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D. FRANCISCO DE QUEVEDO_Y VILLEGAS
AL PÚBLICO.
Hace, doscientos cincuenta y tres años que el
gran político, el profundo filósofo, el eminente
hablista, el padre de los donaires y de las gra
ciac, (l) D. Francisco de Quevedo y Villegas, es
oribió su POLÍTICA nn DIOS Y GOBIERNO DE Cmsro,
buscando la verdadera enseñanza para los Monar—
cas en el ejemplo y doctrina del Redentor'del
mundo.
Esta obra, que se terminó á raíz de la muerte
de Felipe III, cuando maldecian las gentes sin re
b0zo el mal gobierno de los Ministros caídos, y a1
boreaban y crecían esperanzas de un reinado de
paz y de justicia, vió la luz en 1626, época en que
ya las esperanzas se habían agostado, pues tras el
de Lerma y el de Uceda había aparecido el conde
duque de Olivares.
LA POLÍTICA DE D105 Y GOBIERNO DE CRISTO, es
un completo tratado de gobierno, basado en el
Evangelio, donde se encuentran reglas para. ha—
cer la felicidad de los pueblos, y donde hallan pro
(1) Así le llame! distinguido erudito y diligente colector de sus
obran, D. Aureliano Fernandez Guerra y Orbe.
_ 4 __
vechosa enseñanza, tanto estos, como sus Monar
cas y validos.
"Detan importante obra, entresacamos hoy al
gunos pensamientos, máximas y consejos, que
ofrecemos con la mejor voluntad al Monarca elec
to, seguros de que silos votos de 191 constituyen
tes han bastado para que ocupe el trono español,
igual número de consejos de aquel gran político
bastarán, si los sigue, para que se capte las sim
patias de los españoles.
l
__5_
1.
Rey que con el favor diferencia en público uno de
todos, para si ocasiona desprecio, para el privado ódio,
y en todos envidia. «
2.
Ser Rey es oficio, y el cargo no tiene parentesco:
huérfano es; y si no tiene ni conoce para la igualdad
padres ni parientes, ¿cómo admitirá allegado ni valido,
si no fuere á aquel solo que hiciere la voluntad de su
padre, y que diere con humildad el primer lugar a la
verdad, zi la justicia y misericordia?
3.
No hay bondad sin achaque; no hay grandeza sin
envidia. Si es bueno el valido, ó no lo parece ó no lo
quieren creer; y aunque en público claman todos por
la verdad, y por la justicia, y por la virtud, quieren
la que les esté bien, y fuera. de si ninguna tienen
por tal.
4l
. Rey que disimula delitos en sus Ministros, hácese
partícipe de ellos, y la culpa agena la hace propia: tié
nenle por cómplice en lo que sobrelleva; y los que con
mejor caridad, le advierten por ignorante, y los mal
intencionados, que son los mas, por impio.
Tenia Dios en el mundo un hombre solo, y todo lo
__ 5 _
había criado para él; y porque pecó, luego con demos—
tracion y espada le echa de su casa, le castiga, le des—
tierra, le condena a muerte. ¡Y los Reyes, teniendo
muchos hombres de quien echar mano, entretendráu
el_castigo de uno!
6.
Cualquier castigo basta para un ladron y un homi—
sida; y todos son pocos para el Ministro y el Juez, que
en lugar de darles castigo, les dá. escándalo.
7.
El mal Ministro acredita los delitos y disculpa los
malhechores; el bueno escarmienta y enfrena las de—,
mesías. —
Rey que elige Ministro, si sale ruin y le depone,
hizo Ministro que en la, ocasion se hizo ruin; y si le
sustenta despues de advertido de sus demasias, y des—
acreditado el Tribunal, ese no hizo Ministro que se
hizo malo; antes al malo, porque lo era, le hizo Mí—
nistr0, y así lo confiesa en sus acciones.
9.
Para castigar Dios á un Rey que desperdicía lo
que había de administrar, que derrama lo que había de
recojer, le permite un pedigüeño inadvertido y mal
aconsejado. ‘
_7 _
10.
Todos los malos Ministros son discípulos de la hija
de Herodías: divierten a. los Reyes y Príncipes con
danzas y fiestas; distráenlos en convites, y luego pí—
denlee la cabeza del Rey justo.
11.
El crédito de los Reyes está en la’ justificacion de
los que le sirven; y la perdicion, en el sustentamiento
de los que le desacreditan y disfaman.
12.
0
La voz de la adulacion, que con tiranía reina en
los oídos de los Príncipes, esforzada en su inadverten
cía, suele halagarlos con decir que bien pueden echar
se a dormir (quiere decir, descuidarse) con los Minis
tros. Este es engaño, no consejo.
13.
El Rey ha de velar para que duerman todos, y ha
de ser centinela del sueño de los que le obedecen.
14. ‘
Procure el Rey no merecer por su tiranía y vicios
levantamientos, y no hará caso de los que le dijeren
le son traidores ó lo quieren ser; que importa mucho
no mostrarse desconfiado de los vasallos y criados.
Empero, si es tirano no se fíe de las conjuras que cas-—
_ 3 __
tiga, ni de los traidores que prende; que los castigos
en casos semejantes, antes los irritan que los agotan.
15.
No ha de consentir el Monarca que le inquiera el
mas preeminente Ministro el intento, nilo que calla,
ni que sepa de su pecho, sino lo que dijere.
16.
Grandes son los peligros del reinar: sospechosas
son las coronas y los cetros. Entrase en palacio con
sujecion a la envidia y codicia, vívese en poder de la
persecucion y siempre en la vecindad del peligro.
17.
El único Rey que ha sabido serlo, fue Jesucristo.
18.
El buen Rey, ha de cuidar no solo de su reino
y de su familia, mas de su vestido y de su sombra; y
no ha de contentarse con tener este cuidado: ha de
hacer que los que le sirven, y están a su lado, y
sus enemigos, vean que le tiene.
19.
Miren los Reyes porlos pobres, que entonces habrán
entendido que el primer pobre y mas legitimo necesi—
tado es el buen Rey.
_9_
20.
Rey que se gobierna, Rey que se socorre a si mis—
mo y se guarda y mira por si, ese mira por sus
reinos. El que se descuida de si propio, y se deja y Ol—
vida, ¿por quién mirará, ni de qué tendrá cuidado?
21.
Solo esbuen Ministro quien derechamcnte mira á.
los necesitados.
22.
Rey que se cierra con los ambiciosos y los tiranos,
con cuidado se guarda de los buenos y santos y leales,
da la llave de la puerta a quien había con particular
recato de esconder la casa. ¿De quién te guardas ¡oh
descaminado señor! site entregas a los que habías de
temer?
23.
El Rey es persona pública; su corona son las ne—
cesidades de su reino; el reinar no es entretenimiento,
sino tarea; mal Rey el que goza sus estados, y bueno
el que los sirve.
24.
r Rey que se esconde a las quejas y que tiene porte
ros para los agraviados, y no para quien los agravia,
ese retirase de su oficio y obligacion.
__ 10 ..
25.
Rey que llama criado al que le violenta y no le
aconseja, al que le gobierna y no le sirve, al que toma
y no pide, al que por todo el reino recibe, y por nin
guno habla; al que llama pródigo yperdido al Rey
que da a otros, y justificado, santo y glorioso al que
todo se lo deja tomar á él; al que hace méritos para si
los inconvenientes que pone a las mercedes en otros;
. al que cerca los oídos del Rey de hombres y conseje—
ros comprad0s que, alabándole a él y acreditando su
gobierno, halagan con lisonjas venenosas la perdi
cion y afrenta de los beneméritos, ese Rey no pasala
magestad del nombre: es un esclavo a quien para
mayor afrenta permite Dios las insignias reales.
26.
La cabeza de los Reyes no se ha de inclinar mas a
una.parte que á otra. El Rey es cabeza, y cabeza in
clinada, mal enderezará los damas miembros.
27.
La libertad de la conciencia respira inquiriendo; y
los Reyes deben saber lo que les conviene, y no se
han de contentar de saber lo que otros quieren que
sepa.
28.
Una cosa es oír a los que asisten á los príncipes,
y Otra alos que ó sufren ó padecená esos tales.
_. 11 _
29.
Son los trabajos tau propios de los Reyes, que es
culpa estorbárselos y diferírselos, pues su oficio es pa—
decer y velar para la quietud de todos.
30.
Quien adora solamente para pedir, lisonjea, no me
rece. De esta manera piden los aduladores la reputa—
ci0n del Rey, escondiendo en la reverencia la. codicia.
31.
Los maliciosos, otro camino siguen que los bene
méritos: en aquellos es la humildad cautelosa, y es
fuérzase a disimular ambicion y atrevimiento; y en
estos es santa y encogida.
32.
Es muy dificultoso que entre un Rey en el reino
del cielo.
33.
Ser rico no es merecer: ser titulo ó hijo de Prin
cipe, no es suficiencia.
34.
Buen Rey y malos Ministros, es cosa dañosa á la
república, y hubo árabe que tuvo opinion que era me—
jor mal Rey y buenos Ministros.
__ 12 _
35.
¿Qué importa que el Rey sea. un ángel, si los Minis
tros son desapiadados demonios, y entre todos ellos
no halla un hombre quien mas le ha menester?
36.
Los Reyes nacieron para los solos y desamparados;
y los entremetidos, para peligro y persecucion y car—
ga de los Reyes.
37.
Los ojos y los oídos del Rey han de ser los mas
frecuentes Ministros.
38.
Los necesitados no han de buscar al Rey ni á los
Ministros: esa diligencia, su necesidad la ha. de te
ner hecha; los Ministros y los Reyes han de salirles
al camino; ese es su oficio, y consolarlos y socorrer—
los, su premio.
39.
El Rey puede y debe tener sufrimiento para no cas—
tigar con demostracion por su mano en todos los ca—
sos; mas en el que tocare á desautorizar su casa y pro
fanarla, él ha de ser el ejecutor de su justicia.
40.
Al Rey solas las obligaciones de su oficio y nece—
... 13 _
A sidades de su reino y vasallos le han de llevar tras si.
41.
De ninguna manera conviene que el Rey yerre;
mas si ha de errar, menos escándalo hace que yerre
por su parecer que por elde otro.
42.
Nada ha de recelar tanto un Rey, como ocasionar
desprecio en los suyos; y este solo por un camino le
ocasionan los Reyes, que es dejándose gobernar.
43.
\
{El corazon de los Reyes no ha de estar en otra
mano que en la de Dios.
44.
Tomar el Rey el consejo, es cosa de libre juicio:
que se lo hagan tomar, es señal de voluntad esclava.
* 45.
El buen criado propone, y el buen Rey elige; mas.
el Rey dejado de si propio, obedece.
46.
Quien gatea por la lisonja, y trepa por la mentira,
y se empina sobre la maña y se encarama sobre los
cohechos,—este, que parece que viene dando y á que
le roben, á robar viene.
__ 14 _
47.
El mayor ladron no es el que hurta porque no tie—
ne, sino el que teniendo da mucho, por hurtar mas.
48.
¡Cuántas vidas cuesta la conservacion de la vani—
dad delos ambiciosos, y el entretenerse en el peligro,
y el dilatar la ruina, y el divertir el castigo, que no es
otra cosa lo que gozan los miserablemente poderosos
en el mundo. '
49.
¡Qué pocos Ministros saben hacer desdenes al oro,
y á, la. plata y a las joyas! ¡Qué pocos hay esquivos a
la dádival ¡Qué pocas dádivas hay que sepan volver
por donde vienen!
50.
Quien codicia el oro y la plata, es ladron; a robar
vino; no entró por la puerta, porque el buen Ministro,
el buen pastor, no solo no ha de codiciar para si, pero
lo mismo ha.de protestar de los suyos, para quien tam
poco tomó nada.
51.
Tan lejos ha de estar el pedir del Ministro, que aun
por ser pedir limosna pedir, ha de trabajar primero en
su Ministerio, que pedirla; así lo hizo San Pablo.
__ 15 -
52.
¡Qué honroso sustento es el que dan. al Ministro sus
manos! Qué sospechoso y deslucido el que tiene de
otra manera al Juez, al Obispo, al Ministro ó al priva
do! Sus manos le han de dar lo que ha menester, no
las agenas.
53.
Miren los Reyes á. todas las manos, y verán si se
sustentan con las suyas, ó con las de los otros; y,tam
bien conocerán si entran por la ventana ó por la
puerta; pues los que entran por la puerta entran an
dando y los que entran por otra parte, suben ara
ñando, y sus manos son sus pies, y las manos ajenas
sus manos.
54.
Al Rey que se retira de todos, el mal Ministro le
tienta; no le consulta.
55.
A los solos no hay mal pensamiento que no se les
atreva; y el ministro Satanás al Príncipe apartado de
la gente osadamente le enviste; porque quien trata
con uno solo, él propio guarda las espaldas a su en
g‘año y perdicion y él la ocasiona y asegura de si,
para que se le atrevan los vanos y codiciosos.
56‘.
Quien á todos se descubre y no se esconde á sus
._ 16 __
gentes, pone en peligro manifiesto los mentirosos, la
ambicion y la maña, y déjese hallar de la verdad..
57.
Ministros que lo ofrecen-todo, son diablos.
- 58.
Ministros allegados y confesores que son caminos
sin verdad, son despeñaderos y sendas de laberinto
que se continúan, sin diferencia, en ceguedad y con—
fusion: en estos tales, vé Dios librada la perdicion de
los Reyes y el azote de las Monarquías.
59.
Espíritu de mentira en la boca del consejero, ruina
del Rey y del reino.
60.
Arte suele ser de los ambiciosos solicitar con el
parecer ajeno autoridad a sus mentiras ycrédito a sus
consultas. Esto llaman saber rodear los negocios.
61.
Mucho deben mirar los Reyes y temer el servirse
en ninguna parte de criados que buscan mas el regalo
de sus oídos que la quietud de sus almas, vidas y
honras.
62.
Ministro que tiene portero, ese quiere, cerrando
...” 17 .
la puerta, que entren todos por otra parte: ya se sabe
que qúien no entra por la puerta, sino por otra parte, es
ladron.' '
, No todos los que parece que piden, piden; unos
engaitan, otros adulan, otros engañan, otros mien
ten, pocos piden.
64.
Quien calumnia y persigue al pobre por aumentar
su riqueza, dará a otro masrico y empobrecerá.
65.
Quitar al que lo ha menester para dar al que no lo
ha menester, es injusticia, y no puede carecer del cas
tigo de empobrecer.
Muchos entienden que reinan porque se ven con
cetro, corona y púrpuras (insignias de la magestad,
y superficie delgada de aquel oficio); y siendo verdu—
gos de sus imperios y provincias, los deja Dios el
nombre y las ceremonias, para que conozcan las gen
tes que pidieron estas insignias para adorno de su ca
lamidad y ruina.
67.
¿Quién entre los innumerables hombres2que han
_ 13 _
sido Reyes, ha dejado de ser juntamente, Rey y Rei—
na de: sus “criados, de sus,hijos, .de su mujer ó de sus
amigos? ¿Quién no ha sido vasallo de alguna pasion,
esclavo de algun vicio?
“_,
.
D0nde la lujuriá.no ha hallado puerta, que s’e vé
raras veces (y fáciles de contar, si no de creer), ha en—
trado a ser Monarca ó el descuido, ó la venganza, Ó la
pasion, ó el interés, ó la prodigalidad, ó el diverti
miento ó la resignacion, que de todos los pecados hace
participe á un Príncipe.
69. -,:\: ' '
Perder y destruir es de espíritu de demonio, no de
espíritu de Rey. _
Mas se deben guardar los Monarcas de los que
tienen en su casa, que de los que les niegan la suya.
71.
., La tolerancia muestra que los corazones de los
Reyes son de peso y ¿sólidos. Al contrario, si cual
quier chisme, en que se gasta _p000 aire, los-’ arrebata
yenfurece, ¿quiéngignora que'conserva, y restaura
corrige mas la paciencia que el ímpetu? ‘ , ‘ '
7,2..¡
La justicia se muestra en la igualdad de los.,pre
_. 19 _
mios y los castigos; y en la distribucion, que algunas,
veces se llama igualdad. Es una constante y perpétua
voluntad de dar á cada uno 10 que le toca. v
Las culpas de la casa ajena todos, las creemos;
de la propia las ven pocos, porque tienen en sus ojos
todas las vigas de sus techos.
Muchos quieren que el Rey asuele las casas de los
otros; mas ninguno la suya, ni las de los suyos.
Muchos pretenden que el Rey solo asista á su casa
de tal suerte que los demas no puedan entrar en ella.
Sospechosos deben ser alos Reyes los solicitos dé"
su comodidad y descanso, pues su oficio es cuidado;
mas útil hallan en el trabajo que le escusan tomándole
para si, que en el descanso que le dejan para él.
Toda la salud del gobierno humano está en que los
Príncipes y Monarcas afirmeri su cara al lugar de su
obligacion, porque si dejan que las manos de los que
se la tuerc‘err la descaminen, miraran con latcodicia7de
sus dedos, y no con sus:djos. " “ .
Aquel Rey que no queriendo imitar a Cristo, se
deja gobernar totalmente por otro, no es señor, sino
guante; pues solo se mueve cuando y donde quiere la
mano que se lo calza.
r
79;
Pedir para los pobres y tomar para si, es manera
de hurtar muy antigua.
80.
Se agradecen las mercedes de los Reyes con ham—
bre de otras mayores.
81.“
Ministroinclinado á ventas no parará hasta que su
señ0r sea la postrera.p
82.—"
Adviertan los Reyes que el primer consejero que
hubo en el mnndo fué Satanás, valido de serpiente que
engañó a Eva.
83.
La mala yerba, si se la cortan las hojas, no se re
media; antes se esfuerza la raíz. ’ ' .
_ 21 _
84.
Los malos Ministros y consejeros solo tienen dos
sentidos libres, que son: olfato y manos.
' 85.
Nazca de su virtud el Ministro; conozca que le en—
gendró el mérito, no el padre; tenga por hermanos los
que mas merecieren; por hijos, los pobres.
‘86.
Vale mas que un Ministro muera tan pobre, "que
pidan para enterrarle, que no tan rico que le desentier—
ren porque pidió.
'87.
Rey adestradq es ciego; enfermedad tiene, no ear—
go, borden es su cetro; aunque mira, no vé.
El que adiestra a su Rey, peligroso oficio escoje;
mucho se aventura si el Rey no lo ha menester. No le
guía, le arrastra y le distrae; codicia y no caridad, ‘
tiene. No es servicio el que le hace, sino ofensa;y ’díS—'
culpa los ódios contra su persona.
89.
Nada ha de disimular tanto un Príncipe como el
_. 22 _
tener necesidad en todo de advertencia, y haber de
decir siempre: Llevadme. y guíadme; yo iré tras de
vosotros.
Hay quien en palacio medra tanto como miente,
cuya fortuna no tiene mas larga vida que hasta topar
con la verdad. \ ‘
91. ' Í,¡.
El mantener a los suyos y el sustentarlos, es uno
de los principales cuidados de los Reyes. Por eso los
llama Homero pastores de losjpneblos.
92. ’ . -
Quien quita de todos los suyos con los arbitrios,
para defenderlos del enemigo, hace por defensa lo que
el contrario hiciera por despojo; De que se coligetque
el señor que tiene necesidad de los suyos, no es señor—,2
sino necesitado.
93.
Puede ser que el poder soberano obre cualquier
6083. sin temer castigo; mas no que si obra mal no ¿lo
merezca.
Bien puede alguno mostrar encendido su cabello
en corona ardiente en diamantes, y mostrar inflamada
— 23 -— .
su perso'na' con vestidura, solol teñida, sino embriága;
da con repetidos hervores de Ja", púrpura; y ostentar
soberbio el cetro Con el peso del oro, y dificultarse a
la vista remontado en trono desvanecido, y atemorizar
su habitácion con las amenazas bien armadas de su
guarda; llamarse Rey, y firmarse Rey; mas serlo y
merecer serlo, si no imita a. Cristo en dar a todos lo
que les falta, no es es posible.
95.
Quien debe la magestad a las anticipaciones del
parto y a la primera impaciencia del vientre, mucho
hace si se acuerda, para vivir como Rey, de que nació
comohombre. Pocos tienen por grandeza‘ ser Reyes
por el grito de la comadre. Pocos, aun siendo tiranos,
se atribuyen ala naturaleza: todos lo hacen deuda a
sus méritos. Dichoso es quien nace para ser Rey, si
reinando merece serlo.
96.
Lleva el vasallo el peso del Rey a cuestas como
las armas, para que le defienda, no para que le hunda.
97.
En los palacios se acuerdan antes de las señas
del pecado cometido que de la advertencia para no co
meterle. _
98.
Hay muchas diferencias de mal de ojos en los Re
_ 24 _
yes. Quien les aparta ó esconde lo que convenía
que viesen, los ciega. Quien les aparta la vista de su
’obligacion, les sirve de cataratas. Quien no quiere
que miren y vean a otro sino a él, les sirve de venda
que les cubre los ojos para todos los otros. Este les
hace el cetro bordon, y ellos tientan y no gobiernan.
99.
Tan fácilmente se cree lo que se desea, como se ol
vida 10 que se aborrece.
100.
Preguntar un Juez lo que no quiere que le digan,
cañas tiene: '
1,0,1
¿Hay embustero que no diga desea saber la verdad?
Los mentirosos nunca la dicen y siempre dicen que se
la digan.
102.
¿Qué tirano hay que no publique diligencias que
hace para saber la verdad? Y todos estos la vuelven
las espaldas, la niegan la audiencia, la cierran los
oídos. ‘
..- , .
103.
Tener la verdad delante y preguntar por ella, mas
es despreciarla que seguirle.
f- 25 -
104.
Un Rey debe tener a su lado gente que le _respon
da la verdad, y no fiarse de aquellos que la pregun—
tan y la huyen. . —" ' ' ‘ '. “
¡Cuán frecuentemente los Ministros, aprendices de
los fariseos y escribas, por hartar su venganza, por
satisfacer.,un ódio en el .valeroso, en el docto, en el
justo, mezclan en sus calumnias el nombre de César,
el del Rey; fingen traicion, publican rebeldía y, enojo
del Príncipe, donde no hay uno ni otro, para que el
César y el Rey sea causa de la crueldad que no man
da, de la maldad que no comete!
106.
_Éntrase el mal en las conciencias, tan abultado de
textos, y aforismos y autores, que no deja desocupado
lugar donde pueda caber consejo piadoso.
107.
Muchos son limpios de manos, porque se lavan, no
porque no roban. ¿Quién ha dicho que con manos lim—
pias no se. puede hurtar? Pilatos se preció delante de
todo el pueblo de limpio de manos, y fue tan mal la
dron como el malo. . *
108.
Ladrones hay que hurtan con los píés y con las
bocas, y con los oídos y con los ojos.
_25_
109.
Si miran a los piésá,lo’s que en público'se prec‘izm
de limpios de manos, muchas veces en sus pa:sos y vea
redas se conocerán las ganzúas, y en sus idas y veni—
das, los robos.
r
» : ' no. . ._f‘:_‘
Ni la acusacionpres¡upon,e culpa, ni la traicion ti
ran-o; pues si fuera así, nadie hubiera inocente ni jus- '
tificado.
.
En las repúblicas del mundo, los acusadores em
briagan de tósigo los oídos de los Príncipes: son len—
guas de la envidia y de la venganza; el aire de sus
palabras enciende la ira y atiza la crueldad; el que los
oye, se aventura; el que los cree, los empeora; el que
los premia, es solamente peor que ellos.
112.
Ádmiten acusadores de miedo de las traiciones, no
pudiendo faltar traidores donde los acusadores asis'
ten; porque son mas los delincuentes que hacen, que
los que acusan. ' ‘
113.
’. El Silencio no esta seguro donde se admiten '_d¿la—_
tores. Estos empiezan la murmuracion de 10‘s Princiï
_ 27— _
es, para ocasionar que otros la continúen. Son labra
gores de cizaña, siémbranla para cojerla; y porque la
prudencia del que calla ó alaba no sea mayor que su
malicia, cuando espian'dicen loquercalló y envenenan
Los,Reyes y Monarcas que se: 'en'golósinan'én la ti
ranía, es fonoso creaii' cuanto les dicen los¿adusadoï—'
res, porque aborrecimiento_que‘ merecen de 165
suyos;‘ y así los 'compran’su desasosiego y l‘o's premian
sus afrentas; pues de clics no oyen ni creen otra cosa.
Donde estos tienen valimiento, el siglo se infama Icon
los castigos de los delitos sin delincuentes, y temen
los Príncipes hasta ia_seña de los mudos y los gusanos
delos muertos.
. ¡,0h» si trsieraa .Yozr.19s.zavrepsnfimientps;<ie,_los
Monarcas, (ses recen. muriós en. el..si.lenci.o .dtla aser,
te, cuántos'gritos se oyefan de sus concienciasg,i0nánr,
tas querellas fulminaran de sus Ministros, que sino se
llaman fariseos y escribas,, lo saben ser!
Ninguna cosa envilece tanto a la magestad, ni en»
ferma a la justicia, como p"e’rrhitir que los que asisten
á. los Reyes prohiban y reprueben lo que otros hacen,
porqué no viven con ellos, porque no siguen sus pisa
das, porque no los imitan. .n ,, 7 '
-28__
r 117.
r '
- Muchos hanmuerto y morirán porque dan gloria a
los nombres de los Reyes, y en ellos hacen. milagros,
con diferente fin y por diferente camino del que llevan
los que los asisten. De aquí se sigue que son premia
dos los que infaman sus nombres, siguiendo sus dic
támenes, de que se origina, .desórden, infernal— y, peor;
pues. en el infierno, donde no hay órde'n, a ninguno
que,,sea bueno se da castigo, ni a ninguno que sea
I,pg,l,o,sele deja de dar; y en esta.se los ca’stigos á
os..;néritos, y los premios a los delitos.
¡
.
118.
' No se ha de inclinar el Príncipe sola una vez a la
clemencia, sino muchas.
119.
No hay cosa mas fácil que acusar uno á. otro, ni
mas difícil que no tener el que acusa culpas que le
pueda otro acusar. ,
120.
Tanto importa que sepa el Príncipe las maldades
de los que acusan, como las de los acusados.
7 121. n ‘
Si condenase el que acusa, solamente habría imme— _
bres en las horcas, hogueras y cuchillos. Y si todos
_ 29 ...
los pecados probados plenariamente se castigaseri con
la pena dela ley, pocos moririan por nacer mortales,
muchos por delincuentes; fueran las sentencias desola—
cion, y no remedio.
122.
Verdad es, que enmienda mucho el castigo; más
tambien es verdad que corrige mucho la clemencia,
sin sangre ni horror.
123.
El perdonar tiene su parte de castigo en el delin—
cuente que con vergüenza reconoce indigno su delitó‘
del perdon que le concede la misericordia del Rey.
124.
Al traidor no se le ha de callar nombre, ni sobre—
nombre, ni apellido, ni patria, para que sea conocido
peligro tan infame.
i255 '
Solo el arbitrista hurta toda la república, y en
ella uno por uno a todos. Tránsito es para traidor,
arbitrista; y no hay traicion sin arbitrio.
LA
126.
No puede haber Rey ni reino, dominio, República
ni Monarquía sin tributos. Concédenlos todos los de
rechos divino y natural, y civil y de las gentesï Todos
_730 _
los súbditos lo conocen y lo confiesan: y los mas los
rehusan cuando se los piden, y sequejan cuando
los.pagan ’ a quien los deben. . v ‘ ' i ' ur: >r.
.oi!".' -
127.
Quieren todos que el Rey los gobierne, que pueda
defenderlos y 10s defienda; 'y ninguno quier’eque sea
á:costa de su obligacion. ’ , , , ..
— '.*-n-. -;'
128.
Tal es la naturaleza del pueblo, que se ofende de
que hagan los Reyes.lo que él quiere que hagan.
Quierelsjer gobe,rn_adq,y defendido; y negando los tri—
buto_s é imposiciones, desea que se haga lo que no
quiere que se pueda hacer.
..
3.
129.
Los' vasallos se persuaden que el recibir le's toca
a ellos 'siémp're, y al Príncipe siempre el dar; "siendo
esto tan al revés, que a los vasallos'toca el dar lo que
están obligados y lo que el Príncipe les pide; y al
Príncipe el recibir de los vasallos lo uno y lo otro.
H' Í,- :“')l'(¡'. - ’ 130.»'.:;
_-0.>: ,, "'r¡ !, » -
Las quejas populares y mecánicas en cualquiera '
nueva imposicion y así mismo, al tiempo,de pagar lo
ya impuesto, son de gran‘ruido, mas de poco peso.
.r—u¡:'".snv' ' " r 131; 2» :ri“/
..')i'(01 20er‘: Í '* !', ‘?'IÍ !‘Ï " " ' ‘ ‘
—'rrPierdeae1: tiempo quien' ¡trata de convencer con
_ 31 _
razon la furia que se junta de innumerables y diferen
tes cabezas, que solo se reducen a unidad en la lo—
cura. Débese esta tratar como la-niebla, que dándola
lugar y, tiempo, se,desvanece y aclara. .
Es forzoso que_los tributos los ponga la precisa
necesidad que los pide; que la prudencia ,cristiana los
reparta—réspeefivamente con igualdad, y‘ que losïco
breventeros la-propia causa que los — ocasiona; iporqueï
poner los tributos para que los paguen losivasallos y
los embolsen los que los cobran, ó gastarlos en cosas
para que no se pidieron, atiene de engaño que de
cobranza, y de invencion que de imposicion.
Pida el Príncipe tributo's para dar paz, sosiego, de
fensa y disposicion en que los. vasallps_puedau,con
aumento. multiplicar lo que dieron, ¿y .;aventajarlo, en).
precio," porque 'pédir sinl'dar cosas, ies . despejar,
quesellamapedir.ïmïi ,, ¡.* .— .
4 (Ia;
R‘E.ï_,na5 ,S,.ïn, probar _ hiel, ni amarssrp, ss:ess ao
buen Monarca mejor merece reverencia y'-ax‘n'or
por lo que padece por los suyos, que por lo que puede
en ellos.
v 137.
El que hace lo que debe y lo que le es lícito, hace
lo que todos desean: quien lo que se le antoja, lo que
desea él solo. ' '
138.
Los malos y detestables tiranos siempre fueron
pródigos y perdidos, creyendo que con el afeite de las
dádivas grandes cubrían la fealdad de sus costumbres;
y quedando ellos pobres, a nadie hicieron rico.pL0
que dan es premio de maldades: lo qne quitan, envi—
dia 'y venganza de virtudes; y así quedan estos con
derecho a la restitucion, y aquellos al castigo.
139.
Si no se mira a quién se da, mas se pierde] dando
que perdiendo; piérdese la cosa sola que se pierde; y
si nose sabe dar, se pierde lo que se dió y el hombre
á. quien se dió: daño muy considerable.
140.
Mirese a quien se da, y muchas veces se quitará
al que pide; que si no se mira, eso es dar a ciegas:
__V33 _
141.
7 ‘ Hay tiranos de dos maneras: unos pródigos dela
- hacienda suya y de la república, por tomarse para sí
no solo el poder que les toca, sino el de las leyes divi
nas y humanas. Otros son miserables en dar caudal y
dineros; y son pródigos en dar de si y de su oficio; y
pasan a consentir que les tomen y quiten su propia
dignidad por no perder un instante de ócio y entrete
nimiento.
142.
No ha de dar el Rey los premios y las grandes mer
cedes medidas por el número de los años y tiempo que
le han servido; si no por calidad y peso de los servi
cios, por las circunstancias del lugar y la ocasion.
143.
Es tan noble y tan ilustre la paz, que tiene por so—
lar el cielo. Que desciende de él, sevé en los ángeles
que bajaron del cielo a publicarla en la tierra a los
hombres.
144.
Tan apetecible es la paz, que siendo tan detestable
la guerra, se debe hacer por adquirir paz en la reli
gion, y en la conciencia, y en la libertad justificada
de la patria. '
” 145;
En el mundo se usa mucha paz de Judas, enmasca—
rada con el beso de su boca. 3
'El MiniStro que aconseja que para conservar en
paz los vasallos, lbs despojen, los desuellen y los con—
suman, ese Judas es, y la suya paz de Judas: con la
boca, mas chupa sanguijuela que besa reverente.
147.
Destruir los pueblos con achaque de que los enemi
gos los quieren destruir, es adelantar los enemigos,
no contrastarlos ni p_revenirlos. Es no dejarlos qué ha—
cer, ni qué deshacer. . '_
14s.
En la obediencia está la paz de todas las cosas: a
Dios primero, a la razon y ala justicia. No hay guer—
ra sin la inobediencia a una de estas tres cosas, a que
persuaden otras tres, impiedad y pecado, apetito, so
berbia ambiciosa. , ‘ ' ’
149.
El sueño es puerta abierta a la guerra y a la ciza—
ña; el desvelo a la paz y) seguridad.
150.
.l
El buen pastor ha de conocer a sus ovejas, y; ellas
le han de conocer a él. De otra manera, ni sabrá las
que tiene, ni las que le faltan, niel pasto y regalo ó la
cura que han menester. - ' ' i
El pastor ha de tener perros que guarden el gana—
do; mas él ha de velar sobre el ganado y los perros;
que si deja al solo albedrío delos mastines los rebaños,
como son guarda no menos armada de dientes que los
lobos, ni de mas bien inclinada hambre, ellos los guar
darán de los lobos; mas, como lobos, para si.
152.
El descuido del pastor háce lobos de los pei-ros, si
su oreja no atiende á los ladridos, y sus ojos al. valido
de las ovejas. — ¡
153.
El pastor que duerme y no vela sobre su ganado,
ni guarda las vigilias dela noche, él propio es lobo de
sus hates.
154.
Hay Reyes que rigen sus reinos con los entendi—
mientos delas manos ajenas, ó con sus manos, gober—
nadas por los entendimieüt03 de otras manos. Estos
no son pastores, sino Ovejas de aquellos que con sus
entendimientos gobiernan sus manos.
_ 155
No es menos infernal invencion hacer ídolos los
_ 35 _
hombres, que hacer a los troncos y á las piedras
ídolos.
156.
Tanto importa que el Ministro diga lo que no se
ha de callar, como decirlo que se debe, y callar lo que
no se debe decir.
157.
El Ministro que con la. multitud del séquito que
puebla su poder, deja la. magestad de su señor con
"desprecio de sus vasallos deshabitada, ese no es voz
del que clama en el desierto, sino rumor que grita y
roba en poblado; y su Príncipe mudo, y su palacio
yerm0.
í58.
Los Ministros de los Reyes no han de comer otra
cosa sino langostas. Este animal consume las siem—
bras, destruye los frutos de la tierra, introduce la
hambre y esteriliza la abundancia de los campos; des
truye los labradores y remata los pobres. El alimento
.,del Ministro ha de ser estas langostas. Estas ha de
7 comer, no las cosechas, no los frutos de la tierra, no
. los labradores, no los póbres. Ha de comer, á los que
. se los comen, y los arruinan; porquejel Ministro que
no come esta langosta, es langosta :que consume los.
remos.
' 159.
. . . . . l
No ha de vestir el Mnnstro pxei que ,_le acuerde de
'
__ 37 _
uñas y garras, de crueldad y robos. Seda y paño y
telas hay que rebozan estas pieles.
160.
La niñez de los Monarcas engaña el orgullo de los
descaradamente ambiciosos que, fiados en la. menor
edad, hacen y los hacen que hagan cosas de que cuan
do los asiste madura edad, se avergüenzan, se ar-'
repienten y se indignan. ' '
161.
Las visitas del Rey al criado las ha de estrañar el
criado; no disponerlas y solicitarlas, ha de intentar
prohibirlas. , ‘ ._, .
162.
Conviene mas que muera el Ministro por haber
dicho al Rey 10 que no debe callar, que no que muera
el Rey porque le calla lo que le debía decir.
163.
Todo se debe a la justa y forzosa necesidad de la
república y del Príncipe; mas para que el servicio sea.
socorro y no despojo, no basta que el Monarca pida
lo que ha menester, sino, que oiga del vasallo lo que
puede dar., '
164.
Tasan mal estas .cosas los que aconsejan que se pi
... 38 ...
dan y luego las ejecutan; porque con tales ejecucio»—¿
nes socorren antes su ambicion y codicia, que alreino
ni al Rey.
165.
De todos los caudales que componen la riqueza de
los Príncipes, solo el de los vasallos es manantial, y
perpétuo: quien los acaba, antes agota el caudal del
señor, que le junta. ‘
166.
No es pueblo, el que yace en rematada pobreza:
es carga, es peligro, es amenaza; porque la multitud
hanibú’enta; ni sabe temer 'ni tiene qué; y aquel que
los quita cuanto adquirieron de oro y plata y hacien—
da, los deja la voz para el grito, los ojos para el llan—
to, el puñal y las armas.
167.
No pueden. los Reyes. enviar ángeles por Minis—
tros; mas pueden y deben enviar hombres que imiten
al ángel en aguardar la respuesta, en quitar la turba
cíon y el miedo: no hombres que imiten al demonio
en no oír, en dar horror,y turbaciony miedo. .
!'Si de lo mucho que se pidiese se-dá lo poc_o que se
puede, es dádiva fecunda que luce y aprovecha.
169.
- .Al vasallo le sucede lo que a la vid, que quitándo—
. __ 39 _
le la poda lo supérfluo, se fertiliza; y si la arrancan,
lleva mucho mas, mas la destr‘uyen para siempre.
No sé qué se tiene de grande concede pedido; y bien sé cuáanbtuondtainecneiad1e0 qesuteéril
cuanto se toma negado. ‘
"‘ Si a intercesion dela-gala hay meses v’edados para
que los cazad0res no acaben la caza, matando los’pa—
dres para las crías,“ haya meses vedadós, Cuando no
años, aintercesion de la justicia y misericordia, para
los cazadores de pobres, porque la cría de labradores
no perezca. _
Las ruinas tan frecuentes de los poderosos, en que
tanta sangre y horror gastan las historias, se originan
de.q‘_ue temerifdond‘e no habían de tener miedo, y no
tienen miedo ‘de habían de temer. y "t ' ’
El reinar es tarea; los cetros piden mas sudor que
los arad0s, y sudor teñido.delas venas; la corona es
peso molesto, que fatiga los hombros del alma prime—
ro gue las fuerzas fd¡el cuerpo; los palacios para el
Príncipe ocioso son Sepulcros de una vida muerta, y
para el que atiende son patibulo de una muerte viva.
_ 40 __
174.
Para los que respiran veneno y leen las obras aje
nas con basiliscos, ninguna cosa tiene lugar de de
fensa. " w '
175. .wi.' ,;. .
Quien descansa con unvicio de una ocupacion, ese
descansa la envidia de los que le aborrecen, la codicia
y la ambici’9ny de los que le usurpan, la traicion de los
que le engañan. Quien de un afan honesto descansa
con otro, ese descansa así como descansó Cristo.
176.
Los Monarcas son jornaleros: tanto merecen como
trabajan. El ócio es pérdida del salario.
177. »,
Los pretendientes, los sedientos, los allegados,
quieren que el Rey sea pozo hondo y oscuro yretirado
a la vista, porque Solo ellos puedan sacar lo que qui
sieren. Estos, que alcanzan con soga y no con méri—
to, paguen con su cuello al espar_to lo que le trabajan
con el caldero.
Sonando se juntan-con la huú1iila‘cion del Príncipe,
la‘soberbia abatida y emponzoñada del criado, en'gen—'
dran plagas, producen langostas. El hijo de esta bas—
_ 41 ...
tardía tan alevosa es el azotepde la tierra, el despojo
de los pobres, la. ruina de los reinos.
Leves serian los tributos de los Príncipes, si pidie
sen poco y fácil, y a quien lo puede dar, y donde lo
hay; lo que las mas veces se descamina por la codicia
y autoridad de los poderosos, pues se cobra del pobre
lo que le falta y sobra al rico, que por lo que él le ha_'
quitado y le niega, le ejecuta.
180.
.- ‘.:l' '
El demonio dá sin que le pidan, porque da qui
tando.
. 181.
El Rey pida tributos a sus pueblos, para darles de—
fensa, paz, descanso y aumento; no pida a todos para
dar a uno, que es hurto; no pida á unos para dar a
otros, que es engaño; no pida á los pobres para dar a
los ricos, que es locura delincuente; no pida a ricos y
a pobres para. si, que es bajeza. Pida para que le pi—
dan, y entenderá la dádiva de Dios,._que¿empieza en
pedir y acaba en dar. /
V 182.
Las repúblicas que carecen de letrados, se asemejan
en lo pacificas á. aquellos máres que carecen de pi—
ratas. :ip' "1'2—
__ 423...
183. ,":'i':.'
Nunca se levantan mas los Reyes que cuando se
bajan a levantar los caídos.
"'¡‘El Príncipe que estorba'due no hurte' piriMiñistrp,“
g‘üarda‘su Ministro y su hacienda. ' ' " ‘ '
La libertad se perpetúaeh la igualdad de todos, y
se amotina en la desigualdad de uno.
(1‘. .1
186. ‘ , ..,
Ventajosamente castiga quien con la amenaza sabe
ahorrar el castigo: gran Rey aquel en quien la opini0n
vale por ejército,'y el amor por guarda, y el miedo
por‘Ministi
El mudar señor, no es ser libres, sino mudables.
' ' :(.Í'Ï"I'Í' .í
A ; ¿ . M
Los Monarcas mas peligran en lo que creen queen
_ 43 _
lo que dudan, porque esto aguarda el consejo que bus‘
ca, y aquello sigue el que le dan.
190.
Privado habrá que sus manos las tenga religiosas
para el poco dinero, y distraidas para la cantidad: este
no es limpio, sino astuto; este mas peca en lo que deja
de tomar, que en lo que toma.
191.
Cuando por los desórdenes de algun Príncipe se
muestra el pueblo descontento, peligran los buenos y
los sabios entre las quejas de la gente y los espías y
acusadores que el tirano trae mezclados en todos los
corrillos; y es casi imposible poderse salvar en esta
borrasca los oídos ni las lenguas; porque para el que
teme, igualmente es cómplice el que calla como el
que responde.
FIN.
\
v
Anales del reinado de doña Isabel II.—Obra póstuma del
excelentísi'mo señor D. Francisco Javier de Búrgos; '6
tomos en 4.° con 20 retratos aparte del testo, y la Biogra
fía de hombres célebres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . -..Rvn. 400
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ca [es y casas de esta villa. Su autor D. Ram0n Mesonero
Romanos; un tomo en 4.°, edicion de lujo con grabados y
_ ballísimas láminas aparte del tesl0.. . . . . . . . . . ,. . . . . . . .30
Blblla de Royaumont.-Historia del antiguo y Nuevo Testa
mento. Edicion de gran lujo con grabados; un tomo en 4.°
mayor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .....60
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en que se representa á España bajo todas sus diferentes
fases, por D. Francisco Jorge Torres Villegas; 2 tomos en
fólio, holandesa, con infinidad de mapas . . . . . . . . . . . . ..60
Causas célebres históricas españolas, por el Excmo. señor
conde de Fabraquer; un tomo en 4.° a dos columnas. . .20
Cíenproberbíos (los) ó la sabiduría de las naciones. Obra imi
"' tada del francés, por D. Francisco F. Villabrille; un tomo
' en 8.° mayor con 20 láminas . . . . . ... . . . . . . . . . . . . . . . ..l6
Colecdo‘n de C’ánones y de todos los concilios de la. Iglesia
de España y de América (en latín y castellano) con notas
é ilustraciones, por D. Juan Tejada y Ramiro; 6 tomos en
'fólio................ . . . . . . . . . . . . . . . . ..440
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las letras que se han usado en España desde los tiempos
más remotos hasta fines del siglo XVIII ilustrada con 23
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premiado p01‘5. M,,Madrid, 4857. . . . . . . . . . . . . .30
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versal de literatura, ciencias, artes, ag¡*iCultura, industria
' " comercio, publicadorpor D. Francisco de ‘P. Mellado;3
'omosen4.°.... . . . . . . . . . . . . ..50
t‘ronologia universal, traducida de la segunda edicion
‘ri'ancesa y,atlicionada enla parte española, por D. Anto
nio Ferrer'del Río; un tomo en 8.° mayor; . . . . . . . . . . . .28
Cuatro estaciones del año (las).—Primaoem.—-Estía.—Oto»
ñ0.—-Jnvíemo. Por D. Francisco F. Villabrílle; 4 tomos en
16.°
... 46_
\
Cuentos del canóníg0 Schmid, nueva edicion ilustrada con
grabados; 3 tomos en 8.°. , . . . . .,.'¿ . . . . . . . . . . . ..Rvn. 30
Diccionario de la Lagislacz‘on y del enjuiciamiento crimina
les modernos, correspondientes a los tribunales ordina
rios, por un abogado del ilustre colegio de esta córte.
Madrid 1865: un tomo en fólio, 4.296 páginas . . . . . . . . ..70
Diccionario de laspolílz'cos, ó verdadero sentido de las voces
y frases mas usuales entre los mismos, por D. J.Rico y
Amat; un tomo en 4.° . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..48
Diccionario universal francés—español y español-francés.
Por D. Ramon Joaquín Dominguez. Segunda edimon corre
gida y aumentada; 9 tomos en 4.° de mas de 4.800 páginas
cada uno, edicio‘p clara y correcta, á tres columnas. . .440
Diccionario geográfica, e‘stadlstico, histórico y biográfico de
la isla de Cuba, por D. Jacobo de la Pezuela. Esta impor
tante y estensa publicacion, ha sido recientemente apro—
bada e‘n su totalidad por una comisíon de capacidades fa
cultativas nombrada por el gobierno Consta de 4 tomos
en 4.° mayor, y de más de 600 páginas á dos columnas.240
Doctor Lañ«uela, (el) episodio sacado de las memorias de un
tal Josef, por D. Antonio Ros de Olano; un tomo en 4.°. 46
España bajo el reinado de la casa de Borbon, desde 1700
en que subió al trono Felipe V hasta la muerte de Cárlos
lll, acaecida en'1788. Escrita en inglés por Guillermo Coxe,
y traducida con notas, observaciones y un apéndice, por
D. Jacinto de Salas y Quiroga; 4 tomos en 8.° . . . . . . . . .24
Espiritualismo (el). Curso de filosofía, por D. Nicomedes
Martín Mateos; 4 tomos en 8.° maVor . . . . . . . . . . . . . . ..80
Esposicion histórico-crítica de los sistemasfilosóficos moder
nos, y verdaderos principios de la ciencia; por D,.Patricio
de Azcárate; 4 tomos en 4.° . . . . . . . . . . . . . . . .‘ . . . . .80
Exámen ltisto’m’co-crít2’co del reinado de D. P_eziro de Casti
lla, por D. -Anto‘nío Florez del Río, obra premiada por la
Academia española, tercera edicion; un tomo en 8.° de
mas de 300 páginas . . , . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . .40
Fundamentos del vigor g elegancia de la lengua castellana,
por D, Gregorio Garces. Precoden á esta obra las observa
ciones críticas sobre la cscelencia del idioma castellano,
por D. A. Capmany; un tomo en 4,° . . . . . . . . . . . . . . . . ..90
Geografía histórico—militar de España g Portugal. Por don
José Gomez Arteche, dos tomos en 8.°, con un mapa de
¿España y Portugal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . .
Gaia notarial y del registro de la propiedad inmueble; libro
m para ei bolsillo, indispensable á los notarios, registrado
m’) e res y propietarios, y utilisimo a los magistrados, Jueces y
.,, 11‘bogados, etc. Un tomo en 8.°. . . . . . . . . . . . . . ...10
- 47_—
Gaia del párroco en la predicacion de la Divina palabra, obra
traducida del francés,— p9¿‘ D. Emeterio Lorenzana; 2 tomos
en 8.° mayor.ht . .,’. . . . . . ;. . . : . . . . . . . . . . ..Rvn. 34
Ili%iene militar ópoli_cia de sanidad de los.ejércilos. Por
ranciseó Bonafob y dela Presa, doctor en ciencias médi
ca_s, etc.., un tomo en 8.° . . . . . . . . . . .., . . . . . . . . .. .8
Historia orgánica de las armas de infantería y caballería es
pañolas desde la creación del ejército permanente hasta
el día, por el teniente general conde de Clemard; 16 tomos
en 4.° mayor con 300 láminas. . . . ..,.,.,.¡. . . .300
Historia de Cataluña y de la corona de Aragon, grandes
.hechos de sus ascendientes, patriotismo 'y arntas, por
Víctor Balaguer, cronista de Barcelona; 5:tbmos en 41°
A mayor, con láminasen acero, pasta.u . . t ».. . . .,. . . .389
llistoria de nna.carla, por el presbítero D. Antonio Agua
yo, un tomo en '4.° . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .‘ . . . . . . .140
“Historia dela dominacion de los árabes en España sacada de
vamos manuscritos memorias arábigas, por el doctor
D. José Antonio Conde; 3 tomos en 4.° con láminas. . . .34
Historia constitucional de la monarquía española, desde la
invasion de los bárbaros hasta la muerte de Fernando Vll;
por el conde Víctor Du-Hamel. Traducida, anotada y adi
cionada hasta la mayoría de la reina doña Isabel ll, por
D. Baltasar Anduaga y Espinosa; 2 tomos en 8.° . . . . . . .46
llistoria de lodoslos países y de lodos los tiempos, por el
conde de Fabraquer; un tomo en 8.° mayor. . . . . . . . . ..24
Historia del levantamiento de las Comunidades de Castilla,
por D. Antonio Ferrer del Río; un tomo en 4.° con los facsí
miles de los principales personajes que figuraron en las
., alteraciones de 1520al 21 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .20
Historia del reinado de Felipe II de España, por Prescott;'
traducida directamente del inglés, 'ilustrada con notas y
adicionada con documentos import/antes, por D. Cayetano
Rosell; 2 tomos en 4.° . . . . . . . .r.\...‘s . . .:.; . .. . . . . . . . . .40
llistoria universal desde los tiempos mas remotos hasta
nuestros días, por D. Salvador Costanzo; átomos en 4¡°
mayor, á dos columnas, que comprenden toda la historia
antigua con varios cuadros genealógicos, históricos y
geográficos, aparte del texto. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .420
Se venden tomos sueltos del 2.° al 5.°. á "28 rs. uno.
Historia política y parlamentaria de España. Amplía cir
cunstanciada reseña de la revolucion de España, esde
la muerte de Cárlos 11Lhasta nuestros días, por D. Juan
Rico y Amat. Edicion esmerada; 3 tomos en 4.°. . . . . . . .64
__:48 _
CÓDIGO PENAL
últimamente reformado.
Concordado con los Códigos penales mas notables cstran
jeros, y comentadas las innovaciones y reformas efectuadas
en el Código Penal anterior, con las disposiciones legislati
'vas y las reglas establecidas por la jurisprudencia de los
tribunales desde la publicacion del Código Penal de 4850 has
ta el día; obra escrita para servir de apéndice y complemento
á los comentarios publicados sobre'elCóndigo Penal anterior,
y para presentar compiladas con claridad y precision las dis
posiciones legales publicadas hasta el día sobre tan importan
te materia
POR DON JOSÉ VICENTE Y CARAV‘ÁNTES,
DOCTOR
Esta obra constará de un tomo en 8.° marquilla, de unos
treinta pliegos de impresion compacta en 16 páginas; se re
partirá por cuadernos de cinco pliegos, al precio de 4 reales
cada uno en toda España.
Se suscribe en las principales librerías de Madrid y pro
_ vincias, 6 dirigiéndose á la administracl0n, librería de
Victoriano Suarez, Jaemnelrezo, 72, Madrid.
Los que se dirijan á la administracion, acompañarán el
importe de tres cuadernos en libranzas del giro mútuo.
El primer cuaderno verá la luz pública en todo el mes del
próximo Enero de 4871.
l
UNIVERSITY OF CALIFORNIA LIBRARY
Los Angeles
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m L9—Series 444
Este folleto se halla :'L la venta en todas las libr'
rías de Madrid y provincias al precio de DOS REALE:
Los pedidos de este y de los demas anunciados 6
el mismo, como podrán ver por los anuncios al fina
se dirígir:’m á Victoriano Suarez, calle de Jacom¿
trazo, 72, librería, Madrid, quien lo remitirá á c ‘
reo seguido siempre que al pedido acompañe su
porte un letra. de fácil cobro ó en sellos de fraan
Tambien se pueden adquirir las mencionadas o?
enla Habana, Propaganda literaria, calle 0-Reíllj
número 54.
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HAcerca de este libro
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PENSAMIENTOS MÁXIMAS Y CQMNSEJOS
D. FRANCISCO DE QUEVEDO_Y VILLEGÁ3,'J‘É¿Ï.¿_
debe tener muy pÏ¿sent¿&;ara su ¿obierno
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Librería de Victoriano Suarez, Jacometre20s ‘¿' ¡“dnd
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, AL REY ‘ELECTO.
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I9I
pensamientos máximas y consejos
DE
D. FRANCISCO DE QUEVEDO Y VILLEGAS,
que debe tener muy presente para su gobierno
EL DUQUE DE AOSTA. ,
I\IADI%ID: ‘
Imprenta de J. M. Perez, calle de ls. Misericordia, nfim. 2.
18’70.
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... _.< nmn”_—-—
M¡N«»m nl,l\rr‘1:r,r n»a '«N\'\’.I\r—I\Mr . -/nnq<r/\I\I‘I\WIMI\M
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5’00
437?;
AL PÚBLICO.
Hace, doscientos cincuenta y tres años que el
gran político, el profundo filósofo, el eminente
hablista, el padre de los donaires y de las gra
ciac, (l) D. Francisco de Quevedo y Villegas, es
oribió su POLÍTICA nn DIOS Y GOBIERNO DE Cmsro,
buscando la verdadera enseñanza para los Monar—
cas en el ejemplo y doctrina del Redentor'del
mundo.
Esta obra, que se terminó á raíz de la muerte
de Felipe III, cuando maldecian las gentes sin re
b0zo el mal gobierno de los Ministros caídos, y a1
boreaban y crecían esperanzas de un reinado de
paz y de justicia, vió la luz en 1626, época en que
ya las esperanzas se habían agostado, pues tras el
de Lerma y el de Uceda había aparecido el conde
duque de Olivares.
LA POLÍTICA DE D105 Y GOBIERNO DE CRISTO, es
un completo tratado de gobierno, basado en el
Evangelio, donde se encuentran reglas para. ha—
cer la felicidad de los pueblos, y donde hallan pro
(1) Así le llame! distinguido erudito y diligente colector de sus
obran, D. Aureliano Fernandez Guerra y Orbe.
SG %Ï;ïí‘;‘8
n ng ¡"E ;
ü2:lïf ¿'
Q
_ 4 __
vechosa enseñanza, tanto estos, como sus Monar
cas y validos.
"Detan importante obra, entresacamos hoy al
gunos pensamientos, máximas y consejos, que
ofrecemos con la mejor voluntad al Monarca elec
to, seguros de que silos votos de 191 constituyen
tes han bastado para que ocupe el trono español,
igual número de consejos de aquel gran político
bastarán, si los sigue, para que se capte las sim
patias de los españoles.
l
__5_
1.
Rey que con el favor diferencia en público uno de
todos, para si ocasiona desprecio, para el privado ódio,
y en todos envidia. «
2.
Ser Rey es oficio, y el cargo no tiene parentesco:
huérfano es; y si no tiene ni conoce para la igualdad
padres ni parientes, ¿cómo admitirá allegado ni valido,
si no fuere á aquel solo que hiciere la voluntad de su
padre, y que diere con humildad el primer lugar a la
verdad, zi la justicia y misericordia?
3.
No hay bondad sin achaque; no hay grandeza sin
envidia. Si es bueno el valido, ó no lo parece ó no lo
quieren creer; y aunque en público claman todos por
la verdad, y por la justicia, y por la virtud, quieren
la que les esté bien, y fuera. de si ninguna tienen
por tal.
4l
. Rey que disimula delitos en sus Ministros, hácese
partícipe de ellos, y la culpa agena la hace propia: tié
nenle por cómplice en lo que sobrelleva; y los que con
mejor caridad, le advierten por ignorante, y los mal
intencionados, que son los mas, por impio.
Tenia Dios en el mundo un hombre solo, y todo lo
__ 5 _
había criado para él; y porque pecó, luego con demos—
tracion y espada le echa de su casa, le castiga, le des—
tierra, le condena a muerte. ¡Y los Reyes, teniendo
muchos hombres de quien echar mano, entretendráu
el_castigo de uno!
6.
Cualquier castigo basta para un ladron y un homi—
sida; y todos son pocos para el Ministro y el Juez, que
en lugar de darles castigo, les dá. escándalo.
7.
El mal Ministro acredita los delitos y disculpa los
malhechores; el bueno escarmienta y enfrena las de—,
mesías. —
Rey que elige Ministro, si sale ruin y le depone,
hizo Ministro que en la, ocasion se hizo ruin; y si le
sustenta despues de advertido de sus demasias, y des—
acreditado el Tribunal, ese no hizo Ministro que se
hizo malo; antes al malo, porque lo era, le hizo Mí—
nistr0, y así lo confiesa en sus acciones.
9.
Para castigar Dios á un Rey que desperdicía lo
que había de administrar, que derrama lo que había de
recojer, le permite un pedigüeño inadvertido y mal
aconsejado. ‘
_7 _
10.
Todos los malos Ministros son discípulos de la hija
de Herodías: divierten a. los Reyes y Príncipes con
danzas y fiestas; distráenlos en convites, y luego pí—
denlee la cabeza del Rey justo.
11.
El crédito de los Reyes está en la’ justificacion de
los que le sirven; y la perdicion, en el sustentamiento
de los que le desacreditan y disfaman.
12.
0
La voz de la adulacion, que con tiranía reina en
los oídos de los Príncipes, esforzada en su inadverten
cía, suele halagarlos con decir que bien pueden echar
se a dormir (quiere decir, descuidarse) con los Minis
tros. Este es engaño, no consejo.
13.
El Rey ha de velar para que duerman todos, y ha
de ser centinela del sueño de los que le obedecen.
14. ‘
Procure el Rey no merecer por su tiranía y vicios
levantamientos, y no hará caso de los que le dijeren
le son traidores ó lo quieren ser; que importa mucho
no mostrarse desconfiado de los vasallos y criados.
Empero, si es tirano no se fíe de las conjuras que cas-—
_ 3 __
tiga, ni de los traidores que prende; que los castigos
en casos semejantes, antes los irritan que los agotan.
15.
No ha de consentir el Monarca que le inquiera el
mas preeminente Ministro el intento, nilo que calla,
ni que sepa de su pecho, sino lo que dijere.
16.
Grandes son los peligros del reinar: sospechosas
son las coronas y los cetros. Entrase en palacio con
sujecion a la envidia y codicia, vívese en poder de la
persecucion y siempre en la vecindad del peligro.
17.
El único Rey que ha sabido serlo, fue Jesucristo.
18.
El buen Rey, ha de cuidar no solo de su reino
y de su familia, mas de su vestido y de su sombra; y
no ha de contentarse con tener este cuidado: ha de
hacer que los que le sirven, y están a su lado, y
sus enemigos, vean que le tiene.
19.
Miren los Reyes porlos pobres, que entonces habrán
entendido que el primer pobre y mas legitimo necesi—
tado es el buen Rey.
_9_
20.
Rey que se gobierna, Rey que se socorre a si mis—
mo y se guarda y mira por si, ese mira por sus
reinos. El que se descuida de si propio, y se deja y Ol—
vida, ¿por quién mirará, ni de qué tendrá cuidado?
21.
Solo esbuen Ministro quien derechamcnte mira á.
los necesitados.
22.
Rey que se cierra con los ambiciosos y los tiranos,
con cuidado se guarda de los buenos y santos y leales,
da la llave de la puerta a quien había con particular
recato de esconder la casa. ¿De quién te guardas ¡oh
descaminado señor! site entregas a los que habías de
temer?
23.
El Rey es persona pública; su corona son las ne—
cesidades de su reino; el reinar no es entretenimiento,
sino tarea; mal Rey el que goza sus estados, y bueno
el que los sirve.
24.
r Rey que se esconde a las quejas y que tiene porte
ros para los agraviados, y no para quien los agravia,
ese retirase de su oficio y obligacion.
__ 10 ..
25.
Rey que llama criado al que le violenta y no le
aconseja, al que le gobierna y no le sirve, al que toma
y no pide, al que por todo el reino recibe, y por nin
guno habla; al que llama pródigo yperdido al Rey
que da a otros, y justificado, santo y glorioso al que
todo se lo deja tomar á él; al que hace méritos para si
los inconvenientes que pone a las mercedes en otros;
. al que cerca los oídos del Rey de hombres y conseje—
ros comprad0s que, alabándole a él y acreditando su
gobierno, halagan con lisonjas venenosas la perdi
cion y afrenta de los beneméritos, ese Rey no pasala
magestad del nombre: es un esclavo a quien para
mayor afrenta permite Dios las insignias reales.
26.
La cabeza de los Reyes no se ha de inclinar mas a
una.parte que á otra. El Rey es cabeza, y cabeza in
clinada, mal enderezará los damas miembros.
27.
La libertad de la conciencia respira inquiriendo; y
los Reyes deben saber lo que les conviene, y no se
han de contentar de saber lo que otros quieren que
sepa.
28.
Una cosa es oír a los que asisten á los príncipes,
y Otra alos que ó sufren ó padecená esos tales.
_. 11 _
29.
Son los trabajos tau propios de los Reyes, que es
culpa estorbárselos y diferírselos, pues su oficio es pa—
decer y velar para la quietud de todos.
30.
Quien adora solamente para pedir, lisonjea, no me
rece. De esta manera piden los aduladores la reputa—
ci0n del Rey, escondiendo en la reverencia la. codicia.
31.
Los maliciosos, otro camino siguen que los bene
méritos: en aquellos es la humildad cautelosa, y es
fuérzase a disimular ambicion y atrevimiento; y en
estos es santa y encogida.
32.
Es muy dificultoso que entre un Rey en el reino
del cielo.
33.
Ser rico no es merecer: ser titulo ó hijo de Prin
cipe, no es suficiencia.
34.
Buen Rey y malos Ministros, es cosa dañosa á la
república, y hubo árabe que tuvo opinion que era me—
jor mal Rey y buenos Ministros.
__ 12 _
35.
¿Qué importa que el Rey sea. un ángel, si los Minis
tros son desapiadados demonios, y entre todos ellos
no halla un hombre quien mas le ha menester?
36.
Los Reyes nacieron para los solos y desamparados;
y los entremetidos, para peligro y persecucion y car—
ga de los Reyes.
37.
Los ojos y los oídos del Rey han de ser los mas
frecuentes Ministros.
38.
Los necesitados no han de buscar al Rey ni á los
Ministros: esa diligencia, su necesidad la ha. de te
ner hecha; los Ministros y los Reyes han de salirles
al camino; ese es su oficio, y consolarlos y socorrer—
los, su premio.
39.
El Rey puede y debe tener sufrimiento para no cas—
tigar con demostracion por su mano en todos los ca—
sos; mas en el que tocare á desautorizar su casa y pro
fanarla, él ha de ser el ejecutor de su justicia.
40.
Al Rey solas las obligaciones de su oficio y nece—
... 13 _
A sidades de su reino y vasallos le han de llevar tras si.
41.
De ninguna manera conviene que el Rey yerre;
mas si ha de errar, menos escándalo hace que yerre
por su parecer que por elde otro.
42.
Nada ha de recelar tanto un Rey, como ocasionar
desprecio en los suyos; y este solo por un camino le
ocasionan los Reyes, que es dejándose gobernar.
43.
\
{El corazon de los Reyes no ha de estar en otra
mano que en la de Dios.
44.
Tomar el Rey el consejo, es cosa de libre juicio:
que se lo hagan tomar, es señal de voluntad esclava.
* 45.
El buen criado propone, y el buen Rey elige; mas.
el Rey dejado de si propio, obedece.
46.
Quien gatea por la lisonja, y trepa por la mentira,
y se empina sobre la maña y se encarama sobre los
cohechos,—este, que parece que viene dando y á que
le roben, á robar viene.
__ 14 _
47.
El mayor ladron no es el que hurta porque no tie—
ne, sino el que teniendo da mucho, por hurtar mas.
48.
¡Cuántas vidas cuesta la conservacion de la vani—
dad delos ambiciosos, y el entretenerse en el peligro,
y el dilatar la ruina, y el divertir el castigo, que no es
otra cosa lo que gozan los miserablemente poderosos
en el mundo. '
49.
¡Qué pocos Ministros saben hacer desdenes al oro,
y á, la. plata y a las joyas! ¡Qué pocos hay esquivos a
la dádival ¡Qué pocas dádivas hay que sepan volver
por donde vienen!
50.
Quien codicia el oro y la plata, es ladron; a robar
vino; no entró por la puerta, porque el buen Ministro,
el buen pastor, no solo no ha de codiciar para si, pero
lo mismo ha.de protestar de los suyos, para quien tam
poco tomó nada.
51.
Tan lejos ha de estar el pedir del Ministro, que aun
por ser pedir limosna pedir, ha de trabajar primero en
su Ministerio, que pedirla; así lo hizo San Pablo.
__ 15 -
52.
¡Qué honroso sustento es el que dan. al Ministro sus
manos! Qué sospechoso y deslucido el que tiene de
otra manera al Juez, al Obispo, al Ministro ó al priva
do! Sus manos le han de dar lo que ha menester, no
las agenas.
53.
Miren los Reyes á. todas las manos, y verán si se
sustentan con las suyas, ó con las de los otros; y,tam
bien conocerán si entran por la ventana ó por la
puerta; pues los que entran por la puerta entran an
dando y los que entran por otra parte, suben ara
ñando, y sus manos son sus pies, y las manos ajenas
sus manos.
54.
Al Rey que se retira de todos, el mal Ministro le
tienta; no le consulta.
55.
A los solos no hay mal pensamiento que no se les
atreva; y el ministro Satanás al Príncipe apartado de
la gente osadamente le enviste; porque quien trata
con uno solo, él propio guarda las espaldas a su en
g‘año y perdicion y él la ocasiona y asegura de si,
para que se le atrevan los vanos y codiciosos.
56‘.
Quien á todos se descubre y no se esconde á sus
._ 16 __
gentes, pone en peligro manifiesto los mentirosos, la
ambicion y la maña, y déjese hallar de la verdad..
57.
Ministros que lo ofrecen-todo, son diablos.
- 58.
Ministros allegados y confesores que son caminos
sin verdad, son despeñaderos y sendas de laberinto
que se continúan, sin diferencia, en ceguedad y con—
fusion: en estos tales, vé Dios librada la perdicion de
los Reyes y el azote de las Monarquías.
59.
Espíritu de mentira en la boca del consejero, ruina
del Rey y del reino.
60.
Arte suele ser de los ambiciosos solicitar con el
parecer ajeno autoridad a sus mentiras ycrédito a sus
consultas. Esto llaman saber rodear los negocios.
61.
Mucho deben mirar los Reyes y temer el servirse
en ninguna parte de criados que buscan mas el regalo
de sus oídos que la quietud de sus almas, vidas y
honras.
62.
Ministro que tiene portero, ese quiere, cerrando
...” 17 .
la puerta, que entren todos por otra parte: ya se sabe
que qúien no entra por la puerta, sino por otra parte, es
ladron.' '
, No todos los que parece que piden, piden; unos
engaitan, otros adulan, otros engañan, otros mien
ten, pocos piden.
64.
Quien calumnia y persigue al pobre por aumentar
su riqueza, dará a otro masrico y empobrecerá.
65.
Quitar al que lo ha menester para dar al que no lo
ha menester, es injusticia, y no puede carecer del cas
tigo de empobrecer.
Muchos entienden que reinan porque se ven con
cetro, corona y púrpuras (insignias de la magestad,
y superficie delgada de aquel oficio); y siendo verdu—
gos de sus imperios y provincias, los deja Dios el
nombre y las ceremonias, para que conozcan las gen
tes que pidieron estas insignias para adorno de su ca
lamidad y ruina.
67.
¿Quién entre los innumerables hombres2que han
_ 13 _
sido Reyes, ha dejado de ser juntamente, Rey y Rei—
na de: sus “criados, de sus,hijos, .de su mujer ó de sus
amigos? ¿Quién no ha sido vasallo de alguna pasion,
esclavo de algun vicio?
“_,
.
D0nde la lujuriá.no ha hallado puerta, que s’e vé
raras veces (y fáciles de contar, si no de creer), ha en—
trado a ser Monarca ó el descuido, ó la venganza, Ó la
pasion, ó el interés, ó la prodigalidad, ó el diverti
miento ó la resignacion, que de todos los pecados hace
participe á un Príncipe.
69. -,:\: ' '
Perder y destruir es de espíritu de demonio, no de
espíritu de Rey. _
!.. ¡
1
_.,_ ¿. v ;, . 70.
Mas se deben guardar los Monarcas de los que
tienen en su casa, que de los que les niegan la suya.
71.
., La tolerancia muestra que los corazones de los
Reyes son de peso y ¿sólidos. Al contrario, si cual
quier chisme, en que se gasta _p000 aire, los-’ arrebata
yenfurece, ¿quiéngignora que'conserva, y restaura
corrige mas la paciencia que el ímpetu? ‘ , ‘ '
7,2..¡
La justicia se muestra en la igualdad de los.,pre
_. 19 _
mios y los castigos; y en la distribucion, que algunas,
veces se llama igualdad. Es una constante y perpétua
voluntad de dar á cada uno 10 que le toca. v
‘ ' '-:s:ïr.'. U ,_:‘:! _-e';
" Á' ,"LM Ü::’ ,\ ' ‘73. i .¡-',I 3.; ',' '.."— ;::f—E\
' ' '— -»’ '.ït "-'a “IO? :‘-' ' - ‘. ¡:¡v-r:
Las culpas de la casa ajena todos, las creemos;
de la propia las ven pocos, porque tienen en sus ojos
todas las vigas de sus techos.
Ó
'e.’" ¡li (-‘ ,"r. : . g 'H:.’:‘r 74: ' 2—.ní :;”(; ‘1ÍÍJ' "l
_ .' ï í!1!'(rl' : r" VÍ 'Í
Muchos quieren que el Rey asuele las casas de los
otros; mas ninguno la suya, ni las de los suyos.
.¿..(._._.; A ' 75. ,-¡.( :¡..—_',_..x.;_¡
_'. —¡n >. , ' '
Muchos pretenden que el Rey solo asista á su casa
de tal suerte que los demas no puedan entrar en ella.
76. . . . .
p “' n . — : 1‘(>_‘
Sospechosos deben ser alos Reyes los solicitos dé"
su comodidad y descanso, pues su oficio es cuidado;
mas útil hallan en el trabajo que le escusan tomándole
para si, que en el descanso que le dejan para él.
:"\
n
—.:nn‘ in':' '— ’ 77_ ‘- Ï' '. ul\
Toda la salud del gobierno humano está en que los
Príncipes y Monarcas afirmeri su cara al lugar de su
obligacion, porque si dejan que las manos de los que
se la tuerc‘err la descaminen, miraran con latcodicia7de
sus dedos, y no con sus:djos. " “ . r-\f.vr, ;;.’:.e.m
_2o_.
1a
Aquel Rey que no queriendo imitar a Cristo, se
deja gobernar totalmente por otro, no es señor, sino
guante; pues solo se mueve cuando y donde quiere la
mano que se lo calza.
r
79;
Pedir para los pobres y tomar para si, es manera
de hurtar muy antigua.
80.
Se agradecen las mercedes de los Reyes con ham—
bre de otras mayores.
81.“
Ministroinclinado á ventas no parará hasta que su
señ0r sea la postrera.p
82.—"
Adviertan los Reyes que el primer consejero que
hubo en el mnndo fué Satanás, valido de serpiente que
engañó a Eva.
83.
La mala yerba, si se la cortan las hojas, no se re
media; antes se esfuerza la raíz. ’ ' .
_ 21 _
84.
Los malos Ministros y consejeros solo tienen dos
sentidos libres, que son: olfato y manos.
' 85.
Nazca de su virtud el Ministro; conozca que le en—
gendró el mérito, no el padre; tenga por hermanos los
que mas merecieren; por hijos, los pobres.
‘86.
Vale mas que un Ministro muera tan pobre, "que
pidan para enterrarle, que no tan rico que le desentier—
ren porque pidió.
'87.
Rey adestradq es ciego; enfermedad tiene, no ear—
go, borden es su cetro; aunque mira, no vé.
El que adiestra a su Rey, peligroso oficio escoje;
mucho se aventura si el Rey no lo ha menester. No le
guía, le arrastra y le distrae; codicia y no caridad, ‘
tiene. No es servicio el que le hace, sino ofensa;y ’díS—'
culpa los ódios contra su persona.
89.
Nada ha de disimular tanto un Príncipe como el
_. 22 _
tener necesidad en todo de advertencia, y haber de
decir siempre: Llevadme. y guíadme; yo iré tras de
vosotros.
I
r|.
90. "'I :—
Hay quien en palacio medra tanto como miente,
cuya fortuna no tiene mas larga vida que hasta topar
con la verdad. \ ‘
91. ' Í,¡.
El mantener a los suyos y el sustentarlos, es uno
de los principales cuidados de los Reyes. Por eso los
llama Homero pastores de losjpneblos.
92. ’ . -
Quien quita de todos los suyos con los arbitrios,
para defenderlos del enemigo, hace por defensa lo que
el contrario hiciera por despojo; De que se coligetque
el señor que tiene necesidad de los suyos, no es señor—,2
sino necesitado.
93.
Puede ser que el poder soberano obre cualquier
6083. sin temer castigo; mas no que si obra mal no ¿lo
merezca. ' > ’ zeri‘
, -'r." '
‘ 94.
Bien puede alguno mostrar encendido su cabello
en corona ardiente en diamantes, y mostrar inflamada
— 23 -— .
su perso'na' con vestidura, solol teñida, sino embriága;
da con repetidos hervores de Ja", púrpura; y ostentar
soberbio el cetro Con el peso del oro, y dificultarse a
la vista remontado en trono desvanecido, y atemorizar
su habitácion con las amenazas bien armadas de su
guarda; llamarse Rey, y firmarse Rey; mas serlo y
merecer serlo, si no imita a. Cristo en dar a todos lo
que les falta, no es es posible.
95.
Quien debe la magestad a las anticipaciones del
parto y a la primera impaciencia del vientre, mucho
hace si se acuerda, para vivir como Rey, de que nació
comohombre. Pocos tienen por grandeza‘ ser Reyes
por el grito de la comadre. Pocos, aun siendo tiranos,
se atribuyen ala naturaleza: todos lo hacen deuda a
sus méritos. Dichoso es quien nace para ser Rey, si
reinando merece serlo.
96.
Lleva el vasallo el peso del Rey a cuestas como
las armas, para que le defienda, no para que le hunda.
97.
En los palacios se acuerdan antes de las señas
del pecado cometido que de la advertencia para no co
meterle. _
98.
Hay muchas diferencias de mal de ojos en los Re
_ 24 _
yes. Quien les aparta ó esconde lo que convenía
que viesen, los ciega. Quien les aparta la vista de su
’obligacion, les sirve de cataratas. Quien no quiere
que miren y vean a otro sino a él, les sirve de venda
que les cubre los ojos para todos los otros. Este les
hace el cetro bordon, y ellos tientan y no gobiernan.
99.
Tan fácilmente se cree lo que se desea, como se ol
vida 10 que se aborrece.
100.
Preguntar un Juez lo que no quiere que le digan,
cañas tiene: '
1,0,1
¿Hay embustero que no diga desea saber la verdad?
Los mentirosos nunca la dicen y siempre dicen que se
la digan.
102.
¿Qué tirano hay que no publique diligencias que
hace para saber la verdad? Y todos estos la vuelven
las espaldas, la niegan la audiencia, la cierran los
oídos. ‘
..- , .
103.
Tener la verdad delante y preguntar por ella, mas
es despreciarla que seguirle.
f- 25 -
104.
Un Rey debe tener a su lado gente que le _respon
da la verdad, y no fiarse de aquellos que la pregun—
tan y la huyen. . —" ' ' ‘ '. “
105. , i‘u':. i L“
¡Cuán frecuentemente los Ministros, aprendices de
los fariseos y escribas, por hartar su venganza, por
satisfacer.,un ódio en el .valeroso, en el docto, en el
justo, mezclan en sus calumnias el nombre de César,
el del Rey; fingen traicion, publican rebeldía y, enojo
del Príncipe, donde no hay uno ni otro, para que el
César y el Rey sea causa de la crueldad que no man
da, de la maldad que no comete!
106.
_Éntrase el mal en las conciencias, tan abultado de
textos, y aforismos y autores, que no deja desocupado
lugar donde pueda caber consejo piadoso.
107.
Muchos son limpios de manos, porque se lavan, no
porque no roban. ¿Quién ha dicho que con manos lim—
pias no se. puede hurtar? Pilatos se preció delante de
todo el pueblo de limpio de manos, y fue tan mal la
dron como el malo. . *
108.
Ladrones hay que hurtan con los píés y con las
bocas, y con los oídos y con los ojos.
_25_
109.
'—.“' " "' "‘,0'"xrri—‘m / ‘«, ‘. ::’i
Si miran a los piésá,lo’s que en público'se prec‘izm
de limpios de manos, muchas veces en sus pa:sos y vea
redas se conocerán las ganzúas, y en sus idas y veni—
das, los robos.
r
» : ' no. . ._f‘:_‘
Ni la acusacionpres¡upon,e culpa, ni la traicion ti
ran-o; pues si fuera así, nadie hubiera inocente ni jus- '
tificado. ' :1 _ 3 - ‘
1 'i.|_'
111.
En las repúblicas del mundo, los acusadores em
briagan de tósigo los oídos de los Príncipes: son len—
guas de la envidia y de la venganza; el aire de sus
palabras enciende la ira y atiza la crueldad; el que los
oye, se aventura; el que los cree, los empeora; el que
los premia, es solamente peor que ellos.
112.
Ádmiten acusadores de miedo de las traiciones, no
pudiendo faltar traidores donde los acusadores asis'
ten; porque son mas los delincuentes que hacen, que
los que acusan. ' ‘
113.
’. El Silencio no esta seguro donde se admiten '_d¿la—_
tores. Estos empiezan la murmuracion de 10‘s Princiï
_ 27— _
es, para ocasionar que otros la continúen. Son labra
gores de cizaña, siémbranla para cojerla; y porque la
prudencia del que calla ó alaba no sea mayor que su
malicia, cuando espian'dicen loquercalló y envenenan
19r<luedijo. ’ l‘ :» >« I rí- 'n; w ¿ri
n!:.:-.f“ I:.-':‘: .| ‘ !"¿:'1 l 0'
-— Í'i "¿ “¡"¿*: ‘114.Á' . _,:.'_;;.{(,¡'uu
' p. - «I, b ' V ’( 4 'y »
' ' .t’r.l‘.' ,: , ‘ ,
Los,Reyes y Monarcas que se: 'en'golósinan'én la ti
ranía, es fonoso creaii' cuanto les dicen los¿adusadoï—'
res, porque aborrecimiento_que‘ merecen de 165
suyos;‘ y así los 'compran’su desasosiego y l‘o's premian
sus afrentas; pues de clics no oyen ni creen otra cosa.
Donde estos tienen valimiento, el siglo se infama Icon
los castigos de los delitos sin delincuentes, y temen
los Príncipes hasta ia_seña de los mudos y los gusanos
delos muertos. 'A ' '-‘- ' “¡‘
:1),'¿ 'r.' ¡e í.)
i15.
. ¡,0h» si trsieraa .Yozr.19s.zavrepsnfimientps;<ie,_los
Monarcas, (ses recen. muriós en. el..si.lenci.o .dtla aser,
te, cuántos'gritos se oyefan de sus concienciasg,i0nánr,
tas querellas fulminaran de sus Ministros, que sino se
llaman fariseos y escribas,, lo saben ser!
,,_' . A,,._¿- «, 116.
Ninguna cosa envilece tanto a la magestad, ni en»
ferma a la justicia, como p"e’rrhitir que los que asisten
á. los Reyes prohiban y reprueben lo que otros hacen,
porqué no viven con ellos, porque no siguen sus pisa
das, porque no los imitan. .n ,, 7 '
-28__
r 117.
r '
- Muchos hanmuerto y morirán porque dan gloria a
los nombres de los Reyes, y en ellos hacen. milagros,
con diferente fin y por diferente camino del que llevan
los que los asisten. De aquí se sigue que son premia
dos los que infaman sus nombres, siguiendo sus dic
támenes, de que se origina, .desórden, infernal— y, peor;
pues. en el infierno, donde no hay órde'n, a ninguno
que,,sea bueno se da castigo, ni a ninguno que sea
I,pg,l,o,sele deja de dar; y en esta.se los ca’stigos á
os..;néritos, y los premios a los delitos.
¡
.
118.
' No se ha de inclinar el Príncipe sola una vez a la
clemencia, sino muchas.
119.
No hay cosa mas fácil que acusar uno á. otro, ni
mas difícil que no tener el que acusa culpas que le
pueda otro acusar. ,
120.
Tanto importa que sepa el Príncipe las maldades
de los que acusan, como las de los acusados.
7 121. n ‘
Si condenase el que acusa, solamente habría imme— _
bres en las horcas, hogueras y cuchillos. Y si todos
_ 29 ...
los pecados probados plenariamente se castigaseri con
la pena dela ley, pocos moririan por nacer mortales,
muchos por delincuentes; fueran las sentencias desola—
cion, y no remedio.
122.
Verdad es, que enmienda mucho el castigo; más
tambien es verdad que corrige mucho la clemencia,
sin sangre ni horror.
123.
El perdonar tiene su parte de castigo en el delin—
cuente que con vergüenza reconoce indigno su delitó‘
del perdon que le concede la misericordia del Rey.
124.
Al traidor no se le ha de callar nombre, ni sobre—
nombre, ni apellido, ni patria, para que sea conocido
peligro tan infame.
i255 '
Solo el arbitrista hurta toda la república, y en
ella uno por uno a todos. Tránsito es para traidor,
arbitrista; y no hay traicion sin arbitrio.
LA
126.
No puede haber Rey ni reino, dominio, República
ni Monarquía sin tributos. Concédenlos todos los de
rechos divino y natural, y civil y de las gentesï Todos
_730 _
los súbditos lo conocen y lo confiesan: y los mas los
rehusan cuando se los piden, y sequejan cuando
los.pagan ’ a quien los deben. . v ‘ ' i ' ur: >r.
.oi!".' -
127.
Quieren todos que el Rey los gobierne, que pueda
defenderlos y 10s defienda; 'y ninguno quier’eque sea
á:costa de su obligacion. ’ , , , ..
— '.*-n-. -;'
128.
Tal es la naturaleza del pueblo, que se ofende de
que hagan los Reyes.lo que él quiere que hagan.
Quierelsjer gobe,rn_adq,y defendido; y negando los tri—
buto_s é imposiciones, desea que se haga lo que no
quiere que se pueda hacer.
..
3.
129.
Los' vasallos se persuaden que el recibir le's toca
a ellos 'siémp're, y al Príncipe siempre el dar; "siendo
esto tan al revés, que a los vasallos'toca el dar lo que
están obligados y lo que el Príncipe les pide; y al
Príncipe el recibir de los vasallos lo uno y lo otro.
H' Í,- :“')l'(¡'. - ’ 130.»'.:;
_-0.>: ,, "'r¡ !, » -
Las quejas populares y mecánicas en cualquiera '
nueva imposicion y así mismo, al tiempo,de pagar lo
ya impuesto, son de gran‘ruido, mas de poco peso.
.r—u¡:'".snv' ' " r 131; 2» :ri“/
..')i'(01 20er‘: Í '* !', ‘?'IÍ !‘Ï " " ' ‘ ‘
—'rrPierdeae1: tiempo quien' ¡trata de convencer con
_ 31 _
razon la furia que se junta de innumerables y diferen
tes cabezas, que solo se reducen a unidad en la lo—
cura. Débese esta tratar como la-niebla, que dándola
lugar y, tiempo, se,desvanece y aclara. .
Es forzoso que_los tributos los ponga la precisa
necesidad que los pide; que la prudencia ,cristiana los
reparta—réspeefivamente con igualdad, y‘ que losïco
breventeros la-propia causa que los — ocasiona; iporqueï
poner los tributos para que los paguen losivasallos y
los embolsen los que los cobran, ó gastarlos en cosas
para que no se pidieron, atiene de engaño que de
cobranza, y de invencion que de imposicion.
Pida el Príncipe tributo's para dar paz, sosiego, de
fensa y disposicion en que los. vasallps_puedau,con
aumento. multiplicar lo que dieron, ¿y .;aventajarlo, en).
precio," porque 'pédir sinl'dar cosas, ies . despejar,
quesellamapedir.
El buen Monarca mejor merece reverencia y'-ax‘n'or
por lo que padece por los suyos, que por lo que puede
en ellos.
v 137.
El que hace lo que debe y lo que le es lícito, hace
lo que todos desean: quien lo que se le antoja, lo que
desea él solo. ' '
138.
Los malos y detestables tiranos siempre fueron
pródigos y perdidos, creyendo que con el afeite de las
dádivas grandes cubrían la fealdad de sus costumbres;
y quedando ellos pobres, a nadie hicieron rico.pL0
que dan es premio de maldades: lo qne quitan, envi—
dia 'y venganza de virtudes; y así quedan estos con
derecho a la restitucion, y aquellos al castigo.
139.
Si no se mira a quién se da, mas se pierde] dando
que perdiendo; piérdese la cosa sola que se pierde; y
si nose sabe dar, se pierde lo que se dió y el hombre
á. quien se dió: daño muy considerable.
140.
Mirese a quien se da, y muchas veces se quitará
al que pide; que si no se mira, eso es dar a ciegas:
__V33 _
141.
7 ‘ Hay tiranos de dos maneras: unos pródigos dela
- hacienda suya y de la república, por tomarse para sí
no solo el poder que les toca, sino el de las leyes divi
nas y humanas. Otros son miserables en dar caudal y
dineros; y son pródigos en dar de si y de su oficio; y
pasan a consentir que les tomen y quiten su propia
dignidad por no perder un instante de ócio y entrete
nimiento.
142.
No ha de dar el Rey los premios y las grandes mer
cedes medidas por el número de los años y tiempo que
le han servido; si no por calidad y peso de los servi
cios, por las circunstancias del lugar y la ocasion.
143.
Es tan noble y tan ilustre la paz, que tiene por so—
lar el cielo. Que desciende de él, sevé en los ángeles
que bajaron del cielo a publicarla en la tierra a los
hombres.
144.
Tan apetecible es la paz, que siendo tan detestable
la guerra, se debe hacer por adquirir paz en la reli
gion, y en la conciencia, y en la libertad justificada
de la patria. '
” 145;
En el mundo se usa mucha paz de Judas, enmasca—
rada con el beso de su boca. 3
\
_ 34 -_
146.
'El MiniStro que aconseja que para conservar en
paz los vasallos, lbs despojen, los desuellen y los con—
suman, ese Judas es, y la suya paz de Judas: con la
boca, mas chupa sanguijuela que besa reverente.
147.
Destruir los pueblos con achaque de que los enemi
gos los quieren destruir, es adelantar los enemigos,
no contrastarlos ni p_revenirlos. Es no dejarlos qué ha—
cer, ni qué deshacer. . '_
14s.
En la obediencia está la paz de todas las cosas: a
Dios primero, a la razon y ala justicia. No hay guer—
ra sin la inobediencia a una de estas tres cosas, a que
persuaden otras tres, impiedad y pecado, apetito, so
berbia ambiciosa. , ‘ ' ’
149.
El sueño es puerta abierta a la guerra y a la ciza—
ña; el desvelo a la paz y) seguridad.
150.
.l
El buen pastor ha de conocer a sus ovejas, y; ellas
le han de conocer a él. De otra manera, ni sabrá las
que tiene, ni las que le faltan, niel pasto y regalo ó la
cura que han menester. - ' ' i
_ 35-
151. ‘ v H".
El pastor ha de tener perros que guarden el gana—
do; mas él ha de velar sobre el ganado y los perros;
que si deja al solo albedrío delos mastines los rebaños,
como son guarda no menos armada de dientes que los
lobos, ni de mas bien inclinada hambre, ellos los guar
darán de los lobos; mas, como lobos, para si.
152.
El descuido del pastor háce lobos de los pei-ros, si
su oreja no atiende á los ladridos, y sus ojos al. valido
de las ovejas. — ¡
153.
El pastor que duerme y no vela sobre su ganado,
ni guarda las vigilias dela noche, él propio es lobo de
sus hates.
154.
Hay Reyes que rigen sus reinos con los entendi—
mientos delas manos ajenas, ó con sus manos, gober—
nadas por los entendimieüt03 de otras manos. Estos
no son pastores, sino Ovejas de aquellos que con sus
entendimientos gobiernan sus manos.
_ 155
No es menos infernal invencion hacer ídolos los
_ 35 _
hombres, que hacer a los troncos y á las piedras
ídolos.
156.
Tanto importa que el Ministro diga lo que no se
ha de callar, como decirlo que se debe, y callar lo que
no se debe decir.
157.
El Ministro que con la. multitud del séquito que
puebla su poder, deja la. magestad de su señor con
"desprecio de sus vasallos deshabitada, ese no es voz
del que clama en el desierto, sino rumor que grita y
roba en poblado; y su Príncipe mudo, y su palacio
yerm0.
í58.
Los Ministros de los Reyes no han de comer otra
cosa sino langostas. Este animal consume las siem—
bras, destruye los frutos de la tierra, introduce la
hambre y esteriliza la abundancia de los campos; des
truye los labradores y remata los pobres. El alimento
.,del Ministro ha de ser estas langostas. Estas ha de
7 comer, no las cosechas, no los frutos de la tierra, no
. los labradores, no los póbres. Ha de comer, á los que
. se los comen, y los arruinan; porquejel Ministro que
no come esta langosta, es langosta :que consume los.
remos.
' 159.
. . . . . l
No ha de vestir el Mnnstro pxei que ,_le acuerde de
'
__ 37 _
uñas y garras, de crueldad y robos. Seda y paño y
telas hay que rebozan estas pieles.
160.
La niñez de los Monarcas engaña el orgullo de los
descaradamente ambiciosos que, fiados en la. menor
edad, hacen y los hacen que hagan cosas de que cuan
do los asiste madura edad, se avergüenzan, se ar-'
repienten y se indignan. ' '
161.
Las visitas del Rey al criado las ha de estrañar el
criado; no disponerlas y solicitarlas, ha de intentar
prohibirlas. , ‘ ._, .
162.
Conviene mas que muera el Ministro por haber
dicho al Rey 10 que no debe callar, que no que muera
el Rey porque le calla lo que le debía decir.
163.
Todo se debe a la justa y forzosa necesidad de la
república y del Príncipe; mas para que el servicio sea.
socorro y no despojo, no basta que el Monarca pida
lo que ha menester, sino, que oiga del vasallo lo que
puede dar., '
164.
Tasan mal estas .cosas los que aconsejan que se pi
... 38 ...
dan y luego las ejecutan; porque con tales ejecucio»—¿
nes socorren antes su ambicion y codicia, que alreino
ni al Rey.
165.
De todos los caudales que componen la riqueza de
los Príncipes, solo el de los vasallos es manantial, y
perpétuo: quien los acaba, antes agota el caudal del
señor, que le junta. ‘
166.
No es pueblo, el que yace en rematada pobreza:
es carga, es peligro, es amenaza; porque la multitud
hanibú’enta; ni sabe temer 'ni tiene qué; y aquel que
los quita cuanto adquirieron de oro y plata y hacien—
da, los deja la voz para el grito, los ojos para el llan—
to, el puñal y las armas.
167.
No pueden. los Reyes. enviar ángeles por Minis—
tros; mas pueden y deben enviar hombres que imiten
al ángel en aguardar la respuesta, en quitar la turba
cíon y el miedo: no hombres que imiten al demonio
en no oír, en dar horror,y turbaciony miedo. .
!'Si de lo mucho que se pidiese se-dá lo poc_o que se
puede, es dádiva fecunda que luce y aprovecha.
169.
- .Al vasallo le sucede lo que a la vid, que quitándo—
. __ 39 _
le la poda lo supérfluo, se fertiliza; y si la arrancan,
lleva mucho mas, mas la destr‘uyen para siempre.
No sé qué se tiene de grande concede pedido; y bien sé cuáanbtuondtainecneiad1e0 qesuteéril
cuanto se toma negado. ‘
"‘ Si a intercesion dela-gala hay meses v’edados para
que los cazad0res no acaben la caza, matando los’pa—
dres para las crías,“ haya meses vedadós, Cuando no
años, aintercesion de la justicia y misericordia, para
los cazadores de pobres, porque la cría de labradores
no perezca. _
Las ruinas tan frecuentes de los poderosos, en que
tanta sangre y horror gastan las historias, se originan
de.q‘_ue temerifdond‘e no habían de tener miedo, y no
tienen miedo ‘de habían de temer.
El reinar es tarea; los cetros piden mas sudor que
los arad0s, y sudor teñido.delas venas; la corona es
peso molesto, que fatiga los hombros del alma prime—
ro gue las fuerzas fd¡el cuerpo; los palacios para el
Príncipe ocioso son Sepulcros de una vida muerta, y
para el que atiende son patibulo de una muerte viva.
_ 40 __
174.
Para los que respiran veneno y leen las obras aje
nas con basiliscos, ninguna cosa tiene lugar de de
fensa. " w '
175. .wi.' ,;. .
Quien descansa con unvicio de una ocupacion, ese
descansa la envidia de los que le aborrecen, la codicia
y la ambici’9ny de los que le usurpan, la traicion de los
que le engañan. Quien de un afan honesto descansa
con otro, ese descansa así como descansó Cristo.
176.
Los Monarcas son jornaleros: tanto merecen como
trabajan. El ócio es pérdida del salario.
177. »,
Los pretendientes, los sedientos, los allegados,
quieren que el Rey sea pozo hondo y oscuro yretirado
a la vista, porque Solo ellos puedan sacar lo que qui
sieren. Estos, que alcanzan con soga y no con méri—
to, paguen con su cuello al espar_to lo que le trabajan
con el caldero.
' r ' ;:.;'.';i= ‘ . ..
178_ li - T ':‘ i "_ ,.'.'--, '
onando se juntan-con la huú1iila‘cion del Príncipe,
la‘soberbia abatida y emponzoñada del criado, en'gen—'
dran plagas, producen langostas. El hijo de esta bas—
_ 41 ...
tardía tan alevosa es el azotepde la tierra, el despojo
de los pobres, la. ruina de los reinos.
Leves serian los tributos de los Príncipes, si pidie
sen poco y fácil, y a quien lo puede dar, y donde lo
hay; lo que las mas veces se descamina por la codicia
y autoridad de los poderosos, pues se cobra del pobre
lo que le falta y sobra al rico, que por lo que él le ha_'
quitado y le niega, le ejecuta.
180.
El demonio dá sin que le pidan, porque da qui
tando.
El Rey pida tributos a sus pueblos, para darles de—
fensa, paz, descanso y aumento; no pida a todos para
dar a uno, que es hurto; no pida á unos para dar a
otros, que es engaño; no pida á los pobres para dar a
los ricos, que es locura delincuente; no pida a ricos y
a pobres para. si, que es bajeza. Pida para que le pi—
dan, y entenderá la dádiva de Dios,._que¿empieza en
pedir y acaba en dar. /
V 182.
Las repúblicas que carecen de letrados, se asemejan
en lo pacificas á. aquellos máres que carecen de pi—
ratas. :
Nunca se levantan mas los Reyes que cuando se
bajan a levantar los caídos.
"'¡‘El Príncipe que estorba'due no hurte' piriMiñistrp,“
g‘üarda‘su Ministro y su hacienda.
La libertad se perpetúaeh la igualdad de todos, y
se amotina en la desigualdad de uno.
(1‘. .1
186. ‘ , ..,
Ventajosamente castiga quien con la amenaza sabe
ahorrar el castigo: gran Rey aquel en quien la opini0n
vale por ejército,'y el amor por guarda, y el miedo
por‘Ministi‘
.f-Al español,'mas le constituye en serlo, la lealtad
q’ué Ia- patria; de tal manera, deja de ser español
en dejando de ser leal.
.
El mudar señor, no es ser libres, sino mudables.
Los Monarcas mas peligran en lo que creen queen
_ 43 _
lo que dudan, porque esto aguarda el consejo que bus‘
ca, y aquello sigue el que le dan.
190.
Privado habrá que sus manos las tenga religiosas
para el poco dinero, y distraidas para la cantidad: este
no es limpio, sino astuto; este mas peca en lo que deja
de tomar, que en lo que toma.
191.
Cuando por los desórdenes de algun Príncipe se
muestra el pueblo descontento, peligran los buenos y
los sabios entre las quejas de la gente y los espías y
acusadores que el tirano trae mezclados en todos los
corrillos; y es casi imposible poderse salvar en esta
borrasca los oídos ni las lenguas; porque para el que
teme, igualmente es cómplice el que calla como el
que responde.
FIN.
EXTRACTO
v
Anales del reinado de doña Isabel II.—Obra póstuma del
excelentísi'mo señor D. Francisco Javier de Búrgos; '6
tomos en 4.° con 20 retratos aparte del testo, y la Biogra
fía de hombres célebres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . -..Rvn. 400
Anti—uo Madrid fel).-—Paseos histórico-anecdóticos por las
ca [es y casas de esta villa. Su autor D. Ram0n Mesonero
Romanos; un tomo en 4.°, edicion de lujo con grabados y
_ ballísimas láminas aparte del tesl0.. . . . . . . . . . ,. . . . . . . .30
Blblla de Royaumont.-Historia del antiguo y Nuevo Testa
mento. Edicion de gran lujo con grabados; un tomo en 4.°
mayor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .....60
Cartografía hispano-científica, ó sea los mapas españoles,
en que se representa á España bajo todas sus diferentes
fases, por D. Francisco Jorge Torres Villegas; 2 tomos en
fólio, holandesa, con infinidad de mapas . . . . . . . . . . . . ..60
Causas célebres históricas españolas, por el Excmo. señor
conde de Fabraquer; un tomo en 4.° a dos columnas. . .20
Cíenproberbíos (los) ó la sabiduría de las naciones. Obra imi
"' tada del francés, por D. Francisco F. Villabrille; un tomo
' en 8.° mayor con 20 láminas . . . . . ... . . . . . . . . . . . . . . . ..l6
Colecdo‘n de C’ánones y de todos los concilios de la. Iglesia
de España y de América (en latín y castellano) con notas
é ilustraciones, por D. Juan Tejada y Ramiro; 6 tomos en
'fólio................ . . . . . . . . . . . . . . . . ..440
Compendio de Paleografia española, ó escuela de leer todas
las letras que se han usado en España desde los tiempos
más remotos hasta fines del siglo XVIII ilustrada con 23
Zláminas; un ¡omo en‘l‘ólio por D. Antonio Alverá Delgrás.
premiado p01‘5. M,,Madrid, 4857. . . . . . . . . . . . . .30
"Complemento á la Enciclopedia modorná;.. diccionario uni
versal de literatura, ciencias, artes, ag¡*iCultura, industria
' " comercio, publicadorpor D. Francisco de ‘P. Mellado;3
'omosen4.°.... . . . . . . . . . . . . ..50
t‘ronologia universal, traducida de la segunda edicion
‘ri'ancesa y,atlicionada enla parte española, por D. Anto
nio Ferrer'del Río; un tomo en 8.° mayor; . . . . . . . . . . . .28
Cuatro estaciones del año (las).—Primaoem.—-Estía.—Oto»
ñ0.—-Jnvíemo. Por D. Francisco F. Villabrílle; 4 tomos en
16.°
... 46_
\
Cuentos del canóníg0 Schmid, nueva edicion ilustrada con
grabados; 3 tomos en 8.°. , . . . . .,.'¿ . . . . . . . . . . . ..Rvn. 30
Diccionario de la Lagislacz‘on y del enjuiciamiento crimina
les modernos, correspondientes a los tribunales ordina
rios, por un abogado del ilustre colegio de esta córte.
Madrid 1865: un tomo en fólio, 4.296 páginas . . . . . . . . ..70
Diccionario de laspolílz'cos, ó verdadero sentido de las voces
y frases mas usuales entre los mismos, por D. J.Rico y
Amat; un tomo en 4.° . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..48
Diccionario universal francés—español y español-francés.
Por D. Ramon Joaquín Dominguez. Segunda edimon corre
gida y aumentada; 9 tomos en 4.° de mas de 4.800 páginas
cada uno, edicio‘p clara y correcta, á tres columnas. . .440
Diccionario geográfica, e‘stadlstico, histórico y biográfico de
la isla de Cuba, por D. Jacobo de la Pezuela. Esta impor
tante y estensa publicacion, ha sido recientemente apro—
bada e‘n su totalidad por una comisíon de capacidades fa
cultativas nombrada por el gobierno Consta de 4 tomos
en 4.° mayor, y de más de 600 páginas á dos columnas.240
Doctor Lañ«uela, (el) episodio sacado de las memorias de un
tal Josef, por D. Antonio Ros de Olano; un tomo en 4.°. 46
España bajo el reinado de la casa de Borbon, desde 1700
en que subió al trono Felipe V hasta la muerte de Cárlos
lll, acaecida en'1788. Escrita en inglés por Guillermo Coxe,
y traducida con notas, observaciones y un apéndice, por
D. Jacinto de Salas y Quiroga; 4 tomos en 8.° . . . . . . . . .24
Espiritualismo (el). Curso de filosofía, por D. Nicomedes
Martín Mateos; 4 tomos en 8.° maVor . . . . . . . . . . . . . . ..80
Esposicion histórico-crítica de los sistemasfilosóficos moder
nos, y verdaderos principios de la ciencia; por D,.Patricio
de Azcárate; 4 tomos en 4.° . . . . . . . . . . . . . . . .‘ . . . . .80
Exámen ltisto’m’co-crít2’co del reinado de D. P_eziro de Casti
lla, por D. -Anto‘nío Florez del Río, obra premiada por la
Academia española, tercera edicion; un tomo en 8.° de
mas de 300 páginas . . , . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . .40
Fundamentos del vigor g elegancia de la lengua castellana,
por D, Gregorio Garces. Precoden á esta obra las observa
ciones críticas sobre la cscelencia del idioma castellano,
por D. A. Capmany; un tomo en 4,° . . . . . . . . . . . . . . . . ..90
Geografía histórico—militar de España g Portugal. Por don
José Gomez Arteche, dos tomos en 8.°, con un mapa de
¿España y Portugal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . .
Gaia notarial y del registro de la propiedad inmueble; libro
m para ei bolsillo, indispensable á los notarios, registrado
m’) e res y propietarios, y utilisimo a los magistrados, Jueces y
.,, 11‘bogados, etc. Un tomo en 8.°. . . . . . . . . . . . . . ...10
- 47_—
Gaia del párroco en la predicacion de la Divina palabra, obra
traducida del francés,— p9¿‘ D. Emeterio Lorenzana; 2 tomos
en 8.° mayor.ht . .,’. . . . . . ;. . . : . . . . . . . . . . ..Rvn. 34
Ili%iene militar ópoli_cia de sanidad de los.ejércilos. Por
ranciseó Bonafob y dela Presa, doctor en ciencias médi
ca_s, etc.., un tomo en 8.° . . . . . . . . . . .., . . . . . . . . .. .8
Historia orgánica de las armas de infantería y caballería es
pañolas desde la creación del ejército permanente hasta
el día, por el teniente general conde de Clemard; 16 tomos
en 4.° mayor con 300 láminas. . . . ..,.,.,.¡. . . .300
Historia de Cataluña y de la corona de Aragon, grandes
.hechos de sus ascendientes, patriotismo 'y arntas, por
Víctor Balaguer, cronista de Barcelona; 5:tbmos en 41°
A mayor, con láminasen acero, pasta.u . . t ».. . . .,. . . .389
llistoria de nna.carla, por el presbítero D. Antonio Agua
yo, un tomo en '4.° . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .‘ . . . . . . .140
“Historia dela dominacion de los árabes en España sacada de
vamos manuscritos memorias arábigas, por el doctor
D. José Antonio Conde; 3 tomos en 4.° con láminas. . . .34
Historia constitucional de la monarquía española, desde la
invasion de los bárbaros hasta la muerte de Fernando Vll;
por el conde Víctor Du-Hamel. Traducida, anotada y adi
cionada hasta la mayoría de la reina doña Isabel ll, por
D. Baltasar Anduaga y Espinosa; 2 tomos en 8.° . . . . . . .46
llistoria de lodoslos países y de lodos los tiempos, por el
conde de Fabraquer; un tomo en 8.° mayor. . . . . . . . . ..24
Historia del levantamiento de las Comunidades de Castilla,
por D. Antonio Ferrer del Río; un tomo en 4.° con los facsí
miles de los principales personajes que figuraron en las
., alteraciones de 1520al 21 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .20
Historia del reinado de Felipe II de España, por Prescott;'
traducida directamente del inglés, 'ilustrada con notas y
adicionada con documentos import/antes, por D. Cayetano
Rosell; 2 tomos en 4.° . . . . . . . .r.\...‘s . . .:.; . .. . . . . . . . . .40
llistoria universal desde los tiempos mas remotos hasta
nuestros días, por D. Salvador Costanzo; átomos en 4¡°
mayor, á dos columnas, que comprenden toda la historia
antigua con varios cuadros genealógicos, históricos y
geográficos, aparte del texto. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .420
Se venden tomos sueltos del 2.° al 5.°. á "28 rs. uno.
Historia política y parlamentaria de España. Amplía cir
cunstanciada reseña de la revolucion de España, esde
la muerte de Cárlos 11Lhasta nuestros días, por D. Juan
Rico y Amat. Edicion esmerada; 3 tomos en 4.°. . . . . . . .64
__:48 _
CÓDIGO PENAL
últimamente reformado.
Concordado con los Códigos penales mas notables cstran
jeros, y comentadas las innovaciones y reformas efectuadas
en el Código Penal anterior, con las disposiciones legislati
'vas y las reglas establecidas por la jurisprudencia de los
tribunales desde la publicacion del Código Penal de 4850 has
ta el día; obra escrita para servir de apéndice y complemento
á los comentarios publicados sobre'elCóndigo Penal anterior,
y para presentar compiladas con claridad y precision las dis
posiciones legales publicadas hasta el día sobre tan importan
te materia
POR DON JOSÉ VICENTE Y CARAV‘ÁNTES,
DOCTOR nn .mmsrnunnucu.
Esta obra constará de un tomo en 8.° marquilla, de unos
treinta pliegos de impresion compacta en 16 páginas; se re
partirá por cuadernos de cinco pliegos, al precio de 4 reales
cada uno en toda España.
Se suscribe en las principales librerías de Madrid y pro
_ vincias, 6 dirigiéndose á la administracl0n, librería de
Victoriano Suarez, Jaemnelrezo, 72, Madrid.
Los que se dirijan á la administracion, acompañarán el
importe de tres cuadernos en libranzas del giro mútuo.
El primer cuaderno verá la luz pública en todo el mes del
próximo Enero de 4871.
l
UNIVERSITY OF CALIFORNIA LIBRARY
Los Angeles
This book is DUE on the last date stamped below.
m L9—Series 444
Este folleto se halla :'L la venta en todas las libr'
rías de Madrid y provincias al precio de DOS REALE:
Los pedidos de este y de los demas anunciados 6
el mismo, como podrán ver por los anuncios al fina
se dirígir:’m á Victoriano Suarez, calle de Jacom¿
trazo, 72, librería, Madrid, quien lo remitirá á c ‘
reo seguido siempre que al pedido acompañe su
porte un letra. de fácil cobro ó en sellos de fraan
Tambien se pueden adquirir las mencionadas o?
enla Habana, Propaganda literaria, calle 0-Reíllj
número 54.
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