Fantasmagoría
Lewis Carroll
(1832-1898), seudónimo de Charles Lutwidge Dodgson, lógico,
matemático, fotógrafo, diácono de la Iglesia de Inglaterra y
celebrado autor de literatura infantil, fue una de las figuras más
completas del período Victoriano inglés. La mayor parte de su vida
transcurrió en el Christ Church College de la Universidad de Oxford,
donde enseñaba matemáticas. Siempre fascinado por la paradoja y por
los límites del lenguaje y del pensamiento, llegó, por puro interés
lógico, a escribir algunas de las páginas más absurdas y
disparatadas de la historia de la literatura, si no a crear todo un
género, el nonsense, del que la famosísima Alicia en el
país de las maravillas (1865) y su continuación, Alicia a
través del espejo (1872), son muestras espléndidas.
Carroll escribió asimismo poesía: sus nonsense verses se
cuentan entre lo más creativo y elogiado de su producción. Así lo
demuestran los pequeños fragmentos intercalados en los dos libros de
Alicia, y en los dos de Sylvie y Bruno (1869-1893), así
como en el largo poema épico-burlesco titulado La caza del snark
(1876).
Fantasmagoría se publicó en 1869, junto con otros doce
cómicos y trece más «serios», en el volumen Phantasmagoria and
Other Poems. En 1893 fue incluido en una antología titulada
Rhyme? And Reason? con ilustraciones del artista
norteamericano Arthur Burdett Frost (1851-1928). Carroll, que siempre
se entrometió en el trabajo de sus ilustradores, con los que a
menudo acababa riñendo, le escribió a Frost: «Resulta difícil
encontrar palabras para expresar, con toda la fuerza que desearía,
hasta qué punto admiro sus dibujos para el poema de fantasmas. Son
realmente maravillosos».
Fantasmagoría
Nota del traductor
Si toda traducción tiene una buena dosis de traición, ésta es aún
mayor cuando la forma del texto original está realzada por los
recursos de la métrica. Acceder a Lewis Carroll, auténtico virtuoso
de la versificación inglesa, a través de una traducción implica
tener que resignarse a perder en este recorrido gran parte de su
atractivo original. Es misión del traductor procurar que este
inevitable naufragio sea lo menos desastroso posible, y su
responsabilidad es todavía mayor cuando, como en este caso, se trata
de la primera vez que la obra en cuestión (la Fantasmagoría)
es publicada en castellano en España.
He intentado ceñirme al máximo a la forma original del poema,
dentro de las posibilidades que ofrece la métrica castellana.
Carroll utiliza un único esquema métrico que repite en las 150
estrofas de su Fantasmagoría. Cada estrofa consta de cinco
versos. El primero, tercero y cuarto versos son octosílabos
acentuados en la última sílaba, mientras que el segundo y el quinto
son heptasílabos acentuados en la penúltima. Los tres octosílabos
riman entre sí en consonante, y lo mismo ocurre con los dos
heptasílabos. He aquí la primera estrofa de la Fantasmagoría:
One
winter night, at half-past nine,
|
8A
|
Cold,
tired, and cross, and muddy,
|
7B
|
I
had come home, too late to dine,
|
8A
|
And
supper, with cigars and wine,
|
8A
|
Was
waiting in the study.
|
7B
|
Siendo el inglés una lengua de vocablos más breves que los del
castellano, cualquier traducción a nuestra lengua tendrá
necesariamente que contar con un número superior de sílabas. Por
ello he convertido en endecasílabos los octosílabos originales
ingleses, ganando así nueve sílabas suplementarias, y he mantenido
los heptasílabos. El resultado ha sido una lira al revés (sólo por
lo que respecta a la medida, y no a la rima). La lira es una
combinación de heptasílabos y endecasílabos que culmina en un
endecasílabo, el cual, al ser un verso de arte mayor, impone al
conjunto un carácter solemne, propio de un tema heroico. En esta
adaptación de la estrofa empleada por Carroll se invierte la
disposición de la lira, al intercambiar los endecasílabos y los
heptasílabos sus respectivos lugares. De este modo, el heptasílabo,
verso de arte menor y como tal más adecuado para un tema cómico,
pasa a ocupar el lugar principal, lo que se ajusta al tono
desenfadado del poema.
En lo tocante a la rima, una estricta fidelidad al texto habría
exigido mantener la misma distribución de rimas elegida por Carroll.
Ello me habría obligado a alejarme excesivamente del original, al no
ser fácil encontrar 750 correspondencias semánticas que rimen entre
sí en consonante. El empleo de la rima asonante concede mayor
libertad, pero no resulta posible en este caso, dado que la estrofa
posee un número impar de versos, y lo habitual en nuestra métrica
es que rimen en asonante los versos pares. He elegido una solución
intermedia, consistente en hacer rimar entre sí tres versos en
consonante, dejando los otros dos libres, y he optado por hacer rimar
los versos impares, para lograr así una mayor cohesión mediante una
distribución simétrica de las rimas. Ésta es mi versión de la
estrofa antes citada:
Noche
invernal, las nueve y media: helado,
|
11A
|
harto,
enlodado, exhausto,
|
7-
|
vuelvo
a casa. La cena ya ha pasado,
|
11A
|
mas
en mi estudio, con su vino y puros,
|
11-
|
me
espera un buen bocado.
|
7A
|
Paso a ocuparme brevemente de la terminología «fantasmal» del
poema. Carroll se sirve del término ghost (ocasionalmente
sprite) para designar con carácter general a los seres
inmateriales que según la creencia popular atemorizan a los seres
humanos, y lo subdivide en una veintena de categorías. La mayoría
de éstas las toma de la mitología inglesa, pero también echa mano
de la escocesa, la irlandesa, la germánica, la escandinava y la
oriental. En un momento dado llega incluso a establecer un orden
jerárquico de espíritus (aunque sólo parcial), pero no siempre se
muestra sistemático: con sus denominaciones fantasmales lo que
pretende es divertir y no efectuar una docta clasificación. En esta
versión he utilizado el término «trasgo» (ocasionalmente
«espíritu») para designar a estos seres inmateriales en general,
reservando el término «fantasma» (phantom) para la
categoría a la que pertenece el espíritu protagonista. He recurrido
a diversas mitologías españolas no castellanas para imitar la
utilización que hace Carroll de las mitologías británicas no
inglesas, y he mantenido sin cambios la mayoría de las
denominaciones mitológicas no británicas. Como Carroll, no siempre
he sido sistemático ni he buscado correspondencias exactas.
Termino esta nota donde debería haberla comenzado, agradeciendo a
Pollux Hernúñez su magistral revisión de este texto. No me fío de
mi pluma para expresar adecuadamente hasta qué punto soy su deudor,
y recurro a la de Baudelaire, como él maestro en el doble arte de
escribir y traducir, para dejar constancia de mi gratitud:
Quod erat spurcum, cremasti;
quod rudius, exaequasti;
quod debile, confirmasti.
Javier La Orden Trimollet
Fuente:
Título original: Phantasmagoria
Traducción: Javier La Orden Trimollet
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