viernes, 29 de enero de 2010

JORGE MENDEZ LIMBRICK-ESCRITOR.


Mariposas negras para un asesino.

Jorge Méndez Limbrick
Novela que mereció el Premio del Certamen UNA-Palabra, correspondiente a 2004. Con notable dominio del lenguaje y de las técnicas narrativas, su autor crea un ambiente de los submundos del San José rufianesco y nocturno. El narrador nos sitúa en los vericuetos físicos y psicológicos del vientre oscuro y triste de la ciudad: morgue, bares, calles, cárceles, con su variopinta dotación de droga, vicios, bajezas y asuntos turbios. Una contribución a la narrativa costarricense contemporánea.
Año: 2005- Págs.:387

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II entrega sobre los ganadores del certamen literario UNA-Palabra 2004.

Vampiro urbano

Víctor J. Barrantes C. /CAMPUS


Jorge Méndez Limbrick dice escribir por dos razones: por egoísmo, porque siente placer al hacerlo y le sirve de terapia, y por responsabilidad social, porque siente que denunciar es deber del escritor.
Ni voyeur, ni fisgón, ni vampiro. A Jorge Méndez Limbrick no le molestan las etiquetas porque está convencido que es su agudo y desarrollado sentido de la observación la herramienta que más le sirve para consumar su oficio de escritor.

"El vampiro chupa información y va de lo sublime a lo burdo. Y uno como escritor debe ser permeable a eso", afirma el ganador del certamen UNA-Palabra 2004, en el género novela, con la obra Mariposas negras para un asesino.

Este abogado penalista, que como muchos otros escritores empezó con la poesía y fue cediendo a la prosa, convencido de que "uno no sirve para ciertas cosas", irrumpió en el mundo literario con un thriller o novela de misterio, que desde su inicio atrapa al lector y lo conduce, sin pausa, hasta un final inesperado.

La novela se empezó a gestar en 1997 y después de tres reescrituras y varias depuraciones llegó al certamen literario del año pasado. El propósito de su autor, así reconocido por el jurado (Edwin Salas, Carlos Cortés y Yadira Calvo) era darle un sentido de universalidad y vigencia a la obra en otras latitudes, por eso también está escrita en un lenguaje coloquial y estándar.

Realidad o ficción

Una de las mayores propuestas del autor de esta novela es que no todo lo que se ve es la realidad, pues esta tiene múltiples formas de verse y no sabemos si la que vemos es la real.

Eso lo confirman personajes como don Julián, un erudito de muchas facetas que confunde al lector, que chupa energía y es misterioso a la vez. Como su autor lo explica, en la novela hay premoniciones y fenómenos paranormales, pero hay también personajes cotidianos, como Henry, que representa a la actual sociedad consumista, neurótica y violenta.

Muchos otros aspectos explorados en la novela, como la necrofilia, tienen sustento histórico. "Eso se dio aquí en los 50, yo sé que hay ciertas tendencias necrofílicas entre los morgueros y se que aquí se dieron ciertos grupos o cofradías que practicaban ritos órficos". El personaje de don Julián, por ejemplo, se reconstruye con base a un modelo real.

Otro tema de actualidad ampliamente abordado en la obra es el trato de blancas. "En el país hay páginas web en la cuales se comercia el sexo: talla, piel, color de ojos, si son bilingües, entre mujeres y hombres. Los de los vuelos charter, por ejemplo, a lugares recónditos se da en Costa Rica. Esas cosas son las que hay que denunciar".

Méndez Limbrick también introduce toda una sección esotérica, para la cual hace referencia a la época de los emperadores romanos. Así une con la narración principal, la obsesión de Henry por el personaje de don Julián.

Lo que al autor más le interesa por ahora es que la novela invite a la reflexión sobre lo qué queremos, lo qué no queremos y si lo debemos cambiar. Y que al final el lector termine como el propio autor, haciéndose preguntas para las que todavía no tiene la respuesta.

Compromiso con su época
Aunque ya publicó una prosa poética (Noche sonámbula), Méndez Limbrick siente que es ahora cuando asume la literatura con mayor responsabilidad y compromiso: por las madrugas diarias que le dedica y por los temas que aborda.

Mariposas negras para un asesino se enmarca dentro de lo que su autor ve como una tendencia en la narrativa actual costarricense, más preocupada por la literatura urbana y de la que ha surgido varios adeptos: Fernando Contreras, Uriel Quesada, Carlos Cortés y Rodrigo Soto.

Porque el autor es un convencido de que la literatura es un instrumento social y de que el escritor debe, necesariamente, ser un vocero de su época y denunciar lo que cree que está mal, Méndez Limbrick le entra de lleno al problema de la violencia, las drogas y el sexo en espacios urbanos muy concretos del San José actual.

"Mi novela es un reflejo de lo que puedo percibir de un San José violento, lleno de prostitutas, de homosexuales y de gente agresiva, que no se veía hace 20 años. Aunque no soy mojigato y no tengo nada contra ellos, lo que más me preocupa es la violencia y la proclividad a las drogas".

Mariposas negras para un asesino posiblemente sea la primera de una trilogía. De hecho el autor trabaja en una segunda parte, en la que aborda el tema de la drogadicción en los jóvenes que duermen en los cartones sobre cualquier acera de San José y que la gente "se los brinca como perros". "Eso también es una manifestación de violencia y tenemos la obligación de buscar soluciones para que tengamos una vida digna y justa con nuestros semejantes". Y no descarta, en una tercera entrega, abordar el tema del poder político y económico.
Extracto Mariposas negras para un asesino

"…Llegó a las 10:00 p.m. al bufete, observó el fax, un pliego de papel se extendía por la alfombra. Lo recogió, la sorpresa fue grande: el fax era de Rodrigo Castilleja de la Cuesta, que rendía un resumen final de las autopsias de: La Bella sin Marcas, La Parturienta, Medias de Seda y de los dos homosexuales muertos en la Zona Roja. El fax decía literalmente lo siguiente:

"San José, dic… de 1999.

Estimado amigo: Lic. Henry De Quincey Acosta.

Por este medio deseo comunicarle que he revisado los archivos Judiciales del Organismo de Investigaciones Criminales, así como los Protocolos de Autopsias referentes a las muertes de las mujeres, que ustedes—los investigadores—han bautizado con los nombres de: "La Bella sin Marcas, La Parturienta y Medias de Seda, ésta última así bautizada por su persona, según me comentó en conversación que tuvimos días atrás".

Primero deseo informarle que en lo referente a Medias de Seda, como anteriormente hemos conversado, la manera de muerte es: homicida por penetración de arma punzante, con laceración del corazón. Orificio de medio centímetro. Demás vísceras intactas. Asimismo le informo que el examen de toxicología mostró psicotrópico en la sangre de la víctima. Psicotrópico de venta comercial. Valium. En cuanto a lesiones externas, no se hallaron, debo indicarle que de las fotografías tomadas en Medicatura Forense, se encuentran un pequeño tatuaje en el muslo interno izquierdo en cada una de las víctimas y que ampliando la imagen fotográfica se trata de una mariposa. Que de las otras mujeres, y que por razones profesionales no doy nombres las maneras de muerte y demás datos son idénticos a la primera. Claro está que también a estas dos mujeres se les encontró en el mismo sitio de sus cuerpos idénticos tatuajes. No omito decirle que el Organismo de Investigaciones Criminales está trabajando sobre esta pista. Saludos".

Posdata: Referente a la muerte de los homosexuales reitero que las muertes son accidentales y se debió como lo manifesté en conversaciones con usted a ahorcadura autoerótica y no tienen nada que ver con los asesinatos de las mujeres en proceso de investigación".

El fax no venía firmado, ni tampoco con membrete oficial del Departamento de Medicatura Forense.

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CAMPUS Marzo 2005 - Año XVII N° 155
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Directora: Maribelle Quirós Jara. Editor: Victor J. Barrantes Periodistas: Gloria Muñoz Gracía, Laura Ortiz, Maribelle Quirós Jara, Victor J. Barrantes, Silvia Monturiol Fernández, Xinia Molina Ruiz , y Asistente editorial: Ana Lucía Vargas.
Diseño de página: José Luis Sánchez Pino josesanchez@engineer.com






Mariposas Negras, por Por Diego Mora*
Reseña de Mariposas negras para un asesino de Méndez Limbrick


Mariposas negras para un asesino es la novela con la que Jorge Méndez obtuvo el Premio UNA Palabra en el 2005. El siguiente es un texto crítico sobre su estructura estilística y temática.


Estilo
Se trata de una novela negra de casi cuatrocientas páginas de lectura muy fluída. En este sentido hay que alabar de la obra su buen ritmo narrativo, que atrapa desde la primera página:

“El asesino había actuado en forma impecable: no dejó huellas, no había rastros de sangre, tampoco demasiado desorden en el cuarto. Y así de primer momento… no existía motivo para el homicidio” (Méndez, p.13).

La novela consta de 22 capítulos, algunos con subcapítulos. En mi opinión, la novela se divide en dos partes claramente: una primera que abarca hasta el capítulo XVIII en donde el protagonista va anudando pistas sobre los asesinatos. La segunda parte, que va del XIX hasta el XXII es un quiebre de la linealidad narrativa, ahondando en textos históricos (ver Sobre la segunda parte).

El lenguaje utilizado es coloquial, pero no logra diferenciarse entre ellos. Parece que todos en la novela hablaran igual, un punto que debió trabajarse mejor, ahondando en la jerga particular de los personajes.

La utilización de recursos estilísticos como el correo electrónico es un gran acierto, dando credibilidad y buen manejo del mismo, intercalando capítulos de la trama principal con capítulos de correspondencia a través de emails.

El texto histórico es otro de los estilos narrativos utilizados (recurso que ha utilizado con gran ahínco el novelista Alexánder Obando) y que en este caso es sobre Macrón, uno de los servidores del emperador Tiberio. Esta historia rompe la temática de la novela, abriendo un nuevo sendero discursivo, cargando a la novela de un aura esotérica que después de su lectura no se podrá omitir. En este sentido fue adecuado colocar este texto extenso (35 páginas) en la segunda parte del libro, sobretodo tratándose de una novela negra, donde el lector debe ir atando los cabos del caso policial en cuestión.

Temática
La novela explora una San José contemporánea dividida en sectores dedicados a los servicios sexuales y/o actividades ilegales relacionadas:

“El mundo de la prostitución y de las prostitutas –que no es lo mismo-, una vez conocido es difícil de alejarse. Es como el canto de las sirenas de Odiseo: la insaciabilidad que no tiene límites para los oídos. La inteligencia sucumbe al placer. La ensoñación de un mundo de droga y de frenesí aumenta cuanto más se escarba en él. Las noches de visita a los prostíbulos se incrementan por semana hasta que prácticamente se vive en el burdel” (Méndez, p.268).

En este sentido, retoma temáticas previamente abordadas por muchos de los narradores costarricenses que han tocado tópicos similares desde los años noventa, entre ellos Alexander Obando, Fernando Contreras, Uriel Quesada, Carlos Cortés Rodrigo Soto y Guillermo Fernández.

Méndez desmitifica en mucho la San José que transitamos diariamente, mostrándonos sus lados oscuros, sus personajes nocturnos, además de tocar un tema muy álgido como lo es el manejo judicial de las investigaciones, donde se ven involucrados la prensa, los antiguos jefes y personas con mucho poder (y lujuria, diría Don Julián, uno de los personajes). Es el desenmascaramiento de una ciudad que muchos ignoran, por eso la novela es recomendable en este sentido, pues permite en mucho entender el entramado social de las clases “marginadas” y las redes de prostitución con todas sus complejidades.

Mariposas negras… también redimensiona la corrupción y los vicios de la urbe, presentándonos personajes que hace veinte años eran insospechados en nuestro contexto, pero que ahora son “oficializados” por Méndez, un logro, pues era necesario mostrar esta realidad, quitándole la virginidad a muchas clases conservadoras que aún en este siglo mantienen ideas bastante obsoletas sobre el “deber ser” de los y las ciudadanas josefinas.

La novela tiene muchas facetas perversas, y eso es un deleite para el lector (por lo menos para éste):

“Una vez que Lajos hubo tirado a Kiara al suelo y ponerla de cuatro patas, el hombre como un sátiro le brincó encima y sodomizó a la pobre chica. Ella bufó, jadeó, quería despegarse de Lajos, era imposible (…) terminando de fornicarla, de un solo cuajo cortó su cabeza” (Méndez, ps. 210-211).

Sobre la segunda parte
La segunda parte de la novela es una ruptura rítmica: de una narración de los hechos, se corta en seco el ritmo, acaban los emails, acaba la correspondencia con Henri deQuincey (el protagonista) para pasar a otro ritmo narrativo, donde entran los textos romanos y los diálogos “filosóficos” entre Henri y el “aparente” asesino Don Julián, un hombre misterioso a quien Henri nunca puede verle el rostro. Esta parte rompe con lo que el lector esperaría: una resolución rápida del caso, y la confirmación de sus sospechas.

La segunda parte puede subdividirse en lo que sucede en la casa de Don Julián, donde se presentan una serie de monólogos sobre la moralidad en un ambiente oscuro cargado de esoterismo y el texto histórico ya mencionado sobre Macrón.

La segunda parte es una serie de subcapítulos sobre el divagar citadino, donde el autor decide mostranos la ciudad (¡pero ya lo había hecho!), principalmente el Capítulo XX “Domus”, donde el autor enfatiza en la descripción detallada de los sitios a los que ha venido refiriéndose a lo largo del libro:

“La Torre del Moro era niquelada, fría y universal: brutalmente gris-metálica por fuera. De plomo hasta las entrañas, sus vitrales ahumados y tenebrosos parecían observar los movimientos de cada persona dentro y fuera del edificio” (Méndez, p.327).

Estos textos se vuelven repetitivos y tediosos para el lector, que ya ha hecho su propia versión de los sitios explicados. En este caso, quizá estos capítulos debieron haberse presentado al principio del libro, pues su intención clara es describir toda la ciudad. Al final del libro no aporta mucho, ya cuando el caso está –por lo menos para el lector- a punto de descubrirse. Al final el efecto que produce es de tedio y de reiteración, un exceso descriptivo no recomendable al final de una novela, sobre todo si es novela policial.

Resolviendo el caso
Mariposas Negras para un asesino es una novela que debe leerse, en primer lugar por las claras denuncias que lanza contra una serie de acontecimientos “reales” que ocurren en San José, no ya la del libro sino la que transitamos. Es una novela de denuncia social, principalmente enfocada en el trato de blancas, aunque también se extiende a la corrupción en general.

Es destacable la pulcritud y limpieza del lenguaje a lo largo de la novela, permitiendo una asimilación y una claridad narrativa.

Finalmente, la resolución del caso es buena, no predecible, algo difícil de llevar al límite en historias policiales, con el logro de que deja en el lector una sensación casi insoportable de duda, una incertidumbre final que nos llevamos a la tumba.

*Escritor costarricense. Contacto: poetadiegomora@gmail.com







Librero
La otra dimensión


Margarita Rojas mrojasg@ice.co.cr


Jorge Méndez Limbrick: 'Mariposas negras para un asesino'
Mariposas negras para un asesino (EUNA, 2005) subraya, desde el título, la importancia del mundo de la oscuridad; este rasgo la acerca a la primera novela del autor (Noche sonámbula, EUNED, 1998) y a la tendencia general de la actual narrativa latinoamericana, que prefiere lo urbano nocturno. En esta novela, personajes y espacios revelan la existencia de un mundo nocturno paralelo a la de la vida diurna rutinaria: los hechos de sangre transcurren durante la noche; la marca que distingue al grupo de jóvenes prostitutas es el tatuaje en una parte del cuerpo no visible de una mariposa negra; junto con los transformistas y los investigadores de los crímenes, constituyen los habitantes propios de la noche josefina que dominan los acontecimientos criminales, cuyo autor se esconde bajo el manto de la Sombra. La indagación de Henry le permite un recorrido amplio y profundo por San José, el conocimiento de zonas antes veladas y el contacto con ciertos individuos como transformistas y prostitutas quienes, al contrario de lo que se cree, son estudiantes de universidades privadas o provienen de familias acomodadas. Los investigadores o sus amigos tampoco son seres simples; algunos poseen un pasado complicado o no conocido, y una vida nocturna privada, a veces relacionado con las drogas y el alcohol, y vínculos personales con las prostitutas.
Con sus respectivos espesores, los habitantes de este mundo oculto son las víctimas y sus victimarios: los prostituidos, quienes comercian con ellos, intermediarios y clientes ricos, que quedan al amparo del poder del dinero o la influencia política. En este aspecto, la novela va más allá de la lectura de la denuncia simplificadora de la situación de la mujer y presenta un universo mucho más complejo, una realidad social injusta y violenta, sin caer en clichés simplificadores -de un lado los buenos-víctimas y del otro los malos-asesinos-. Las apariencias visibles, parece entonces sugerirse, no corresponden a las esencias o las verdades, y la ambigüedad sobre lo narrado, provoca no poca inquietud, y mucho desconcierto.
Los espacios se configuran de manera correspondiente a esta idea de lo oculto: la ciudad, el ambiente mayor, posee varias partes no conocidas por la mayoría de la población, como Barrio Amón, preferido por los novelistas contemporáneos, que ha sido destruido para construir el llamado "Valle de las muñecas", junto con la "zona fantasma", la "zona de la muerte", y, sobre todo, la "subciudad", que solo el protagonista reconoce hacia el final de su indagación[...] En los últimos capítulos la novela nos reserva una sorpresa que se relaciona con el escurridizo personaje de la Sombra. En el proceso de descubrimiento de la identidad del culpable, de la verdad, Henry cree percibir varias veces una presencia que nunca se materializa, la Sombra; esta sirve para postular la existencia de una fuerza que supera la racionalidad, los poderes individuales. El investigador llega al convencimiento de que en el universo, no hay azar en el desarrollo de los hechos, pues todo se halla planificado según causas desconocidas o incomprensibles. [...] En el orden de los acontecimientos, la Sombra encarna la ambigüedad y su realidad/irrealidad no se resuelve en el texto. Al poner en duda la veracidad de los acontecimientos, se introduce un matiz nuevo en la estructura policial del género. No hay desenlace feliz y lo narrado se vuelve un juego con (o contra) el Lector. ¿Hay o no un atentado contra las leyes del género de la policíaca?: probablemente podremos resolver este problema en la segunda parte que ya está escribiendo el autor y que todos esperamos sea de próxima publicación.
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Costa Rica, Miércoles 17 de junio de 2009
/ALDEA GLOBAL
GANADORES DE CERTÁMENES LITERARIOS DEL 2009Editorial Costa Rica premia a talentosos autores nacionales
ANDREA SOLANO B. ansolano@nacion.com
Publicado: 2009/06/17



Tres autores ticos fueron los ganadores de la edición correspondiente al 2009 de los certámenes literarios que la Editorial Costa Rica (ECR) organiza cada dos años.
Los escritores Jorge Méndez Limbrick, Daniel Garro Sánchez y Cyrus Shanavaz Piedra fueron los ganadores de los premios Editorial Costa Rica, Carmen Lyra y Joven Creación, respectivamente.
La ECR reconoce el talento de estos autores con una dotación económica y la publicación de sus obras con reconocimiento de los derechos de autor.
Los elegidos. El laberinto del verdugo, de Jorge Méndez Limbrick, fue la ganadora del Premio Editorial Costa Rica en el género novela, entre 45 obras participantes.
El jurado justificó el primer lugar para la obra de Méndez por tratarse de “una novela actual en sus propuestas formales e interesantes por su contenido, acorde con la últimas tendencias de la novela latinoamericana”.

11 comentarios:

  1. Leí las Mariposas Negras y el Laberinto del Verdugo, me gustó muchísimo y estoy a la espera de la tercera parte, cuando sale?? Felicitaciones al autor. Excelente narrativa.

    Patricia Rodriguez

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  2. Gracias Patricia por tus comentarios. Pienso que puede salir la tercera parte entre dos o tres años. Soy muy lento para escribir aunque todos los días escribo... Saludos. J.Méndez Limbrick

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  3. No hay problema, esperaré con ansias y paciencia. Buena escritura. Un abrazo.

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  4. Yo igual leí ambos.....la espera entre Mariposas Negras para un Asesino y el Laberinto del Verdugo, se me hizo muy extensa, cada vez que iba a una librería preguntaba.....y ahora cuánto falta para la tercera parte????su narrativa nos hace desesperarnos por continuar devorando la historia

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  5. Gracias Yuliana. Pienso que en el 2013 se estará publicando la TERCERA PARTE.
    Gracias por los comentarios a mis dos novelas. J. Méndez-Limbrick.

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  6. Hola!!!

    Ambos libros son geniales...ya tenemos tercera parte????

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  7. Don Jorge, 2 excelentes libros. Espero con ansias la tercera parte. ¿Será publicada pronto?

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    Respuestas

    1. Gracias por tan generosa apreciación de mis dos novelas Maria. Ya está terminada la trilogía. En estos días presentaré a la Editorial Costa Rica la Tercera Parte para ver cuándo podría publicarse. Espero que sea este año o a más tardar el año entrante a principio de año. Todo en el entendido que la Editorial Costa Rica me apruebe su publicación.

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    2. Gracias don Jorge por su respuesta, esperemos que así sea

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  8. Tenemos ya la tercera parte publicada? muero por leerla

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  9. Don Jorge, espero con ansias la tercera parte. ¿Tiene fecha de publicación?

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