura”. III Congreso Internacional de Literatura: Medellín Negro. Universidad de Antioquia. Medellín, Colombia. September 12-14, 2012.
“El poshumanismo apocalíptico en la novela negra argentina”. 65th Annual Kentucky Foreign Language Conference. University of Kentucky, Lexington, KY. April 19-21, 2012.
 “El policial palimpséstico en ‘Caminaré en tu sangre’ de Vicente Battista”. II Congreso internacional de literatura: Medellín Negro. University of Antioquia. Medellín, Colombia. September 14-17, 2011.
“El policial autobiográfico en ‘Mi madre, Yiya Murano’ de Martín Murano”. 64th Annual Kentucky Foreign Language Conference. University of Kentucky, Lexington, KY. April 14-16, 2011.
“Mujeres homicidas y violencia doméstica: crónica roja, cronicuento y serie de televisión en ‘Emilia Basil, cocinera’”. VII Congreso de Novela y Cine Negro: Crimen sin fronteras – Fronteras del crimen. University of Salamanca. Salamanca, Spain. April 5-8, 2011.
“El cuento policial palimpséstico en ‘Escritos con sangre’ de Sergio Olguín.” II International Congress of Criminal Fiction: Hard-boiled in the Times of Globalization. University of León. León, Spain. October 13-15, 2010.
“Journalism and Palimpsestic Detective Fiction in ‘Two Cousins’ by Enrique Sdrech.” 1st Latin American Studies Symposium. University of Kentucky, Lexington, KY. February 25-26, 2010.
“El periodismo y el cuento: un estudio del policial argentino basado en hechos reales y en  ‘Dos primas’ de Enrique Sdrech.” 18th Colloquium on Hispanic and Luso-Brazilian Literatures and Linguistics Merging Textualities, Emerging Paradigms. University of Texas, Austin, TX. November 13-14, 2009.
Trescientoscincuenta: una reactivación de la memoria rosarina.” 4th Annual Graduate Student Colloquium. Dismembering the Map: New Perspectives on the Luso-Hispanic Word. University of California, Berkeley. Berkeley, CA. April 10-11, 2009.
“La estética del crimen y del humor en La decente de Miguel de Mihura.” 19th Annual Graduate and Professional Symposium on Hispanic and Luso-Brazilian Literature, Language and Culture. University of Arizona. Tucson, AZ. February 5-7, 2009.
“El bicentenario argentino en La próxima estación de Pino Solanas: un recorrido del pasado nacional a través de la industria ferroviaria.” Hispanic Studies Colloquium on Bicentennial Celebrations in Latin America. University of Kentucky. Lexington, KY. November 3, 2009.
“El humor negro y el poder en El complot mongol de Rafael Bernal.” Hispanic Studies Colloquium on Latin American Humor. University of Kentucky. Lexington, KY. December 5, 2008.
A todos mis amigos y lectores les recomiendo de nuevo el siguiente enlace, gracias:
http://www.apsu.edu/dipaoloo/conferences.

Literatura y escritura. Ernesto Sábato.



¿Cuál es el principal problema de un escritor?

"No sé cuál es el principal. Pero uno de los capitales es el de superar esa tentación que pasan todos los que han  nacido con facilidad literaria:  la tentación de juntar palabras para hacer una obra.
Creo que fue Claudel quien dijo: no fueron palabras las que hicieron La Odisea, sino La Odisea quien hizo las palabras. Recordemos siempre esa sentencia, sobre todo es estos países plagiados de escribidores". Ernesto Sábato.  Libro: "El escritor y sus fantasmas".

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Ana Cristina Peri Rossi. EL MUSEO DE LOS ESFUERZOS INÚTILES. Género: cuento.

Una tarde de mediados de los años 80 del siglo pasado y estando en la Soda Guevara frente a la Universidad de Costa Rica, le comentaba a una amiga de danza universitaria de esa época (amiga entrañable a mi pasado) que yo era un fanático de la escritora uruguaya. La conversación quedaba ahí, como muchas conversaciones con las lamentaciones de que acá en Costa Rica no podía encontrar un libro de cuentos que yo deseaba leer. Sin embargo, ese año o al año siguiente -no lo recuerdo con certeza- Danza Universitaria fue a una gira  por varios países de Europa, y cuando regresaron mi amiga Karen Poe me traía el libro en mención.

Cristina Peri Rossi, nace en Montevideo (Uruguay) el 12 de noviembre de 1941, Licenciada en Literatura Comparada, comienza su carrera literaria en 1963 con la publicación de su libro de cuentos VIVIENDO. Más tarde, estudia música y biología.

En 1972, se exilia en España, obteniendo la nacionalidad española en el año 1975 sin perder su nacionalidad uruguaya de origen.

Las razones que llevaron a Peri Rossi al exilio fueron el ser una escritora revolucionaria contraria al régimen militar que, en la década de los 70, regía en su país. En 1973, Pacheco, presidente de Uruguay hasta entonces, escoge un mal sucesor que acaba dando paso a una tremenda dictadura militar, apoderándose del control total durante los doce años de su mandato.

Los efectos de la mencionada dictadura fueron nefastos para todos los que allí vivían, de forma tal que cualquier forma de libertad de expresión cultural o política, fue suprimida. A consecuencia de estas fuertes presiones, miles de personas se vieron forzadas al exilio, entre ellas, nuestra autora: Cristina Peri Rossi.

Ha sido profesora de literatura, traductora y periodista, y sus obras han sido traducidas a nueve idiomas. Actualmente vive en Barcelona (España). En 1994 recibió la Beca John Simon Guggenheim para la literatura de ficción. Ha colaborado con el Períodico de Catalunya, los diarios El País y Diario 16 . En la actualidad colabora como columnista con el Diario El Mundo.

Cristina Peri Rossi ha sido galardonada con los más prestigiosos premios literarios entre los que se encuentra el Premio Internacional de Poesía Rafael Alberti, concedido en el año 2003. 


 1.Viviendo. Montevideo: Alfa, 1963. Cuentos.
2.Los museos abandonados. Montevideo: Arca, 1968. Cuentos.
3.El libro de mis primos. Montevideo: Biblioteca Marcha, 1969. Novela.
4.Indicios pánicos. Montevideo: Nuestra América, 1970. Cuentos.
5.Evohe. Montevideo: Girón, 1971. Poesía.
6.Descripción de un naufragio. Barcelona: Lumen S.A., 1974. Poesía.
7.La tarde del dinosaurio. Barcelona: Plaza y Janés, 1976. Cuentos.
8.Diáspora. Barcelona: Lumen S.A., 1976. Poesía.
9.Lingüística general. Valencia: Prometeo, 1979. Poesía.
10.La rebelión de los niños. Caracas: Monte Ávila, 1980. Cuentos.
11.El museo de los esfuerzos inútiles. Barcelona: Seix Barral, 1983. Cuentos.
12.Cristina Peri Rossi. Valencia: Quervo, 1984. Crítica.
13.La nave de los locos. Barcelona: Seix Barral, 1984. Novela. 
14.Una pasión prohibida. Barcelona: Seix Barral, 1986. Novela.
15.Europa después de la lluvia. Madrid: Banco Exterior de España, 1987. Poesía.
16.Solitario de amor. Barcelona: Grijalbo, 1988. Novela.
17.Cosmoagonías. Barcelona: Laia, 1988. Novela.
18.Fantasías eróticas. Madrid: Temas de Hoy, 1989. Novela.
19.Acerca de la escritura. Zaragoza: Prensas Universitarias de Zaragoza, 1991. Ensayo.
20.Babel bárbara. Barcelona: Lumen S.A., 1991. Poesía. del Premio Ciudad de Barcelona 1991
21.La última noche de Dostoievski. Madrid: Mondadori, 1992. Novela.
22.La ciudad de Luzbel y otros relatos. Madrid: Compañía Europea de Comunicaciones e Información, 1992. Cuentos.
23.Otra vez Eros. Barcelona: Lumen S.A., 1994. Poesía.
24.Aquella noche. Barcelona: Lumen S.A., 1996. Poesía.
25.Primer amor. Cuento. En: Madres e hijas. Freixas, Laura (ed.) . Barcelona: Anagrama, 1996. Cuentos.
26.Inmovilidad de los barcos. Vitoria: Bassarai Ediciones, 1997. Poesía.
27.Desastres íntimos. Barcelona: Lumen S.A., 1997.Cuentos.
28.Poemas de amor y desamor. Barcelona: Plaza y Janés, 1998. Poesía.
29.Las musas inquietantes. Barcelona: Lumen S.A.,1999. Poesía.
30.El amor es una droga dura. Barcelona: Seix Barral, 1999. Novela.
31.La semana más maravillosa de nuestras vidas. Cuento. En: Otras voces. Barcelona: Egales, 2002, pp. 153-174. Cuentos.
32.Cuando fumar era un placer. Barcelona. Lumen, 2003. Novela
33.Estado de exilio. Madrid. Visor de poesía, 2003. Poesía
34.Mi querido Cronopio. Omega. 2003. Novela
35.El pulso del mundo. Montevideo: Trilce. 2003. Selección de artículos periodísticos aparecidos en prensa.
36. La maldad de escribir, 9 poetas latinoamericanas del siglo XX. Antología en la que aparece la autora, incluída en primer lugar, seguida de escritoras de la talla de: Blanca Varela, Olga Orozco, Fina García Marruz, Cecilia Meireles, Mar di Giorgio, Ana Cristina César, Amelia Biagioni y Elsa Cross.

 
EL MUSEO DE LOS ESFUERZOS INÚTILES, es de la escritora uruguaya Peri Rossi. En la contratapa de la Edición correspondiente a la Seix Barral Editores, 1983 se lee lo siguiente:
El museo de los esfuerzos inútiles invita a hacer un alto en la carrera, a interrumpir el ritual de costumbre, a internarse en el reino de la figura pictórica o cinematográfica, a escuchar la voz de los objetos, en suma,  a conquistar el paréntesis o la isla en que disolver la norma convencional y trocar el orden. Todo ello para que un mundo sólido y opresivo, iluminado por la conciencia, muestre su porosidad y se abra a la libertad. Su diversa y rica temática se resuelve en la unidad de una nueva lógica de la mirada que registra la superficie, en apariencia continua, de la realidad para señalar las grietas y rupturas en el espacio y el tiempo. Entonces, se hace presente lo insólito dado por la mirada poética que reinventa la naturaleza, la ternura y el amor. En este ejercicio se aúna la experiencia del exiliado de un país a la del extranjero del mundo y destaca en lo universal las líneas de la sensibilidad americana.

martes, 24 de septiembre de 2013

David Huerta. Premio Xavier Villaurrutia 2005. Poesía.

 

Olvidar

Aquí están los nervios
que envuelven, como un papel fragante,
las melodías obtusas
del rencor.
Y aquí la risa
como un pájaro ebrio…Escuchar. Olvidar. Dos neblinas.
La espuma del sufrimiento
cala en el encaje náufrago
de mi silbido matinal.Aquí están los sonidos
olvidadizos, las crepitaciones
que amarillean.
Una vez más,
todo será escuchar
u olvidar.Olvidaré estos doblados
enigmas, estos relojes
rectilíneos de esperas, este cuerpo
ajeno
en la llama de sándalo.

La orden

(para Los cuadernos de la mierda, de Francisco Toledo)En este plato te sirvieron
lo que no querías comer
y te ordenaron
comerlo.No quiero saber
si lo comiste.Hay demasiadas cosas
en el mundo
para ocuparse de aquel plato, de aquella
orden, del alimento atroz
que te mandaron comer.Aun así quiero saber
si en el fondo de tu boca
han seguido encendidas
algunas palabras
-tú sabes cuáles son
y lo que significan:
soles raudos
para la noche del devenir-o si aquel alimento
y aquella orden
las apagaron para siempre.Aquí fuera
también
te persigue.

La noche del cuerpo

(para Los cuadernos de la mierda, de Francisco Toledo)En la noche del cuerpo se preparan
los alimentos de Dios,
la cena carmesí de los esclavos, el místico bocado
de los turbios amantes-sudor, lágrimas, mierda-el humus lento, el óvalo marchito,
el resto náufrago del visionario,
el regalo sedente
que se posa en la tierra-un vapor de Demonios
rodea los Testimonios.En la noche del cuerpo
se preparan de nuevo
para sus explosiones
diurnas, para el momento
en que habrán de salir
entre el humo feroz de su estallido.  
David Huerta nació en México en 1949. Poeta, traductor, y ensayista. Realizó estudios de Filosofía y Letras Inglesas y Españolas en la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha publicado, entre otros, los libros de poesía: El jardín de la luz (Universidad Nacional Autónoma de México, 1972); Cuaderno de noviembre (Era, 1976), 2da. Ed. Consejo Nacional Para la Cultura y las Artes (Lecturas Mexicanas, 1993); Huellas del civilizado (La Máquina de Escribir, 1977); Versión (Fondo de Cultura Económica, 1978); El espejo del cuerpo (Universidad Nacional Autónoma de México, 1980); Incurable (Era, 1987); e Historia (Ediciones Toledo, 1990), Premio de Poesía Carlos Pellicer, 1990. Fue becario del Centro Mexicano de Escritores (1970-1971) y de la Fundación Guggenheim (1978-1979). Ha sido Secretario de Redacción de la Gaceta del Fondo de Cultura Económica y Coordinador de talleres literarios en la Casa del Lago, de la Universidad Nacional Autónoma de México.

lunes, 23 de septiembre de 2013

CORAL BRACHO. PREMIO XAVIER VILLAURRUTIA 2003. POESIA.


Nota: Bracho, es uno de mis poetas preferidos. Desde que la leí hace tres décadas siempre me recuerdo de su verso enigmático y erótico. Bracho es una mujer con una sensibilidad y exquisitez en las imágenes poco común. Justo reconocimiento de este premio para una gran escritora.
 

CORAL BRACHO: HACIA UNA POÉTICA

DEL SER

(CORAL BRACHO: TOWARDS A POETICS

OF BEING)

GLORIA VERGARA*

Abstract: In this article we review the work of Coral Bracho1 as a poetics

of being. Inserting into the Mexican tradition, the poet constructs the way

of interiority. Everything happens at the moment: life and death. And in

that full time, people are around and within the Being, they are part of the

dynamism of the universe. Being dreams, hopes, struggles, convulses, and

finally reaches the elasticity of time to join the other, the beloved one. But

the Being is diffused in the sperm of time and has the mark of that "Being-

going-to-die". In this "oracle" the erotic and the divine join; the body is

the temple, the night, the space of delirium. The body is also the seed and

core, the humus, the edge and halo. It mixes the impulses of life and death,

overlooking the archetypes of time.

Keywords: Coral Bracho, poetics, being, time, interiority.

* Gloria Vergara is Ph.D. Professor, University of Colima, Mexico. E-mail:

glvergara@ucol.mx

1 Coral Bracho nació el 22 de mayo 1951, en la Ciudad de México. Estudió Lengua y

literatura hispánica en la Universidad Nacional Autónoma de México, en donde es

profesora. Colaboró en el Diccionario del español de México y en el consejo de

redacción de la revista La Mesa Llena. Pertenece al Sistema Nacional de Creadores

de Arte. Ha publicado: Peces de piel fugaz (1977), El ser que va a morir (1982),

Tierra de entraña ardiente (1992, con la pintora Irma Palacios), La voluntad del

ámbar (1998), Ese espacio, ese jardín (2003), Cuarto de hotel (2007), y los libros

para niños: Jardín del mar (1993), Los amigos primero (1994), con Christine

McDonnell y Marcelo Uribe, A dónde fue el ciempiés (2007), y las recopilaciones de

sus poemas: Bajo el destello líquido (1988), y Huellas de luz (1994 y 2006). Ha

traducido Rizoma, de Gilles Deleuze y Félix Guattari, y Apuntes angloafricanos, de

Doris Lessing. En 1981 obtuvo el premio Aguascalientes por su poemario El ser que

va a morir. En el 2000 fue becaria de la Fundación John Simon Guggenheim y en el

2003 le otorgaron el Premio Xavier Villaurrutia por Ese espacio, ese jardín. En

2007 obtuvo el reconocimiento del Programa de Aliento a la Obra Literaria de la

Fundación para las Letras Mexicanas. Sus libros han sido publicados en varios países

y traducidos al inglés, portugués y francés.

AGATHOS: An International Review of the Humanities and Social Sciences 105

Porque todos circulan en sus aspas, porque

nadie se acerca

porque el borde es la fuerza del abismo que absorbe.

Peces de piel fugaz

Coral Bracho es heredera de una tradición poética de tono

existencialista que se puede definir desde Xavier Villaurrutia a Jaime

Sabines. No es la pregunta por el ser, sino lo sensible del ser lo que se

manifiesta en esta vertiente de la poesía mexicana. La imagen, en este

sentido, es un asidero, un refractario contenedor de los impulsos

primarios de la vida. ¿Cómo no pensar, en esta carrera contra el

tiempo, en los nocturnos de Nostalgia de la muerte; en las imágenes

concatenadas de "Nocturno de la estatua", en donde Villaurrutia nos

entrega la más alta nota de su búsqueda? ¿Cómo dejar a un lado

"Horal", de Jaime Sabines, si en su brevedad destila el dinamismo de

la existencia? Es éste un camino bien marcado en la poesía mexicana

del siglo XX. Pero además, Bracho emprende la búsqueda de la

interioridad, a la manera de Dolores Castro, igual que otras poetas

nacidas en los cincuenta, como Pura López Colomé, Blanca Luz

Pulido y Miriam Moscona. Comparte con ellas el asombro ante los

objetos que pueblan el universo, ante la imagen de Dios.

Además de la consabida carga de erotismo, con la que se ha

reconocido la obra de Coral Bracho, es palpable la construcción de una

poética del ser que contiene el dinamismo dialéctico de la vida y de la

muerte. En el eterno transcurrir, la vida ocurre como inmanencia. El

instante lleno, eso que podemos llamar in actu, es la estrategia

metafórica que sigue Coral Bracho para contemplar al ser. Las ruinas,

la noche, el sueño son elementos que determinan sus imágenes.

En Peces de piel fugaz la poeta ubica la certeza del instante a

partir de la mosca que "abruma con suaves toques la delgada corteza

del espacio"2. Pero así como la mosca, el fuego aparece incisivo:

"entra, como salta la hiena /a la carne silbante de los sauces" (Ibidem).

El tiempo necesita de los objetos para hacerse palpable; lo demuestran

el vuelo de la mosca y el fuego. En esta relación, todos los seres entran

en la ronda del tiempo, son tocados por su dinamismo, todos circulan

en sus aspas y participan de su fuerza hasta determinarlo. Así, Bracho

construye su poética y ubica cuatro zonas en las que se mueve el ser: el

núcleo, el humus, el borde y el halo.

2 Coral Bracho (1988). Peces de piel fugaz, en Bajo el destello líquido. (Poesía 1977-

1981). México: FCE, Letras mexicanas, p.24.

106 AGATHOS: An International Review of the Humanities and Social Sciences

El núcleo traga, devora, es "cavidad imantada que transforma"

(Ibidem). El humus es lo que rodea al ser en su temporalidad; la poeta

le da textura: esta zona es lisa, viscosa, tiene la necesaria destilación

del tiempo para que el ser se dé en el mundo; es "zona de caudal

inconsciente, el área más próxima al núcleo" (Ibidem, 26). El borde

"es el perfil externo de la esfera" (Ibidem), lo que se alcanza, al

percibir la temporalidad del ser. Por ello el borde constituye las

protuberancias, los momentos más álgidos en los que el ser se debate.

"Los fragmentos que la conforman se expanden indefinidamente y

crean a veces espacios muy diluidos de intensa claridad acústica y

lumínica" (Ibidem, 25). Luego, en una nota, la poeta aclara: "El paso

de los seres al núcleo es más sorpresivo y brusco desde las áreas de

conciencia difusa" (Ibidem). Por último, la poeta ubica como zona

temporal al halo: "Es una superficie blanda, compacta, que gira en

posición anular respecto al borde" (Ibidem). El halo es representado

como el giro constante del ser, como las aspas en las que el ser debate,

la convulsión de sus actos, la habilidad elástica del tiempo.

Estas zonas representan la manifestación del ser que aspira,

que sueña, que se debate. Con ello Bracho iguala en circunstancias el

origen de la vida y de la muerte. El ámbito es igualmente difuso y las

señales que emiten esos momentos son las protuberancias; es decir, los

bordes que finalmente determinan al ser. Porque desde la primera

manifestación de vida, aun emergiendo del esperma, el ser está

marcado como "el ser que va a morir". Así manifiesta su trascendencia

en los peces de mármol, pétreos, de vidrio que, sin embargo juegan, se

deslizan; peces que nos recuerdan a Sabines con el poema "En los ojos

abiertos de los muertos" o a Villaurrutia con "Nocturno en que nada se

oye".

En este "suave oráculo espeso" se determinan también el halo

erótico y el halo divino. Estos contrarrestan los abismos del olvido y de

la muerte. Configuran asimismo las raíces abiertas y penetrables del

cuerpo que se erige para alcanzar al otro, al amado. Pero el cuerpo

también aspira a lo divino, porque las protuberancias del ser no se dan

sin la presencia del humus, de los sueños más profundos que arrastran

lo inesperado al núcleo del ser que busca, a tientas, ciego, en abandono

pero espera siempre, como bien lo podría dibujar Sabines.

El poema "En esta oscura mezquita tibia", de Peces de piel

fugaz, contiene un paralelismo entre el halo erótico y el halo divino. El

cuerpo del amado y el espacio de una mezquita ocupan la misma

imagen. La voz lírica engarza cada elemento del espacio con los

AGATHOS: An International Review of the Humanities and Social Sciences 107

muslos, con el olor suavísimo del amado: "Sé de tu cuerpo. Los

arrecifes, / las desbandadas, / la luz inquieta y deseable" (Ibidem, 39).

El conocimiento del cuerpo es el conocimiento de la mezquita tibia con

sus huertos agrios, sus fuentes, sus patios. Luego las columnas, los

talles, los arcos, se funden con la imagen del amado como si el canto

proviniera del Cantar de los cantares.

El cuerpo es la naturaleza misma en alegoría, como ocurre en

Piedra de sol de Octavio Paz: "(En tu vientre la luz cava un follaje

espeso que difiere las costas, que revierte en sus aguas)". El cuerpo es

contenedor de todo lo creado: "(En tus ojos el mar es un destello

abrupto que retiene su cauce)" (Ibidem, 40). La mezquita del cuerpo

tiene los extremos: el desierto y el mar; lo líquido y lo sólido. Luego

aparece el crepúsculo, "el viento crece, tiñe, se revuelve, se / expande

en la arena ardiente" (Ibidem, 41). Así, la luz recorre el cuerpo y es

como si el cuerpo estuviera dando cuenta del día: aparecen las

sombras, la noche. Y en ese ámbito, todo se quema, arde: "toda la

noche inserta bajo ese nítido crepitar)" (Ibidem). Lo que queda son

"rastros secos, engastados; Estaño / en las comisuras; sobre tus flancos:

Liquen y salitre en las / yemas. / De entre tus dedos resinosos"

(Ibidem, 42). Como los peces, llega la "noche arriba", la voz se

desliza, se une al recuerdo. Todo viene como "una oscura tajada". La

noche es el espacio del delirio, del recuerdo, de la presencia tibia del

otro. La imagen del cuerpo contempla por sí sola las cuatro zonas

enunciadas por Bracho; se puede ver como el núcleo dentro la

concepción del universo a la que nos encamina la voz lírica.

Pero si todo lo que rodea al ser se ubica en una atmósfera

confusa, de sombras y de noche; si desde allí el ser se debate entre la

vida y la muerte; Bracho no deja a la deriva la zona del núcleo en la

que se origina el principio de Eros. "La semilla es el cuerpo del placer"

(Ibidem, 43), enuncia la poeta. Ese centro minúsculo contiene todo,

apunta a todo lo que en derredor existe. La semilla indica el núcleo,

pero también el movimiento íntimo. La semilla equivale al corazón que

le da movimiento al cuerpo3, pues el cuerpo del placer es "su firmeza

rugosa". La semilla es el motor del deseo, incita al cuerpo "a que la

recorra, a que la cubra con / minucia"4. Luego, entre la semilla y el

cuerpo, Bracho marca el dinamismo: "Se presionan, se buscan, con

3 Resulta muy cercana la visión de Coral Bracho con la que Pura López Colomé

propone en su poemario Aurora.

4 Coral Bracho (1988). Peces de piel fugaz, op.cit., p.43.

108 AGATHOS: An International Review of the Humanities and Social Sciences

delicada lentitud" (Ibidem). En ese tocarse, aparece una gaviota, el

vuelo como símbolo de movimiento, pero también de realización del

ser. Entonces surge "el primer resplandor del agua", un jardín. Bracho

está muy cerca de Pura López Colomé al representar ese mundo

interior, la espiritualidad del ser. Comparte también con Blanca Luz

Pulido este espacio; sólo que Bracho lleva la imagen poética al punto

de la sensualidad y el erotismo en donde dialoga con Moscona. Esto

define a las poetas nacidas en los cincuenta: la demostración de un

mundo en el que el cuerpo es contenedor del universo; referencia del

origen; y con ello muestran lo más íntimo del ser: su erotismo.

Espiritualidad, sensualidad, en combinación con los elementos

cósmicos.

El mundo de Bracho es predominantemente sólido; pero sólo se

llega a ese estado si recorre el agua, la humedad, el musgo, el barro y

finalmente la resina, la piedra. Es como si el ser se petrificara,

adquiriera cuerpo cuando la semilla empieza a funcionar como núcleo.

¿Qué filosofía, qué manera de ver el mundo nos muestran poetas como

Bracho? El ámbito del placer se extiende a toda manifestación de vida.

Bracho utiliza el sentido del gusto, por ello las frutas ocupan este

imaginario: Pero antes de las frutas aparecen las flores, las amapolas,

los pájaros y el cazador; sin embargo se delinea ya el gusto: "La

amplitud es el ámbito del placer en el auge de lo henchido y jugoso"

(Ibidem, 44). Los sentidos juegan un papel importante en la

determinación de lo erótico. El olor del mango, la guanábana. Así, el

ámbito del placer "es la ebriedad sedosa en su velamen encendido /

como un tamiz a la guanábana entreabierta; como un vitral a su

blancura deleitable y sutil" (Ibidem, 46). Con un guiño al poema

número 13 de Espantapájaros, de Oliverio Girondo, Bracho ubica el

ámbito del placer de las frutas en equidistante diálogo con el placer del

cuerpo: "Se van rodeando, van degustando los recodos, se van /

fundiendo, / van abordando el linde, // se van cediendo, / van

saboreando en los recodos, se van abriendo, / se van hundiendo, van

abordando / El vínculo, el placer en el roce; // su leve movimiento"

(Ibidem). Pero el ámbito del placer está definido por la noche y la

semilla. Luego, en el poema "Abre sus cienos índigos al contacto",

Bracho nos muestra la embriaguez de la relación sexual: "De tu boca,

de tus ojos ahondados bebo, de tu vientre, en tus flancos; / entre mis

manos arden se humedecen" (Ibidem, 47). El roce de los cuerpos

genera el ámbito del placer: "Busco integrar tu sexo (lava que se

repliega, costa, para / envolverlo, lago adensado el ritmo" (Ibidem, 48).

AGATHOS: An International Review of the Humanities and Social Sciences 109

La luz es el toque mágico para que todo inicie, como ocurre en

el poemario Aurora, de Pura López Colomé. Entonces el mundo se

convierte en templo, la vida en rito: "—somos transparentados,

engastados, vertidos por ese espacio" (Ibidem, 53). La plaza cobra

vida, se vuelve líquida; pero llega la noche y con ella la vida espesa se

hace piedra, linde cobrizo, medular. En ese instante arquetípico,

petrificado, es donde Bracho ubica al ser con mayor incidencia tanto

en Peces de piel fugaz como en La voluntad del ámbar. Las plantas, la

tierra, los animales se abren a la noche inmensa, a los "signos de la

obsidiana, del pedernal, / de la roca pulida, acerada por agua" (Ibidem,

55). Todo se resuelve en el "instante granuloso", en el tránsito del

tiempo; el tiempo como espejo, contorno rectangular, objeto rampante

en que el día se desliza: "eco entre las formas sin junturas" (Ibidem),

eso es el tiempo que les da forma y borrosidad a los objetos; los vuelve

líquidos y pétreos, les da volumen: "Vitrales en lo sucinto; volumen,

dispersión vectorial en los / aspectos que delinean" ( Ibidem, 56).

Como en Ese espacio, ese jardín, Coral Bracho apuntala en el

conjunto de su obra poética, los arquetipos del tiempo a partir del

camino y del espejo. En ese juego de luz y opacidad nos envuelve el

tiempo como ramal finísimo, como cauce cambiante. La ciudad

entonces se vuelve espectadora de lo que nace y muere: "—En sus ojos

pulidos, inmutables, detiene / la añoranza de lo que ve morir, / de lo

que fluye ante ese tiempo cortado" (Ibidem, 58). La ciudad alcanza la

personificación más alta: mira, tiene voz, tiene movimientos escuetos y

graves, "sus ojos cortan el espacio que callan", "acalla las distancias

con vaho, con brillos, con / bálsamos ahumantes; / ciudad que ofusca,

que ensombrece como un aroma" (Ibidem, 59, 60) y en ella todo lo

engarzado, la vida como pulpa que se aferra. La ciudad arde, se

enciende en el umbral de la noche. Todo ocurre en el instante cíclico.

Lo muerto se revela en hacinante lentitud, las sombras llegan como

variantes del arquetipo; los perros son la manifestación más lapidaria

de la vida; la luz deslinda, deja ver los hilos líquidos de los objetos. De

esta manera, la poeta entabla un diálogo con las imágenes de Cuarto de

hotel, en donde manifiesta entre un juego de luz y sombras, las

borrosidades del ser, el encuentro y confusión con los otros, lo

simultáneo, el humus y el halo que lo rodean.

El poema "Tiempo reflejante" de Peces de piel fugaz inicia con

un epígrafe de Nietzsche sobre la imposibilidad del hombre de

conocerse a sí mismo. "¿No le oculta la naturaleza la mayor parte de

las cosas, incluso las relativas a su cuerpo, con el fin de desterrarlo y

110 AGATHOS: An International Review of the Humanities and Social Sciences

encerrarlo en una conciencia altiva y quimérica?" (Ibidem, 66). En esta

lucha por el conocimiento propio, viendo al hombre como origen y

punto de partida, como eco del mundo, como origen del mundo,

Bracho ubica al ser. Podríamos decir también que es una concepción

existencialista a la manera de Sartre la que nos deja cuando afirma: "Y

mientras buscan la oscuridad una membrana se / extiende por sus

miembros, que se van achicando" (Ibidem).

Como si estuviéramos frente a una diapositiva, Bracho pone

entre corchetes la descripción del humano, su origen. Las algas, el

agua, los humores espesos, las sombras, las costas opresivas parecen

marcar el vientre como el espacio en donde el ser se mueve; el vientre

es entonces el "estanque discontinuo" del mundo. El vientre es como el

mar, como el entorno en el que se mueven los seres.

En el momento del parto, el feto aparece en trance entre las

sombras del vientre y las sombras del mundo. La mujer separa lo vivo

de lo muerto y el nuevo ser descansa en un lecho suave y vidrioso. Este

ámbito lo reafirma en el poema con el que abre la tercera parte del

poemario Peces de piel fugaz. Allí el agua es el símbolo esencial: agua

de medusas, láctea, de bordes lúbricos, agua matricial, sinuosa, "agua

sedosa de involición, de laguidez / en densidades plácidas. Agua,

agua" (Ibidem, 78). Según Bachelard sería agua dulce, del vientre

materno; pero Bracho rompe con la imagen cósmica bachelariana y la

ubica en paralelismo con el mar: es un agua tormentosa, angustiante,

de lucha desde su origen.

El ser es temporal y se resuelve en múltiples vertientes que

atienden las cuatro zonas enunciadas arriba: núcleo, humus, borde y

halo. Por un lado Bracho muestra los arquetipos de la inmanencia, la

representación del instante como el momento justo en que la abeja toca

el agua, la mosca urde el espacio, el fuego enviste o se determina el

feto en el vientre materno. Desde la semilla en el esperma o el corazón

del hombre, Bracho hace palpable el desplazamiento del placer en el

que se confunden ¿o se mezclan? los impulsos primarios de la vida y

de la muerte. Porque el humus del ser es como el humus del río, como

el sedimento que va dejando a su paso. Aunque los arquetipos del

tiempo como el camino, den paso a la puerta, la ventana, el dintel, el

umbral; el ser, como el río, nunca se detiene. Entre sus bordes y el halo

al que aspira, el ser es torbellino, una especie de espiral que quiere

llegar a la eternidad, y queda, sin embargo, enmarcado en una visión

AGATHOS: An International Review of the Humanities and Social Sciences 111

agustiniana: "Lo que no es comienza a ser con vehemencia/ […] "bajo

ese tiempo sin huellas […] lo que es/ ya no es"5.

References:

Bracho, Coral (1988). Bajo el destello líquido. (Poesía 1977-1981). México: FCE,

Letras mexicanas.

Bracho, Coral (2007). Cuarto de hotel. México: Era/Gobierno del estado de San Luis

Potosí.

Bracho, Coral (1998). La voluntad del ámbar. México: Era.

Bracho, Coral (1981). El ser que va a morir. México: Joaquín Mortiz.

Bracho, Coral (2003). Ese espacio, ese jardín. México: Era.

Bracho, Coral (1977). Peces de piel fugaz. México: Ediciones la máquina de escribir.

Gordon, Samuel (2004). Poéticas mexicanas del siglo XX. México: Eón / UIA.

Vergara, Gloria (2007). Identidad y memoria en las poetas mexicanas del siglo XX.

México: Universidad Iberoamericana.

Vergara, Gloria (2007). "Los arquetipos del tiempo: visión y revelación en las poetas

mexicanas nacidas en los años cincuenta", en Gloria Vergara (coordinadora),

Acercamientos críticos a la literatura mexicana. México: Praxis / Universidad de

Colima, 41-58.

5 Coral Bracho (1998). La voluntad del ámbar. México: Era, p.56.




 

 

 

 
Coral Bracho



Poemas

De sus ojos ornados de arenas vítreas


Desde la exhalación de estos peces de mármol;

desde la suavidad sedosa

de sus cantos,

de sus ojos ornados

de arenas vítreas,

la quietud de los templos y los jardines

(en sus sombras de acanto, en las piedras

que tocan y reblandecen)

han abierto sus lechos,

han fundado sus cauces

bajo las hojas tibias de los almendros.

Dicen del tacto

de sus destellos,

de los juegos tranquilos que deslizan al borde,

a la orilla lenta de los ocasos.

De sus labios de hielo.

Ojos de piedras finas.

De la espuma que arrojan, del aroma que vierten

(En los atrios: las velas, los amarantos.)

sobre el ara lebísima de las siembras.

(Desde el templo:

el perfume de las espigas,

las escamas,

los ciervos. Dicen de sus reflejos.)

En las noches,

el mármol frágil de su silencio,

el preciado tatuaje, los trazos limpios

(han ahogado la luz

a la orilla; en la arena)

sobre la imagen tersa,

sobre la ofrenda inmóvil

de las praderas.

Coral Bracho



Poemas

Oigo tu cuerpo


Oigo tu cuerpo con la avidez abrevada y tranquila de quien se impregna (de quien emerge, de quien se extiende saturado, recorrido de esperma) en la humedad cifrada (suave oráculo espeso; templo) en los limos, embalses tibios, deltas, de su origen; bebo (tus raíces abiertas y penetrables; en tus costas lascivas -cieno brillante- landas) los designios musgosos, tus savias densas (parvas de lianas ebrias) Huelo en tus bordes profundos, expectantes, las brasas, en tus selvas untuosas, las vertientes. Oigo (tu semen táctil) los veneros, las larvas; (ábside fértil) Toco en tus ciénegas vivas, en tus lamas: los rastros en tu fragua envolvente; los indicios (Abro a tus muslos ungidos, rezumantes; escanciados de luz) Oigo en tus légamos agrios, a tu orilla: los palpos, los augurios -siglas inmersas; blastos-. En tus atrios: las huellas vítreas, las libaciones (glebas fecundas), los hervideros.

Coral Bracho Poemas

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