[L1]Dante parece aludir a una fábula que puede resumirse de este modo: una rana quería ahogar a un ratón fingiendo ayudarle a pasar un río; en el momento en que está tirando del roedor aparece un halcón que se lo lleva por los aires, y a la rana con él, pues se encuentra agarrada a éste.
[L2]Pintada por sus ropas, pues los hipócritas tienen una apariencia por fuera y otra por dentro, como veremos por su castigo. La etimologia griega de Hipócrita es «Bajo el oro» (Ypocrisis).
[L3]¿Hay una velada alusión a la hipocresía de los cluniacenses?
[L4]Los comentaristas apuntan que Federico II usaba unas capas de plomo con las que recubría a los traidores de lesa majestad y luego les sometía al fuego, pero ningún dato nos dan los documentos ni los cronistas de la época.
[L6]103‑108 Los Frailes Gozosos o Caballeros de la Gozosa Virgen María, fue una Orden militar y religiosa fundada en 1261, constituida para evitar las disensiones civiles en la Italia de la época. A esta Orden pertenecieron los boloñeses Catalano dei Catalani, güelfo, y Loderingo degli Andalo, gibelino, que tras ejercer muchos cargos públicos en diversas ciudades, fueron llamados a ocupar juntos el cargo de podestá en Florencia en 1266 con la misión de pacificar las discordias entre los bandos. Al poco tiempo la facción güelfa se levantó contra los gibelinos, destruyendo las casas de los Uberti en el barrio del Gardingo. Luego ambos abandonaron la ciudad en medio de las sospechas, no comprobadas, pero que Dante confirma, de haber favorecido secretamente a los güelfos.
[L7]ll5‑ll7 Caifás, sumo sacerdote de los judíos, aconsejó en el Sanedrín la crucifixión de Cristo con estas palabras.
[L8]121‑123 Anás y todos los que participaron en aquella reunión del Sanedrín.
[L9]Tal vez porque en su anterior bajada no se encontraba allí, o simplemente por la naturaleza del castigo.
[L10]Malacola le había asegurado que encontrarían un paso, cuando en realidad se encuentra roto, y tienen que subir trepando.
CANTO
XXIII
Callados, solos y sin compañía
caminábamos uno tras del otro,
lo mismo que los frailes franciscanos. 3
Vuelto había a la fábula de Esopo 4[L1]
mi pensamiento la presente riña,
donde él habló del ratón y la rana, 6
porque igual que «enseguida» y «al
instante»,
se parecen las dos si se compara
el principio y el fin atentamente. 9
Y, cual de un pensamiento el otro sale,
así nació de aquel otro después,
que mi primer espanto redoblaba. 12
Yo así pensaba: «Si estos por nosotros
quedan burlados con daño y con befa,
supongo que estarán muy resentidos. 15
Si sobre el mal la ira se acrecienta,
ellos vendrán detrás con más crueldad
que el can lleva una liebre con los
dientes.» 18
Ya sentía erizados los cabellos
por el miedo y atrás atento estaba
cuando dije: «Maestro, si escondite 21
no encuentras enseguida, me amedrentan
los Malasgarras: vienen tras nosotros:
tanto los imagino que los siento.» 24
Y él: «Si yo fuese de azogado vidrio,
tu imagen exterior no copiaría
tan pronto en mí, cual la de dentro
veo; 27
tras mi pensar el tuyo ahora venía,
con igual acto y con la misma cara,
que un único consejo hago de entrambos. 30
Si hacia el lado derecho hay una
cuesta,
para poder bajar a la otra bolsa,
huiremos de la caza imaginada.» 33
Este consejo apenas proferido,
los vi venir con las alas extendidas,
no muy de lejos, para capturarnos. 36
De súbito mi guía me cogió
cual la madre que al ruido se despierta
y ve cerca de sí la llama ardiente, 39
que coge al hijo y huye y no se para,
teniendo, más que de ella, de él
cuidado,
aunque tan sólo vista una camisa. 42
Y desde lo alto de la dura margen,
de espaldas resbaló por la pendiente,
que cierra la otra bolsa por un lado. 45
No corre por la aceña agua tan rauda,
para mover la rueda del molino,
cuando más a los palos se aproxima, 48
cual mi maestro por aquel barranco,
sosteniéndome encima de su pecho,
como a su hijo, y no cual compañero. 51
Y llegaron sus pies al lecho apenas
del fondo, cuando aquéllos a la cima
sobre nosotros; pero no temíamos, 54
pues la alta providencia que los quiere
hacer ministros de la quinta fosa,
poder salir de allí no les permite. 57
Allí encontramos a gente pintada 58[L2]
que alrededor marchaba a lentos pasos,
llorando fatigados y abatidos. 60
Tenían capas con capuchas bajas
hasta los ojos, hechas del tamaño
que se hacen en Cluní para los monjes: 63[L3]
por fuera son de oro y deslumbrantes,
mas por dentro de plomo, y tan pesadas
que Federico de paja las puso. 66[L4]
¡Oh eternamente fatigoso manto!
Nosotros aún seguimos por la izquierda
a su lado, escuchando el triste lloro; 69
mas cansados aquéllos por el peso,
venían tan despacio, que con nuevos
compañeros a cada paso estábamos. 72
Por lo que dije al guía: «Ve si
encuentras
a quien de nombre o de hechos se
conozca,
y los ojos, andando, mueve entorno.» 75
Uno entonces que oyó mi hablar toscano,
de detrás nos gritó: « Parad los pasos,
los que corréis por entre el aire
oscuro. 78
Tal vez tendrás de mí lo que buscabas.»
Y el guía se volvió y me dijo: «Espera,
y luego anda conforme con sus pasos.» 81
Me detuve, y vi a dos que una gran
ansia
mostraban, en el rostro, de ir conmigo,
mas la carga pesaba y el sendero. 84
Cuando estuvieron cerca, torvamente,
me remiraron sin decir palabra;
luego a sí se volvieron y decían: 87
«Ése parece vivo en la garganta;
y, si están muertos ¿por qué privilegio
van descubiertos de la gran estola?» 90
Dijéronme: «Oh Toscano, que al colegio
de los tristes hipócritas viniste,
dinos quién eres sin tener reparo.» 93
«He nacido y crecido ‑les repuse-
en la gran villa sobre el Arno bello, 95[L5]
y con el cuerpo estoy que siempre tuve. 96
¿Quién sois vosotros, que tanto os
destila
el dolor, que así veo por el rostro,
y cuál es vuestra pena que reluce?» 99
«Estas doradas capas ‑uno dijo-
son de plomo, tan gruesas, que los
pesos
hacen así chirriar a sus balanzas. 102
Frailes gozosos fuimos, boloñeses; 103[L6]
yo Catalano y éste Loderingo
llamados, y elegidos en tu tierra, 105
como suele nombrarse a un imparcial
por conservar la paz; y fuimos tales
que en torno del Gardingo aún puede
verse.» 108
Yo comencé: «Oh hermanos, vuestros
males »
No dije más, porque vi por el suelo
a uno crucificado con tres palos. 111
Al verme, por entero se agitaba,
soplándose en la barba con suspiros;
y el fraile Catalán que lo advirtió, 114
me dijo: «El condenado que tú miras, 115[L7]
dijo a los fariseos que era justo
ajusticiar a un hombre por el pueblo. 117
Desnudo está y clavado en el camino
como ves, y que sienta es necesario
el peso del que pasa por encima; 120
y en tal modo se encuentra aquí su
suegro 121[L8]
en este foso, y los de aquel concilio
que a los judíos fue mala semilla.» 123
Vi que Virgilio entonces se asombraba 124[L9]
por quien se hallaba allí crucificado,
en el eterno exilio tan vilmente. 126
Después dirigió al fraile estas palabras:
«No os desagrade, si podéis, decirnos
si existe alguna trocha a la derecha, 129
por la cual ambos dos salir podamos,
sin obligar a los ángeles negros,
a que nos saquen de este triste foso.» 132
Repuso entonces: «Antes que lo esperes,
hay un peñasco, que de la gran roca
sale, y que cruza los terribles valles, 135
salvo aquí que está roto y no lo salva.
Subir podréis arriba por la ruina
que yace al lado y el fondo recubre.» 138
El guía inclinó un poco la cabeza:
dijo después: « Contaba mal el caso
quien a los pecadores allí ensarta.» 141[L10]
Y el fraile: « Ya en Bolonia oí contar
muchos vicios del diablo, y entre otros
que es mentiroso y padre del embuste.» 144
Rápidamente el guía se marchó,
con el rostro turbado por la ira;
y yo me separé de los cargados, 147
detrás siguiendo las queridas plantas.
[L1]Dante parece aludir a una fábula que puede resumirse de este modo: una
rana quería ahogar a un ratón fingiendo ayudarle a pasar un río; en el momento
en que está tirando del roedor aparece un halcón que se lo lleva por los aires,
y a la rana con él, pues se encuentra agarrada a éste.
[L2]Pintada por sus ropas, pues los hipócritas tienen una apariencia por
fuera y otra por dentro, como veremos por su castigo. La etimologia griega de
Hipócrita es «Bajo el oro» (Ypocrisis).
[L3]¿Hay una velada alusión a la hipocresía de los cluniacenses?
[L4]Los comentaristas apuntan que Federico II usaba unas capas de plomo con
las que recubría a los traidores de lesa majestad y luego les sometía al fuego,
pero ningún dato nos dan los documentos ni los cronistas de la época.
[L6]103‑108 Los Frailes Gozosos o Caballeros de la Gozosa Virgen María, fue
una Orden militar y religiosa fundada en 1261, constituida para evitar las
disensiones civiles en la Italia de la época. A esta Orden pertenecieron los
boloñeses Catalano dei Catalani, güelfo, y Loderingo degli Andalo, gibelino,
que tras ejercer muchos cargos públicos en diversas ciudades, fueron llamados a
ocupar juntos el cargo de podestá en Florencia en 1266 con la misión de
pacificar las discordias entre los bandos. Al poco tiempo la facción güelfa se
levantó contra los gibelinos, destruyendo las casas de los Uberti en el barrio
del Gardingo. Luego ambos abandonaron la ciudad en medio de las sospechas, no
comprobadas, pero que Dante confirma, de haber favorecido secretamente a los
güelfos.
[L7]ll5‑ll7 Caifás, sumo sacerdote de los judíos, aconsejó en el Sanedrín
la crucifixión de Cristo con estas palabras.
[L8]121‑123 Anás y todos los que participaron en aquella reunión del
Sanedrín.
[L9]Tal vez porque en su anterior bajada no se encontraba allí, o simplemente
por la naturaleza del castigo.
[L10]Malacola le había asegurado que encontrarían un paso, cuando en realidad
se encuentra roto, y tienen que subir trepando.