miércoles, 29 de enero de 2014

José Emilio Pacheco. Poeta y hombre generoso.


José Emilio Pacheco, hombre generoso que compartió siempre sus conocimientos, humor y amistad: Rafael Tovar y de Teresa

Comunicado No. 110/2014
27 de enero de 2014
  • El presidente del Conaculta acudió a dar sus condolencias en el homenaje de cuerpo presente al autor de Las Batallas en el desierto, realizado este lunes 27 de enero en el Colegio Nacional
  • Uno de los más grandes humanistas literarios de nuestra lengua, que practicó todos los géneros con la misma sabiduría: Enrique Krauze 
El papel de José Emilio Pacheco en la literatura es indiscutible como una de las grandes figuras mexicanas del siglo XX. El Premio Cervantes y el Reina Sofía subrayan cuál ha sido su presencia más allá de nuestras fronteras. Fue un hombre generoso que compartió siempre sus estudios, conocimientos, humor y amistad”.
Así lo señaló Rafael Tovar y de Teresa al asistir al homenaje de cuerpo presente al escritor José Emilio Pacheco, realizado este lunes 27 de enero en el Colegio Nacional.
“Como escritor recibió todos los premios que en México y en nuestra lengua se pueden otorgar y su obra fue traducida y publicada en muchos países, acercándonos además a través de sus traducciones con algunas de las obras más importantes del siglo XX y a autores como Oscar Wilde, Tennessee Williams o T.S. Elliot”.
El presidente del Conaculta afirmó que la obra de José Emilio Pacheco en todos los géneros que cultivó es también una recopilación y una gran crónica de la vida cultural de México desde el siglo XX, que narra temas tan diversos como el cine, la realidad política y social, literatura e incluso efemérides históricas.
Su obra es una guía para entender todos esos contextos culturales, por lo menos desde 1976, de tal manera que ojalá todos sus textos pudieran ser recopilados porque son parte de la vida cultural mexicana, dijo el presidente del Conaculta.
Recordó también a José Emilio Pacheco como un hombre que nunca estuvo en polémicas o competencias, porque estaba muy ocupado en enriquecer su vocación literaria. Estaba siempre dispuesto a compartir sus reflexiones y todos guardamos un gran recuerdo de su generosidad.
“A mi generación le tocó leer Las batallas en el desierto y seguir la historia de ese adolescente de la Ciudad de México, pero además él tenía una visión social muy grande y eso se plasmaba en su obra, en sus artículos periodísticos. Recuerdo sus columnas de Proceso todos los domingos. Fue un hombre y un escritor con una visión y un pensamiento muy universal”.
Durante la ceremonia realizada en el Salón de Actos del Colegio Nacional, Enrique Krauze afirmó que José Emilio Pacheco fue uno de los más grandes humanistas literarios de nuestra lengua y practicó todos los géneros con la misma sabiduría, precisión y gracia: la poesía, el cuento, la novela, el ensayo, el artículo erudito, el texto periodístico, la traducción de poesía latina e inglesa.
“Pero fue además el editor silencioso y perspicaz de numerosas publicaciones. Aunque era un maestro cautivante y un conversador amenísimo, su vocación era llegar al público, no sólo al especializado, sino al común, acumulando semana tras semana en las hojas de su inventario numerosas anécdotas, episodios, biografías, obituarios, recuerdos, escenas de la vida cultural mexicana y universal, vistas siempre bajo ángulos desconocidos e insólitos”.
Krauze definió a José Emilio Pacheco como un hombre que ante todo era caballeroso, pero no por un cuidado artificial de las formas, sino por una actitud que debió venirle de muy atrás, del México que añoró siempre y donde esa actitud cabía en una noble palabra ya casi en desuso: la decencia.
“José Emilio era en el buen sentido de la palabra: bueno. Lo caracterizó una insaciable, casi infantil curiosidad por descubrir el ancho mundo, y a su vez, el cultivo gozoso de la minucia. Aunque fue prudente y reservado jamás se retrajo a una torre de marfil, le dolía genuinamente la desigualdad y la pobreza, y fue testigo sensible del deterioro de su ciudad, de su país. Veneró a los viejos, no escatimó elogios a sus contemporáneos y orientó a las generaciones jóvenes que leen sus libros”.
Cristina Pacheco afirmó que su esposo le enseñó a ella y a su familia que ante todo hay que amar a las palabras, porque si uno las respeta y les rinde homenaje, respeta también todas las cosas.
“Nos enseñó que se vive sólo una vez y que hay que hacer lo que se tiene que hacer. Ahora que no está, siento que debo mantener las fuerzas y estar clara. Sé que ante todo él estaría orgulloso de saber que aprendí su lección. Yo y todos los mexicanos nos quedamos con su obra. A mí me hace mucha ilusión el pensar que no me deja tan sola a través de sus libros”.
Elena Poniatowska enfatizó su admiración por José Emilio Pacheco el poeta que se convirtió con sus obras, en un pilar de este género y conmovió a muchas generaciones.
“Era una poesía muy especial porque estaba ligada tanto a lo que vivía en la calle como a los grandes temas, a veces inspirado por esos grandes autores que tradujo, como Apollinaire”.
Homero Aridjis dijo que José Emilio Pacheco retrataba la realidad del mundo y de México como si escribiera en el espejo de un lago, por ello su lugar no es sólo nacional, sino que está en toda la gran literatura en castellano.
“No hay muchos autores como él. Su personalidad, su talento son irremplazables, va a ser muy difícil llenar ese hueco que deja, pero al menos tenemos una obra muy valiosa, muy lúcida, pero sobre todo muy bien escrita, porque algo que caracterizó a José Emilio fue la calidad de su estilo que era muy trabajado, muy mesurado y para los jóvenes escritores es un ejemplo de vocación literaria”.
Durante la ceremonia el secretario de Educación Pública, Emilio Chuayfett Chemor, y Rafael Tovar y de Teresa, acompañaron a Cristina Pacheco y a Laura Emilia Pacheco, hija del escritor, en la primera guardia de honor del día.
HBL
México / Distrito Federal

martes, 28 de enero de 2014

Salvador Novo. Poeta, dramaturgo, prosista. Integrante de "Los contemporáneos".


A decir de Carlos Monsiváis, quien escribió una crónica biográfica sobre el autor de Nuevo amor, fue “el homosexual belicosamente reconocido y asumido en épocas de afirmación despiadada del machismo”.
CIUDAD DE MÉXICO (13/ENE/2014).- Como un autor fundamental, poeta satírico, de rica prosa, cronista de la grandeza mexicana, cuya labor enriqueció al teatro en todos los sentidos, fue recordado Salvador Novo (1904-1974), en su 40 aniversario luctuoso, que se cumple este lunes.

El poeta Hugo Gutiérrez Vega, la investigadora Taydé Acosta, y el crítico literario Sergio Téllez-Pon coincidieron en la trascendencia de Novo, quien fuera el primer poeta mexicano del que se tradujo un libro completo al inglés, y pugnaron por fomentar la lectura de toda su obra.

En declaraciones difundidas por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Hugo Gutiérrez Vega recordó a Novo como un gran escritor, cuya labor enriqueció en todos los sentidos al teatro, y un cronista ligado a su defensa de la libre sexualidad.

Fue un lobo estepario y solitario, pero al mismo tiempo muy famoso, solicitado, admirado y zaherido, que vivió en una época de misoginia máxima, añadió.

Además, lo evocó como "el poeta joven, el poeta satírico, el cronista de la grandeza mexicana y de los viajes por el país, el dramaturgo y promotor teatral y por último el cronista de la ciudad".

Por su parte, la investigadora Taydé Acosta coincidió en la grandeza del autor y destacó su prosa magnífica y su "riquísima su escritura... cuando lo lees, te diviertes, lo disfrutas muchísimo", afirmó.

El investigador y crítico literario Sergio Téllez-Pon se refirió a Novo como uno de los poetas más leídos, tanto en su poseía seria, dirigida a un público amplio, como en su poesía satírica.

Incluso calificó su prosa y escritura como "una delicia, de un gozo deslumbrante, que te atrapa inmediatamente, cuenta cosas tan chuscas y divertidas, gracias a su gran prosa".

Añadió, que Los Contemporáneos, grupo al que perteneció el poeta, fue una especie de bocanada de aire fresco dentro de ese ambiente mexicano anquilosado, ellos fueron los revolucionarios intelectuales del país y quienes trajeron la vanguardia al teatro y a la poesía.

Además, destacó su legado como cronista: "Ahora que hay este 'boom' de la crónica, uno de los pilares de esta tendencia, sin duda, es Salvador Novo, eso lo convierte en un visionario, que supo ver en la crónica un género totalmente flexible, entre el ensayo y la narrativa".

Por su labor en esta área, el literato fue nombrado Cronista Oficial de la Ciudad de México en 1965. Téllez-Pon comentó que por este título se encomendó a escribir textos que rescataran la historia de la Ciudad de México; también escribió crónicas de sus viajes por el país, por Argentina e incluso Hawai.

Asimismo, publicó crónicas sobre los presidentes de México, Tayde Acosta afirma que "son relatos de todo el medio social durante los diversos periodos presidenciales, y no sabes qué delicia es leer ésto, te enteras de todo y aprendes muchísimo, pero sobre todo se disfruta mucho conocer ese México del siglo XX".

Gutiérrez Vega lo evocó, además, como "un pionero de la libertad gay, valerosísimo, se enfrentó a una sociedad machista y homofóbica", aunque en su labor literaria fue un escritor muy original dentro de los moldes clásicos.

Taydé Acosta señaló que estuvo adelantado a su contexto, él nunca ocultó su homosexualidad, vivió plenamente su vida privada, no dejó pasar ninguna oportunidad para referirse a su sexualidad y lo mencionó en sus primeros libros de relatos.

"Sin duda Novo como homosexual es fundamental, es importantísimo, es uno de los primeros en manifestarlo abiertamente, sin ningún pudor, ninguna restricción social, ni moral ni intelectual", agregó Téllez-Pon.

Entre sus obras figuran "XX Poemas", "Espejo" y "Nuevo Amor" de 1933, "Return Ticket" (1928), "Nueva grandeza mexicana" (1946) y "La estatua de sal" (1998).

Salvador Novo, quien falleció el 13 de enero de 1974, fue un escritor, poeta, cronista y dramaturgo que cultivó prácticamente todos los campos de la literatura. En 1967 fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura, además, fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.

 http://www.informador.com.mx/cultura/2014/507246/6/pugnan-por-fomentar-la-obra-de-salvador-novo.htm
Nació en la ciudad de México el 30 de julio de 1904; murió el 14 de enero de 1974. Poeta, dramaturgo y ensayista. Estudió en la UNAM. Fue cofundador de La Falange y Ulises; fundador del Teatro Ulises y del Teatro de la Capilla; profesor de literatura en la Escuela Nacional Preparatoria y de historia en el Conservatorio Nacional de Música; jefe de los departamentos de Publicidad de la SRE; de Publicaciones de la Secretaría de Economía Nacional; Editorial de la SEP y de Teatro del INBA. Formó parte del grupo literario de Los Contemporáneos. Premio Ciudad de México 1946. Premio Nacional de Literatura 1967.

Obra publicada

Autobiografía: La estatua de sal, CONACULTA, 1998.
Crónica: Return Ticket, Cultura, 1928. || Jalisco-Michoacán, Secretaría de Cultura de Jalisco, 1933. || Continente vacío, Espasa/Calpe, Madrid, 1935. || Este y otros viajes, Stylo, 1951. || El trato con escritores (colectivo), INBA, 1961. || Breve historia de Coyoacán, Era, Alacena, núm. 6, 1962. || La vida en México en el periodo presidencial de Lázaro Cárdenas, Empresas Editoriales, 1964. || La vida en México en el periodo presidencial de Manuel Ávila Camacho, Empresas Editoriales, 1965. || Historia gastronómica de la Ciudad de México, Porrúa, 1967. || La Ciudad de México del 19 de junio al 15 de julio de 1967, Porrúa, 1967. || Apuntes para una historia de la publicidad en la Ciudad de México, Novaro, 1969. || Una historia hace ciento, Porrúa, 1973. || Breve historia de la Ciudad de México, Cámara Nacional de Comercio, 1974. || Los pasos de la Ciudad de México (edición póstuma), FCE, 1980. || La vida en México en el periodo de Miguel Alemán (edición póstuma), CONACULTA, 1994. || La vida en México en el periodo presidencial de Adolfo Ruiz Cortínez (edición póstuma), CONACULTA, 1996. || La vida en México en el periodo presidencial de Gustavo Díaz Ordaz (edición póstuma), CONACULTA, Memorias Mexicanas, 1998.
Ensayo: Ensayos, e.a. 1925. || En defensa de lo usado y otros ensayos, Polis, 1938 || Nueva grandeza mexicana, Hermes, 1946. || Diez lecciones de técnica de actuación teatral, SEP, 1951. || Las aves en la poesía castellana, FCE, Letras Mexicanas, núm. 10, 1953. || El teatro inglés, INBA, 1960. || Letras vencidas, UV, Cuadernos de la FFyL, núm. 10, 1962. || Toda la prosa, Empresas Editoriales, 1964. || Viajes y ensayos (edición póstuma), FCE, 1998.
Novela: El joven, Popular Mexicana, La Novela Mexicana, núm. 2, 1928.
Poesía: Veinte poemas, Talleres Gráficos de la Nación, 1925. || Espejo, poemas antiguos, Talleres de la Mundial, 1933. || Canto a Teresa, Fábula, 1934. || Décimas en el mar, Imprenta Mundial, 1934. || Frida Kahlo, s.p.i., 1934. || Never ever, s.p.i., 1934. || Poemas proletarios, s.p.i., 1934. || Romance de Angelillo y Adela, Imprenta Mundial, 1934. || Seamen Rhymes, e.a. Buenos Aires, 1934. || Un poema, PLYCSA, 1937. || Decimos: “Nuestra tierra”, e.a., 1944. || Dueño mío. Cuatro sonetos inéditos, Talleres de Ángel Chapero, 1944. || Florido Laude, Cultura, 1945. || Dieciocho sonetos, e.a., 1955. || Poesía (1915-1955), Modernas, Lince, núm. 1, 1955. || Sátira, Modernas, Lince, núm. 2, 1955. || Antología poética, UNAM, Serie Voz Viva de México, núm. 8, 1961. || Nuevo amor, FCE, Lecturas Mexicanas, núm. 19, 1961. || Poesía, FCE, Letras Mexicanas, 1961. || 14 sonetos de Navidad y Año Nuevo 1955-1968, e.a. 1968. || Antología personal, 1915-1974, CONACULTA, Lecturas Mexicanas, 1991.
Teatro: La señorita Remington, s.p.i, 1924. || El tercer Fausto, s.p.i., 1934. || Don Quijote, farsa en tres actos y dos entremeses, INBA, 1947. || El coronel Astucia, INBA, 1948. || El joven II, s.p.i., 1951. || A ocho columnas, Stylo, 1956. || Diálogos, Stylo, 1956. || La culta dama, FCE, 1956. || Yocasta o casi, Stylo, 1961. || Cuauhtémoc, Talleres Gráficos de la Librería Madero, 1962. || Ha vuelto Ulises, Era, Alacena, núm. 3, 1962. || In Pipiltzintzin o la guerra de las gordas, FCE, Letras Mexicanas, 1963. || In ticitézcatl o el espejo encantado, UV, Serie Ficción, núm. 67, 1965. || Las locas, el sexo, los burdeles, Novaro, 1972.
Antología: Antología de cuentos mexicanos e hispanoamericanos, Cultura, 1923. || Joyas de la amistad, engarzadas en una antología, Porrúa, Sepan Cuántos..., núm. 23, 1963. || Mil y un sonetos mexicanos, Porrúa, Sepan Cuántos..., núm. 18, 1963. || Breve historia y antología sobre la fiebre amarilla, Secretaría de Salubridad y Asistencia, 1964. || 101 poemas, Letras, 1965. || Antología 1925-1965, Porrúa, 1966. || Seis siglos de la ciudad de México, FCE, Popular, 1982.
http://www.literatura.bellasartes.gob.mx/acervos/index.php/catalogo-biobibliografico/1109?start=2

domingo, 26 de enero de 2014

Antonio Cisneros. Canto ceremonial contra un oso hormiguero. Poesía.


Poeta, periodista y traductor peruano nacido en Lima en 1942 y fallecido en el 2012.
Doctorado en Letras por la Universidad Católica de Lima, viajó a Europa en 1967 para desempeñarse como profesor
en las Universidades de Southampton, Niza y Eotvos Lorand de Budapest. 
Ha participado como invitado en múltiples encuentros  y concursos literarios en diversos países, en los que obtuvo
premios y menciones tales como el Premio Nacional de Poesía 1965 por el poemario "Comentarios Reales", el premio

Casa de las Américas 1968
por "Canto ceremonial contra un oso hormiguero", y una mención en el
Premio de Poesía
Rubén Darío 1980
por su libro
"La crónica del Niño Jesús de Chilca". Su obra está contenida en las siguientes publicaciones: "Desierto" 1961, "David" 1962, "Comentarios reales" 1964,
"Canto ceremonial contra un oso hormiguero"
1968, "Agua que no has de beber" 1971, "Como higuera en un campo de golf "
en
1972, "El libro de Dios y de los húngaros" en 1978, "Crónicas del Niño Jesús de Chilca" 1981, 
"Monólogo de la casta Susana"
en
1986, "Por la noche los gatos" 1988, "Poesía, una historia de locos"1989, "Material de lectura" 1989, "Propios como ajenos"
en 1989, "El arte de envolver pescado" 1990, "Drácula de Bram Stoker y otros poemas" 1991, "Las inmensas preguntas celestes"
en 1992, y "El libro del buen salvaje" en 1995.
Ha sido redactor de  importantes publicaciones y sus libros han sido traducidos a varios idiomas. Alterna su labor periodística
con la docencia en la Universidad de San Marcos.      

        

Canto ceremonial contra un oso hormiguero
Premio Poesía 1968 Casa de las Américas


LA CASA DE PUNTA NEGRA
(ESE IMPERIO)

Primero
se marcaron las fronteras
con estacas y cal,
y las antiguas tribus
que habitaban los campos
-culebras, lagartijas-
fueron muertas
sobre la tierra plana;
sólo manchas de sal
y restos de gaviotas
como toda heredad,
y en los últimos días
del verano
llegaron los camiones
con ladrillos
y arena de agua dulce:
así vi edificarse
ante mis ojos
Tebas,
Jerusalem,
Nínive,
Roma,
Atenas,
Babilonia,
y apenas la casa
fue techada
hubimos grande fiesta
el maestro albañil
hizo una cruz de palo
y amarré
geranios,
mimosas
lluvia de oro,
hubimos también
panes con carne asada
y yerbas
y cebollas
-un bosque de botellas
de cerveza-
y el mar era una loma
de algas muertas
mezcladas con la niebla:
los pelícanos viejos
celebraron mi canto
antes de alimentar
a las arañas,
a los cangrejos peludos
de las rocas.
La casa fue clavada
con la cara al Oeste,
a más de 80 metros
de las aguas
en arenas seguras
-y ese sol-
tras los muros del Este
los camiones
y los autos veloces
ardían en la brea
como torres de paja,
y al fondo
inacabables
las colinas de arcilla,
el aire rojo,
los perros salvajes,
y fue todo,
y ese mar
ya no puede lavarnos
otra vez
-aunque brillé
en los 7 veranos-
(y yo fui
dorado,
alegre,
veloz)
y busco algunas veces
esas piedras
chatas
y redondas
para tirar al agua
-revuelta a 87
millas sur
de esta vieja caverna
edificada
en la isla del viento
donde llevan
los hombres
a sus muertos
colgados
de la espalda
y brilla
este mal sol
más frío
que un cangrejo
entre la boca:
el parque de St James
sembrado de muchachos
y muchachas
que se enredan
comoblandas culebras
bajo el aire
(y fue un desenredarme
y enredarme
sobre todos los campos
de la sal
y la arena mojada
antes de la caída
de ese Imperio).


UN SONETO DONDE DIGO QUE MI HIJO ESTA
MUY LEJOS HACE YA MAS DE UN AÑO
-¿Ustedes tienen niños?
-Uno. Pero está en el Perú.

"Oh tu líquida y redonda habitación: la cómoda, la bien dispuesta, la armoniosa.
Y de pronto en el aire de las cuatro estaciones y los dioses: que los dioses te sean propicios".
Cuando escribí esas cosas aún estabas entre la gran vitrina donde fuiste exhibido 5 días
en competencia con los recién nacidos: "y mira esos ojazos" (tía Norma), "el más lindo de todos" (tía Inés),
y tú las ignorabas como el techo de un auto acribillado por los escarabajos voladores que mueren en el aire,
monarca de tus necesidades y el chillido de los que tienen hambre, se mojan y se embarran para honrar el planeta.
Después te llevamos al reino clase-media-acomodada de tu abuelo
-yo volví de Ayacucho sin trabajo (el haragán) hasta que otra vez fui profesor, pero en San Marcos
pagan poco y hubimos de seguir entre los cuadros de Primera Comunión y el vino controlado-
y el amor de la familia giraba y te giraba como las moscas borrachas en medio del verano.
Y cómo te arrastrabas en las 4 estaciones -"gatea muy bien para su edad"- y merodeabas la edad de la memoria
cuando el gran haragán y su mujer se metieron a un barco -50000 toneladas de hierro- que partía esa noche, y después escribió (el haragán):
"el viento soplaba y resoplaba sobre ti, nuestro recién nacido, cáscara de plátano donde pastan las moscas".
Cáncer y Capricornio fueron viejos una y otra vez y las banderas se hundieron en la arcilla como todo/los mejores caballos con la barriga abierta
-y esta lluvia que oxidó a los romanos en las tierras del Norte
me encierra entre mi caja de Corn Flakes
a escribir por las puras
sin corona de yerbas ni pata de conejo que me salven.
Al dulce lamentar de 2 pastores: Nemoroso el Huevón, Salicio el Pelotudo.
marzo 1968

DOS POSTALES

I ... Postal Para Lima
Las caravanas ya volvieron de Egipto
y dan noticia
del borracho que busca un Alka-Seltzer
en las aguas revueltas
del borracho
más solo que una higuera
en un campo de golf.
II ... (Ilegible) Al Tercer Auditor (Ilegible) Vecinos Todos De La Ciudad De Lima
"En la provincia del Este hay hombres que construyen una casa cada 18 horas y en un par de semanas una iglesia.
En la provincia del Oeste hay hombres que demuelen una iglesia cada 18 horas (porque hay muchas) y tumban una casa cada viernes.
En la provincia del Noroeste construyen tantos muros como muros derriban. Aquí se puede hablar de un equilibrio, y éstos son los más.
Y en dos de esas provincias he sido yo mal visto y maltratado: las firmas constructoras me cerraban las puertas y así también lo hicieron las de guerra.
Y en los únicos campos donde fui recibido levantaban murallas y torres y terrazas (ya lo dije) que las iban a hundir el mismo día
-Y aunque siendo esas cosas mi afición principal y muy primera, sentí que no valían la pena ni el trabajo.
De modo que hay apenas certezas que acompaño: los vientos que regresan del alto mar Pacífico, el frío que comienza,
este par de pulmones que se inflan y desinflan, problemas digestivos cada fin de semana, un gordo corazón
Ruidoso y enredado, y el final de este informe -inútil testimonio del inútil oficio de rendir testimonio.
Búsquese, pues, algún otro letrado. Desde este año de gracia mis cuidados habrán de dedicarse a ese (ilegible) que es también a la larga un (ilegible)".
 

POR LA NOCHE LOS GATOS O MIS OCHO VECINOS
PENSIONADOS DE GUERRA
(CAGNES-SUR-MER)
Todos los gatos de la región son un ruido en el techo,
igual que el de los reos fondeados entre bolsas en un hueco del río
-ritos de amor, ritos de combate-
hasta que se descuelgan ya muertos o cansados para asediar mi casa,
se revuelven
como tribus de arañas en el fondo del agua, me reclaman
un lugar en el lecho y de comer según los usos del último tratado
-alianza concertada con el viejo que dio nombre a los gatos,
sembró las margaritas, los geranios
(donde orino cuando estoy apurado),
comió sobre esta mesa,
durmió sobre esta cama,
murió sobre esta cama
como un sapo.
Las moscas de mi mesa son las mismas que engordan en la mesa
de mis 8 vecinos pensionados de guerra,
son de vuelo pesado y paso torpe, mansas para la muerte, son el día.
Por la noche los gatos.
........................ Allá vuelven.
Cierro la puerta con 2 vueltas de llave, toco madera.
 

HOSPITAL DE BROUSSAILLES EN CANNES

Casi no hay diferencia entre el Palacio de los Deportes y este Hospital
Para los 2 sopla el viento y brilla el sol y los turistas no chillan en ninguna de sus puertas
(Allá tienen el Fuerte Fenicio reconstruido por Trajano
..................................... reconstruido por el Duque de Savoya
..................................... reconstruido por Grimaldi
..................................... reconstruio por De Gaulle)
El Hospital y el Palacio son blancos
El Hospital y el Palacio 1 son franceses
.................................. 2 son de cemento
Son el Titanic y el Ile de France encallados a unos cuantos kilómetros del agua
Son el Plan Marshall
El Palacio está lleno de jóvenes que practican deportes
En el Hospital estoy yo y me han sacado
................................... / 4 tubos de sangre
..................................... 6 botellas de orines
..................................... una radiografía
..................................... 2 encefalogramas
..................................... un electrocardiograma
Mientras el sol calienta y se organiza el Festival de Cine
a mí me duelen los huevos la memoria las últimas costillas voladoras.
 
EN LA UNIVERSIDAD DE NIZA

He abierto el Diario de Colón en la página 27 (Cultura Hispánica, 1968).
36 muchachos -entre los 20 y 23 años- han abierto el Diario de Colón en la página 27.
"Y como siempre trabajase por saber dónde se cogía el oro". (Cierro el libro / cierran los libros).
El Almirante ha quedado como un chancho y el público se indigna.
 
Para la próxima clase: página 46 (op. cit).
 
FIN DE TEMPORADA EN EL MEDITERRANEO
(AQUÍ NO SE HABLA DE PESCADORES)

Ni hablar del cementerio submarino -apenas un montón de botes muertos: balandros, veleros de carrera, y yates (tipo 1, tipo 2).
Es fácil deducir cuánto-qué-cómo comen los vecinos por las latas abiertas y tiradas en el patio de atrás.
Una vela es a crédito, al contado son dos. La grasa para un año: burguesía inexperta / Enrique el Navegante: para un fin de semana.
El viento de la noche hizo saltar un yate y un balandro (bandera de Liberia) contra el bosque de pinos.
Y hoy se han dedicado a rescatarlos, a cubrirlos con toldos, amarrarlos a los postes de playa.
Y algunos renovaron los plazos del seguro -que llegado el otoño es más barato. Ahora hasta el verano
En rique el Navegante y los demás se van a controlar las pulsaciones, lazúcar en la sangre.
Dos escuadras de guerra los protegen del hielo y de los vientos.
Yo, espero que las aguas se separen y vuelvan a juntarse y todo quede limpio y azul. Como en el mapa.
 
 
EN EL 62 LAS AVES MARINAS HAMBRIENTAS
LLEGARON HASTA EL CENTRO DE LIMA

Toda la noche han viajado los pájaros desde la costa -he aquí la migración de primavera:
las tribus y sus carros de combate sobre el pasto, los templos, los techos de los autos.
Nadie los vio llegar a las murallas, nadie a las puertas -ciudadanos de sueño más pesado que jóvenes esposos-
y ninguno asomó a la ventana, y aquellos que asomaron
sólo vieron un cielo azul-marino sin grieta o hendidura entre su lomo
-antes fue que el lechero o el borracho final- y sin embargo
el aire era una torre de picos y pellejos enredados,
como cuando dormí cerca del mar en la Semana Santa
y el aire entre mi lecho y esas aguas fue un viejo gallinazo de las rocas holgándose en algún patillo muerto
-y las gaviotas-hembra mordisqueando a las gaviotas-macho y un cormorán peludo rompiéndose en los muros de la casa.
Toda la noche viajaron desde el Sur.
Puedo ver a mi esposa con el rostro muy limpio y ordenado mientras sueña
con manadas de morsas picoteadas y abiertas en sus flancos por los pájaros.
 
PARA ESTE ANIVERSARIO DE BODAS

"No hace más de 15 años poca cosa era un libro
con 350 posiciones, y aunque pronto supimos
que eran sólo variantes de las 3 principales
hábiles fuimos y empeñosos en el orden del juego:
página tras página, sin saltos,
muchachos y el canto de las naves
entre todos los vientos y mareas prescritos
sin caer de la cama.
(Y sabemos que las 3 principales son variantes
de la Gran Posición
que guarda un enterrado entre la arena)".
 
DOS SOBRE MI MATRIMONIO UNO

1
"Una vez que la fragata fue amarrada en el muelle,
Ursula bajó a tierra y la siguieron
más de 11000 muchachas que tampoco conocían varón".
Y me topé contigo, Recién Desembarcada.
2
Yo construí un hogar sobre la piedra más alta de Ayacucho, la más dura de todas,
guardado por el puma y el halcón y bajo techo / una fogata redonda y amarilla.
Pero poco quedaba por ganar: apenas fue el final de esa alegría guardada y desgastada entre los años -hace siete veranos por ejemplo,
gloriosos y enredados junto a las grandes olas y lejos de los ojos de su tribu.
Pero cualquier chillido -un pelícano herido, una gaviota- podían devolverte el viejo miedo,
y entonces / volvías a cruzar los muros de tu tribu por la puerta mayor
-el pelo y las orejas / eran toda la arena de la playa.
Y es el miedo que nunca te dejó, como la ropa interior o los modales.
Que fue eso de casarse en una iglesia "barroco colonial del XVII en Magdalena Vieja"
-pero la arquitectura no nos salva.
Verdad que así tuvimos un par de licuadoras, un loro disecado, 4 urnas, artefactos para 18 oficios, 6 vasijas en cristal de Bohemia y 8 juegos de té con escenas del amor pastoril (que los cambiaste por una secadora de pelo y otras cosas que nadie te había regalado).
Así, muchacha bella, cruzaste el alto umbral (bajo el puma de piedra,el halcón de piedra,
la fogata que da luz a los dos lados del valle de Huamanga -banderas que a la larga también se hicieron mierda).
Ahora ni me acuerdo de las cosas que hablabas -si es que hablabas,
de las cosas que te hacían reír -si es que reías,
y no puedo siquiera ni elogiar tu cocina.
Fuiste un fuerte construido por el miedo (imagen medieval) que no supe trepar o que no pude.
Ahora ni me acuerdo si es que fuiste un fuerte construido por el miedo (imagen medieval),
ni si supe trepar ni si no pude.
Escribir este poema me concede derecho a la versión.
 
LONDRES VUELTO A VISITAR
(ARTE POETICA 2)
London's burning
London's burning
Por qué demonios tuve que volver a buscar esos muertos que ya otros habían enterrado.
8 Gloucester Road, 10 Redcliffe Gardens, Earls Court, Nevern Square, Metro de Sloane.
Coliseos después de los cristianos, cáscaras de huevo destruidas y armadas a lo largo de todo mi destierro.
"Las ciudades son las gentes que dejas". Y qué había dejado sino cuentas del Kensington, la casa sin pagar.
Mis amigos se aburrieron de mi peña, y yo de leer versos para caer en gracia. Al fin y al cabo
las iguanas no podían echarle la pelota a sus agallas porque ya no servían, ni aullar por sus aletas llenas de uñas:
no había más remedio que saltar a la tierra (fin de la Era Terciaria).
Pero es bravo saber cómo y cuándo se pasa de ese Antes De Cristo al Después De,
si uno sale a la calle el día uno (siendo el siglo primero) y cree que es un viernes 24
(esto suena a Vallejo) y encuentra un Daily Mirror en el Metro y se entera que es jueves.
De ahí la explicación porqué Bernini perdió su clientela -próspera, al día en las noticias-
haciendo planos amplios, detallados del Gran Renacimiento cuando el mundo pasaba al corral del Barroco.
Ahora lo sabemos.
Elsham Road. Allí está la casita donde íbamos a ser / felices como chanchos.
Y el griego de la esquina que no me reconoce todavía. Cómo decirle "he vuelto después de casi un año",
si aún no me comprende cuando pronuncio harina, lechuga, perejil (ah los griegos son duros de la oreja).
Mi primera esposa se quedaba dormida antes de los horarios convenientes, mis amigos
practicaban costumbres parecidas. Y el mundo es terminar chupando con algún sudafricano
negro, con algún sudafricano blanco ( a favor de los negros) y una reja
que en la noche rechina y te entusiasmas y entonces te imaginas a un viejo visitante:
la muchacha que juró perseguirte por las siete provincias, un dramaturgo inglés con yerba en los bolsillos. Una gorda que regresa cansada, que trepa a su covacha, eructa -no te saluda más.
Por todas esas cosas nunca vale la pena volver a las ciudades (ni habitarlas).
Y aquí, en la frontera con Italia, otra reja rechina. Es el Mistral, es la gorda extranjera que te eructa.
A veces piensas que si fuese la Muerte también te alegraría (y esto resuena a Heraud).
Y en Lima rechinaban esas rejas, y una y otra vez eran la misma, la redonda impostora, la que eructa: Ceniceros repletos,
el humo como un choro entre su concha (bajo el viejo silencio del primer cigarrillo), y en la calle
te es la misma vaina treparte al colectivo que va al Norte, treparte al colectivo que va al Sur
("un laurel viejo de las manos del propio Virgilio y de manos de Erasmo una medalla rota").
Me parece mentira que no aprendas.
Ya van a repetir -si lo repiten- que rampas entre tonos y entre temas de algún Romanticismo.
Sea el Arte Poética .... El libro de mis libros se acabó.

jueves, 23 de enero de 2014

Roberto Bolaño. Estudio crítico.

 
De la locura a la crítica: la obra de Roberto Bolaño en el prisma literario del Chile nazi y otros apuntes pertinentes

por Iván Segarra Báez /investigador independiente


"No pidas entrar a ninguna antología, que tu nombre
siempre se oculturá. No luches, porque siempre serás
vencido. No le des la espalda al poder, porque el poder
lo es todo. No escatimes halagos a los imbéciles, a los
dogmáticos, a los mediocre, si no quieres vivir una
temporada en el infierno".


*** ............................

"…que seguiré estando en un círculo restringido de
escritores, porque mi literatura es legible, pero no
es fácil Los Detectives Salvajes es una novela de
más de 600 páginas, y yo ahí me expongo a que
me piropeen o a que me llenen de escupitajos…"


Roberto Bolaño

Este ensayo tiene como finalidad analizar el contexto literario de Roberto Bolaño y su "vía crusis" hispánico por y entre las letras de su tiempo. Trataremos de realizar un acercamiento al escritor desnudo y salvaje de Roberto Bolaño y desde qué punto de la crisis continental y universal escribe. Analizaremos su discurso cuando recibe el Premio Rómulo Gallegos de novela en 1999 debido a que nos arroja varias pespectivas significativas sobre su manera de narrar y ver el mundo que lo rodea y cómo su obra se interpreta desde diversas perspectivas no tradicionales. Shhhhh… Shhhhh. ¿Qué es el discurso sino el planteamiento de la cuestión? ¿Y qué es la cuestión sino el problema específico del discurso?

Entonces, nos enfrentamos a un montón de discursos discursivos -y valga la redundancia-, planteamientos de cuestiones, los cuales, no tienen soluciones fáciles ni sencillas. Nos enfrentamos a la vida misma con su particularidades y sus transgresiones de fronteras y géneros. La narrativa hispanoamericana está plagada de diversidades de discursos y posturas literarias favorables o no favorables, con lo que uno creo o no cree. Dentro de está problemática se contempla el discurso alternativo y emblemático de Roberto Bolaño y su trayectoria literaria, la cual, para algunos en Chile fue como un meteorito y para otros (en el extranjero), un acontecimiento con grandes dimensiones y posturas literarias que estudiar. Desde esta circunstancia, uno de estos discursos díficiles de entender o hacerse entender es el propuesto por Bolaño y sus particularidades formas ante la escritura y la cuestión de la narrativa contemporánea: desde Los detectives salvajes hasta Las llamadas telefónicas, las cuales, arrebatan las fronteras artificiales de las Putas asesinas y se sumergen y subyugan al planteamiento que hace el escritor en su discurso del Premio Rómulo Gallegos sobre Hispanoamerica. Y nos interesa este discursos por los genes que lo carga: [Identidad hispánica- Lo nacional visto desde afuera- El escritor como transgresor por su conciencia y sus famosos juegos verbales: (Bogotá/Venezuela; Caracas/Colombia y la dislexia del discurso mismo ante la sala de la escritura auténtica o desletrada de la tradición]. Reconocemos que la historia se escribe de muchas maneras, como la historia de los escritores que también se escribe de muchas maneras.

El escritor depende del lector y el lector depende del escritor, y sobre, este juego de palabras en que todos confabulamos; la gran historia de la literatura contemporánea se lee, de diversas maneras, sobre el péndulo de la literatura cibernética. Desde esta perspectiva es que pretendemos analizar la obra de Bolaño -desde lo que él mismo dijo y sostuvo; y desde lo que dijeron o dicen los críticos- sobre su fenómeno literario como escritor novel y contemporáneo.


1. Roberto Bolaño: vida y obra

Nació en Santiago de Chile en 1953. Roberto Bolaño ha llevado una existencia bastante inestable, a los 15 años, estaba viviendo en México, donde comenzó a trabajar como periodista y se hizo troskista. En 1973 regresó a su país y pudo presenciar el golpe militar. Se alistó en la resistencia y terminó preso. Unos amigos detectives de la adolescencia lo reconocieron, y lograron que, a los ocho días abandonase la cárcel. Se fue a El Salvador: conoció al poeta Roque Dalton y a sus asesinos. En el ´77 se instaló en España, donde ejerció una diversidad de oficios, entre los cuales, podemos mencionar: lavaplatos, camarero, vigilante nocturno, basurero y descargador de barcos, etc. Hasta que, en los años ´80, pudo sustentarse ganando concursos literarios. A fines de los años ´90 la suerte empezó a estar de su lado: Los detectives salvajes (1999) obtuvo el Premio Herralde y el Rómulo Gallegos, considerado el Nobel de Latinoamérica, que alguna vez se llevaron a sus casas García Márquez y Vargas Llosa. Desde este momento la fama y la crítica favorable o desfavorables lo atrapó. Bolaño comenzó una carrera meteorológica con cada una de sus propuestas literarias:
" FANTASMAS Hay dos grandes fantasmas en la obra narrativa de Roberto Bolaño y esos dos grandes fantasmas son Chile (país en el que nació y con el que mantiene una relación compleja y tirante) y México (país en el que vivió, que se ha ido convirtiendo en Tema y Escenario de su literatura y al que no ha vuelto y al que teme volver). En los últimos tiempos -en especial luego de su gran novela mexicana Los detectives salvajes-, una de sus principales actividades es esquivar invitaciones para viajar al DF. Las razones para la postergación permanente son literarias y supersticiosas. O viceversa: ´Me da miedo llegar ahí, reencontrarme con todo eso, y que la realidad suplante para siempre a la materia mexicana de mis ficciones´. Lo que no impide que México esté cada vez más presente en su computadora. Acaba de alcanzar la página 450 de una novela que, intuye, tendrá más de 1000, transcurre en la frontera mexicana, será ´relativamente policial´ y espera terminar para el próximo marzo. Mientras tanto y hasta entonces, sus chilenos mexicanizados vuelven a aparecer aquí y allá en varios de los mejores relatos de Putas asesinas -libro más "autobiográfico" que Llamadas teléfonicas, su anterior libro de textos breves-, donde nos reencontramos con su antiheroico alter ego Arturo Belano (quién volverá, por fin, al DF en un largo cuento de su próximo Sabios de Sodoma), con una sui generis y desde ya polémica invocación del espectro de Pablo Neruda en ´Carnet de baile´, y con ´El Ojo Silva´: posiblemente uno de los mejores cuentos de Bolaño y, seguro, de cualquiera." (Fresán 2, enfasis mío).

2. Análisis de la crítica:

Vamos a sintetizar brevemente lo que expuso la critica literaria de diversos medios mientras analiza la novela de Roberto Bolaño, Los Detectives salvajes (1998); que Bolaño es uno de los escritores latinoamericanos (que conjuntamente con Ricardo Pligia) se distancia del boom latinoamericano para formar parte de una galaxia totalmente ajena a aquella de Vargas Llosa, Gabriel García Márquez o Donoso. La crítica, Elisa Montesino, sostiene que "… hablar de Bolaño es hablar de literatura arriesgada, ´política y tensa´, como él prefiere definirla. Inevitable penetrar en otra zona no menos tensa, como son las suceptibilidades, los resentimientos, el ego herido…" Segio Parra admira su forma de escribir: "Es un tipo muy imaginativo. ´Los detectives salvajes´ y ´Llamadas teléfonicas´ son lo que más me gustan hasta ahora"… Mientras que Segio Goméz sostiene: "… en el mundo literario español que se caracteriza hoy por una sequía extraordinaria, surge como uno de los escritores más interesantes, junto a Vilas Matas. Pero también me parece bastante sobrevalorado; no es lo mejor que se está escribiendo".

Entonces la obra de Roberto Bolaño se levanta a conquistar el mundo literario, ya sea, por los que lo admiran o, ya sea, por los que lo desheredan de su lugar dentro de la literatura. Debemos recordar los diversos viajes que hizo a Santiago de Chile y lo que dijeron los escritores en ese momento, "…sólo se lleva la obra de Pedro Lemebel para presentarla en Anagrama." Tanto la polémica como la critica buena o mala [des]favorecieron a Roberto Bolaño (desde mi particular punto de vista: definitivamente que fue muy benévola y sensacionalista con el escritor de Putas asesinas). Recordemos como Montesinos en su artículo resume el encuentro entre Diamela Eltit y Roberto Bolaño:
"El escritor pareciera traer la polémica incorporada, por lo que varios de sus pares se niega a opinar sobre su persona. Desde aquella primera visita en que fue invitado a cenar en casa de Diamela Eltit y le devolvió la mano en forma poco caballerosa. De esa comida y otras ´impresiones´ que le provó su entrañable patria escribió en la Revista Ajoblanco. Los dichos causaron indignación, pero no lograron detener sus ´comentarios´".
(Montesinos 1, enfasis mío)

3. Discurso ante el Premio Rómulo Gallego de Caracas, Venezuela:

El pasado octubre de 1999, Roberto Bolaño obtuvo el Premio Rómulo Gallegos con su novela Los detectives salvajes. Sus planteamientos en el discurso presentado nos lleva a ver al escritor desde otras perspectivas; desde las perspectivas: [hombre-obra] v.s. [cultura- tradición]. Robert Krurz nos presenta en su artículo Contra-Realismo lo que se entiende por discurso de la siguiente manera:
"Los conflictos sociales son siempre también una lucha por conceptos, por el "poder de definición" sobre la forma en que los problemas pueden ser abordados. También se podría decir que los problemas son definidos, casi naturalmente, de acuerdo con los criterios de la lógica del sistema dominante. Y los conceptos asumen entonces el color correspondiente al aspecto del camaleón. No existe una prohibición expresa o una censura, pues el mecanismo de la construcción de los conceptos y el proceso de la definición discurren una manera mucho más sutil. Una determinada forma del discurso se manifiesta de un modo determinado y, de pronto, todo el mundo empieza a hablar el mismo lenguaje, aparentemente con profunda convicción. Sobre todo en el plano socioeconómico, se ha instituido en la investigación científica, en los medios y en la clase política una reglamentación general del discurso, un "discurso del consenso", que funciona de un modo mucho más rígido por no haber sido fijado administrativamente."
(Krusz 2)
Desde está perspectiva tenemos que abordar la obra de Bolaño, la cual, siempre estuvo plagada de polémicas y de desafio a la élite intelectual de su época. Bolaño desafió al poder de las autoridades intelectuales y al "discurso de consenso" de la multitud literaria de su país, al no reaccionar, como ellos, esperan que reaccionara. Eso fue lo que lo distiguió, y por ello, lo recordemos. Bolaño se alzó en Los detectives salvajes y sostuvo en la entrevista que le concediera a Pedro Donoso en España, lo siguiente:
"Es díficil para mí separar la ficición de la autobiografía, salvo en casos muy concertos, casos en los que, además, percibo un cierto aire de pastiche. Durante mucho tiempo se dijo -yo lo dije. Que la única patria de un escritor era su lengua. Ya no lo creo. Tampoco creo que mi patria sea mi literatura ni la literatura. Más bien diría que mi patria es mi vida, es decir que mi patria es algo frágil y débil e insignificante. También podría decir, siguiendo esta línea, que estoy exiliado de mi patria y que vivo en la patria de los otros, como emigrante sin papeles, y que procuro no molestar ni estar demasiado tiempo en un lugar."
(Donoso 1)
Van Dijk sostiene en su discurso del poder lo siguiente con lo cual estamos de acuerdo:
"Más tarde hice una investigación tomando como objeto de análisis el discurso en los textos escolares y publiqué en los Estados Unidos un libro titulado Elite, Discourse and Racism (Newbury Park, CA: Sage, 1993) sobre el racismo latente en este tipo de textos y la manera como las élites mantienen y reproducen el racismo.

En resumen, analizaba conversaciones, comparaba los discursos (con mis estudiantes, realizábamos entrevistas, sobre todo a los jefes de personal, pues deseábamos hablar con la gente más importante para conocer su discurso y ver cómo la élite se expresaba sobre las minorías en general). Para nosotros eran muy importantes los políticos, los empresarios; analizaba el discurso de la prensa y los medios de comunicación en general, pues considero que éstos son puntos de referencia muy importantes que sirven de interfaz entre las élites y las personas: así, los políticos saben lo que pasa en el país a través de la prensa que da informes en general, la gente del parlamento también se entera de las noticias por medio de la prensa, pues es el único tipo de información que tiene acerca de la sociedad. Cuando la prensa repite más o menos lo que dicen los políticos o la clase dirigente, entonces se crea un círculo muy difícil de romper.

[…]

Hacer un análisis sociocognitivo: ¿Cómo se piensa sobre ellos? ¿Qué prejuicios circulan? Quiero, a través del análisis de los textos, saber cómo piensan y, sobre todo, qué actitud tienen y qué prejuicios existen en la mente de las personas cuando hablan sobre las minorías. Es posible que las élites piensen de una manera y se expresen de otra, ya que se sabe que no prefieren ciertas expresiones porque podrían parecer racistas o xenófobos. Cuando las élites no dicen lo que piensan, le plantean al investigador un problema metodológico. ¿Cómo saber lo que piensan si no se expresan? Para algunos investigadores existe la tentación de responder que no se puede saber. Sin embargo, con la ayuda del análisis de discurso se puede conocer lo que se piensa aunque no se haya dicho expresamente; para mí es muy importante saberlo a pesar de que los sociólogos, en los análisis de la población, sólo consideran lo que se dice.
Entonces debemos analizar cómo piensa y actua Roberto Bolaño en su discurso del Premio Rómulo Gallegos. Veamos, Bolaño comienza su discurso diciendo que desde su infancia tuvo un problema con Venezuela de índole de una dislexia no diagnosticada. Su primer problema fue que (según su dircurso) no podía identificar o le causaba muchísimo trabajo identificar las capitales de los dos países de: Venezuela y Colombia (porque en su dislexia) él organiza las mencionadas capitales de la siguiente manera: Caracas-Colombia v.s. Bogotá-Venezuela, o sea, la /B/ con la /V/ y la /C/ con la /C/. Desde este simple juego verbal de las letras; nos va planteando su discurso.

Recordemos que las letras son los signos lingüísticos más minúsculos, en los cuales, podemos descomponer el lenguaje; que las letras solas no dicen nada, pero es con el juego de ellas, con su lenguaje oculto entre las sílabas y con la organización mental que cada individuo hace de ellas; es que podemos comunicarnos y darnos a entender los unos con los otros dentro del mundo de la palabra. Bolaño no rebusca el lenguaje ni se lo inventa, va por la ruta de lo más simple; pero esa simplicidad lo lleva -según nuestro análisis- a rebuscar en sus propias maneras de decir las cosas y verlas, desde otras perspectivas, que antes no las habíamos visto, pero que estaban ahí. Bolaño tiene un inventario único, alucinogeno, transgresor y polémico, que lo caracteriza. Podemos ordenar sus cuentos como ejercicios parciales, totalizantes, gramaticales y como rebuscados juegos psicomentales, los cuales, él mismo sostiene y debate con el lenguaje, son (semi)mundos o mundos en diminutivo, los cuales, a la larga o a la corta, le darán la oportunidad de crear sus novelas. Su novela Los detectives salvajes es prueba de ello y de lo que estamos diciendo. En esta novela, los personajes de los detectives, -Arturo Belano y Ulises Lima-, los conocemos a través de los demás personajes y, hablan ellos, muy poco. Bolaño escribe esta novela desde la perspectiva de los otros y no desde la perspectiva del ´yo protagonista´ o ´yo protagónico´.

Es en el cuento, en ese juego de: [el hijo de B y B padre] que nos atrapa su lectura. El lector tiene que decifrar parte del escrito para entenderle y ampliar sus lecturas sin perder el hilo conductor de su relato porque una ves que lo pierde no podrá saber de quién se habla, entonces tendrá que volver a leer el texto narrativo. Otro de los cuentos, que gira en esta organización de ideas es Putas asesinas donde la protagonista: es puta o asesina.

Otros de los aspectos que queda latente en el dircurso de Bolaño es la argumentación de lo que está escribiendo. Escribe y habla de lo que ve mientras escribe. Analiza -vía la tinta-, en la hoja de papel; el sentimiento que pone en lo que dice, su palabra tiene que ir directa, fija, sin prisa pero sin pausa, debe taladrar el oído y revelar la verdad de su corazón. Bolaño escribe desde la perspectiva de su canto, desde la perspectiva de la razón con pensamientos de luces illuminativas. Bolaño habla, de que Rómulo Gallegos debe estar revolviéndose en su tumba, ante la noticia, de habersele entregado el Premio Rómulo Gallegos a su novela Los detectives salvajes. Luego, hace una analogía entre Simón Bolívar y la novela Doña Bárbara, entre las novelas Cantaclaro y Canaima, entre La casa verde de Vargas Llosa y Terra nostra de Fuentes y también habla en su discurso del número 11, de que él se acaba de ganar el decimoprimer Premio Rómulo Gallegos, de que él jugaba con el número 11. Creo que lo más emotivo de su discurso lo sostiene el siguiente párrafo que transcribimos integramente:
"…Lo que realmente significa poco, ser colombiano o ser venezolano, y en este punto volvemos como rebotados por un rayo a la b de Bolívar, que no era diléxico y al que no le hubiera disgustado una América Latina unida, un gusto que comparto con el Libertador, pues a mí me da que digan que soy chileno, aunque algunos colegas chilenos prefieran verme como mexicano, o que digan que soy mexicano, aunque algunos colegas mexicanos prefieran considerarme español, o , ya de plano, desaparecido en combate, e incluso lo mismo me da que me consideren español, aunque algunos colegas españoles pongan el grito en el cielo y a partir de ahora digan que soy venezolano, nacido en Caracas o Bogotá, cosa que tampoco me disgusta, más bien todo lo contrario. Lo cierto es que soy chileno y también soy muchas otras cosas. Y llegando a este punto tengo que abandonar a Jarry y a Bolívar e intentar recordar a aquel escritor que dijo que la patria de un escritor es su lengua. No recuerdo su nombre. Tal vez fue un escritor que escribía en español. Tal vez fue un escritor que escribía en inglés o francés. La patria de un escritor, dijo, es su lengua. Suena más bien demagógico, pero coincido plenamente con él y sé que a veces no nos queda más remedio que ponernos demagógicos, así como a veces no nos queda más remedio que bailar un bolero a la luz de unos faroles o de una luna roja. Aunque también es verdad que la patria de un escritor no es su lengua o no es sólo su lengua sino la gente que quiere. Y a veces la patria de un escritor es su lealtad y su valor. En realidad muchas pueden ser las patrias de un escritor, a veces la identidad de esta patria depende en grado sumo de aquello que en ese momento está escribiendo. Muchas pueden ser las patrias, se me ocurre ahora, pero uno solo el pasaporte, y ese pasaporte evidentemente es el de la calidad de la escritura. Que no significar escribir bien, porque eso lo puede hacer cualquiera, sino escribir maravillosamente bien, y ni siquiera eso, pues escribir maravillosamente bien también lo puede hacer cualquiera. ¿Entonces qué es una escritura de calidad? Pues lo que siempre ha sido: saber meter la cabeza en lo oscuro, saber saltar al vacío, saber que la literatura básicamente es un oficio peligroso. Correr por el borde del precipicio: a un lado el abismo sin fondo y al otro lado las caras que uno quiere, las sonrientes caras que uno quiere, y los libros, y los amigos, y la comida. Y aceptar esa evidencia aunque a veces nos pese más que la losa que cubre los restos de todos los escritores muertos. La literatura, como diría un folclórica andaluza es un peligro."
(Bolaño, Discurso 3)
Desde esta parte del discurso, vemos cómo Bolaño, no niega sus raíces hispánicas sino cómo las defiende y cómo las hace universales desde la perspectivas del ´yo omnipresente y presente´, que viaja por su relato. Creo que fue leyendo a Clarice Lispector de donde sacó esa frase de que la literarura o escritura es algo peligroso. Pues Clarice Lispector dice esto en su libro, Un soplo de vida, publicado un año antes de su discurso:
"Tengo miedo de escribir, es tan peligroso. Quien lo ha intentado, lo sabe. Peligroso de resolver en lo oculto- y el mundo no va a la deriva, está oculto en sus raíces sumergidas en las profundidades del mar. Para escribir tengo que colocarme en el vacío." (Lispector, 47)
Bolaño se ve como hispanoamericano aunque sus colegas lo vean de otra forma. Para él, no hay nada como su tierra Latinoamericana y se reconoce como chileno. Luego nos habla de la patria y de que la patria de un escritor está en sus escritos. Pero la verdad es que la patria entra por la lengua, porque la patria es un conglomerado de muchas cosas que la forman [hombres, mujeres, niños, ancianos, cultura, nación, valores, gobierno, tradición, lenguaje, idiosincracia, etc.] La patria no se puede definir sencillamente con una palabra. Como veremos, sino que, es un concepto amplísimo donde todo es parte de ella y ella es parte de todo. Simón Bolívar y Bolaño tienen el mismo concepto: "América debe estar unida", y eso, es lo universal de este discurso de Bolaño. Debemos recordar aquellas palabras de: "…América para los americanos…" de la doctrina de James Monroe (1758-1823), la cual, tuvo su explendor en su momento pero luego se descubre que era arbitraria e injusta y decayó. Entonces, desde aquí, vemos que el hombre es un ser inconforme; que su verdadera libertad radica en el cuestionamiento de su identidad civil y política, que siempre anda en busca de su libertad, pero la libertad es relativa porque no existe, no hay nadie completamente libre ni nadie completamente amarrado o encadenado. El hombre debe buscar sus mejores posturas para defender sus ideales y saber seleccionar la carrera que mejor le satisfraga, sus principios y valores, dentro de una sociedad cambiante y moderna, la cual, no se detiene ante los conceptos de la política, el dircurso y el poder. Y dentro de este rol, los escritores tienen un papel fundamental porque, por lo regular, los escritores son los que fomentan el análisis del discurso de la obra literaria o científica. Ya en la parte final del discurso Bolaño nos habla de Cervantes y de que éste, escoge sus años de juventud (de la milicia, la cual, lo dejó manco) a los años de la prosa. También nos dice que Cervantes no era diléxico. Luego Bolaño habla de que los escritores no necesitan que nadie les ensalce el oficio. "Nos lo ensalzamos nosotros mismos…" -dice Bolaño, y con esto último estamos completamente de acuerdo con él. El escritor es un prisma puro, infinitamente puro, por donde pasa unas galaxias de ideas, las cuales, se unifican en su conciencia y en su visión del mundo. Algunas visiones del mundo son mediocres porque los escritores no han asumido su rol a cabalidad, y tampoco, han pernoctado en la palabra; la palabra aunque no le pertenece a nadie, une a todas las palabras del universo.

Es en el ejercicio constante, en esa busqueda de decir las cosas y en el cómo decirlas, lo que separa a un escritor de otro; y claro, la personalidad y el arrojo del escritor son la última gota que, inclina, sube y baja la balanza hasta conseguir o no el éxito. Y creanme, cuando les digo que Bolaño lo consiguió con sus virtudes y sus defectos -como todos los humanos- pero lo consiguió. Bastará con someter su amplia producción literaria a un análisis más minucioso del que podemos hacer en estos precisos momentos y descubriremos que entre su narrativa hay una ordenación de argumentos, discursos y planteamientos de la cuestión que si bien giran sobre seres reales, ficticios, imaginarios, marginados, desdoblados y desplazados por la realidad o la ficción del relato, también son tocados, por la autobiografía del escritor (Bolaño) dentro de su mundo iluminativo. Buena prueba de ello, la podemos encontrar en: El detective salvaje, Amuleto, Nocturno de Chile, Consejos de un díscipulo de Morrison a un fanático de Joyce, La literatura nazi de América, etc. Por ejemplo, analicemos un pequeño fragmento de Los detectives salvajes:
24.
"Clara Caberza, Parque Hundidi, México DF, octubre de 1995. Yo fui la secretaria de Octavio Paz. No saben ustedes el trabajo que tenía. Que sí escribir cartas, que si localizar manuscritos localizable, que si telefonear a los colaboradores de la revista, que si conseguir libros que ya sólo se encontraban en una o dos universidades norteamericanas…"
Aquí vemos como Clara, el personaje imaginario creado por Bolaño, se desempeña en el relato como la secretaria de Octavio Paz, personaje -este último- real, (poeta mexicano reconocido internacionalmente), entonces entre el juego de lo real con lo imaginario, y entre la verdad y la fantasía, los mundos o sub-mundos se van acercando: [mundo real] vs. [mundo imaginario]. Bolaño destruye y reconstruye el mundo con su pensamiento, su línea de escritura se cifra entre la lunimosa imaginación que posee y lo real que ha o va viviendo, y sino se inventa, haber vivido. Entonces es, cuando nace su discurso poderoso y trágico, real o imaginario para hacernos ver la otra realidad que el escritor quiere que veamos sobre el discurso que él anuncia como cosa cotidiana y como cosa de todos los días dentro del ser que las realiza. Analicemos la visión que tiene Bolaño sobre los escritores contemporáneos de América y como él mismo le respondió a Daniel Swinburn en el rotativo Mercurio:
"-¿Cómo definiría usted desde un punto de vista literario al conjunto selecto que agrupa a los narradores JuanVilloro, Rodrigo Rey Rosa, Enrique Vila-Matas, Horacio Castellanos, César Aira, Javier Cercas y Roberto Bolaño? ¿Agregaría o excluiría usted a alguien en esa lista? ¿Qué los une?
´En primer lugar yo no diría que se trata de un grupo selecto. Si se incluye a dos españoles, habría que añadir a Javier Marías, que de lejos es el mejor prosista español actual, y a Belén Gopegui y Luis Magrinyá y Jesús Ferrero, entre otros. Así que voy a limitarme a los latinoamericanos. ¿Por qué no creo que sea un grupo muy selecto? Básicamente por comparación con el grupo o la generación o la oleada anterior. En Latinoamérica, en líneas generales, sólo ha habido dos generaciones de narradores. La primera, la grande, empieza, digamos, con Macedonio Fernández, y termina con Reinaldo Arenas y Manuel Puig. La segunda, en donde estarían ubicados los autores que usted menciona, empieza con Piglia o tal vez con Fernando Vallejo y no se sabe quiénes la cerrarán. Esto es curioso, pues Macedonio fue un escritor instalado en las paradojas, pero en una especie de paradoja suave, una paradoja que expresaba en cierto modo confianza. Y Piglia y Fernando Vallejo más bien están instalados en la desesperación y en el laberinto.

Esto es más notorio en Fernando Vallejo; sin embargo si uno lee a Piglia con cuidado, bueno, el resultado es tremendo. Lo que en Macedonio era fijación del instante y observación obsesiva, en Piglia es pura entropía. Otro de los padres fundadores, por llamarle de algún modo, aunque a él, sin duda, el término 'padre' le hubiera molestado mucho, es Oswaldo Lamborghini. Pero, bueno, Lamborghini, por decirlo de forma suave, muy suave incluso, es el exceso. Lamborghini es casi ilegible, no porque no se entienda lo que escribe, más bien al contrario, porque es la desnudez. No la desnudez de Blake, por ejemplo, que tiende hacia la inocencia y el placer, sino la desnudez del mal. Y añadiría a los nombres que ha mencionado los de Rodrigo Fresán y Alan Pauls, y también a Carmen Boullosa y Daniel Sada. Este último, sin duda, está escribiendo una de las obras más ambiciosas de nuestro español, parangonable únicamente con la obra de Lezama, aunque el barroco de Lezama, como sabemos, tiene la escenografía del trópico, que se presta bastante bien a un ejercicio barroco, y el barroco de Sada sucede en el desierto.´

´¿Qué nos une? Bueno, todos escribimos, con mayor o menor acierto. Más bien la pregunta es ¿qué nos debería unir? Y la respuesta es muy sencilla. Obras maestras. Pero, claro, es muy fácil decir Obra maestra. Escribirlas es lo difícil." (Swinburn 1)
Para no dejar la obra incompleta, analicemos un breve fragmento de la obra Amuleto y cómo se da en Roberto Bolaño el relato policial que lo caracteriza dentro de la literatura contemporánea de los últimos días:
"Queríamos, pobre de nosotros, pedir auxilio;
pero no había nadie para venir en nuestra
ayuda.
PETRONIO
Ésta será una historia de terror. Será una historia policiaca, un relato de serie negra y de terror. Pero no lo parecerá. No lo parecerá porque soy yo la que lo cuenta. Soy yo la que habla y por eso no lo parecerá. Pero en el fondo es la historia de un crimen atroz.

Yo soy la amiga de todos los mexicanos. Podría decir: soy la madre de la poesía mexicana, pero mejor no lo digo. Yo conozco a todos los poetas y todos los poetas me conocen a mí. Así que podría decirlo. Podría decir: soy la madre y corre un céfiro de la chingada desde hace siglos, pero mejor no lo digo. Podría decir, por ejemplo: yo conocí a Arturito Belano cuando él tenía diecisiete años y era un niño tímido que escribía obras de teatro y poesía y no sabía beber, pero sería de algún modo una redundancia y a mí me sobran y que sólo debe bastar con el argumento…"
(Bolaño, Amuleto 1)
Como vemos Bolaño escribe desde su visión de mundo, la cual, carga con los conceptos de su libertad intelectual y desea desesperadamente, unir en lo futuro las distancias de América y el mundo. Su libertad está englosada a la libertad de los otros, pero los otros, no lo entienden claramente cuando habla de obras maestras que hay que escribir. El decirlo es fácil, el hacerlo es lo díficil. Todos los escritores soñamos o hablamos sobre una obra maestra, pero muy pocos, la consiguen. Las preguntas serán: ¿Cómo se escribe una obra maestra? y ¿Por qué no todos los escritores la consiguen? La respuesta será muy sencilla. Además de lo ya expuesto anteriormente, con el desempeño del escritor, se suma los medios de divulgación comercial, las revistas, el juicio de la critica, la libre circulación de la lectura entre un determinado grupo de lectores; y claro está, la promoción y el dinero con que cuente el escritor para divulgar su narrativa. En otras palabras: [Novela + Comercio + Lectores] es el [Éxito] vs. [Novela - Comercio - Lectores] es a [Obra muerta]. La novela para lleerse hay que anunciarla, pero cuánto cuesta anunciarla, si los medios solo están para los que tienen el éxito ya asegurado.
Entonces; hay que trabajar incansablemente hasta que la muerte desista de este abandono en que escribimos estas líneas a Bolaño o hasta que el fantasma de la fama nos devuelva la mirada; habrá que comenzar ha creer en nosotros mismo y lanzarnos al mundo desde otras perspectivas sonambulas, desde la incansable imaginación que nos hace escribir este ensayo. Veamos como Bustamante habla y analiza la obra de Roberto Bolaño como antesala a una posible o no conclusión y con quién estamos en completo acuerdo:
"Estamos ante un efervescente magma lingüístico de una gran variedad. Sólo ya por la exhibición de dominio de tantos registros lingüísticos, la novela de Bolaño merece ocupar un lugar destacado en la narrativa contemporánea. Es tan soberbio el trabajo de lenguaje de Bolaño que este escritor se me aparece como un claro extraterritorial dotado de puntos de vista convincentes respecto al desorden del Universo y la manera de transformarlo en materia narrativa.

En el transcurso de una década, por lo tanto, la literatura-Bolaño es ya un hito dentro de la industria cultural de habla hispana.
Reconocido en 1997 con el Premio Literario Internacional Ciudad de San Sebastián; jurado en 1999 de la V Muestra de Cine Latinoamericano de Lérida; participante en varias Ferias del Libro en el mundo; promotor de los, a su juicio, siempre pocos escritores rescatables, y referente obligado de los suplementos literarios, Bolaño aprovechó cada intervención pública y entrevista como soportes donde verter sus acabadas ideas sobre la Literatura y el oficio de escritor. Además de trincheras desde las cuales, con sorna, ironía y humor, desmarcarse de movimientos o modas pasajeras que favorecen el rótulo y la simplicidad. Cualquier lectura detenida de sus colaboraciones como articulistas a medios de comunicación, o de sus numerosas entrevistas arrojan, a lo menos, esa evidencia." (Bustamante, 1)
Roberto Bolaño nos demuestra que a pesar de sus diversas posturas ante la literatura y su radical visión del mundo, es un escritor excepcional, con una grandiosa capacidad para interrogar a todos los postulados que se le aproximan dentro del campo de su ideología literaria y artística que es la escritura con la que nos escribe y desde una visión del desplazamiento del otro frente al uno, y como todos los personajes reales o imaginarios sucumben ante el eferveciente lenguaje de su palabra. A manera de conclusión cerraremos con las sabias palabras de Gonzalo Garcés:
Los otros piraguas
"Negociemos: pongamos que Bolaño, parafraseando a otro expatriado insigne, el irlandés Joyce, puso a dormir a la literatura en castellano. La hizo mirarse en el espejo de la literatura misma, que oculturá el caos, y después la puso a dormir. Llueve en España mientras termino esta nota. Cuando llegue el otoño boreal proliferarán los autores noveles, otros leerán Entre paréntesis, otros piraguas se encontraban con otras Aquinas de coser sobre las mesas de novedades. La literatura duerme y sueña, y a ellos, a nosotros, a los por venir, les toca despertarla." (Garcés 2, enfasis mío)
 
* * *
 
Bibliografia
Agosin O., G. (2003) Mañana lanzan Territorio en fuga: La intensa y perpetua huella de Bolaño en la literatura chilena. Proyecto Patrimonio, www.letras.s5.com

Bolaño, R. (1998) La pista de Hielo (Novela-Planeta). Proyecto Patrimonio, www.letras.s5.com
_________ (1999) Amuleto, Editorial Anagrama 1999, Barcelona, pp. 154.
_________ (1999) Discurso de Caracas (Venezuela); Convivio, http://sololiteratura.com/bolañorevdiscurso.htm, pp. 1-4.
_________ (2001) La paciencia de Bolaño, Cultura, [misiva de Roberto Bolaño] http://www.talcualdigital.com/ediciones/2001/07/09/p23s1.htm, pp.1
_________ Literatura + enfermedad = enfermedad. Proyecto Patrimonio, www.letras.s5.com

Bustamante Farias, O (2003) ¡Roberto Bolaño ha muerto! ¡qué tristeza!, Revista cibernética Rebelión Cultural, http://www.letraslibres.com, p 1.

Donoso, P. (2004) Sobre la vida y la obra, conversación con Roberto Bolaño, (Entrevista a Roberto Bolaño). http: //www.deriva.org./entrevistas.php?ID=5

Espinosa, P. (2003) Territorio en fuga: Estudio crítico sobre la obra de Roberto Bolaño [Estudio preliminar y copilación] Frasis editores, pp. 264

Gracés, G. (2004) Literatura, "Entre paréntesis" de Roberto Bolaño: La autobiografía de Bolaño, Artes y Letras de El Mercurio, domingo 19 de septiembre.
________ (2004) Roberto Bolaño: Entre paréntesis. Ensayos, artículos y conferencias (1998- 2003), Editorial Anagrama, Barcelona, pp. 372.

Kruz, R. Contra-Realismo http://www.giga.or.at./others/krisis

Lispector, C. (1988) Un soplo de vida, Pulsaciones, Editorial Siruela, Madrid-España.

Matus, A. (2001) Dejo que me plagien con tranquilidad, [Publicado en Que Pasa, 22 de septiembre de 2001] Proyecto Patrimonio - www.letras.s5.com

Montesinos, E. Roberto Bolaño: el peligro de la escritura. http://www.letras.s5.com/robbolaño1508.htm

Pinto, P. (2001) El autor de "Los detectives salvajes" ha vuelto con "Nocturno de Chile": Bolaño a la vuelta de la esquina [Publicado en Las Últimas Noticias, domingo 28 de enero] Proyecto Patrimonio - www.letras.s5.com

Rodrigo Fresan, R. (2001) Bolaño y Villoro presentan sus nuevos libros Miradas excéntricas: Dos latinoamericanos expatriados, Roberto Bolaño y Juan Villoro, acaban de presentar sendos libros en la acogedora Barcelona, que poco a poco va convirtiéndose en una auténtica colmena literaria. http://sololiteratura.com/bolanorevmiradas.htm, p2.

Schamun, M. J. (1999) Acerca del concepto de reescritura como desplazamiento en "Amuleto" de Roberto Bolaño. Formas de la temporalidad y de la especialidad en la construcción de la memoria. Proyecto Patrimonio - www.letras.s5.com

Swinburn D. (2003) Catorce preguntas a Bolaño, (en El Mercurio, 2 de Marzo) http://www.letras.s5.com/bolano010403.htm

Van Dijk, Teun A. (1994) Discurso, poder y discriminación: http://www.geocities.com/estudiscurso/vandijk_dpd.html

miércoles, 22 de enero de 2014

José Gorostiza. "Muerte sin fin".


Andrew P. Debecki así resume el largo poema:
Empieza presentando e interpretando sus símbolos centrales; el protagonista se identifica a sí y a la materia informe con el agua, que anhela y finalmente descubre el vaso. Este vaso viene a simbolizar la forma, Dios y las fuerzas organizadoras del mundo. Su hallazgo parece representar primero una gozosa justificación de la existencia. Pero poco a poco, y de manera cada vez más obvia, este vaso resulta ser inadecuado; aunque le da forma a la materia, no es una fuerza superior omnipotente, y depende a su vez de la realidad material. La materia queda otra vez sola. Luego, cuando el protagonista trata de aislar la forma, ésta se le desvanece, negando todo sistema ordenado de la existencia, y arrastrando el mundo a su muerte. La última parte del poema encarna vivamente la destrucción que ocurre cuando se revela la ausencia del poder organizador. Se nos muestra una evolución Darwiniana al revés, en la que la materia, desprovista de gobierno, se reduce a la nada. El libro acaba con una descripción a la vez burlona y escalofriante de lo que queda: la muerte y el Diablo.
La poesía de José Gorostiza[1
José Gorostiza (Villahermosa, Tabasco, 1901-ciudad de México, 1973), es un escritor de obra breve; pero la calidad, en su caso, se da en proporción inversa a esa brevedad. Para él, la poesía fue un lento ejercicio, consistente en una depuración del lenguaje para asomarse a la esencia de las cosas a través de las palabras. La culminación de este proceso es Muerte sin fin, poema filosófico que resume preocupaciones vitales del poeta a partir de la imagen del agua contenida en un vaso: Dios, el hombre, el universo, la sustancia y la forma poéticas...; mas todo ello enseñoreado por la muerte, penúltima fase de un arte dialéctico en que ella, la Muerte, no abandona un punto a la vida y mantiene así el equilibrio del mundo. La fase final es el hombre, el poeta, reduciendo a la misma muerte a un esperpento, máxima verdad que nace del desprecio. Con esta actitud, sólo el hombre escapa a la fatalidad, ya que ni siquiera Dios está al margen de aquella dialéctica arrasadora, pues sin la presencia y el concurso del hombre en la tierra, Dios no sería sino una enorme oquedad que paralizaría la vida, y la Muerte, salida de la boca de Dios mismo, haría de él su última presa.

La poesía es por esencia ambigua. De la obra de Gorostiza pueden hacerse diversas interpretaciones, según los niveles del poema y los enfoques de los lectores. Si Muerte sin fin es un poema hermético, su dificultad consistiría en querer abarcar todas las lecturas que propone. Es natural que un lector no ad hoc ignore algunos de sus temas y no logre asir el sentido total del poema; mas no por ello la experiencia de la lectura será menos rica. En el solo aspecto poético se logra el encuentro con la obra de arte.

La observación del mundo exterior y, sobre todo, el acecho infatigable a la inteligencia quedan en Muerte sin fin traducidos en un lenguaje estricto, plural en cuanto a su significado; cada imagen, cada parte o partícula del poema están gobernadas por una mano insobornable. Del dominio de las palabras, de la intransigencia con el lenguaje, surge esta obra de una claridad resplandeciente. Es natural que el poema nos supere, lectores comunes, por su laboriosa construcción, por su evidente dificultad. Quedamos inermes pero alucinados ante su forma artística, que si bien nace de un largo meditar, toca primero nuestra emoción, de la misma manera como la poesía nace en el corazón del poeta, aunque luego adquiera forma en su mente y sea la suma de este doble nacimiento. Posteriormente, las consideraciones sobre lo observado serán múltiples; aquí comienzan los obstáculos y el trabajo de superarlos. Éste es un ejercicio de la crítica especializada. Pero, finalmente, querer “explicar” el poema puede ser una larga tarea académica o dar resultados sospechosos de error. Tal vez es preferible su lectura como mera contemplación estética.

En resumen, Muerte sin fin es una explicación absolutamente individual de un pensamiento; su lectura debería invitar a una comprensión también absolutamente individual de ese pensamiento. Si algo o mucho queda en el misterio ello no se deberá sino a la certidumbre de que en el misterio nacen también la idea de un dios o la creación poética. El poema nos aparta de lo cotidiano y esta experiencia nos sobrecoge. Otros grandes poetas o grandes poemas de lengua española nos producen el mismo efecto. El lenguaje es el puente que une lo comprensible a lo inefable: así en Góngora, en Sor Juana, en San Juan de la Cruz, quienes nos entregan la parte más oculta y sin embargo más clara de sus reflexiones a través de eso que llamamos lenguaje poético. San Juan de la Cruz, por ejemplo, embelesa y convence al referirse a Dios, ya que él mismo está embelesado y convencido. Gorostiza se inquieta con la idea de la divinidad para luego decepcionarse de ella; le preocupa el hombre sujeto a un sinnúmero de dudas, que busca la libertad a través de la inteligencia.

Se ha señalado la presencia de Paul Valery, T. S. Eliot, Jorge Guillén, además de los poetas citados anteriormente, en la obra de Gorostiza. Octavio Paz agrega a William Blake, Heráclito y Parménides. Debe mencionarse también a Juan Ramón Jiménez, González Martínez, los influjos naturales que hubo entre los Contemporáneos y algunos poetas del posmodernismo. Muerte sin fin es también un poema que participa de otras artes; su división en partes, repetición de frases temáticas, ascensión permanente hacia un final apoteótico, la armonía y la melodía, hacen de él una composición musical. Además, la obra en su conjunto es de una arquitectura perfecta. Los cuerpos primeros de la obra, los que están a la altura de los ojos del hombre, van siendo superados por los cuerpos superiores, en que la ornamentación y la simbología se vuelven más profusas, hasta llegar a la cúspide del edificio de la poesía, que como en los templos barrocos levanta en triunfo la imagen de más alta jerarquía para glorificarla. En este caso, el lugar más prominente corresponde a la Muerte, cuya presencia invade al orbe, después de que las últimas notas del poema, las últimas imágenes, quedan vibrando en la transparencia del aire mientras un aleluya aterrador anuncia la muerte de Dios. Quedan solos el hombre y su conciencia en un diálogo último. Tal vez la luz del mundo, otrora surgida de Dios, como de una estrella lejanísima, es ya luz sin estrella que aún sigue llegando a la tierra. Luego el baile, una danza macabra y efímera, en que el hombre, otra vez dueño de sí, o aterrado por aquella visión apocalíptica, con supremo desdén menosprecia a la misma muerte, “putilla del rubor helado”. Es el final de un canto de victoria. El hombre, Prometeo vencedor, tiene en sus manos el fuego de los dioses. El vaso está roto y el agua derramada y libre ha encontrado su forma justa, la no forma; la fuerza del poema inunda el espíritu como esa misma agua, ya inmensa como el mar, como la luz que invade hasta “las zonas más ínfimas del ojo”. De esta manera el mundo queda bañado de una claridad prodigiosa. Tal vez eso es el poema de Gorostiza. El punto de partida, el símbolo del vaso y el agua, es el momento justo para iniciar una aventura cuyo itinerario está señalado sólo por imágenes en un ámbito en que la poesía vive en estado de pureza, a pesar de los temas que en un momento pueden hacernos creer que a Gorostiza le preocupan más las cuestiones metafísicas. Vale la pena el pretexto. La poesía tiene caminos infinitos y todos llevan a ella como hacia un polo magnético, aun cuando ignoramos el secreto de su poderosa atracción.
http://www.materialdelectura.unam.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=51&Itemid=1&limit=1&limitstart=1
Héctor Valdés  
MUERTE SIN FIN.

 Lleno de mí, sitiado en mi epidermis
por un dios inasible que me ahoga,
mentido acaso
por su radiante atmósfera de luces
que oculta mi conciencia derramada,
mis alas rotas en esquirlas de aire,
mi torpe andar a tientas por el lodo;
lleno de mí —ahíto— me descubro
en la imagen atónita del agua,
que tan sólo es un tumbo inmarcesible,
un desplome de ángeles caídos
a la delicia intacta de su peso,
que nada tiene
sino la cara en blanco
hundida a medias, ya, como una risa agónica,
en las tenues holandas de la nube
y en los funestos cánticos del mar
—más resabio de sal o albor de cúmulo
que sola prisa de acosada espuma.
No obstante —oh paradoja— constreñida
por el rigor del vaso que la aclara,
el agua toma forma.
En él se asienta, ahonda y edifica,
cumple una edad amarga de silencios
y un reposo gentil de muerte niña,
sonriente, que desflora
un más allá de pájaros
en desbandada.
En la red de cristal que la estrangula,
allí, como en el agua de un espejo,
se reconoce;
atada allí, gota con gota,
marchito el tropo de espuma en la garganta
¡qué desnudez de agua tan intensa,
qué agua tan agua,
está en su orbe tornasol soñando,
cantando ya una sed de hielo justo!
¡Mas qué vaso —también— más providente
éste que así se hinche
como una estrella en grano,
que así, en heroica promisión, se enciende
como un seno habitado por la dicha,
y rinde así, puntual,
una rotunda flor
de transparencia al agua,
un ojo proyectil que cobra alturas
y una ventana a gritos luminosos
sobre esa libertad enardecida
que se agobia de cándidas prisiones!

¡Más que vaso —también— más providente!
Tal vez esta oquedad que nos estrecha
en islas de monólogos sin eco,
aunque se llama Dios,
no sea sino un vaso
que nos amolda el alma perdidiza,
pero que acaso el alma sólo advierte
en una transparencia acumulada
que tiñe la noción de Él, de azul.
El mismo Dios,
en sus presencias tímidas,
ha de gastar la tez azul
y una clara inocencia imponderable,
oculta al ojo, pero fresca al tacto,
como este mar fantasma en que respiran
—peces del aire altísimo—
los hombres.
¡Sí, es azul! ¡Tiene que ser azul!
Un coagulado azul de lontananza,
un circundante amor de la criatura,
en donde el ojo de agua de su cuerpo
que mana en lentas ondas de estatura
entre fiebres y llagas;
en donde el río hostil de su conciencia
¡agua fofa, mordiente, que se tira,
ay, incapaz de cohesión al suelo!
en donde el brusco andar de la criatura
amortigua su enojo,
se redondea
como una cifra generosa,
se pone en pie, veraz, como una estatua.
¿Qué puede ser —si no— si un vaso no?
Un minuto quizá que se enardece
hasta la incandescencia,
que alarga el arrebato de su brasa,
ay, tanto más hacia lo eterno mínimo
cuanto es más hondo el tiempo que lo colma.
Un cóncavo minuto del espíritu
que una noche impensada,
al azar
y en cualquier escenario irrelevante
con el vuelo del pájaro,
estalla en él como un cohete herido
y en sonoras estrellas precipita
su desbandada pólvora de plumas.
Mas en la médula de esta alegría,
no ocurre nada, no;
sólo un cándido sueño que recorre
las estaciones todas de su ruta
tan amorosamente
que no elude seguirla a sus infiernos,
ay, y con qué miradas de atropina,
tumefactas e inmóviles, escruta
el curso de la luz, su instante fúlgido,
en la piel de una gota de rocío;
concibe el ojo
y el intangible aceite
que nutre de esbeltez a la mirada;
gobierna el crecimiento de las uñas
y en la raíz de la palabra esconde
el frondoso discurso de ancha copa
y el poema de diáfanas espigas.
Pero aún más —porque en su cielo impío
nada es tan cruel como este puro goce—
somete sus imágenes al fuego
de especiosas torturas que imagina
—las infla de pasión,
en la prisma del llanto las deshace,
las ciega con el lustre de un barniz,
las satura de odios purulentos,
rencores zánganos
como una mala costra,
angustias secas como la sed del yeso.
Pero aún más —porque, inmune a la mácula,
tan perfecta crueldad no cede a límites—
perfora la substancia de su gozo
con rudos alfileres;
piensa el tumor, la úlcera y el chancro
que habrán de festonar la tez pulida,
toma en su mano etérea a la criatura
y la enjuta, la hincha o la demacra,
como a un copo de cera sudorosa,
y en un ilustre hallazgo de ironía
la estrecha enternecido
con los brazos glaciales de la fiebre.
Mas nada ocurre, no, sólo este sueño
desorbitado
que se mira a sí mismo en plena marcha;
presume, pues, su término inminente
y adereza en el acto
el plan de su fatiga,
su justa vacación
su domingo de gracia allá en el campo,
al fresco albor de las camisas flojas.
¡Qué trebolar mullido, qué parasol de niebla
se regala en el ánimo
para gustar la miel de sus vigilias!
Pero el ritmo es su norma, el solo paso,
la sola marcha en círculo, sin ojos;
así, aun de su cansancio, extrae
¡hop!
largas cintas de cintas de sorpresas
que en un constante perecer enérgico,
en un morir absorto,
arrasan sin cesar su bella fábrica
hasta que —hijo de su misma muerte,
gestado en la aridez de sus escombros—
siente que su fatiga se fatiga,
se erige a descansar de su descanso
y sueña que su sueño se repite,
irresponsable, eterno,
muerte sin fin de una obstinada muerte,
sueño de garza anochecido a plomo
que cambia sí de pie, mas no de sueño,
que cambia sí la imagen,
mas no la doncellez de su osadía
¡oh inteligencia, soledad en llamas!
que lo consume todo hasta el silencio,
sí, como una semilla enamorada
que pudiera soñarse germinando,
probar en el rencor de la molécula
el salto de las ramas que aprisiona
y el gusto de su fruta prohibida,
ay, sin hollar, semilla casta,
sus propios impasibles tegumentos.

¡Oh inteligencia, soledad en llamas
que todo lo concibe sin crearlo!
Finge el calor del lodo,
su emoción de substancia adolorida,
el iracundo amor que lo embellece
y lo encumbra más allá de las alas
a donde sólo el ritmo
de los luceros llora,
mas no le infunde el soplo que lo pone en pie
y permanece recreándose a sí misma,
única en Él, inmaculada, sola en Él,
reticencia indecible,
amoroso temor de la materia,
angélico egoísmo que se escapa
como un grito de júbilo sobre la muerte
—oh inteligencia, páramo de espejos!
helada emanación de rosas pétreas
en la cumbre de un tiempo paralítico;
pulso sellado;
como una red de arterias temblorosas,
hermético sistema de eslabones
que apenas se apresura o se retarda
según la intensidad de su deleite;
abstinencia angustiosa
que presume el dolor y no lo crea,
que escucha ya en la estepa de sus tímpanos
retumbar el gemido del lenguaje
y no lo emite;
que nada más absorbe las esencias
y se mantiene así, rencor sañudo,
una, exquisita, con su dios estéril,
sin alzar entre ambos
la sorda pesadumbre de la carne,
sin admitir en su unidad perfecta
el escarnio brutal de esa discordia
que nutren vida y muerte inconciliables,
siguiéndose una a otra
como el día y la noche,
una y otra acampadas en la célula
como en un tardo tiempo de crepúsculo,
ay, una nada más, estéril, agria,
con Él, conmigo, con nosotros tres;
como el vaso y el agua, sólo una
que reconcentra su silencio blanco
en la orilla letal de la palabra
y en la inminencia misma de la sangre.
¡ALELUYA, ALELUYA!

Iza la flor su enseña,
agua, en el prado.
¡Oh, qué mercadería
de olor alado!

¡Oh, qué mercadería
de tenue olor!
¡cómo inflama los aires
con su rubor!

¡Qué anegado de gritos
está el jardín!
«¡Yo, el heliotropo, yo!»
«¿Yo? El jazmín.»

Ay, pero el agua,
ay, si no huele a nada.

Tiene la noche un árbol
con frutos de ámbar;
tiene una tez la tierra,
ay, de esmeraldas.

El tesón de la sangre
anda de rojo;
anda de añil el sueño;
la dicha, de oro.

Tiene el amor feroces
galgos morados;
pero también sus mieses,
también sus pájaros.

Ay, pero el agua,
ay, si no luce a nada.

Sabe a luz, a luz fría,
sí, la manzana.
¡Qué amanecida fruta
tan de mañana!
¡Qué anochecido sabes,
tú, sinsabor!
¡cómo pica en la entraña
tu picaflor!

Sabe la muerte a tierra,
la angustia a hiel.
Este morir a gotas
me sabe a miel.

Ay, pero el agua,
ay, si no sabe a nada.

[BAILE]

Pobrecilla del agua,
ay, que no tiene nada,
ay, amor, que se ahoga,
ay, en un vaso de agua.

En el rigor del vaso que la aclara,
el agua toma forma
—ciertamente.
Trae una sed de siglos en los belfos,
una sed fría, en punta, que ara cauces
en el sueño moroso de la tierra,
que perfora sus miembros florecidos,
como una sangre cáustica,
incendiándolos, ay, abriendo en ellos
desapacibles úlceras de insomnio.
Más amor que sed; más que amor, idolatría,
dispersión de criatura estupefacta
ante el fulgor que blande
—germen del trueno olímpico— la forma
en sus netos contornos fascinados.
¡Idolatría, sí idolatría!
Mas no le basta el ser un puro salmo,
un ardoroso incienso de sonido;
quiere, además, oírse.
Ni le basta tener sólo reflejos
—briznas de espuma
para el ala de luz que en ella anida;
quiere, además, un tálamo de sombra,
un ojo,
para mirar el ojo que la mira.
En el lago, en la charca, en el estanque,
en la entumida cuenca de la mano,
se consuma este rito de eslabones,
este enlace diabólico
que encadena el amor a su pecado.
En el nítido rostro sin facciones
el agua, poseída,
siente cuajar la máscara de espejos
que el dibujo del vaso le procura.
Ha encontrado, por fin,
en su correr sonámbulo,
una bella, puntual fisonomía.
Ya puede estar de pie frente a las cosas.
Ya es ella también, aunque por arte
de estas limpias metáforas cruzadas,
un encendido vaso de figuras.
El camino, la barda, los castaños,
para durar el tiempo de una muerte
gratuita y prematura, pero bella,
ingresan por su impulso
en el suplicio de la imagen propia
y en medio del jardín, bajo las nubes,
descarnada lección de poesía,
instalan un infierno alucinante.

Pero el vaso en sí mismo no se cumple.
Imagen de una deserción nefasta
¿qué esconde en su rigor inhabitado,
sino esta triste claridad a ciegas,
sino esta tentaleante lucidez?
Tenedlo ahí, sobre la mesa, inútil.
Epigrama de espuma que se espiga
ante un auditorio anestesiado,
incisivo clamor que la sordera
tenaz de los objetos amordaza,
flor mineral que se abre para adentro
hacia su propia luz,
espejo ególatra
que se absorbe a sí mismo contemplándose.
Hay algo en él, no obstante, acaso un alma,
el instinto augural de las arenas,
una llaga tal vez que debe al fuego,
en donde le atosiga su vacío.
Desde este erial aspira a ser colmado.
En el agua, en el vino, en el aceite,
articula el guión de su deseo;
se ablanda, se adelgaza;
ya su sobrio dibujo se le nubla,
ya embozado en el giro de un reflejo,
en un llanto de luces se liquida.

Mas la forma en sí misma no se cumple.
Desde su insigne trono faraónico,
magnánima,
deífica,
constelada de epítetos esdrújulos,
rige con hosca mano de diamante.
Está orgullosa de su orondo imperio.
¡En las augustas pituitarias de ónice
no juega, acaso, el encendido aroma
con que arde a sus pies la poesía?
¡Ilusión, nada más gentil narcótico
que puebla de fantasmas los sentidos!
Pues desde ahí donde el dolor emite
¡oh turbio sol de podre!
el esmerado brillo que lo embosca,
ay, desde ahí, presume la materia
que apenas cuaja su dibujo estricto
y ya es un jardín de huellas fósiles,
estruendoso fanal,
rojo timbre de alarma en los cruceros
que gobierna la ruta hacia otras formas.
La rosa edad que esmalta su epidermis
—senil recién nacida—
envejece por dentro a grandes siglos.
Trajo puesta la proa a lo amarillo.
El aire se coagula entre sus poros
como un sudor profuso
que se anticipa a destilar en ellos
una esencia de rosas subterráneas.
Los crudos garfios de su muerte suben,
como musgo, por grietas inasibles,
ay, la hostigan con tenues mordeduras
y abren hueco por fin a aquel minuto
—¡miradlo en la lenteja del reloj,
neto, puntual, exacto,
correrse un eslabón cada minuto!—
cuando al soplo infantil de un parpadeo,
la egregia masa de ademán ilustre
podrá caer de golpe hecha cenizas.

No obstante —¿por qué no?— también en ella
tiene un rincón el sueño,
árido paraíso sin manzana
donde suele escaparse de su rostro,
por el rostro marchito del espectro
que engendra aletargada, su costilla.
El vaso de agua es el momento justo.
En su audaz evasión se transfigura,
tuerce la órbita de su destino
y se arrastra en secreto hacia lo informe.
La rapiña del tacto no se ceba
—aquí, en el sueño inhóspito—
sobre el templado nácar de su vientre,
ni la flauta Don Juan que la requiebra
musita su cachonda serenata.
El sueño es cruel,
ay, punza, roe, quema, sangra, duele.
Tanto ignora infusiones como ungüentos.
En los sordos martillos que la afligen
la forma da en el gozo de la llaga
y el oscuro deleite del colapso.
Temprana madre de esa muerte niña
que nutre en sus escombros paulatinos,
anhela que se hundan sus cimientos
bajo sus plantas, ay, entorpecidas
por una espesa lentitud de lodo;
oye nacer el trueno del derrumbe;
siente que su materia se derrama
en un prurito de ácidas hormigas;
que, ya sin peso, flota
y en un claro silencio se deslíe.
Por un aire de espejos inminentes
¡oh impalpables derrotas del delirio!
cruza entonces, a velas desgarradas,
la airosa teoría de una nube.

En la red de cristal que la estrangula,
el agua toma forma,
la bebe, sí, en el módulo del vaso,
para que éste también se transfigure
con el temblor del agua estrangulada
que sigue allí, sin voz, marcando el pulso
glacial de la corriente.
Pero el vaso
—a su vez—
cede a la informe condición del agua
a fin de que —a su vez— la forma misma,
la forma en sí, que está en el duro vaso
sosteniendo el rencor de su dureza
y está en el agua de aguijada espuma
como presagio cierto de reposo,
se pueda sustraer al vaso de agua;
un instante, no más,
no más que el mínimo
perpetuo instante del quebranto,
cuando la forma en sí, la pura forma,
se abandona al designio de su muerte
y se deja arrastrar, nubes arriba,
por ese atormentado remolino
en que los seres todos se repliegan
hacia el sopor primero,
a construir el escenario de la nada.
Las estrellas entonces ennegrecen.
Han vuelto al dardo insomne
a la noche perfecta de su aljaba.

Porque en el lento instante del quebranto,
cuando los seres todos se repliegan
hacia el sopor primero
y en la pira arrogante de la forma
se abrasan, consumidos por su muerte
—¡ay, ojos, dedos, labios,
etéreas llamas del atroz incendio!—
el hombre ahoga con sus manos mismas,
en un negro sabor de tierra amarga,
los himnos claros y los roncos trenos
con que cantaba la belleza,
entre tambores de gangoso idioma
y esbeltos címbalos que dan al aire
sus golondrinas de latón agudo;
ay, los trenos e himnos que loaban
la rosa marinera
que consuma el periplo del jardín
con sus velas henchidas de fragancia;
y el malsano crepúsculo de herrumbre,
amapola del aire lacerado
que se pincha en las púas de un gorjeo;
y la febril estrella, lis de calosfrío,
punto sobre las íes
de las tinieblas;
y el rojo cáliz del pezón macizo,
sola flor de granado
en la cima angustiosa del deseo,
y la mandrágora del sueño amigo
que crece en los escombros cotidianos
—ay, todo el esplendor de la belleza
y el bello amor que la concierta toda
en un orbe de imanes arrobados.

Porque el tambor rotundo
y las ricas bengalas que los címbalos
tremolan en la altura de los cantos,
se anegan, ay, en un sabor de tierra amarga,
cuando el hombre descubre en sus silencios
que su hermoso lenguaje se le agosta,
se le quema —confuso— en la garganta,
exhausto de sentido;
ay, su aéreo lenguaje de colores,
que así se jacta del matiz estricto
en el humo aterrado de sus sienas
o en el sol de sus tibios bermellones;
él, que discurre en la ansiedad del labio
como una lenta rosa enamorada;
él, que cincela sus celos de paloma
y modula sus látigos feroces;
que salta en sus caídas
con un ruidoso síncope de espumas;
que prolonga el insomnio de su brasa
en las mustias cenizas del oído;
que oscuramente repta
e hinca enfurecido la palabra
de hiel, la tuerta frase de ponzoña;
él que labra el amor del sacrificio
en columnas de ritmos espirales,
sí, todo él, lenguaje audaz del hombre,
se le ahoga —confuso— en la garganta
y de su gracia original no queda
sino el horror de un pozo desecado
que sostiene su mueca de agonía.
Porque el hombre descubre en sus silencios
que su hermoso lenguaje se le agosta
en el minuto mismo del quebranto,
cuando los peces todos
que en cautelosas órbitas discurren
como estrellas de escamas, diminutas,
por la entumida noche submarina,
cuando los peces todos
y el ulises salmón de los regresos
y el delfín apolíneo, pez de dioses,
deshacen su camino hacia las algas;
cuando el tigre que huella
la castidad del musgo
con secretas pisadas de resorte
y el bóreas de los ciervos presurosos
y el cordero Luis XV, gemebundo,
y el león babilónico
que añora el alabastro de los frisos
—¡flores de sangre, eternas,
en el racimo inmemorial de las especies!—
cuando todos inician el regreso
a sus mudos letargos vegetales;
cuando la aguda alondra se deslíe
en el agua del alba,
mientras las aves todas
y el solitario búho que medita
con su antifaz de fósforo en la sombra,
la golondrina de escritura hebrea
y el pequeño gorrión, hambre en la nieve,
mientras todas las aves se disipan
en la noche enroscada del reptil;
cuando todo —por fin— lo que anda o repta
y todo lo que vuela o nada, todo,
se encoge en un crujir de mariposas,
regresa a sus orígenes
y al origen fatal de sus orígenes,
hasta que su eco mismo se reinstala
en el primer silencio tenebroso.

Porque los bellos seres que transitan
por el sopor añoso de la tierra
—¡tragos de sangre, libres,
en la pantalla de su sueño impuro!—
todos se dan a un frenesí de muerte,
ay, cuando el sauce
acumula su llanto
para urdir la substancia de un delirio
en que —¡tú! ¡yo! ¡nosotros!— de repente,
a fuerza de atar nombres destemplados,
ay, no le queda sino el tronco prieto,
desnudo de oración ante su estrella;
cuando con él, desnudos, se sonrojan
el álamo temblón de encanecida barba
y el eucalipto rumoroso,
témpano de follaje
y tornillo sin fin de la estatura
que se pierde en las nubes, persiguiéndose;
y también el cerezo y el durazno
en su loca efusión de adolescentes
y la angustia espantosa de la ceiba
y todo cuanto nace de raíces,
desde el heroico roble hasta la impúbera
menta de boca helada;
cuando las plantas de sumisas plantas
retiran el ramaje presuntuoso,
se esconden en sus ásperas raíces
y en la acerba raíz de sus raíces
y presas de un absurdo crecimiento
se desarrollan hacia la semilla,
hasta quedar inmóviles
¡oh cementerios de talladas rosas!
en los duros jardines de la piedra.

Porque desde el anciano roble heroico
hasta la impúbera
menta de boca helada,
ay, todo cuanto nace de raíces
establece sus tallos paralíticos
en los duros jardines de la piedra,
cuando el rubí de angélicos melindres
y el diamante iracundo
que fulmina a la luz con un reflejo,
más el ario zafir de ojos azules
y la geórgica esmeralda que se anega
en el abrilde su robusta clorofila,
una a una, las piedras delirantes,
con sus lindas hermanas cenicientas,
turquesa, lapislázuli, alabastro,
pero también el oro prisionero
y la plata de lengua fidedigna,
ingenuo ruiseñor de los metales
que se ahoga en el agua de su canto;
cuando las piedras finas
y los metales exquisitos, todos,
regresan a sus nidos subterráneos
por las rutas candentes de la llama,
ay, ciegos de su lustre,
ay, ciegos de su ojo,
que el ojo mismo,
como un siniestro pájaro de humo,
en su aterida combustión se arranca.

Porque raro metal o piedra rara,
así como la roca escueta, lisa,
que figura castillos
con sólo naipes de aridez y escarcha,
y así la arena de arrugados pechos
y el humus maternal de entraña tibia,
ay, todo se consume
con un mohíno crepitar de gozo,
cuando la forma en sí, la forma pura,
se entrega a la delicia de su muerte
y en su sed de agotarla a grandes luces
apura en una llama
el aceite ritual de los sentidos,
que sin labios, sin dedos, sin retinas,
sí paso a paso, muerte a muerte, locos,
se acogen a sus túmidas matrices,
mientras unos a otros se devoran
al animal, la planta
a la planta, la piedra
a la piedra, el fuego
al fuego, el mar
al mar, la nube
a la nube, el sol
hasta que todo este fecundo río
de enamorado semen que conjuga,
inaccesible al tedio,
el suntuoso caudal de su apetito,
no desemboca en sus entrañas mismas,
en el acre silencio de sus fuentes,
entre un fulgor de soles emboscados,
en donde nada es ni nada está,
donde el sueño no duele,
donde nada ni nadie, nunca, está muriendo
y solo ya, sobre las grandes aguas,
flota el Espíritu de Dios que gime
con un llanto más llanto aún que el llanto,
como si herido —¡ay, Él también!— por un cabello
por el ojo en almendra de esa muerte
que emana de su boca,
hubiese al fin ahogado su palabra sangrienta.
¡ALELUYA, ALELUYA!

¡Tan-tan! ¿Quién es? Es el Diablo,
es una espesa fatiga,
un ansia de trasponer
estas lindes enemigas,
este morir incesante,
tenaz, esta muerte viva,
¡oh Dios! que te está matando
en tus hechuras estrictas,
en las rosas y en las piedras,
en las estrellas ariscas
y en la carne que se gasta
como una hoguera encendida,
por el canto, por el sueño,
por el color de la vista.

¡Tan-tan! ¿Quién es? Es el Diablo,
ay, una ciega alegría,
un hambre de consumir
el aire que se respira,
la boca, el ojo, la mano;
estas pungentes cosquillas
de disfrutarnos enteros
en sólo un golpe de risa,
ay, esta muerte insultante,
procaz, que nos asesina
a distancia, desde el gusto
que tomamos en morirla,
por una taza de té,
por una apenas caricia.

¡Tan-tan! ¿Quién es? Es el Diablo,
es una muerte de hormigas
incansables, que pululan
¡oh Dios! sobre tus astillas,
que acaso te han muerto allá,
siglos de edades arriba,
sin advertirlo nosotros,
migajas, borra, cenizas
de ti, que sigues presente
como una estrella mentida
por su sola luz, por una
luz sin estrella, vacía,
que llega al mundo escondiendo
su catástrofe infinita.

[BAILE]

Desde mis ojos insomnes
mi muerte me está acechando,
me acecha, sí, me enamora
con su ojo lánguido.
¡Anda putilla del rubor helado,
anda, vámonos al diablo!

Lee todo en: MUERTE SIN FIN - Poemas de José Gorostiza http://www.poemas-del-alma.com/jose-gorostiza-muerte-sin-fin.htm#ixzz2rBxwrhSA

Archivo del blog

SILVINA OCAMPO CUENTO LA LIEBRE DORADA

 La liebre dorada En el seno de la tarde, el sol la iluminaba como un holocausto en las láminas de la historia sagrada. Todas las liebres no...

Páginas