viernes, 10 de enero de 2014

Adolfo Bioy Casares. Novela: Plan de evasión. Centenario de su nacimiento: 1914-2014.

 
La revolución sensorial de Plan de evasión


PABLO SÁNCHEZ LÓPEZ
Dentro de la trayectoria novelística de Adolfo Bioy Casares, La invención de Morel

y Plan de evasión, constituyen sin duda un primer ciclo, frente a las novelas posteriores

de ambiente bonaerense, y desde ese punto de vista han propiciado análisis conjuntos1. El

autor argentino desarrolla ambas obras en escenarios isleños, que constituyen modelos

espaciales útiles para amparar la excepcionalidad fantástica que es parte esencial de la

poética del novelista. Ambas obras también se complementan con una temática sentimental,

pero sometida a los rigurosos mecanismos de la narración: el misterio, la intriga,

la solución final. El resultado son sendos ejercicios de escrupulosa ordenación técnica y

de pericia narrativa, que aprovechan el potencial semántico de la isla como escenario ahistórico,

en el que la aventura pueda estructurarse y crear un mundo ficticio hermético; sin
embargo, en La invención de Morel ese mundo está más cerrado a las intromisiones de la

Historia que en Plan de evasión2, donde el novelista crea personajes con cierta definición

ideológica.

En esta ponencia, nuestra intención es la de especificar, precisamente, algunos rasgos
originales de Plan de evasión, obra bastante menos conocida y estudiada que la anterior.

El énfasis en la textualidad y la novedad del discurso narrativo sitúan destacadamente

esta novela en la corriente de renovación de la novela en los años cuarenta, en la obvia

cercanía de lo que Roa Bastos llamó el “enclave borgeano” de la nueva narrativa del continente;

pero, además, la complejidad ideológica de la obra merece un análisis pormenorizado,

porque el novelista aporta un enfoque innegablemente sutil a un eje temático que,

dentro únicamente de las letras argentinas, reúne en su diacronía ejemplos tan dispares y
lejanos en el tiempo como Los siete locos y Libro de Manuel; nos referimos a la utopía

revolucionaria. Plan de evasión plantea una estrategia de desarticulación de tópicos y

motivos de las representaciones literarias de la lucha política y resuelve esa estrategia con

una solución de tipo fantástico: un descubrimiento científico que aspira, mediante la liberación

de los sentidos, a suplir precisamente esa revolución. La presencia de voces con

sentido ideológico es un aspecto importante en esta novela y ese plurilingüismo como ele-


Véase especialmente Suzanne Jill Levine, Guía de Bioy Casares, Madrid, Fundamentos, 1982.

2 Adolfo Bioy Casares, Plan de evasión, ed. Alberto Manguel, Buenos Aires, Kapelusz, 1974. En adelante

todas las citas del texto se referirán a esta edición.
mento básico de la narración nos aconseja una metodología bajtiniana: “el análisis estilístico

de la novela no puede ser productivo fuera de la comprensión profunda del plurilingüismo,

del diálogo entre los lenguajes de la época respectiva. Pero para entender este

diálogo, para oír ahí un diálogo por primera vez, no es suficiente el conocimiento del

aspecto lingüístico y estilístico de los lenguajes: es necesaria una comprensión profunda

del sentido social-ideológico de cada lenguaje, y el conocimiento exacto del reparto social


de todas las voces ideológicas de la época” 3.

En el prólogo de Borges a La invención de Morel, prólogo que constituye, como es

sobradamente sabido, la certificación de un nuevo estilo, el del “sello” Borges-Bioy, el
autor de El Aleph habla de las ficciones de índole policial como aquellas que “refieren

hechos misteriosos que luego justifica e ilustra un hecho razonable” y califica la novela

de Bioy como una “Odisea de prodigios”, descifrada “mediante un solo postulado fantástico
pero no sobrenatural” 4. El paralelismo constructivo con Plan de evasión es notable,

y ambas responden a una concepción literaria muy similar, pero habría que destacar algunas

diferencias esenciales. En la segunda novela, reaparecen los hechos misteriosos y el

postulado fantástico, aunque Bioy sustituye la máquina de Morel por una nueva fantasía

científica, la cirugía simbolista de Pedro Castel, que altera las percepciones apoyándose
licenciosamente en las teorías de William James5. La definición cronotópica de la obra es

más precisa y significativa que en La invención de Morel: el escenario es el presidio de

las islas de la Salvación, en las Guayanas, y la acción se sitúa en 1913; el joven Enrique

Nevers acude a las islas para trabajar a las órdenes del gobernador Pedro Castel. El relato

consiste en la narración que hace su tío, Antoine Brissac, de la progresiva investigación

que Nevers lleva a cabo sobre las actividades de Castel. Pero es preciso distinguir la índole

de esos hechos misteriosos en la segunda novela de Bioy, su naturaleza moral y discretamente

política. Lo que nos interesa destacar es la forma en que ese recurso fantástico,

la revolución sensorial, se complementa con otro recurso tal vez menos llamativo,

para concretar un modelo de novela imaginativa e innovadora ajeno ya en 1945 (antes por
 
 
tanto de la publicación de obras como El Señor Presidente o El reino de este mundo) a

cualquier tradición realista de la novelística latinoamericana. Ese otro recurso es la manipulación

estética de voces ideológicas casi desprovistas de referente, de sustancia, y

sometidas a una evidente distancia crítica. De ese modo, el discurso escéptico y relativista

de Bioy aspira a convertirse en una propuesta de legitimación no solo de una literatura

fantástica, sino también de una literatura despolitizada. Quizá no se ha llamado la atención

suficientemente sobre la originalidad que supone el planteamiento del escritor argentino

y la dificultad para encontrar alguna equivalencia en la producción novelística latinoamericana

de la época.
 

646 PABLO SÁNCHEZ LÓPEZ

3 Mijail Bajtin, Teoría y estética de la novela, Madrid, Taurus, 1989, pág. 232.

4 Jorge Luis Borges, “Prólogo” en A. Bioy Casares, La invención de Morel, Madrid, Alianza, 1972,

pág. 11.


5
 Dentro de la recepción crítica de la novela, cabría destacar la reseña que Ernesto Sábato realizó, antes

de que debutara como novelista con El túnel, y en la que comentaba que en Plan de evasión “el autor profesa

una concepción empirista del universo, inglesa, referida en primer término a William James y, más remotamente,

a Hume y Berkeley”, pero la obra “señala, sin duda, un tránsito inevitable desde la Máquina hacia el Hombre”,
en relación con La invención de Morel (“Plan de evasión”, noviembre 1945, Sur, 133, págs. 67-69).

En Plan de evasión, los prodigios a los que hacía referencia Borges tardan en aparecer;

en su lugar, encontramos una suerte de incertidumbre ideológica sobre los acontecimientos

en la prisión. Las implicaciones morales del universo diegético juegan un papel

decisivo: la idea de la rebelión, de la lucha contra la injusticia, desarrolla las primeras

expectativas de la lectura, está presente de forma constante en el cruce de perspectivas de

los personajes y se resuelve finalmente en una apuesta imaginativa. Una apuesta muy

reveladora de una poética concreta, la de Bioy Casares, poco atenta a someter la literatura

a la tensión conflictiva de la realidad histórica. Parafraseando con humildad el prólogo
de Borges antes citado, podríamos señalar que en Plan de evasión se refieren hechos éticamente

“misteriosos” y problemáticos que intenta justificar un hecho fantástico. En otras

palabras: una disyuntiva ideológica se resuelve por una tercera vía fantástica, y la crítica

al realismo se confirma también como una aparente abstención, propia de una obra estructurada

narrativamente para favorecer la ambigüedad, por medio de las diferentes voces

narrativas y el final inconcluso (con ese enigmático “etcétera”).
La crítica que se ha ocupado de Plan de evasión ha destacado acertadamente la naturaleza

autorreflexiva y a menudo paródica de la novela, así como las brillantes estrategias

textuales de desarticulación referencial: por ejemplo, para María Isabel Tamargo, “en
Plan de evasión todo es una reconstrucción y por lo tanto un discurso que se sabe mediatizado”

y que además “queda relativizado por la posibilidad de la mentira” 6. En otras ocasiones,

los alusivos artificios literarios de Bioy —con las referencias a autores como H.

G. Wells— han acaparado la atención crítica, para mostrar la revisión que el novelista realiz
 
 
de determinados tópicos literarios7. En efecto, el cálculo con el que Bioy Casares concibe

la novela provoca una serie de correspondencias y refracciones metaliterarias o intertextuales,

como por ejemplo la inclusión de un personaje también llamado Dreyfus en la

isla a donde fue deportado el famoso Dreyfus, o la frecuente aparición de citas a la literatura

simbolista o pre-simbolista (Baudelaire o Verlaine, a los que habría que sumar a

William Blake). Sin embargo, hay que recalcar la distancia que separa a Pedro Castel, el
científico de Plan de evasión, de otros científicos de las novelas de Bioy, como por ejemplo,

el doctor Samaniego de Dormir al sol. Sin duda, hay una notable diferencia entre los

discursos y la configuración ideológica de los dos experimentadores. La audacia de Castel

tiene una intensidad que merece un comentario particular; se trata, efectivamente, de un

inventor guiado por una intención ética en un contexto muy específico: el presidio. Es

mucho más autoconsciente que el enigmático Samaniego, y la naturaleza de sus objetivos

le confiere otra identidad. Además, en su planteamiento sobre una polémica colectiva,


sobre la posibilidad de una rebelión en el penal, Plan de evasión se sitúa en un nivel que,

en la novelística de Bioy, sólo alcanza tal vez Diario de la guerra del cerdo, donde también




hay una historia amorosa envuelta en una realidad ficticia de violencia y desasosie-


LA REVOLUCIÓN SENSORIAL DE PLAN DE EVASIÓN 647

6 María Isabel Tamargo, La narrativa de Bioy Casares. El texto como escritura-lectura, Madrid, Playor,




1983, págs. 51-53. Véase también Alicia Borinsky, “Plan de evasión de Adolfo Bioy Casares: la representación


de la representación”, en Donald A. Yates (ed.), Otros mundos, otros fuegos: fantasía y realismo mágico en

Iberoamérica, Michigan State University, Latin American Studies Center, 1975, págs. 117-119.

7 Un ejemplo de ello sería el estudio citado de Levine.




go, en este caso un mundo antiutópico en el que los ancianos reciben el acoso asesino de


un movimiento de jóvenes. Plan de evasión, con todo, es aún más interesante para examinar




la relación entre ideología y literatura. Porque esta obra narra unos acontecimientos

ficticios centrados en torno a una posible revolución en una cárcel, es una historia de

evasiones y fugas situada en las Guayanas, pero también es una exploración original sobre

la (im)posibilidad de la subversión.

Para precisar este análisis, conviene repasar el control de informaciones narrativas

en la novela, control que tiene como finalidad situar la intriga en torno a los movimientos

del gobernador Pedro Castel. Ese misterio tiene un correlato indiscutible en la ambigüedad

del otro protagonista de la novela, Enrique Nevers; hay una relación entre la inestabilidad

de Nevers, que se siente continuamente amenazado, y las extrañas resoluciones

de Castel, lo que constituye un equilibrio básico en el avance de la novela. La indecisión

de Nevers no sólo consiste en sus constantes vacilaciones y dudas sobre lo que ocurre en

la cárcel a la que ha sido destinado, dudas que tiene desde el momento que descubre el

misterio del “camouflage” en la isla del Diablo, sino que también afecta a su propia posición

moral sobre la existencia de los presidios, y sobre la idea de justicia.

Nevers sufre en las islas la separación de la mujer que ama y está impaciente por

reencontrarse con ella; su cooperación con el sistema judicial y represivo es ocasional. Su

llegada a las islas, de hecho, ha sido forzada por unas circunstancias contrarias, lo que le

convierte a él también en una especie de prisionero, de víctima: “imaginó que estaba condenado

a esas calamidades por haber permitido, sin resistencia, que dispusieran de su destino.


Entre presidiarios, liberados y carceleros, se consideraba un presidiario” 8. Le parece




aborrecible vivir en el presidio incluso como hombre libre; ese exceso de sensibilidad

le lleva a imaginarse que amotina a unos deportados que viajan en la bodega de su barco

con destino a las islas. Su indecisión le coloca permanentemente entre la actitud crítica

ante la existencia del presidio y un deseo de insensibilizarse, de no implicarse en un problema

que puede comportar un riesgo de retrasar su retorno a Francia. “La isla no es un

lugar ameno —escribe Nevers, en un texto reproducido por el narrador Antoine Brissac—:

en todas partes, el horror de ver presidiarios, el horror de mostrarse libre entre presidiarios”


9. Pero no puede evitar involucrarse ante el descubrimiento de las extrañas operaciones




del gobernador Castel.

El misterio de las intenciones de Castel no es un enigma aséptico o neutro: es un

enigma que exige una respuesta de Nevers, una intervención que rompa cualquier pasividad

y le obligue a una toma de posición ideológica. Las primeras referencias al gobernador

Castel plantean la expectativa política y el misterio de sus maniobras se orienta hacia

la idea de la rebelión. Legrain dice a Nevers que Castel “es un anarquista” y la señora de


Frinziné afirma que es un “subversivo” 10. Sin embargo, Nevers empezará por sospechar




que el problema de Castel es alguna forma de locura; después, su desconcierto le llevará

a sopesar el grado de locura del gobernador y a cuestionarse una vez más su propia ubi-


648 PABLO SÁNCHEZ LÓPEZ

8 A. Bioy Casares, Plan de evasión, ed. cit., pág. 36.

9 A. Bioy Casares, Plan de evasión, ed. cit., pág. 44.

10 A. Bioy Casares, Plan de evasión, ed. cit., pág. 38.




cación en el conflicto ideológico que suscita el presidio: “si el gobernador no estaba totalmente

loco, Nevers lo consultaría sobre la administración. Actualmente, la administración


no existía. ¿Qué debía inferir? ¿Locura? ¿Desinterés? En este caso el gobernador no sería

abyecto. Pero, ¿cómo no desconfiar de un hombre que tiene vocación de dirigir un presidio?

Sin embargo, reflexionó, yo estoy aquí; ¿es la vocación lo que me ha traído? 11.




Nevers es, como se descubre más adelante, la esperanza de Castel, que espera en él un

colaborador, un seguidor de su experimento revolucionario. El primer fracaso de Castel

es, justamente, no conseguir que Nevers se convierta en un adepto, no conseguir su compromiso,

a pesar de su talante comprensivo y receptivo a la problemática de la cárcel.


Como vemos, la historia de Plan de evasión no es únicamente una creación lúdica




o metaliteraria, puesto que Bioy manipula una serie de contenidos morales y axiológicos,

plantea una discusión, que sitúa en otra época, y que, dentro de la novela y en interacción

significativa con la conclusión de la misma, acaba diluyéndose por efecto de la explicación

fantástica del relato. Hay una estilización de ese lenguaje político, de esa orientación,

que evoca, siquiera lejanamente, el presente histórico del novelista. Como señala Bajtin,

"toda estilización auténtica significa una representación artística del estilo lingüístico


ajeno, es la imagen artística de un lenguaje ajeno" 12. Bioy relativiza, desnaturaliza y transforma




ese lenguaje adecuándolo a su intención literaria, que, inequívocamente, es convertir

el mundo realista del conflicto político en el mundo fantástico de la aventura (lo que


supone una diferencia más con respecto a La invención de Morel). Ante todo, lo manipula




estéticamente al situarlo en un tiempo cronológico que no corresponde al tiempo empírico

del autor, con lo que hay una primera respuesta polémica a la literatura realista y, más

aún, a cualquier literatura de crítica sociopolítica. Pero además crea una imagen artística

de ese lenguaje, convirtiendo la rebelión de Castel en una rebelión original, singular y

novedosa, sobre todo en el contraste con la revolución que espera Nevers y la que sospechan

inicialmente los lectores.

En el primer encuentro de Nevers con Castel, el discurso del gobernador es todavía

ambiguamente rebelde, lo que contribuye a fomentar la perplejidad de Nevers. Castel

comenta el entusiasmo que le produjo la llegada de Nevers a las islas, y enuncia su propósito

rebelde: “vuelvo a lo que hemos tomado como base de nuestro acuerdo. Para la

mayor parte de los hombres -para los pobres, para los enfermos, para los presidiarios- la

vida es pavorosa. Hay otro punto en que podemos convenir: el deber de todos nosotros es


tratar de mejorar sus vidas” 13. Castel anticipa también la ambición de su proyecto experimental,




todavía extremadamente vago para los lectores: “por el ejemplo nuestra obra será


mundial. La obligación es salvar al rebaño que vigilamos, salvarlo de su destino” 14. No se




trata, a nuestro juicio, únicamente de una parodia de la literatura utópica o de la recreación

de un personaje típico de determinados relatos, como es la figura del científico, sino

que es, de forma más precisa, la asimilación novelística de un lenguaje ajeno que va a ser

reinventado para crear esa revolución original, diferente: la revolución científica y fan-


LA REVOLUCIÓN SENSORIAL DE PLAN DE EVASIÓN 649

11 A. Bioy Casares, Plan de evasión, ed. cit., pág. 52, cursiva del autor.

12 M. Bajtin, Op. cit., pág. 178

13 A. Bioy Casares, Plan de evasión, ed. cit., pág. 60.

14 A. Bioy Casares, Plan de evasión, ed. cit., pág. 61.




tástica de Castel, quien, a partir de sus descubrimientos, tratará de conseguir una nueva

forma de liberación. En ese sentido, cobra una gran importancia en la novela la estilización

que Bioy realiza de los discursos revolucionarios de signo político y, por tanto, la

referencialidad del texto se hace más compleja y sutil, porque el artificio literario se apoya

claramente en una crítica de determinados ideologemas y en la importancia de las voces


opuestas de los personajes15.




La originalidad del proyecto de Castel se empieza a especificar en el segundo

encuentro con Nevers. Mientras tanto, éste continúa con sus dudas y su esperanza de volver

con su amada Irene. En el capítulo 9, el narrador, Antoine Brissac, resume, de forma

muy poco explícita y bastante confusa, el asunto que ha obligado al exilio a Nevers y

comenta la comunicación epistolar entre Irene y Nevers. En el capítulo 10, Bernheim, un

prisionero confidente de Nevers, confirma otra vez los temores sobre la existencia de una

operación de connotaciones libertarias: “le juro, le juro por la sangre de todos los hombres


asesinados aquí: habrá una revolución” 16, para añadir más adelante: “todo el mundo

sabe que Pedro Castel es un revolucionario” 17. Nevers, de todas maneras, mantiene su desconfianza




ante los indicios contradictorios; no sabe a quién pedir consejo, y sigue esperando

el momento en el que ha de abandonar las islas y retornar a Francia: “la vida en

estas islas justifica toda desesperación”, escribe Nevers, en otro texto reproducido y


comentado por Brissac18. Por fin, en el capítulo 12 tiene lugar el segundo encuentro entre




Nevers y Castel, en el que éste avanza en la delimitación de sus intenciones. A una pregunta

sobre si es anarquista, Castel responde que no se ha ocupado de política: “los políticos


creen en la reforma de la sociedad... Yo creo en la reforma del individuo” 19, frase




que cobra sentido al final del texto pero que se mantiene ambigua hasta ese momento, porque

el lector no posee suficiente información para situar ideológicamente al gobernador.

Sin embargo, la no revelación del carácter del proyecto de Castel le sitúa todavía en la

expectativa político-revolucionaria de un comunismo artificioso e insustancial.

A continuación Castel lanza un alegato contra el sistema carcelario, contra su fracaso,

contra los principios judiciales que resume con la frase: “el castigo es el derecho del

delincuente”. Nevers no está convencido de la licitud moral de la tentativa, todavía imprecisa,

de Castel, y duda una vez más sobre si conviene su complicidad: “Nevers reconoce

que ese hombre, a quien deseaba encontrar execrable, le pareció muy viejo y casi digno;

estuvo dispuesto a creer que la revolución sería benévola, a ofrecer su ayuda. Después se


acordó de Irene, de la decisión de no hacer nada que pudiera postergar su regreso” 20. En




el siguiente capítulo, Brissac comenta las reflexiones de Nevers acerca de la ambigüedad


650 PABLO SÁNCHEZ LÓPEZ

15 Cf. la reflexión de Mijail Bajtin: “introducido en la novela, el plurilingüismo está sometido a elaboración




artística. Las voces sociales e históricas que pueblan el lenguaje —todas sus palabras y sus formas—, que

le proporcionan intelecciones concretas determinadas, se organizan en la novela en un sistema estilístico armonioso

que expresa la posición ideológico-social diferenciada del autor, en el marco del plurilingüismo de la

época” (Op. cit., pág. 117; cursiva del autor).


16 A. Bioy Casares, Plan de evasión, ed. cit., pág. 69.

17 A. Bioy Casares, Plan de evasión, ed. cit., pág. 70.

18 A. Bioy Casares, Plan de evasión, ed. cit., pág. 71.

19 A. Bioy Casares, Plan de evasión, ed. cit., pág. 74-75.

20 A. Bioy Casares, Plan de evasión, ed. cit., pág. 75-76.




de Castel, entre su propuesta de revolución pedagógica y “el absurdo propósito de establecerse


en las islas y fundar una república comunista” 21.




A pesar de la mediación narrativa de Brissac, conocemos nuevas afirmaciones de

Nevers que delatan su posición indecisa: “en el pensamiento aplaudo, apoyo, toda rebelión

de presos. Pero en la urgente realidad... hay que haber nacido para la acción, saber


tomar, entre sangre y tiros, la decisión feliz” 22. Curiosamente, y en esto radica otra de las




claves interpretativas del texto, la intuición de Nevers está equivocada con respecto a

Castel, que no busca la rebelión de los presos; pero, en cambio, la revuelta de los presos

acabará produciéndose, como sabemos en el final de la obra por la narración de Brissac,

y no se producirá por el liderazgo de Castel, pero sí por su indolencia administrativa.

Antes de ese momento, Nevers (cap. 19) vuelve a dudar otra vez de las pretensiones “políticas

y revolucionarias” de Castel, y formula una hipótesis que es jugosamente metaliteraria:

“Tal vez Castel fuese una especie de doctor Moreau. Le costaba creer, sin embargo,


que la realidad se pareciera a una novela fantástica” 23.




Aún habrá nuevas vacilaciones de Nevers (por ejemplo en el cap. 22), que, a pesar

de una simpatía indiscutible, no puede aliarse con una revolución tan extraña como la que

lleva a cabo Castel. El comportamiento del gobernador le desorienta constantemente, y

divide cualquier seguridad en torno a la idea de un posible compromiso. La condición fantástica

del relato es, por tanto, algo más que la aparición de acontecimientos que, a partir


de unas premisas irracionales, se encadenan de manera perfectamente lógica24. Hay una




contraposición entre la visión del mundo (realista) de Nevers, con su polémica interna,

por un lado, y el camino alternativo (fantástico) de Castel, que ante la disyuntiva moral

del compromiso o la inacción, escoge un nuevo tipo de rebelión, imaginativa y simbolista,

y descarta la rebelión colectiva y por tanto determinadas doctrinas políticas.

Pero el experimento de Castel concluye en el fracaso. Ante todo, tiene un componente

de amoralidad que delata una nueva contradicción; sus experimentos con animales

y seres humanos evocan los peligros de la osadía científica, como en Wells. Su objetivo

final es ofrecer, a través de la ciencia, una alternativa al sufrimiento de los presos, una

alternativa diferente de la acción libertaria o la sublevación. La alteración sensorial, cuyos

fundamentos explica en la carta a Nevers que Brissac incluye en su relato, consiste en

conseguir que los presos perciban sus celdas como islas en las que se sientan libres.

Dentro de la isla “real” de la prisión y de la injusticia para presos que, como dos de los

utilizados por Castel, son políticos, los presos vivirían en “otra” isla imaginaria, fantástica

y, obviamente, no-realista, en la cual podrían sentirse libres. Sin embargo, la alternativa

fantástica de Castel, llena de obstáculos que ingeniosamente Bioy Casares enumera y

trata de superar de forma imaginativa pero a la vez coherente, acaba fracasando, porque

el Cura, el tercer sujeto del experimento, provoca las muertes de los demás, y el mismo

Castel muere también. El diálogo entre las posiciones de Nevers y Castel se cierra así con

la explicación fantástica. El plan de evasión para los presos, diseñado por Castel, acaba


LA REVOLUCIÓN SENSORIAL DE PLAN DE EVASIÓN 651

21 A. Bioy Casares, Plan de evasión, ed. cit., pág. 77.

22 A. Bioy Casares, Plan de evasión, ed. cit., pág. 82.

23 A. Bioy Casares, Plan de evasión, ed. cit., pág. 90.

24 Tzvetan Todorov, Introducción a la literatura fantástica, México, Premia, 1980, pág. 47.




en la muerte, como el mismo plan de evasión de Nevers, quien también muere en circunstancias,

no podía ser de otra manera, ambiguas. Ambos, además, fracasan en su toma

de posición ideológica.

Una de las facetas de mayor originalidad de la novela es esa aparición de la justificación

fantástica. En otras novelas y cuentos de Bioy Casares, lo fantástico irrumpe en la

existencia cotidiana de unos personajes frecuentemente presentados con realismo. En


Plan de evasión, en cambio, y esto es esencial, lo fantástico interviene en un mundo realista,




pero previamente polémico, en un mundo no armónico, el de la isla carcelaria, que


podría propiciar todo tipo de combatividades ideológicas o críticas, a diferencia de La

invención de Morel. La riqueza de la obra radica, de ese modo, en la metódica disolución




de la isotopía realista y política a favor de la lectura fantástica: las focalizaciones del relato,

el diálogo complejo entre Nevers y Castel y, finalmente, el hecho fantástico, con su

carga simbolista, convierten progresivamente el espacio de la isla en una isla no-histórica

y eliminan la importancia inicial de la conflictividad social.

El experimento revolucionario de Castel se suma, como una inesperada alternativa

fantástica, a toda una serie de polémicas, de contradicciones, de voces opuestas (Nevers-


Castel, Nevers-Brissac). La invención de Bioy Casares en Plan de evasión basa su antirrealismo




en la relativización de una serie de expectativas ideológicas, que alejan el contenido

de la obra de cualquier tipo de novela realista. La superioridad de la imaginación

razonada de Bioy (y de Borges) consigue fortalecer la autonomía de la literatura, separándola

de algunos “inconvenientes” del realismo, como la historicidad o la tentación de

la crítica sociopolítica.


La obra se asocia así con la proyección de la revista Sur en la década de los cuarenta




y con el prestigio creciente de Borges y del mismo Bioy (a los que habría que sumar a

Silvina Ocampo y José Bianco). Más difícil resulta justificar con evidencias textuales una

conexión entre el escepticismo ideológico de la novela y el contexto histórico en

Argentina en la década del triunfo del peronismo. Con todo, debemos recordar que el contexto

latinoamericano nos ofrece además otro interesante ejemplo de novela que transcurre

en una isla convertida en presidio y que se sitúa, tanto desde el punto de vista del discurso

narrativo como de la ideología, en el extremo opuesto a Bioy Casares: se trata de


Los muros de agua, de José Revueltas, publicada sólo cuatro años antes que Plan de evasión,




que permite comprobar adecuadamente la distancia que Bioy consigue entre su obra

y la literatura de alcance testimonial o denunciatorio. Si Revueltas buscaba abiertamente


un realismo materialista y dialéctico en esa novela25, Bioy Casares aprovecha la crítica




política como un simple instrumento más para la creación de la intriga, lo que significa

sin duda una desvirtuación ideológica pero al mismo tiempo es uno de sus más claros


logros estéticos en una novela audaz y abierta como pocas a múltiples interpretaciones26.

652 PABLO SÁNCHEZ LÓPEZ

25 Como señala en “A propósito de Los muros de agua”, en Los muros de agua, Obras completas, vol. 1,




México, Era, 1978, pág. 20.


26 Véase el análisis de Blas Matamoro: “las astucias de la Razón construyen una Cultura ajena a la




Historia, vegetación isleña lejana de toda Ciudad. Las cosas y el orden que reina en ellas, la Historia de las

Cosas, no le competen. En suma: la Razón no es de este Mundo, ni de esta Historia. Es del Mundo-de-la-Razón,


aislado del mundo histórico. La isla de Bioy es metonimia de esta empresa: la isla, la Cultura”. Oligarquía y literatura,




Buenos Aires, Ediciones del Sol, 1975, pág. 179.


La originalidad literaria de Bioy en esta obra, por tanto, no radica únicamente en la hipótesis

fantástica de una liberación sensorial, sino también en esa nueva relación con el referente

histórico, que le distancia de la tradición cívica o comprometida del escritor latinoamericano

y le permite defender a la vez la autonomía de la literatura y la inferioridad del

realismo (con su significado sociopolítico) frente a la fantasía. En la misma década en la

que Borges consagra su poética aprovechando el valor estético de las proposiciones intelectuales,

Bioy intensifica esa propuesta utilizando estéticamente las ideologías y logrando

ni más ni menos que una autocrítica de la novela política.



miércoles, 8 de enero de 2014

Adolfo Bioy Casares. Centenario de su nacimiento 2014. Novela La invención de Morel.




Adolfo Bioy Casares (Buenos Aires, Argentina; 15 de septiembre de 1914 – ibídem, 8 de marzo de 1999) fue un importante escritor argentino que frecuentó las literaturas fantástica, policial y de ciencia ficción. Debe, además, parte de su reconocimiento a su gran amistad con Jorge Luis Borges, con quien colaboró literariamente en varias ocasiones. Éste lo consideró incluso uno de los más notables escritores argentinos. La crítica profesional también ha compartido la opinión: Bioy Casares recibió, en 1990, el Premio Miguel de Cervantes.
Fuente: Wikipedia.

Por Adolfo Bioy Casares, 1940
Género Literario - Narrativo - Novela
Datos del Autor:
El 15 de septiembre de 1914 nace en Buenos Aires Adolfo Bioy Casares. A los once años escribe su primera novela, Iris y Margarita –plagiando a"Petit Bob" de Gyp–, para una prima de la que estaba perdidamente enamorado. A los catorce, Vanidad o Una aventura terrorífica, cuento fantástico y policial. En 1932 conoce, en casa de Victoria Ocampo, a quien será su amigo y colaborador: Jorge Luis Borges y, dos años más tarde, a Silvina Ocampo, quien junto a Borges lo convencerá de abandonar los estudios y dedicarse exclusivamente a escribir, y con quien se casará en 1940. Ese mismo año publica La Invención de Morel, su obra más famosa y convertida hoy en un clásico de la literatura contemporánea. Bioy y Borges forman por años un formidable duo creativo que produce obras como Un modelo para la muerte, Libro del Cielo y del Infierno y las Crónicas de Bustos Domecq, la mayoría de las cuales son firmadas con el seudónimo común de H. Bustos Domecq. En 1954, año en que publica El sueño de los héroes, nace su única hija, Marta. En 1969 aparece Diario de la guerra del cerdo, llevada posteriormente al cine por Leopoldo Torre Nilsson. Entre otros premios y galardones, recibe en 1975 el Gran Premio de Honor de la SADE, es nombrado Miembro de la Legión de Honor de Francia en 1981, Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires en 1986 y es galardonado en 1990 con el Premio Cervantes. Considerado por Jorge L. Borges como uno de los mayores escritores argentinos de ficción, Bioy Casares es dueño de una vasta obra en donde la fantasía y la realidad se superponen con una armonía magistral. La impecable construcción de sus relatos es, quizá, la característica que con mayor frecuencia ha destacado la crítica con respecto a su obra.
Adolfo Bioy Casares murió en la Ciudad de Buenos Aires el 8 de Marzo de 1999.
Entre sus obras:
novelas:
  • La invención de Morel (1940)
  • Plan de evasión (1945)
  • El sueño de los héroes (1954)
  • Diario de la guerra del cerdo (1969)
  • Dormir al Sol (1973)
  • La aventura de un fotógrafo en La Plata (1985)
  • Un campeón desparejo (1993)
  • De un mundo a otro (1997)
  • Capítulos I, II, III
cuentos:
  • Prólogo (1929)
  • 17 disparos contra lo porvenir (1933)
  • La estatua casera (1936)
  • Luis Greve, muerto (1937)
  • La trama celeste (1948)
  • En memoria de Paulina
  • Las vísperas de Fausto (1949)
  • Historia prodigiosa (1956)
  • Guirnalda con amores (1959)
  • El lado de la sombra (1962)
  • El gran serafín (1967)
  • El héroe de las mujeres (1978)
  • Historia desaforadas (1986)
  • Nóumeno
  • En viaje (1996) cartas a Silvina
obras en colaboración:
  • Seis problemas para don Isidro Parodi (1942), con J.L.Borges
  • Dos Fantasías memorables (1946), con J.L.Borges
  • Los que aman, odian (1946), con Silvina Ocampo
  • Un modelo para la muerte (1946), con J.L.Borges
  • Crónicas de Bustos Domecq (1967), con J.L.Borges
  • Nuevos cuentos de Bustos Domecq (1977), con J.L.Borges
Síntesis Argumental:
Trata sobre un hombre que vivía en Colombia, y que según relata, ha sido condenado injustamente. Escapa del continente, dirigiéndose a una isla, supuestamente desierta.
Allí se encuentra con un grupo de personas, dentro del cual hay una bella mujer llamada Faustine. Se enamora de ella, "Pero esa mujer me ha dado una esperanza. Debo temer las esperanzas", y se limita a observarla escondido, todos los atardeceres. En vano, trata de conquistarla mediante un pequeño jardín con flores.
Nadie parece notar su presencia, y se da cuenta de que todo se repite: las acciones, los diálogos, e incluso la presencia de dos soles y dos lunas. Morel, un científico que habita la isla, anuncia su invento: una máquina que es capaz de reproducir todos los sentidos juntos, simultáneamente. En cierta forma, "Congregados los sentidos surge el alma. ... si Madeline estaba para la vista, Madeleine estaba para el oído, Madeline estaba para el sabor, Madeleine estaba para el olfato, Madeline estaba para el tacto: ya estaba Madeline". El único defecto de la máquina era que para poder reproducir un ser, este debía primero morir.
El fugitivo, comprende la máquina y la pone en marcha. Se graba durante 7 días, al lado de la mujer que amaba (Faustine) y, como es inevitable muere, pero a la vez es inmortal, ya que su imagen se repetirá a la eternidad.
Temas Principales:
  • La Inmortalidad: Es el tema principal de la obra. Ambos (El Fugitivo y Morel) buscan la inmortalidad, aunque utilizan distintos métodos, y sus pensamientos son distintos: "Recorrí los estantes buscando ayuda para ciertas investigaciones que el proceso interrumpió y que en soledad de la isla traté de continuar (creo que perdemos la inmortalidad porque la resistencia a la muerte no ha evolucionado; sus perfeccionamientos insisten en la primera idea, rudimentaria: retener vivo todo el cuerpo. Sólo habría que buscar la conservación de lo que interesa a la conciencia)" esta es la idea del fugitivo, y por el otro lado, esta Morel "Mi abuso consiste en haberlos fotografiado sin autorización. Es claro que no es una fotografía como todas; es mi último invento. Nosotros viviremos en esa fotografía, siempre. Imagínense un escenario en que se representa completamente nuestra vida en esos siete días. Nosotros representados. Todos nuestros actos han quedado grabados.". Mi opinión es que no solo hay que mantener vivo el cuerpo, sino que también hay que buscar una eternidad en cuanto al espíritu.
  • El Amor: No queda dudas de que el fugitivo estaba enamorado de Faustine. En un principio, simplemente nota su presencia "En las rocas hay una mujer mirando las puestas del sol, todas las tardes. Tiene un pañuelo de colores atado en la cabeza...", la señala como una simple mujer, pero luego se enamora hasta el punto en que no puede vivir sin ella "Ahora la mujer del pañuelo me resulta imprescindible. Tal vez, toda esa higiene de no esperar sea un poco ridícula ...". Llega al punto de morir para vivir, se filma con Faustine para vivir por la eternidad esa semana "Mi alma no ha pasado, aún a la imagen; si no, yo habría muerto, habría dejado de ver a Faustine, para estar con ella en una visión que nadie recogerá.". El amor por Faustine, es mayor que la otra mujer a la que amaba (Elisa); aunque esta sea una simple imagen, que nunca pudo cambiar palabra alguna, que se limitó a observarla, en la soledad de una isla desierta.
  • Realidad o Fantasía: Esta idea persigue al fugitivo durante el transcurso de la obra. No puede distinguir la realidad de la fantasía, si el mundo que vive es el que piensa vivir, y esto lo lleva a ciertas explicaciones posibles: "Intenté varias explicaciones: Que yo tenga la famosa peste; sus efectos, la imaginación: la gente, a la música, Faustine; en el cuerpo: tal vez lesiones horribles, signos de la muerte, que los efectos anteriores no me dejan ver. (...) No creo indispensable tomar un sueño por realidad, ni realidad por locura."
Personajes Principales:
  • El Fugitivo: En ningún momento de dice el nombre del relator, ya que no es necesario debido a que no debe ni puede dialogar con algún otro personaje. Comienza intentando vivir sin que lo vean los otros habitantes de la isla, ya que piensa que lo mandarían a prisión "En este juego de mirarlos hay peligro; como toda agrupación de hombres cultos han de tener escondido un camino de impresiones digitales y de cónsules que me remitirían, si me descubren, por unas cuantas ceremonias o trámites, al calabozo.". No sabe si vive una realidad o todo es una ilusión. Se enamora de Faustine. Descubre la máquina de Morel y la utiliza para sus propósitos. Al fin de la obra, muere.
  • Faustine: El desarrollo de la narración gira en torno a éste personaje, sin embargo no es el más importante. Faustine es una mujer, mejor dicho la imagen de una mujer, que lee su libro mirando los atardeceres en las rocas. Habla con Morel muy frecuentemente, aunque son sólo amigos "Repito: no hay prueba definitiva de que Faustine sienta amor por Morel...". Ella parece saber el invento de Morel, aunque no está de acuerdo con él.
  • Morel: Morel es el inventor de la máquina capaz de reproducir la materia. Para mí, lo que hace es inmoral, ya que está usurpando la privacidad de los demás habitantes, al filmarlos con su invento sin su consentimiento. Al no poder estar con Faustine durante la vida, decide morir con ella y matar a todos "... él, entonces, tramó la semana, la muerte de todos sus amigos, para lograr la inmortalidad con Faustine...".
Lugar y Época:
Es una isla ubicada en el archipiélago de Las Ellice, más precisamente la isla Villings. La vegetación es abundante. Plantas, pastos y flores. En la isla hay una colonia con diversas estructuras, hay un museo, una pileta de natación, una capilla. Ésta isla es el lugar ideal para el fugitivo, ya que según dicen, ningún barco se atreve a entrar en esa zona.
La época es posterior a 1924, aunque no se dice la fecha concreta, ni cuanto tiempo pasa él allí.
Fuente: http://www.monografias.com/trabajos/invemorel/invemorel.shtml


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