domingo, 10 de noviembre de 2019

PETRONIO.ERNST BICKEL HISTORIA DE LA LITERATURA ROMANA VERSIÓN ESPAÑOLA DE JOSÉ M.a DÍAZ-REGAÑÓN LÓPEZ EDITORIAL GREDOS MADRID ©n t e r , U n i v e r s i t a t s v e r l a g , GmbH., Heidelberg.



10. Petronio. — Fragmentos de los libros 15 y 16 de su obra, que
llevan por titulo Satirarum libri o Satiricon dan como autor a Petronius
Arbiter. La epoca de la accion es la primera epoca imperial. Aunque nada
se dice de Neron, todo se contempla desde el campo visual del mundo
romano neroniano. Asi, pues, resulta evidente la identidad del autor con
el senador Petronio descrito por Tacito, Ann., XVI, 17 sigs., el cual desempeno
el proconsulado de Bitinia y el consulado y fue obligado por Neron
a darse muerte en el ano 66. En el palacio de Neron se consideraba a Petronio
como ≪juez inapelable≫ en cuestiones relativas a gustos refinados
y por esto se le llamo elegantiae arbiter. El mote era referencia a su
cognomen familiar o el cognomen de los manuscritos procede del mote.
El praenomen oscila en Tacito, Plinio, Nat. hist., y Plutarco entre Gaius y
Titus. Sobre la erronea datacion anterior de Petronio, cf. Cap. IV, pag. 99.
En la ultima parte de lo conservado se nombra a Crotona como lugar
de la accion. Pero el heroe de la novela, Encolpio, su favorito Giton y su
camarada Ascilto, que se ven perseguidos por la colera de Priapo a lo
largo del ancho mundo, pasan sus aventuras en diversos lugares. Tambien
Massilia era, segun Servio y Sidonio Apolinar, lugar de la accion, y en ella
parece haber ocurrido el sacrilegio contra Priapo despues del relato de
los libros iniciales perdidos. El trozo principal de la obra, conservado integro,
la cena de Trimalcion, no descubierta hasta el ano 1650 en Trau
de Dalmacia, se desarrolla en Cumas de Campania (F. Bucheler, Kl. Schriften,
III, 1930, pag. 290).
Petronio es uno de los fenomenos mas comprensibles de la Antiguedad
romana, si se ponen en relacion las noticias transmitidas por Tacito sobre
su suerte exterior y su actitud espiritual con lo que la obra misma nos
560 Satira y cuento, novela, fabula y leyenda
cuenta de su autor. Sobre esto y sobre la novela en su significacion con
relacion al espiritu del siglo y a la literatura romana sobre todo, cf.
Cap. XI, pags. 217 sigs. Edicion critica grande de F. Bucheler (1862), edicion
resumida de F. Bucheler-W. Heraeus^ (1922). Edicion aparte de la Cena
de Trimalcion con comentario y traduccion alemana de L. Friedlander2
(1906). Lexicon Petronianum, de J. Segebade-E. Lommatzsch (1898).

 Ficha técnica:
ERNST BICKEL

HI S TORIA

DE LA
LITERATURA ROMANA
VERSIÓN ESPAÑOLA DE
JOSÉ M.a DÍAZ-REGAÑÓN LÓPEZ
EDITORIAL GREDOS
MADRID
© 1960. C a r l W i n t e r , U n i v e r s i t a t s v e r l a g , GmbH., Heidelberg.


viernes, 8 de noviembre de 2019

ERNST BICKEL HI S TORIA DE LA LITERATURA ROMANA VERSIÓN ESPAÑOLA DE JOSÉ M.a DÍAZ-REGAÑÓN LÓPEZ EDITORIAL GREDOS


LA NOVELA
Más importante aún que la sátira menipea es el fruto que nace de
ella, la novela satírica. En la obra de Petronio, de la época de Nerón, se
nos muestra la sátira menipea con su mezcla de prosa y verso transformada
en novela. Pero la forma literaria de la novela latina no sólo puede
comprobarse en el arte narrativo de Petronio sino también en las Metamorfosis
de Apuleyo. Si bien falta a la obra de Apuleyo el empleo del
verso, Macrobio, Somn., I, 2, 8, la empareja con las sátiras de Petronio;
ambas obras se consideraban ya en la Antigüedad como ejemplares del
mismo género. Por el contrario, poco contribuyeron a la fijación de la
forma literaria de la novela latina las obras del latín tardío intituladas
novelas de Alejandro y de Troya, así como tampoco la Historia del rey
Apolonio de Tiro, pues son únicamente traducciones. Más sorprendente
es que en los modelos griegos de estas novelas latinas se encuentre, como
en Petronio, la mezcla de prosa y verso. Ya en la comparación de Petronio
y Apuleyo aparecen reunidos una serie de motivos internos y rasgos externos
en cantidad suficiente como para caracterizar el género de la novela
latina.
Se ha querido considerar la obra de Petronio, a causa de su talante
irónico, como parodia de la novela helenística, narrada con buena dosis de
credulidad, como las últimas transmitidas por la sofística imperial (R.
Heinze, Petron u. der gr. Roman, en Hermes, XXXIV, 1899, págs. 494 sigs.).
Pero el origen de la obra, que no es por supuesto ya una sátira menipea,
pero que hay que buscarlo en la menipea, obliga a renunciar al rodeo
que supone el recurrir a la novela erótico-idealista, y reconocer en el rasgo
burlesco fundamental el talante primario del arte narrativo romano, que
La novela 557
empezaba por contemplar la vida en su faceta satírica. Es evidente que
el tratamiento satírico de la cultura contemporánea se extiende también
al acervo literario de ésta. El motivo de la cólera de Priapo en Petronio
es parodia directa de la cólera de Poseidón en la Odisea, así como es moneda
corriente en la sátira romana la parodia del gobierno de los dioses.
Lo paródico en la obra de Petronio no precisa ser considerado como caricatura
de una novela erótico-idealísta, tanto menos cuanto que ya Varrón
había contado su propia vida parodiándola cómicamente en la sátira
menipea Sesculixes, «Ulises y Medio» («el archibribón»). Las peripecias
de su vida tenían en ella una duración vez y media mayor que los errabundeos
marítimos de Ulises. Así pues, e l e l eme n t o s a t í r i c o aparece
c omo el p r i m e r r a s g o f u n d a m e n t a l del género de la novela
latina. Pues también en las Metamorfosis de Apuleyo se manifiesta
constantemente una incontenible ironía; cf. Cap. XII, pág. 247. Claro es
que ya en el modelo griego que conservamos, «Loukios o el asno», campea
el tono burlón y risueño. Pero de ello sólo se infiere que el arte romano
aprovechó del helenismo y de la helenidad de la época imperial precisamente
lo que armonizaba con su genuino espíritu.
El s e g u n d o mo t i v o , que vincula el arte narrativo de Petronio
con el de Apuleyo, hace solidarias a las obras latinas con toda la esfera
literaria que suele reclamar el título de novela griega. Este motivo es la
tendencia al e r o t i smo , la i n m e r s i ó n en la v i d a e r ó t i c a
(Cap. XII, pág. 248). En este aspecto también la sátira menipea de Petronio
se acerca a la novela, si bien no constituye su núcleo un único y gran
amor a la mujer, como ocurre regularmente en la novela del griego tardío.
En Apuleyo, el amor a la mujer desempeña, en todo caso, un importante
papel en el largo episodio «Amor y Psique». Afín al motivo del amor es la
tendencia al i n t i m i s m o del relato, del que nos ofrecen un ejemplo
sobre todo Petronio y Apuleyo. El intimismo se revela también y ante todo
en que las dos obras son r e l a t o s en p r i m e r a p e r s o n a .
Un t e r c e r mo t i v o , que imprime el sello a obras pertenecientes
al arte novelístico antiguo, así a la menipea de Petronio como a las
Metamorfosis es el r o m a n t i c i s m o de los v i a j e s . En Petronio
y en Apuleyo los héroes del relato están en continuo movimiento. Se refleja
en el motivo de los viajes la misma inquietud romántica de los espíritus.
E l c u a r t o p u n t o , que es propio del género, consiste en la vinculación
de las aventuras a un mo t i v o r e l i g i o s o . En Apuleyo se
revela éste en la liberación del héroe de su figura de animal gracias al culto
de Isis. Pero también en Petronio, según se declara en los versos 139, 2,
es la cólera de una divinidad, es decir de Príapo, la que pone todo en movimiento
(cf. E. Klebs, Philologus, XLVII, 1889, págs. 623 sigs.; H. Herter,
De Priapo, Relig. Vers. u. Vorarb., XXIII, 1932, pág. 317).
También considerando la e s t r u c t u r a f o rma l se encuentran
suficientes motivos para deducir de las obras de Petronio y Apuleyo la
imagen claramente bosquejada de un género literario definido. Precisamente
en esta literatura latina se evidencia que la determinación de la
naturaleza de la novela antigua no debe contentarse con partir de los ras558
Sátira y cuento, novela, fábula y leyenda
gos novelescos generales de la historiografía y del restante arte narrativo
de la antigüedad, como intentó Ed. Schwartz, Fünf Vortrage iiber den
gr. Roman (1896). Si el espíritu peculiar de la época romano-alejandrina
dio al género las motivaciones íntimas, también la técnica especial del
mismo período le dio la forma externa. El adiestramiento para la narración
retórica de una acción completa plasmado en los progimnásmata de
la Retórica es el presupuesto formal que explica el nacimiento de la novela
(cf. W. Schmid, Der gr. Roman, Ilbergs N. Jahrb., I, 1904, págs. 465 sigs.).
Pero viene luego la peculiaridad estructural de su técnica. La n a r r a c
i ó n d r am á t i c a de los p r o g i m n á s m a t a es ciertamente el
elemento de unión y la base para la creación del nuevo género; pero
adquirió autenticidad al r om p e r el e s q u ema r e t ó r i c o . Se introdujo
una s e r i e i n a g o t a b l e de a v e n t u r a s .
Tanto el relato de Petronio como el de Apuleyo operan en particular con
todos los procedimientos del efecto dramático, con la desaparición y el
reencuentro, con el cambio repentino de la buena y de la mala fortuna.
Pero sobre todo llama la atención u n a r t e n a r r a t i v o mími c o
tan cercano a la vida que a veces parece que se desarrollan escenas de
un verdadero mimo. Este es el segundo motivo formal del género.
El tercer elemento formal de la novela latina es la d i g r e s i ó n h a ci
a el c u e n t o y a r t e m e n o r a f í n. No se considera, suficiente
la ampliación de la acción principal mediante la inserción de aventuras,
sino que dentro de éstas se busca la ocasión para el relato de cuentos.
Sólo de esta manera se insertan en el conjunto las verdaderas joyas como
la cena de Trimalción, en Petronio, y la fábula de Amor y Psique, en Apur
leyó (cf. también, Cap. XI, pág. 218; XII, págs. 244 sig.).
Así, pues, a causa de sus características externas e internas, el arte
narrativo de Petronio y Apuleyo asume la categoría de verdadero género.
La relación con la sátira romana es uno de los núcleos de este arte, el
otro es la relación con la n o v e l a h e l e n í s t i c a .
■ Considerada como concepto absoluto de la literatura universal, la novela
tuvo dos nacimientos, porque en el cambio de las culturas operado en el
seno de la historia de la civilización antigua y europea, el suelo nutricio
fue preparado para ella por dos veces, tanto en la Antigüedad como en la
Edad Media. La novela recibió su nombre de la mera oposición lingüística
entre el latín y el romance, de manera semejante a como surgió el concepto
biológico-cultural de lo románico o romántico en la Alta Edad Media
(cf. Cap. X, pág. 179). A partir del siglo xm se formó aquel arte narrativo
del francés antiguo en prosa, en el que la voluntad de la mujer determinó
el rumbo de la invención y la forma de los relatos legendarios y heroicos.
Pero el héroe, de ánimo impresionable, pasa infinitas aventuras a causa
de su pasión amorosa. La apetencia de la fantasía por los viajes a largas
distancias estaba estimulada por las cruzadas, que abrieron las puertas a
mundos lejanos.
La época del francés antiguo, que por su vinculación con el mundo
bajo-latino se sentía impulsado al romanticismo y a la mística posee similitudes
con la época alejandrina tardía, en la que el trastrocado curso cultural
había desembocado en la etapa de las religiones mistéricas y de la
La novela 559
interiorización del erotismo. La extensión del escenario geográfico, a causa
de la expedición de Alejandro Magno a la India y de las campañas bélicas
de los diádocos, se convirtió también en un ingrediente del helenismo. Por
primera vez entonces surgieron en la Antigüedad, con títulos diversos, aquellas
obras literarias que posteriormente la época imperial agrupó como
género literario bajo el nombre de «dramas», «dramatika», «narraciones
dramáticas»; trata de ellas la obra de E. Rohde-W. Schmid, Der griechische
Roman und seine Vorlaufer3 (1914). Sobre fragmentos de novelas en papiros,
cuya existencia es importante para determinar los orígenes de la novela,
cf. Fr. Zimmermann, Griechische Roman-Papyri (Quellen u. Studien zur
Geschichte und Kultur des Altertums u. des Mittelalters, Serie B, cuaderno
2, 1935).
Está relacionada directamente en gran medida la novela europea de la
Edad Media francesa con la novela de la Antigüedad, de tal manera que la
nueva creación medieval es en realidad una especie de Renacimiento. Según
esto, l a c u l t u r a a n t i g u a m e d i t e r r á n e a aparece c o m o l a
p a t r i a p r o p i a m e n t e d i c h a de l a n o v e l a . Este género del
arte narrativo no remonta al Oriente, si bien se encuentran rasgos orientalizantes
tanto en la novela griega como en la latina de la época imperial
tardía; estos rasgos ponen en relación a la novela con las leyendas de prodigios
religiosos (cf. Cap. XII, pág. 248).

Ficha técnica:
ERNST BICKEL
HI S TORIA
DE LA
LITERATURA ROMANA
VERSIÓN ESPAÑOLA DE
JOSÉ M.a DÍAZ-REGAÑÓN LÓPEZ
EDITORIAL GREDOS
MADRID
© 1960. C a r l W i n t e r , U n i v e r s i t a t s v e r l a g , GmbH., Heidelberg.

miércoles, 6 de noviembre de 2019

C a r l W i n t e r , U n i v e r s i t a t s v e r l a g , GmbH., Heidelberg


PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN
Las grandes literaturas de la Antigüedad clásica, que se muestran a
nuestros ojos conclusas poseen su propia problemática frente a las literaturas
en curso de desarrollo de los pueblos modernos. Especialmente la
historia de la literatura latina, cuyo origen, florecimiento y decadencia
se desenvuelven en sucesión milenaria con límites superiores e inferiores
precisos, nos induce a contemplarla como un hecho biológico, en el que se
conciben la juventud, madurez y ancianidad del espíritu latino, en exposición
coherente, como la historia de un organismo. Una ojeada a la literatura
latina en su ámbito universal con inclusión de la literatura técnica y de la
multitud de documentos y leyes grabados en piedra y bronce, conduce a la
instructiva comprobación de que la literatura de un pueblo, en su conjunto,
es no sólo arte y belleza, sino también la expresión escrita de su cultura.
Contemplada así, álzase la literatura latina con imponente impulso sobre
el nivel estético, para asumir como objeto la esencia entera del Humanismo
antiguo tal como se encierra en el espíritu latino y en sus logros genuinos
transmitidos al mundo moderno. Pero el espíritu alemán, que, a pesar de
su dependencia de la cultura mediterránea, es consciente de su participación
en la formación de una nueva cultura océanica en la zona norte
de Europa, anhela hoy más que nunca un encuentro con la latina, a la
que tanto debe. Este encuentro no debe, sin embargo, efectuarse mediante
especulaciones ensayistas, sino sólo basándose en una exposición coherentemente
descifrable de todos los problemas culturales de la Romanidad
tal como deben verificarse en una Historia de la literatura romana realizada
pragmáticamente.
Pero la ascensión de la romanidad a la cultura clásica y la curva de
su ocaso sólo pueden transferirse de la vida literaria del pueblo a la visión
de un devenir causal y exponerse con nítidos contornos si se presenta esta
exposición desembarazada de los problemas específicos relativos a la historia
de las formas y a la crónica personal. Es, pues, inevitable la bipartición
de este tratado. Sólo gracias a ello será posible también perseguir en
el contexto hasta la bifurcación final del latín en la lengua erudita de la
Edad Media y en las lenguas romances, la historia de la lengua en prosa y
leyes prosódicas de los metros, inherente a la historia del espíritu —en
lugar de mediante glosas a cada autor—.
10 Historia de la literatura romana
Pero en la exposición de la historia de las formas literarias, en lo que
atañe a la sucesión de los géneros, no nos contentamos con el esquema
griego, a pesar de la fatal vinculación de Roma a Grecia. La literatura
comienza entre los griegos con la poesía, entre los romanos con la prosa.
El libro de texto y de lectura era para los griegos Homero, para los romanos
las Leyes de las Doce Tablas. Además de Homero, los griegos poseen
ya desde el comienzo un arte lírico del intimismo popular como la rodia
Canción de las golondrinas, y de la subjetividad como la plasmada en
Arquíloco. Por el contrario, el destino romano era refrenar a lo largo de
los siglos, por medio del talante vital de la gravitas, auctoritas y maiestas
de la temprana romanidad republicana, el germen del arte puro que albergaba
el pueblo latino. La primera edad republicana sólo poseía como
manifestación artística propia la oratoria, y todavía Cicerón decía de los
líricos que no tenía tiempo de leerlos, a menos que se le doblase la vida.
Así que en la historia de la literatura latina, al hacer la ordenación de
la materia, la prosa debe preceder a la poesía. La inclinación del pueblo
tendía a la manifestación literaria primero en el terreno religioso, luego
en el derecho y en la oratoria. Pero en la ordenación interna de la esfera
poética hay que distinguir entre puntos de vista psicológicos, comunes a
todos los pueblos y el sentimiento pragmático propio de la originalidad
romana. La poesía narrativa y el drama se ofrecen ante todo a nuestra
consideración como esferas de interés universal humano. Después constituye
el núcleo de una gran zona literaria específicamente romana la sátira,
que, nacida en el siglo i i a. de C., muestra un carácter fundamental que se
aprecia también en la novela latina de Petronio y Apuleyo y se manifiesta
finalmente incluso en la fábula. Por el contrario es significativo que a los
romanos les falte totalmente la leyenda, que entre los griegos es también
el núcleo de la fábula.
Hasta el último siglo a. de C. no aparece en Roma la poesía de carácter
subjetivo que alcanza hermosura inusitada en los poemas de Catulo, en
el arte primoroso y románico de la elegía, en el Idilio de Virgilio, y
en las Odas de Horacio. En estas obras se nos muestra el hombre romano
en el despliegue de instintos primitivos distintos de los que habían configurado
a los políticos romanos del orden censorio.
El cuadro entero de la literatura latina con sus secciones particulares
se cierra así con el libro del alma humana.
Pero cuando el primer impulso lleva el espíritu romano a través de los
siglos, no hay todavía un organismo, una esencia orgánica, que sacase de
sí misma las condiciones para su crecimiento, engrandecimiento y destino.
El carácter pragmático de la historia literaria está vinculado a la fisonomía
de la historia política y económica, que brinda al arte y a los artistas
calor, templanza y temperatura. Desempeña además su papel la influencia
existente entre los pueblos. Prescindiendo del influjo oseo y etrusco en los
primeros tiempos, había ido incrementándose cada vez más la propensión
itálica de los latinos a asimilar la influencia recibida escalonadamente a
través de los helenos y de los pueblos grecoparlantes. Finalmente se inscribe
en el curso de la vida literaria romana condicionada biológicamente
Prólogo a la segunda edición 11
con fuerza elemental la renovación sanguínea, merced a las provincias,
cuya población latinizada trasvasa en el desarrollo romano su propia
aptitud y su propia disposición para el arte y la ciencia vigorosa ya antes
de la latinización.
El libro de Pietro de Francisci (traducido por L. Sertorius, 1941) Der
Geist der romischen Kultur, pone en primer plano con énfasis el anhelo
por una historia del espíritu de la cultura romana. Ello culmina en la
tesis: se nos aparece Roma, en verdad, como un admirable sistema, el
más admirable, de fuerzas ideales y valores, que haya contemplado jamás
la historia (p. 43). Pero este énfasis renuncia a desarrollar su tesis en el
inventario de la literatura romana y, sin embargo, sólo un contacto robustecido
por la interpretación filológica de los monumentos de la vida del
lenguaje puede captar el espíritu de cada período de la historia romana
y, con ello, comunicar objetivamente al fenómeno romano de la Antigüedad
su resplandor hasta en la cultura del presente.
Bonn, 26 de noviembre de 1960.
E rnst B ickel

Ficha técnica:
EDITORIAL GREDOS
MADRID
© 1960. C a r l W i n t e r , U n i v e r s i t a t s v e r l a g , GmbH., Heidelberg.
© 1982. EDITORIAL GREDOS, S. A., Sánchez Pacheco, 81, Madrid, para la versión
española.
Traducción de la edición alemana. Título original: LEHRBUCH DER GESCHICHTE
DER ROMISCHEN LITERATUR. Zweite, durch Zusátze erweiterte Auflage.
Depósito Legal: M. 31791 - 1982.
ISBN 84-249-0853-8.
Impreso en España. Printed in Spain.
Gráficas Cóndor, S. A., Sánchez Pacheco, 81. Madrid, 1982. — 5002,
A la vocación humanística del pueblo alemán

lunes, 4 de noviembre de 2019

Y debemos confesarlo: .... "Fragmento. Novela. Mariposas Negras para un Asesino). Premio UNA-Palabra 2004. Cuarta reimpresión. EDITORIAL: EUNA. SAN JOSÉ, COSTA RICA




"Y debemos confesarlo: no existe nada que no hayamos visto en la Morgue, digo esto pensando en un sinnúmero de mujeres hermosas que han recorrido los pasadizos del Organismo, corrijo no mujeres bellas, sino cadáveres bellos. No abundan pero se ha dado la ocasión como en los asesinatos recién investigados y de la Bella sin Marcas años atrás. ¡Qué mujer aquella! No en vano se le puso el sobrenombre de Bella sin Marcas. Porque así fue: una Bella sin Marcas, aunque en realidad se le debió bautizar como la “Bella perfumada o la Bella siempre perfumada”.
Nada nos ha causado tanto entusiasmo y misterio como aquel cuerpo.
No cabe la menor duda, el cuerpo de la Bella sin Marcas, fue particular, jamás se me podrá olvidar. Acontecimiento como aquel perdurará en mi memoria hasta el último día de mi vida. Su cuerpo expelía un melancólico perfume, - si cabe y es propicia la expresión- desde el primer momento que llegó a la Morgue. Era curioso el olor natural y perfumado que despedía su piel. Es cierto que todos tenemos un olor natural y particular y ni qué hablar de los cadáveres, no hay ninguno que no tenga un tufillo, “olor a cadáver”. Siempre lo hemos notado y no son creencias populares es la verdad, la muerte tiene un olor particular. Sobre este punto hubo más de un comentario en corrillos. La mayoría no pudo percibir el perfume. Yo puedo decir y con el Patólogo Rodrigo que estábamos entre los elegidos.
La lavamos apenas ingresó a la Morgue Judicial. Yo pensé que su olor provenía de algún perfume que esa noche la Bella sin Marcas se prodigó hasta agotar todo rinconcito de su cuerpo, hasta acabar la botellita de Chanel número 5. Surprise, de nada sirvió el meticuloso baño que le di, porque inmediatamente el salón de autopsias se comenzó a inundar del olor a perfume. Ahora cambiaba a un tenue, acariciador, dulce, dulcísimo, y tibio aroma. No cabía la menor duda el olor provenía de ella.
Al momento de iniciar la autopsia el doctor Castilleja inquirió:
-¿ Y bien, Osquitar, vos también lo olés, el perfume?
-Ajá, contesté estúpidamente, ya embriagado.
- ¿ Y qué tal, si le damos una bañadita más a la muertita?
-Como usted diga Dr. De la Cuesta, respondí.
De inmediato comenzamos la rutina que antes yo había realizado. Primero, le lavamos su leonina y hermosa cabellera negra, luego continuamos con una esponjita y jabón lavando con pulcro cuidado su cuerpo.
Fue inútil, entre más se limpiaba la Bella sin Marcas el olor continuaba allí. Se sublevaba a dejar aquel cuerpo que tenía sitiado, la acción del lavado era como una reacción en contra.
-Nada. Parece Osquitar, que entre más lavamos el cuerpo, más huele a perfume, exclamó el doctor Castilleja meneando la cabeza y buscando el instrumental quirúrgico para iniciar la autopsia.
Suspiró:- ¡Qué hermosa mujer! ¡Lastima de vida y de cuerpo, así es el mundo de cruel Osquitar, así que empecemos!
Fue en el preciso momento en que el doctor hincó el bisturí para abrir el cuerpo en v que empezó aún más el olor a perfume.
Era increíble lo que sucedía. El cuerpo parecía tener vida nuevamente, la temperatura corporal aumentó en el preciso instante que el bisturí inició la incisión hacia la extremidad inferior del tronco, en el borde mismo de su pubis.
Ya no era aquel cuerpo frío en el planché metálico. Ya no estábamos en presencia del rigor mortis y la gelidez del cadáver. Luego que el doctor De la Cuesta fue recorriendo con el bisturí la piel, comenzó a brotar la sangre más roja que yo haya visto en mi vida. Caliente y roja, caliente y viva. Nuestros guantes de latex podían percibir la tibieza de su sangre. El doctor Rodrigo, se asustó.
- Mierda, ¿cuánto tiene de fallecida esta mujer? Preguntó nervioso y sin continuar con la incisión.
- Más de 18 horas doctor, repliqué contrariado.
- ¡Imposible! ¿Y entonces, por qué está caliente y brota la sangre como si estuviera viva?
-Nnno sé, doctor, usted es el que sabe, no yo.
-Extrañísimo Osquitar, balbuceó Castilleja aún perplejo.
Al poco rato, la sangre cesó por completo sin ninguna explicación. El perfume ahora era más intenso. Parecía que con la incisión para iniciar la autopsia el olor se hubiera “alborotado”, que hubiera tomado nuevos bríos.
Atolondrados por el olor proseguimos con la autopsia. Poco a poco fuimos extrayendo las vísceras de aquel cuerpo. Ya no hicimos ningún comentario a los diferentes aromas que íbamos percibiendo conforme extraíamos los órganos.
Y el olor característico a vísceras en descomposición y a formol que habita en toda sala de autopsias se había transformado en toda una perfumería.
No pronunciamos palabra hasta que la autopsia terminó. Y en el momento que yo iba a cerrar aquel cuerpo incorruptible, el doctor Rodrigo se me adelantó:
-Espere, es demasiado bella para que le haga una “chambonada” con esas suturas de aprendiz de sastre, con esas manos de tigre, espere que yo la cierro.
A los pocos minutos de cerrar el cuerpo el perfume había desaparecido por completo de la sala de autopsias y el ambiente de nuevo olía a formol, vísceras y sangre en descomposición.
La historia se esparció por toda Medicatura Forense, incluso llegó a oídos de jueces, oficiales del organismo, y abogados litigantes. Algunos creyeron la historia, otros no".

(Fragmento. Novela. Mariposas Negras para un Asesino). Premio UNA-Palabra 2004. Cuarta reimpresión. EDITORIAL: EUNA. SAN JOSÉ, COSTA RICA.

Sueño a menudo [Poema - Texto completo.] Paul Verlaine


Sueño a menudo

[Poema - Texto completo.]
Paul Verlaine

Sueño a menudo el sueño extraño y penetrante
De una mujer ignota que adoro y que me adora,
Que, siendo igual, es siempre distinta a cada hora
Y que las huellas sigue de mi existencia errante.
Se vuelve transparente mi corazón sangrante
Para ella, que comprende lo que mi mente añora;
Ella me enjuga el llanto del alma cuando llora
Y lo perdona todo con su sonrisa amante.
¿Es morena ardorosa? ¿Frágil rubia? Lo ignoro.
¿Su nombre? Lo imagino dulce y sonoro,
Como los de los amados que la Vida exilia.
Como el de las estatuas es su mirar suave
Y tienen los acordes de su voz, lejana, calma y grave,
Un eco de las voces queridas que se fueron.



domingo, 3 de noviembre de 2019

Premio Xavier Villaurrutia Convocantes



Premio Xavier Villaurrutia
Convocantes: INBA, Sociedad Alfonsina Internacional, Gobierno del Estado de Nuevo león, por medio del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo Léon, Universidad Autónoma de Nuevo León, Instituto Tecnonlógico de Estudios Superiores de Monterrey, Universidad de Monterrey y Universidad Regiomontana
Ganadores y ganadoras: 
1955 Rulfo, Juan por Pedro Páramo
1956 Paz, Octavio por El arco y la lira
1957 Vicens, Josefina por El libro vacío
1958 Desierto
1959 Montes de Oca, Marco Antonio por Delante de la luz cantan los pájaros
1960 Castellanos, Rosario por Ciudad Real
1961 Desierto
1962 Desierto
1963 Garro, Elena  por Los recuerdos del porvenir
1963 Arreola, Juan José por La feria
1964 Aridjis, Homero por Mirándola dormir
1965 Elizondo, Salvador por Farabeuf
1966 Paso, Fernando del por José Trigo
1967 Revueltas, José por su obra en general
1968 Suspendido
1969 Poniatowska, Elena por La noche de Tlatelolco
1970 Lizalde, Eduardo por El tigre en la casa
1971 Montemayor, Carlos por Las llaves de Urgell
1972 García Ponce, Juan por  Encuentros
1972 Zaid, Gabriel por Leer poesía
1972 Hiriart, Hugoo por Galaor
1972 Sabines, Jaime por su obra en general
1972 Mejía Sánchez, Ernesto por su obra en general
1973 Arana, Federico por Las jiras
1973 Seligson, Esther por Otros son los sueños
1973 Pacheco, José Emilio por El principio del placer
1973 Segovia, Tomás por Terceto
1973 Azar, Héctorr por Los juegos de azar: seis obras en un acto
1974 Azuela, Arturo por El tamaño del infierno
1974 Campos, Julieta por Tiene los cabellos rojizos
y se llama Sabina
1974 Sainz, Gustavo (1940-2015) por La princesa del Palacio de Hierro
1974 Echeverría, Manuel por Un redoble muy largo
1975 Fuentes, Carlos por Terra nostra
1975 Huerta, Efraín por su obra general
1975 Monterroso, Augusto por Antología personal
1975 Amaral Vázquez, José por Ezra Pound, cantares completos
1976 Valencia, Tita por Minotauromaquia
1976 Adoum, Jorge Enrique por Entre Marx y una mujer desnuda
1976 Leyva, Daniel por Crispal
1976 González Rojo Arthur, Enrique por El quíntuple balar de mis sentidos
1977 Molina, Silvia por La mañana debe seguir gris
1977 Reyes, Jaime por Isla de raíz amarga, insomne raíz
1977 Dávila, Amparo por Árboles petrificados
1977 Schneider, Luis Mario por La resurrección de Clotilde Goñi
1978 González, José Luis por Balada de otro tiempo
1978 Fraire, Isabel  por Poemas en el regazo de la muerte
1978 González Campos, Emiliano por Los sueños de la Bella Durmiente
1978 González de León, Ulalume por El riesgo del placer
1979 Turón, Carlos Eduardo por La libertad tiene otro nombre
1979 Arredondo, Inés por Río subterráneo
1980 Fernández, Sergio por Segundo sueño
1980 Chumacero, Alí por su obra en general
1980 Curiel, Fernando por Onetti: obra y calculado infortunio
1980 Gardea, Jesús por Septiembre y los otros días
1981 Villaseñor, Margarita por El rito cotidiano
1981 Palacio, Jaime del por Parejas
1981 Jitrik, Noé por Fin del ritual
1981 Pitol, Sergio por Nocturno de Bujara
1982 Dallal, Alberto por El “dancing” mexicano
1982 Zepeda, Eraclio (1937-2015) por Andando el tiempo
1982 Hernández, Luisa Josefina por  Apocalipsis cum figuris
1982 Cervantes, Francisco por Cantado para nadie
1983 Zaitzeff, Sergie I. por El arte de Julio Torri
1983 Illescas, Carlos por Usted es la culpable
1983 Puga, María Luisa por Pánico o peligro
1983 Manjarrez, Héctor por No todos los hombres son románticos
1984 García Ascot, Jomi por Antología personal: poesía
1984 Alardín, Carmen por La violencia del otoño
1984 González Cosío, Arturo por El pequeño bestiario ilustrado
1984 Glantz, Margo por Síndrome de naufragios
1984 Block de Behar, Lisa por Una retórica del silencio
1985 Muñiz-Huberman, Angelina por Huerto cerrado, huerto sellado
1986 Galindo, Sergio por Otilia Rauda
1986 Patán, Federico por Último exilio
1987 Ruy Sánchez Lacy, Alberto por Los nombres del aire
1987 Jacobs, Bárbara por Las hojas muertas
1988 Mutis, Álvaro por Ilona llega con la lluvia
1988 Peña, Ernesto de la por Las estratagemas de Dios
1989 Boullosa, Carmen por Antes, La salvaja y Papeles irresponsables
1989 Sheridan, Guillermo por Un corazón adicto: la vida de Ramón López Velarde
1990 Rivas, José Luis por Brazos de mar
1990 García Riera, Emilio por El cine es mejor que la vida
1991 Quirarte, Vicente  por El ángel es vampiro
1991 Deniz, Gerardo por Amor y oxidente
1992 Sada, Danielpor Registro de causantes
1992 Campos, Marco Antonio por Antología personal
1993 López Páez, Jorge por Los cerros azules
1994 Hernández, Francisco por Moneda de tres caras
1995 Monsiváis, Carlos por Los rituales del caos
1996 Labastida, Jaimee por Animal de silencios y La palabra enemiga
1997 Ruiz Dueñas, Jorge por Habitaré su nombre y Saravá
1998 Solares, Ignacio por El sitio
1999 Villoro, Juan por La casa pierde
2000 Leñero, Vicente  por La inocencia de este mundo
2001 Bellatin, Mario por Flores
2002 Bañuelos, Juan por A paso de hierba
2002 Gutiérrez Vega, Hugo por Peregrinaciones. Poesía 1965-2001. Bazar de asombros II
2003 Bracho, Coral por Ese espacio, ese jardín
2003 Palou, Pedro Ángel por Con la muerte en los puños
2004 Domínguez Michael, Christopher por Vida de Fray Servando
2005 Huerta, David por Versión
2006 Rossi, Alejandro por Edén. Vida imaginada
2007Cross, Elsa por Cuaderno de Amorgós
2007 López Colomé, Pura por Santo y seña
2008 Castañón, Adolfo por Viaje a México. Ensayos, crónicas y retratos
2009López Mills, Tedi por Muerte en la rúa Augusta
2010 Mondragón, Sergio por Hojarasca
2011 Garrido, Felipe  por Conjuros
2012 Moscona, Myriam por Tela de Sevoya
2013 Colina, José de la  por De libertades fantasmas o de la literatura
2014 Uribe, Álvaro  por Autorretrato de familia con perro
2015 Aguilar Mora, Jorge por Sueños de la razón, 1799 y 1800. Umbrales del siglo XIX
2016 Blanco, Alberto por El canto y el vuelo
2017 Toscana, David por Olegaroy
2018 Morábito, Fabio por El lector a domicilio



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