viernes, 8 de febrero de 2013

Elías Nandino Vallarta (Cocula, Jalisco 19 de abril de 1900 - Guadalajara, Jalisco, 3 de octubre de 1993)


Elías Nandino Vallarta (Cocula, Jalisco 19 de abril de 1900 - Guadalajara, Jalisco, 3 de octubre de 1993) fue un destacado poeta mexicano. Sus etapas de juventud y adolescencia fueron dedicadas al estudio de la medicina, llegando a ejercer siendo cirujano de profesión. De hecho, fue jefe de este servicio en el Hospital Juárez entre otras clínicas privadas y públicas. Sin embargo, ya en la juventud se interesó por la poesía, y más al conocer al Grupo de los Contemporáneos, una serie de poetas mexicanos que querían recuperar el carácter universal de la rima. Es cuando comienza a escribir, ofreciendo al público una serie de publicaciones que se enmarcan dentro de una primera etapa en la que la influencia de este grupo, especialmente de Xavier Villaurrutia y José Gorostiza, es más que clara. 

A finales de los años 30 publica una colección de cuadernos, llamada México Nuevo, en la que da cobertura y apoyo a poetas que, prácticamente como él, están empezando. En los años cincuenta del siglo XX la influencia anteriormente citada queda atrás para adoptar un estilo mucho más personal. Aunque sigue tratando temas como la muerte o la noche, la madurez es clara y su obra pasa a ser mucho más sencilla y profunda, empezando a dar muestras de lo que sería su última etapa. 

Desde la mitad de la década de los 50 dirige la revista Estaciones, una de las más prestigiosas de América del Sur dedicadas a la literatura. Esta publicación tiene una editorial homónima, que también dirige, y que sirve para mostrar al mundo poetas mexicanos que se iban haciendo grandes a marchas forzadas. 

A comienzos de los 60 se hace director de los Cuadernos de Bellas Artes. A pesar de que es la etapa en la que más actividades paralelas a la escritura realiza, no deja ésta de lado: `Nocturna palabra` o `Eternidad del polvo` dan muestra de ello. 

En los últimos años de su vida recibió numerosos reconocimientos, tanto por su trayectoria como poeta como por su labor fomentando las letras en México. Así, en 1982 recibe el Premio Nacional de Literatura, y un poco más tarde el Premio de Poesía Aguascalientes.


Elías Nandino
Selección
DERECHO DE PROPIEDAD
¡Nada es tan mío
como lo es el mar
cuando lo miro!
De Cerca de lo lejos, 1979
Perfección fugaz
para el poeta Carlos Pellicer
Pinté el tallo,
luego el cáliz,
después la corola
pétalo por pétalo,
y,
al terminar mi rosa,
la induje
a soñar su aroma.
¡Hice la rosa perfecta!
Tan perfecta,
que al día siguiente
cuando fui a mirarla,
ya estaba muerta.
De Cerca de lo lejos, 1979
Si hubieras sido tú
a Xavier Villaurrutia
Si hubieras sido tú, lo que en las sombras, anoche,
bajó por la escalera del silencio
y se posó a mi lado,
para iniciar el cauce de acentos en vacío
que, me imagino, será el lenguaje de los muertos.
Si hubieras sido tú, de verdad, la nube sola
que detuvo su viaje debajo de mis párpados
y se adentró en mi sangre,
amoldándose a mi dolor reciente
de una manera leve, brisa, aroma,
casi contacto angelical soñado...
Si hubieras sido tú,
lo que apartando la quietud oscura
se apareció, tal como si fuera tu dibujo
espiritual, que ansiaba convencerme
de que sigues, sin cuerpo, viviendo en la otra vida.
Si hubieras sido tú la voz callada
que se infiltró en la voz de mi conciencia,
buscando incorporarte en la palabra
que tu muerte expresaba con mis labios.
Si hubieras sido tú, lo que al dormirse
descendió como bruma, poco a poco,
y me fue encarcelando
en una vaga túnica de vuelo fallecido...
Si hubieras sido tú la llama
que inquemante creó, sin despertarme
ni conmover el lago del azoro:
tu inmaterial presencia,
igual que en el espejo emerge
la imagen, sin herirle
el límpido frescor de su epidermis.
Si hubieras sido tú...
Pero nuestros sentidos corporales
no pueden identificar la ánimas.
Los muertos, cuando vuelven,
tal vez ya no posean
los peculiares rasgos
que nos pudieron dar
la inmensa dicha de reconocerlos.
¿Quién más pudo venir a visitarme?
Recuerdo que, contigo solamente,
platicaba del amoroso asedio
con que la muerte sigue a nuestra vida.
Y hablábamos los dos adivinando,
haciendo conjeturas,
ajustando preguntas, inevitando respuestas,
para quedar al fin
sumidos en derrota,
muriendo en vida por pensar la muerte.
Ahora tú ya sabes descifrar el misterio
porque estás en su seno, pero yo...
En esta incertidumbre secretamente pienso
que si no fuiste tú, lo que en las sombras, anoche,
bajó por la escalera del silencio
y se posó a mi lado,
entonces quizá fue
una visita de mi propia muerte.
De Nocturna palabra, 1960
¿QUE ES MORIR?
--Morir es
Alzar el vuelo
Sin alas
Sin ojos
Y sin cuerpo.
De Eternidad del polvo, 1970
Nocturno
Cada mañana, al despertar, resucitamos;
porque al dormir morimos unas horas
en que, libres del cuerpo, recobramos
la vida espiritual que antes tuvimos
cuando aún no habitábamos la carne
que ahora nos define y nos limita,
y éramos, sin ser, misterio puro
en el ritmo total del Universo.
Porque al dormir morimos sin saberlo;
nos vamos al espacio en ágil vuelo
sin perder la unidad que nos integra,
y somos como somos: idénticos, sin cambio,
extensos y desnudos
como el azul en el temblor del aire.
No extrañamos el cuerpo; no sufrimos
la ausencia de la piel que nos cobija;
somos como antes de nacer: etéreos,
vivos en plenitud de firmamento
y penetrantes como luz en sombras.
Y nadie, cuando duerme, acaso piense
que yace en los dominios de la muerte:
porque el cansancio, apenas agonía,
nos borra la razón,
desciende con ternura nuestros párpados,
apaga nuestros ojos,
anestesia la carne y nos separa de ella
para dejarnos vivos en el sueño.
Y esta costumbre de morir a diario,
sin dolor, sin sorpresa,
natural como el agua
que se deja atraer por el declive,
no nos deja pensar que es una muerte
cada vez que dormimos,
y que, de cada muerte transitoria,
aprende nuestro ser
la verdad de morir su muerte eterna.
Búsqueda espacial
I
Antes de haber nacido, cuando apenas
en las galaxias era calofrío,
o sed en rotación por el vacío,
o sangre sin la cárcel de las venas;
antes de ser en túnica de arenas
un angustiado palpitar sombrío,
antes, mucho antes que este cuerpo mío
supiera de esperanzas y de penas:
ya buscaba tu nombre, tu semblante,
el disperso latir de tu vivencia,
tu mirada en las nubes esparcida;
porque, desde el asomo delirante
de mis instintos ciegos, tu existencia
era ya por mis ansias presentida.
II
¿Cuántas transmutaciones has pasado?
¿cuántos siglos de luz, cuántos colores,
nebulosas, crepúsculos y flores
para llegar a ser, has transitado?
¿En qué constelaciones has brillado?
¿Después de cuántas muertes y dolores,
de huracanes, relámpagos y albores
la forma corporal has conquistado?
No puedo concebir mi pensamiento
esa edad atmosférica que hicimos
en giratoria espera; mas yo siento
que milenios de lumbres anduvimos
esperanzados en el firmamento,
hasta unir este amor con que existimos.
De Sonetos, 1983
NOCTURNO LLANTO
Ese llanto invencible que brota a media noche,
cuando nadie nos ve ni nuestros propios ojos
pueden atestiguarlo,
porque es llanto reseco, privado de su sal,
desvestido de linfa,
con aridez de fiebre
y amargo como el humo de los remordimientos.
Ese llanto que irrumpe sin causa y sin sollozo,
sin roce y sin historia,
deprovisto de gota, de tibieza y caída,
pero dando la sensación exacta
de nacer y rodar
en un cauce frío lento que invade hasta los huesos.
Ese llanto del hombre asomado al misterio
que le duele en la voz, en la piel, en las venas
y en el arropo oscuro
de la noche que ciega su pensamiento en llamas.
Ese llanto sin lágrimas
-huracán en vacío, surtidor sin derrameque
al borde de los párpados
detiene sus impulsos
y retona al dolor donde nace.
Ese llanto tan mío, tan de todos y ajeno,
expansión comprimida de atávicas nostalgias
que no alcanzan la lluvia que las hunda en la tierra
para seguir por ella, en humedades hondas,
persiguiendo el declive
que las retorne a su raíz marina.
Ese llanto de todos acedrado en el mío,
ese llanto tan mío en que fluye el de todos
-agua y sal trasvasadas en angustia ambulante-,
que circula enclaustrado
como altura caída que anhela levantarse,
y al no poder hacerlo,
se retuerce en el centro de su lumbre vacía
para seguir luchando contra el blindaje sordo
que no puede llorarlo.
Llanto ciego que brota de la oculta resaca
de una sangre viajera en su cárcel de agobio.
El calor dilatado de musculares zonas
que sube hasta la orilla
de la flor sin corola del insomnio sediento.
Ese llanto sin llanto, percepción absoluta
del íntimo goteo
que al nacer se derrama nuevamente hacia dentro,
porque le dieron vida lacrimales sin parto,
o porque lo producen las vertientes secretas
de siglos de memoria
que quisieran rodarse
por el salto mortal de nuestras lágrimas.
Ese llanto inllorado, ese llanto en deseo
de volcarse en el llanto;
esas olas de miedo, de ansiedad, de tormento
que se agolpan y piden
el nacer repentino de su líquida fuga.
Ese llanto sin llanto empotrado en la frente,
que se muere sin agua y se bebe a sí mismo
para seguir formando
el manatial sin cauce
que detrás de la carne presiona con su asfixia,
y transforma la vida en un volcán sin cráter
o alud que sin espacio se rebulle en su sitio.
Ese llanto sin llanto, ese impulso encerrado
de un brotar que no puede encontrar desahogo
y que vive en nosotros, comprimido, creciente,
porque es llanto de hombre que no cabe
en el hombre
y que tiene, por fuerza, que vivir sumergido
hasta el instante trágico
en que la muerte hiera,
y se llore fundido al corporal derrumbe.
De Nocturna Palabra, 1960
NOCTURNO CUERPO
Cuando de noche, a solas, en tinieblas,
fatigado de no sé qué fatiga
se derrumba mi cuerpo y se acomoda
en la impasible superficie oscura
que le sirve de apoyo y de mortaja,
yo me tiendo también y me limito
al inerme contorno que me entrega,
a la isla de olvido en que se olvida.
Separado de él y en él hundido
recuerdo que lo llevo todo el día
como cárcel de fiebre que me oprime,
como labios que dicen otras frases,
como instinto que burla mis deseos
o acciones desligadas de mi fuerza;
pero al mirarlo así, rendido fardo
indiferente en su actitud de piedra,
tigre de bronce, charco de silencio,
columna de cinismo derribada,
ciega figura en su lección de muerte:
yo lo percibo como carne intrusa
como dolencia de una llaga ajena,
cómplice de un destino que no entiendo,
mudez que no lesiona mi palabra,
verdugo en anestesia secuestrado.
Y por eso al sentirme dividido
y a la vez por su molde aprisionado,
analizo, sospecho, reflexiono
que sus muros endebles que me cercan
son fuego en orfandad, tierra robada,
agua sujeta en venas sumergidas
y aire sin aire arrebatado al aire;
que soy un prisionero de elementos
en honda combustión, que están buscando
fundir los eslabones que los unen
para volver a la pureza intacta
del sitio universal donde eran libres:
la tierra pide su reposo en tierra,
el aire, su acrobacia transparente;
el fuego, la delicia de su llama;
y el agua: la blancura de su hielo,
su cauce, o el prodigio de ser nube.
Al lado de él, alado y enraizado,
lo toco, lo examino desde adentro:
interior de una iglesia ensangretada,
góticos arcos, junglas musculares,
entretejida pulsación de yedras,
laberinto de lumbre de amapolas
y entraña de una cripta en que se esconde
el numérico albor del esqueleto.
Y yo en medio de juez y de culpable,
de rebelde invasor y de invadido,
de mirar que descubre y se descubre,
de unidad que contempla sus facciones,
de pregunta privada de respuesta,
de espectador que sufre en propia carne
el corporal desgaste de que brotan
sus crecientes acopios de agonía.
Si soy su dueño ¡por qué lo palpo extraño,
despegado de mí -sombra de un árbol-,
corteza sofocante de mi angustia,
vendaje que me oculta, ademe frágil,
imán que me atesora y me difunde,
materia que yo arrastro y que me arrastra?
Y estoy en él, presente, inevitable,
unido en el monólogo y la espera,
crecido en su reverso, y denunciado
por sus manos, sus ojos, sus pasiones,
la quemante ansiedad de sus delirios,
las brumas de sus tiempos de zozobra
y los relámpagos de su alegría.
De dentro a afuera, de raíz a ramas,
presiono, me sublevo, abro mis fuerzas
para cavar, para acabar los muros
que viven de tenerme prisionero;
pero un amor me nace y me detiene,
un fanatismo de vital amparo,
el apego del ánima y las células,
la intimidad de forma y contenido
acoplando sus ciegas superficies;
y me quedo conforme, sosegado
a la ajustada cárcel que me cubre
para seguir formando el mundo en fiebre
por el que siento que en verdad existo.
Agua, tierra, fuego y aire, en continua
aspersión de sus quimicos halagos,
inmersos en la furia de sus hambres,
en escondida trabazón de empujes,
mandando y succionado sus mareas,
haciendo y deshaciendo lo que se inician,
comiéndose a sí mismos, recreando
el desnudo valor de su estructura
en pugnas, atracciones y repechos,
porque quieren, anhelan, buscan, labran
la persistente acción que les devuelva
el vuelo original que poseían.
Esta unión de elementos, este nido
de físicas batallas, de incesantes
reacciones, es mi solo respaldo,
el trágico venero de la fuerza
que me sostiene aún hablando a solas.
De Nocturna palabra, 1960
CRIMEN
¡Qué puñalada
le ha propinado el viento
a la granada!
De Espiral, 1928

Décimas a mi muerte
I
He de morir de mi muerte,
de la que vivo pensando,
de la que estoy esperando
y en temor se me convierte.
Mi voz oculta me advierte
que la muerte con que muera
no puede venir de fuera,
sino que debe nacer
de la hondura de mi ser
donde crece prisionera.
III
De tanto saberte mía.
muerte, mi muerte sedienta,
no hay minuto en que no sienta
tu invasión lenta y sombría.
Antes no te conocía
o procuraba ignorarte,
pero al sentirte y pensarte
he podido comprender
que vivir es aprender
a morir para encontrarte.
VI
Sufro tu cauce sombrío
que bajo mi piel avanza
fatigando mi esperanza
con su oculto desafío.
Yo siento que tu vacío
de mis entrañas respira
y que sediento me mira
desde mi sangre hacia afuera
como verdad prisionera
que en contra de mí conspira.

En la sombra
Era sed de muchos años
retenida por mi cuerpo,
palabras encadenadas
que nunca pude decir
sino en los labios del sueño.
Era la tierra agrietada,
reseca, sin una planta,
que espera sentir la lluvia
en un afán de caricia
que le sacie la garganta.
Era yo vuelto hacia ti
que nunca te conocía,
porque fuiste de mil modos
en los sueños, en las horas
y en los ojos de la vida.
Eras todo lo que encierra
una expresión de belleza:
la rosa, el fruto, los ríos;
el color de los paisajes
y la savia de los pinos.
Y de pronto, junto a mí,
al alcance de mi mano,
como manojo de trigo
que pudiera retener
sobre mi pecho guardado.
¡Todo tu cuerpo en mi cuerpo,
por el sueño maniatados,
y tan cerca de la muerte
que la vida no sabía
cómo volver a encontrarnos!

HERMOSURA VITAL
Una gallina
con sus doce pollitos
pica y camina.
De Ciclos terrenales, 1989

Imposible
Mi corazón se pierde en la nevada
ascensión de tu cuerpo, sin consuelo,
y enfrías la fuerza del anhelo
en medio de tu carne congelada.
Cada día te ofrezco una alborada
de ilusión y de vida, todo un cielo
palpitante de sol, que funda el hielo
y transforme tu cuerpo en llamarada.
Pero toda mi vida es poca vida
para matar la muerte que se esconde
y circula en tu sangre adormecida.
Has desatado el nudo de tus brazos,
tu voz a mi llamado no responde,
y es sólo un eco el paso de tus pasos.

Íntima
Estás en mí, como latido ardiente,
en mis redes de nervios temblorosos,
en mis vetas de instintos borrascosos,
en los mares de insomnios de mi frente.
Estás fuera de mí, como corriente
de voces imprecisas, de sollozos,
de filos de secretos tenebrosos.
de roces de caricia inexistente.
Me cubres y me encubres, sin dejarme
un espacio de ser sin tu presencia
un átomo sin linfa de tu aliento.
Estás en mí, tocándote al tocarme,
y palpita la llama de tu esencia
hasta en la entraña de mi pensamiento.

NOCTURNO LLANTO
Ese llanto tan mío, tan de todos y ajeno,
expansión comprimida de atávicas nostalgias
que no alcanzan la lluvia que las hunda en la tierra
para seguir por ella, en humedades hondas,
persiguiendo el declive
que las retorne a su raíz marina.
Ese llanto de todos acedrado en el mío,
ese llanto tan mío en que fluye el de todos
-agua y sal trasvasadas en angustia ambulante-,
que circula enclaustrado
como altura caída que anhela levantarse,
y al no poder hacerlo,
se retuerce en el centro de su lumbre vacía
para seguir luchando contra el blindaje sordo
que no puede llorarlo.
Llanto ciego que brota de la oculta resaca
de una sangre viajera en su cárcel de agobio.
El calor dilatado de musculares zonas
que sube hasta la orilla
de la flor sin corola del insomnio sediento.
Ese llanto sin llanto, percepción absoluta
del íntimo goteo
que al nacer se derrama nuevamente hacia dentro,
porque le dieron vida lacrimales sin parto,
o porque lo producen las vertientes secretas
de siglos de memoria
que quisieran rodarse
por el salto mortal de nuestras lágrimas.
Ese llanto inllorado, ese llanto en deseo
de volcarse en el llanto;
esas olas de miedo, de ansiedad, de tormento
que se agolpan y piden
el nacer repentino de su líquida fuga.
Ese llanto sin llanto empotrado en la frente,
que se muere sin agua y se bebe a sí mismo
para seguir formando
el manatial sin cauce
que detrás de la carne presiona con su asfixia,
y transforma la vida en un volcán sin cráter
o alud que sin espacio se rebulle en su sitio.
Ese llanto sin llanto, ese impulso encerrado
de un brotar que no puede encontrar desahogo
y que vive en nosotros, comprimido, creciente,
porque es llanto de hombre que no cabe
en el hombre
y que tiene, por fuerza, que vivir sumergido
hasta el instante trágico
en que la muerte hiera,
y se llore fundido al corporal derrumbe.

MI PRIMER AMOR...
El azul es el verde que aleja
-verde color que mi trigal tenía-;
azul...de un verde, preso en lejanía,
del que apenas su huella se despeja.
Celeste inmensidad, donde mi queja
tiende su mudo velo noche y día,
para buscar el verde que tenía,
verde en azul...allá donde se aleja...
Mi angustia, en horizonte liberada,
entreabre la infinita transparencia
para traer mi verde a la mirada.
Y en el azul que esconde la evidencia:
yo descubro tu faz inolvidada
y sufro la presencia de tu ausencia.

De Sonetos, 1983

NOSTALGIA CERRIL
Al ver los cerros
los pies de mi memoria
trepan por ellos.
De Ciclos terrenales, 1989

Nostalgia de tierra
Tierra hambrienta, maternal atracción;
sepultura vacía en asedio amoroso;
sólido mar de espera
en el que presiento y siento
el reposo para mis pies cansados;
yo capto el lento ascenso
de tus leves caricias
arropando mis ansias
y escucho en mi conciencia
tus palabras de aroma cortejando mi cuerpo.
Tierra y vientre, acecho infatigable
que se posa en mi piel
como sedienta brisa
de un agresivo amor que me persigue...
yo sé que tu energía circula por mis venas
y que somos, los dos
incompletas fracciones
que buscan refundirse.
Soy tuyo, madre tierra:
me invade el parentesco
inevitable y hondo
de tu ritmo en mi sangre,
porque pese a mi miedo, a mi apego a la vida,
hay algo en mis adentros
que espera y desespera
por regresar a ti...
Mi vegetal instinto, mis árboles de fiebre
sin raíces ni sitio, están pidiendo ansiosos
su parcela segura,
su isla inamovible
donde dormir a solas su letargo yacente.
Tierra voraz, oscuro hogar bendito
donde el dolor se apaga,
yo quiero reposar bajo tus sábanas
de secretas ternuras germinales
y así, cual la semilla
que se oculta en tus húmedas tinieblas
resurge transformada:
ya en la longeva beatitud de un árbol
o en los brotes de flores temporales
que las lluvias despiertan en los campos:
renacer de tu entraña
y subir los peldaños
que en la escala de vidas
mi evolución alcance;
porque vengo de ti, soy lodo en trance
que a fuerza de nacer y de morir,
ha de llegar a definir su esencia
para ser en el cosmos vida eterna.
Tierra insaciable, intimidad perfecta,
cuando caiga en tu seno
incinera mi carne, y después, con amor
alienta mis cenizas, porque quiero
proseguir cultivando mi poesía,
al volver a vivir con nuevo cuerpo.

De Nocturna palabra, 1960
NOCTURNO A LA LUNA
La luna, que brincó por la ventana,
en el piso del cuarto se restira
rebotando en el muro que la mira
y, del rebote, la penumbra emana.
Su luz, entre las sombras deshilvana
un metálico brillo que delira,
y el espejo sediento le suspira
desde el rincón, como presencia humana.
Perforada la sombra, se estremece,
y el rayo de la luna me parece
escalera pendiente de los cielos.
Y asido a la visión que me rodea,
el afán de mi alma se recrea
al subir por el rayo sus anhelos.
De Color de ausencia, 1932

Nocturno amor
Naciste en mí, a sangre vinculado,
en creciente raíz, cósmico nudo;
de mi selva interior el potro rudo
que anhela libertad enamorado.
Soy mortaja y estoy, amor, tajado
por tu evasión continua que no eludo,
sino que vuelo en ti y en mí me escudo,
para que al volver seas amparado.
Venero de tus ímpetus, me ligo
a tu fuga celeste, a tu caída,
a la expansión total de tu secreto;
pero de noche, cuando estoy contigo,
recobro con tu fuerza sumergida
la sola soledad de estar completo.

Noctuno difunto
A la memoria de mi padre
En vida nunca pude llevarme con mi padre.
Cuando este murió, la muerte, milagrosamente,
le dio vida dentro de mi corazón.
Desde que despojado de tu cuerpo
te escondiste en el aire,
yo siento mi existencia más honda en el misterio,
como si mis manos, alargadas por las tuyas
inmensas en el cielo,
en levantado avance
ya tocaron la astronomía sin fin...
Estoy como en los ríos
que a pesar de correr sumisos a su cauce,
por su mortal marino abocamiento
también están ligados
a las aguas del mar donde se acendran.
Por la ventana que al morir dejaste
abierta en la penumbra,
he podido mirar
mi aventajada muerte
persiguiendo tus huellas espaciales,
y tengo la certeza de que me estoy rodando
indeteniblemente
en el hambre del vaso universal,
igual que el humo libre que la atmósfera atrae
y no puede, aunque quiera, regresarse a su lumbre.
Estoy seguro de que cada día
mi sangre que te busca, se evapora
ganando altura transformada en nubes,
y parte de mí
ya vuela en el espacio, emparentada.
Desde tu muerte, siento que te guardo
como un lucero íntimo
que medita en la noche de mi entraña,
disuelto como el azúcar en el orbe líquido
y que, muchas veces, te denuncias asomando
tu espiritual dulzor en mi saliva amarga.
Desde que tu voz, por el silencio amortaja,
dejó de hablar para encender palomas
sobre el árbol del viento, en que cantan
con insepultos ecos
la profunda madurez
del idioma flotante de tu ausencia,
yo palpo -al escucharel
molde vivo que en el aire horada
tu falta de materia, que es ternura
siempre en acecho que acaricia y roba.
Yo creo que tu cósmico deleite
es atraerme a tu pasión de vuelo,
a tu girar errante,
porque ya tu misión es recoger
esta fracción de ti que aún perdura
en el fluvial ramaje de mis venas.
No puedo definir dónde te encuentras,
pero sí te adivino circundante
en un arribo de alentada fuga,
que exacerba mis ansias en un filial apego
al resplandor sin luz de tus imanes.
¡Qué plenitud vacía
te dibuja en el fondo de mis ojos
que no te ven, pero que sí me permiten
que hasta la fuente de mis sueños bajes
y quedes a su impulso vinculado!
¡Cuánto tiempo de estar solo y contigo
habitándome a solas,
como la llama al fósforo en el letargo,
o a la uva, el espíritu del vino!
Yo soy una ambulante sepultura
en que reposa tu fugitiva permanencia
que me va madurando, lentamente,
hasta que mi energía entumecida
se adiestre en vuelo que recobre estrella.
Inmerso en mi conciencia desarrollas
un pensante silencio que se atreve
a conversar sin mí. Yo lo descubro
reviviendo recuerdos en mi oído:
es como el nacimiento de sollozos
que se produce cuando el agua cae
sobre la carne viva de las brasas.
Al derribarse tu estatura en polvo
formaste la marea
del vislumbre mortal que me obsesiona,
y no hay sitio, temor, espera o duda
en donde tú, como trasfondo en alba,
no finques la silueta de tu amparo.
En mi vigilia, a oscuras,
como los ciegos sigo con el tacto
los relieves que escribes en el papel nocturno,
y los capto agitados en asedio amoroso:
amor de un muerto que jamás olvida
la sangre que ha dejado trasvasada.
Yo quisiera que la imagen que de ti conservo
se azogara la espalda,
para mirar, siquiera unos instantes,
cómo el deslinde al incolor procrea
tu claridad auténtica de ángel.

De Nocturna palabra, 1960
Voz de mí
No sé como mirar para encontrarte,
horizonte de amor en que me excito,
distancia sin medida donde habito
para matar las ansias de tocarte.
No sé como gritar para llamarte
en medio de mis siglos de infinito
donde nace el silencio de mi grito
movido por la sangre de buscarte.
Mirar sin que te alcance la mirada
sangrar sin la presencia de una herida,
llamarte sin oírme la llamada;
y atado al corazón que no te olvida,
ser un muerto que tiene por morada
un cuerpo que no vive sin tu vida.

ÁLAMO
¡Entre sus ramas
cuelga un millón
de monedas de plata!

ÁRBOL DE MAGNOLIAS
Eres una jaula verde
donde duermen
blancas palomas extáticas
con el pico bajo el ala.

jueves, 7 de febrero de 2013

PREMIOS NACIONALES 2012 COSTA RICA.


Premios Nacionales 2012 honran lo mejor de la cultura costarricense

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2 COMENTARIOS
YENDRY MIRANDA ymiranda@nacion.com   10:10 A.M. 07/02/2013
San José (Redacción). Los Premios Nacionales 2012, que reconocen la trayectoria y obra de diferentes artistas, ya tienen nombres y apellidos, tras haber sido anunciados hoy.
IMAGENES/FOTOS
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El ministerio de Cultura alabó la labor de diferentes costarricenses en teatro, música, danza, literatura, periodismo y mérito civil.
“El espíritu de estos premios es incentivar a la creación”, dijo Manuel Obregón, ministro de cultura.
Esta es la lista de ganadores:
Premios Aquileo J. Echeverría
-Artes Visuales - Otto Apuy Sirias por su exposición "Trayecto 1974-2011", en el MAC
-Artes Visuales en Pintura es compartido entre Ricardo Avila Baltodano por exposición "Ciudades del 2012", realizada en la Galería Nacional y Gerardo Selva Godoy, en Cerámica, por exposición "Formas Nacidas del Fuego".

-Cuento - Carla Pravisani por su libro "La piel no miente".

-Novela - Jorge Jiménez, por su novela "Soy el enano de la mano larga-larga (novela alter-ego-maníaca)

-Poesía - Luis Chaves, por su libro "La máquina de hacer niebla"

-No ubicable - Carmen Vega Muñoz y a Aldo Rodríguez Delgado, por su libro "Las seis cuerdas mágicas. Método de guitarra.

-Ensayo - Jacobo Schifter Sikora por su obra "Genocidio. ¿Por qué cometemos crímenes atroces?"
-Historia - Jorge León Sáenz, por su obra "Historia económica de Costa Rica en el siglo XX. Tomo II. La economía rural.
-Composición - Marvin Camacho Villegas y Víctor Hugo Berrocal Montoya
-Mejor actor protagónico - Andrés Montero por su papel de Charlotte en la obra "Calladito más bonito"
-Mejor actriz protagónica - Kattia Mora, por su papel "La Chica", en la obra "El cuarto de Verónica"
-Mejor actor de reparto – José Víquez, por su papel de "Matías", en la obra "Proyectos Incompletos"
-Mejor actriz de reparto - María Chávez por su papel de "La Madre" en la obra "Dicen las paredes"
-Mejor dirección - Mabel Marín por su trabajo en "Proyectos incompletos", "Entre el humo y la lluvia" y "El último juego".
-Mejor escenografía - Jennifer Cob por su trabajo en "Proyectos Incompletos" y "El último juego"
-Dramaturgia - Claudia Barrionuevo y Walter Fernández por su obra "Pentadrama"
-Mejor grupo de teatro - Agrupación Abya Yala

-Mejor intérprete a Natalia Herra
-Obra coreográfica a Henriette Borbón por su coreografía "Krisé"
-Mejor Grupo a UNA Danza Joven

Premio Nacional de Cultura a mejor intérprete
-Mauricio Páez - Fagot
-María Lourdes Lobo - Violín
-Jorge Rodríguez Herrera - Oboe
-Álvaro González - Cello
-Guido Calvo - Violín
-Manuel Matarrita – Piano
Premio Joaquín García Monge a la divulgación cultura a Informe 11 - Las Historias
Premio Pío Víquez - Giannina Segnini Picado
Premio Mérito Civil Antonio Obando Chan
Se entrega de manera compartida a Armando Flores por rescatar a una mujer que saltó del Río Tiribí en 2011
 y a   Juan Rafael Cortès Alfaro por rescatar a una niña de cuatro años que quedó atrapada en una casa de habitación en llamas, en El Coyol de Alajuela, en 2012.http://www.nacion.com/2013-02-07/AldeaGlobal/premios-nacionales-2012-honran-lo-mejor-de-la-cultura-costarricense.aspx

miércoles, 6 de febrero de 2013

José María Vargas Vila (n. Bogotá, 23 de julio de 1860 - 23 de mayo de 1933).A causa de su novela Ibis, publicada en 1900, fue excomulgado por el Vaticano y recibió la noticia con regocijo.





José María Vargas Vila (n. Bogotá, 23 de julio de 1860 - 23 de mayo de 1933). Escritor colombiano.
Uno de los personajes más polémicos de principios del siglo XX en América, José María Vargas Vila se caracterizó por sus ideales liberales y la consecuente crítica contra el clero y las ideas conservadoras. Muchas de sus ideas son próximas al existencialismo y sus ideas se fueron afirmando como libertarias, muy próximas al anarquismo, a tal punto que él mismo se declarara anarquista. Sin embargo se caracterizó por defender toda causa y personaje que favoreciera la libertad y la justicia de los pueblos, especialmente los latinoamericanos, sin fijarse tanto en si compartían exactamente su misma forma de pensar a pesar de ser consciente de ello.
Por su actitud crítica se hizo a una buena colección de enemigos, entre ellos el Presidente de Colombia Rafael Núñez quien puso precio a su cabeza.
Es considerado junto con el escritor ecuatoriano nacido en Ambato, Juan Montalvo, como el mayor insultador (crítica y sátira culta e ilustrada) de latinoamérica.
En 1904 el gobierno de Nicaragua llamó a Vargas Vila para cumplir funciones consulares España. Fue entonces que junto a Rubén Darío fungió de diplomático del gobierno nicaragüense en España, los dos fueron integrantes de la Comisión de Límites con Honduras ante el rey de España, quien era entonces mediador en el contencioso. Pero esto fue por poco tiempo pues el colombiano pronto regresó a la edición de sus libros y luego de breves estancias en París y Madrid se asentó en Barcelona, donde inició, por acuerdo con la Editorial Sopena, la publicación de sus obras completas. Rubén Darío le ha de dedicar un par de poemas: `Cleopompo y Heliodemo` y `Propósito primaveral`
Vargas Vila tenía experiencia como diplomático, años antes, exactamente en 1898, había sido nombrado Plenipotenciario de Ecuador en Roma, y es recordada su negativa de arrodillarse ante el papa León XIII: `no doblo la rodilla ante ningún mortal`.
A causa de su novela Ibis, publicada en 1900, fue excomulgado por el Vaticano y recibió la noticia con regocijo.

Ibis es una novela del escritor colombiano José María Vargas Vila, escrita en Roma en 1900. 
Cuenta la historia de Teodoro, un hombre intensamente enamorado, traicionado por la mujer amada. Bajo la supervisión del Maestro, deberá optar por el asesinato o el suicidio de esta misma dando de sí un lado oscuro hacia las mujeres, cosa que se a encargado el maestro de hacer con teodoro. Apasionada y cruel, misógina y hedonista, la obra ataca repetidamente a la Iglesia y al Amor, en defensa de los placeres sexuales, la razón, la estética y el ateísmo mostrando así la obra un estilo rústico a la hora de tratar a las mujeres.


CRÍTICA.
Cien años de Ibis, novela erótica y misógina de José María Vargas Vila : una educación sentimental a comienzos del siglo XX

Por: Osorio, Betty, 1950-

 MAYO 2000

 Una "educación sentimental" a comienzos del siglo XX
Cien años de Ibis, novela erótica y misógina de José María Vargas Vila . 
Por: Betty Osorio.


Tomado de: Revista Credencial Historia. 
(Bogotá - Colombia). Mayo 2000. No. 125

 Ibis, publicada en Roma en 1900, es una novela erótica considerada por Vargas Vila como su primera obra de arte. En ella, el escritor muestra cómo la obra de arte se nutre del erotismo. Además, el juego entre amor y muerte es otro de los referentes de esta novela que la relaciona con escritores europeos del siglo XIX como Péladan, Barrés y D'Annunzio. Adela es el personaje femenino alrededor del cual se construye la novela. En ella se reúnen rasgos como una belleza suma, una sexualidad desenfrenada y una negación de los aspectos éticos del sujeto. Por estas características, la obra atrajo especialmente a lectores hombres y jóvenes que encontraron en textos como éste respuestas a las inquietudes eróticas y estéticas que casi ningún otro espacio cultural asumía en la sociedad colombiana de comienzos del siglo XX . Por esta misma razón, la obra de Vargas Vila fue rechazada por los sectores más conservadores del país.

Contrapuesta a Adela se encuentra la figura del Maestro, un intelectual en contacto profundo con la cultura europea. Sobre él descasa la viabilidad para construir un sujeto confiable. Teodoro, el amante de Adela, es su discípulo. La dinámica de la novela está construida sobre este sistema de fuerzas opuestas que es visible a partir de la correspondencia entre Teodoro y el Maestro. Ello permite también que el lector conozca la mente lógica del Maestro, quien se constituye en un guía espiritual capaz del control de la pasión. En sus consejos y en su representación del sujeto femenino es fácil reconocer las ideas de filósofos como Nietzsche y Schopenhauer, quienes declararon abiertamente su misoginia en obras como Así hablaba Zaratustra y El amor, las mujeres y la muerte, respectivamente. La famosa expresión del primero que recomienda látigo para tratar a las mujeres, parece ser un referente obligado de esta obra. También en ella es posible rastrear la vida misma del autor, quien constantemente criticó a las mujeres como agentes de la perversión, tal como lo demuestra en El diario secreto.

Igualmente importante para entender este imaginario sobre la mujer es la cultura católica, cuyo tratamiento del tema proviene del mundo hebreo y de la tradición bíblica, con personajes tan importantes como Lilith, Eva, María Magdalena y Salomé. Estas dos influencias se encuentran y dialogan en el texto creando una intrincada red de símbolos con resonancias religiosas y filosóficas. Ibis es frontalmente misógina. La mujer es presentada como la enemiga más terrible del hombre, ya que ella es la culpable de su destrucción física y moral, lo cual puede tomarse como una reescritura de la expulsión del Paraíso. El personaje de Lilith, perteneciente a la mitología judía, también se sitúa en esta misma tradición; ella, como Adela, representa el instinto animal, el erotismo en su forma más primitiva y zoológica. Además, estos dos personajes, junto con Eva, representan la presencia del demonio siempre en acecho para perder al ser humano.

Vargas Vila construye su personaje de Adela teniendo como referencia el contexto anterior. En su comienzo, ella es una hacendosa novicia que ha sido educada en un convento de monjas. De esta manera su cuerpo adquiere unas características sagradas que la novela transgrede. Por la razón anterior, el matrimonio no se presenta como el espacio legítimo para el erotismo. Adela, al ser raptada y luego desposada por Teodoro, despierta a una sexualidad sin límites. Además, también pierde a su primer hijo, lo cual la hace renunciar al modelo maternal. Lo biológico en ella pasa a primer plano. Tanto Teodoro como sus múltiples amantes viven con Adela la experiencia del contacto con lo animal de una manera primigenia. Una especie de éxtasis biológico.

El título de la novela permite proyectar sobre la interpretación anterior un nuevo significado que la vuelve más compleja e interesante. Ibis es un pájaro de la mitología egipcia relacionado con los procesos de escritura. Vargas Vila asocia así su propio proceso de creación con el cuerpo espléndido de Adela. Ella es la fuerza artística indomada cuyo contacto es indispensable para el acto de creación. El vocabulario religioso para referirse a la experiencia de entrar en contacto con su cuerpo recuerda el Cantar de los cantares con su lenguaje altamente erótico para referirse al cuerpo de la esposa. El sexo y el arte se identifican como abismos donde sucumbe la voluntad y la razón del ser humano. Entrar en contacto con ambos fenómenos puede conducir a la muerte o al acto de creación que no estaría muy lejano de uno de reproducción.
El Maestro, al conocer que Teodoro no puede controlar la actividad sexual de Adela, quien emprende relaciones incestuosas con su cuñado, aconseja el asesinato de ella o el suicidio de él. Esto último sería la única manera de recobrar la dignidad masculina y de evitar el triunfo del instinto sobre la razón. Tal solución presenta la relación entre hombre y mujer en el marco de un enfrentamiento total, donde cada uno de los opuestos representa una categoría irreconciliable y en lucha mortal entre sí. Además, Adela, al adueñarse de su deseo y escoger con absoluta libertad a quién le entrega su cuerpo, está ejerciendo una libertad que tradicionalmente la sociedad ha otorgado al individuo masculino. Este control sobre su sexualidad la convierte simbólicamente en un ser andrógino que por su impureza representa la degeneración del sujeto humano, tanto hombre como mujer.

En Francia y en Inglaterra, la literatura y las artes plásticas se inspiraron en el tema de la prostitución. Personajes como Nana y Olimpia fueron el tema de novelas y de pinturas famosas. El arte reflejaba así una situación social, ya que los grandes centros urbanos presenciaron un auge de la prostitución, de tal manera que ésta se había convertido en una experiencia cotidiana y amenazadora para sus habitantes. Más aún, la prostituta se había convertido en el símbolo de las contradicciones sociales surgidas del seno de la sociedad industrial. Las enfermedades venéreas tenían sitiada la actividad erótica de la sociedad tal como hoy sucede con el sida. Aunque Vargas Vila no desarrolla la temática de la enfermedad venérea, sí recurre a veces al discurso médico para explicar la sexualidad. Además, presenta a Adela como un agente destructivo que por el lado materno recibe la influencia perniciosa de la prostitución.

La madre de Adela pertenece claramente a la tradición decimonónica de la cortesana y de la prostituta. Ella es una joven viuda cuyo cuerpo está asociado a un tipo de erotismo sin freno y lleno de peligro: fascinante, tempestuosa y sobre todo insaciable. Con ella el Maestro, cuando joven, tiene sus primeras experiencias eróticas que lo marcan para siempre. De esta relación nace Adela, en quien se van a reunir las tendencias tanto de su padre como de su madre. Esta fijación de la herencia nos recuerda la novela naturalista con su énfasis en factores genéticos para explicar fenómenos sociales como la prostitución.

La geografía de la novela hace alusión a un país tropical, con una economía semifeudal y donde se hace sentir el poder de la Iglesia. Vargas Vila evita el costumbrismo y en pocas ocasiones se hace referencia al lenguaje y a la vida local. Aun para referirse a las fiestas de Navidad durante la juventud del maestro, usa un lenguaje ultrarrefinado y salpicado de referencias estéticas. Sin embargo, esa geografía difusa se carga de connotaciones al relacionarse con el cuerpo de Adela. Entre ella y el trópico hay una relación de continuidad. El paisaje se llena de sensualidad: olores y formas propician el sentimiento erótico. Algunos críticos han señalado que la cabellera de Adela es la síntesis de la selva tropical, ya que alude a su profundidad y misterio .

El final de la novela se desarrolla como una caída muy rápida de Adela hacia el pecado. Teodoro decide matarla al encontrarla con un amante en su propia alcoba. Esta escena muestra a un individuo al borde mismo de la locura y de la muerte. Adela ha sido la causa que lo ha empujado a esa situación límite donde se pone en juego su dignidad de varón. Frente a esta mujer no hay opciones. La voces interiores de Teodoro le gritan que la mate. El honor, el derecho, la tradición le autorizan esa acción. Sin embargo, Teodoro termina matándose y todo el entramado de la novela indica que la culpable es Adela o, en términos generales, la mujer. Mujer y sexo se han presentado a lo largo de la obra como dos energías castradoras y destructivas que malogran los proyectos y posibilidades de los verdaderos actores de la sociedad que son los hombres. El clima existencial de la novela es de pesimismo y fracaso. A pesar de los consejos del Maestro, la degeneración y la derrota tienen cercados al ser humano prisionero de sus instintos; la única manera de triunfar sobre ellos es la muerte o el arte.

En Ibis, el peligro de lo femenino no funciona como un cliché gastado de la mujer fatal, sino que por el contrario está vivo página tras página, asociado a los temas principales de la novela y recreado en un lenguaje voluptuoso y poético. La tensión entre el objeto estético y el objeto de muerte tiene un poder enorme de seducción para el lector que, después de cien años, sigue percibiendo en su juego semántico un inmenso potencial para interpretar sus propias dimensiones estéticas y eróticas.

http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/mayo2000/125cien.htm


martes, 5 de febrero de 2013

SUBIDOS DE TONO: cuentos de amor.

Este libro de cuentos, publicado en el 2003, posee una serie de autores jóvenes -y no tan jóvenes-  latinoamericanos: Julio Cortázar, Alfredo Bryce Echenique, Edmundo Paz Soldán, Jorge Miguel Marinho, Pía Barrios, Marvel Moreno, Carlos Cortés, Julio Paredes, Federico Vegas, Senel Paz entre otros.

La contratapa reza lo siguiente: Desde juglares y poetas, hasta héroes y reyes, todos han cantado al amor. Sentimiento elemental y a la vez complejo, es en la juventud cuando sus pulsiones llaman con urgencia a nuestra puerta y nos impulsan a buscar respuesta a sus interrogantes.
Por ello, la literatura, tal vez la forma más humana del conocimiento, ha  explorado una y otra vez ese inquietante territoro y no cesa de revelarnos las infinitas y sorprendentes posibilidades del amor.
Diseñada especialmente para un público joven, Subidos de tono, es una selección que recoge los mejores cuentos latinoamericanos de tema erótico. En ella el lector encontrará relatos en los que, desde el desgarramiento, la inocencia, el descubrimiento, la violencia o el júbilo, los personajes dan testimonio de un singular encuentro con el amor. El deslumbramiento de esta experiencia nos ha sido transmitido por dieciséis autores, de diversa procedencia y edad, pero unidos por la extraordinaria calidad de su escritura.
Subidos de tono, es sin duda, una obra que dejará una grata huella en todos sus lectores.

lunes, 4 de febrero de 2013

GARCÍA LORCA: SONETOS AL AMOR OSCURO


Como lo he comentado en reiteradas ocasiones para la década del 70-80 fue mi descubrimiento del mundo poético.  Y fue así que para el año 1971 me compraba las OBRAS completas de Federico García Lorca. En la sección de Poemas Varios, estaban una serie de poemas escritos en 1936 que al final se llegaría a la conclusión que este poema (Tengo miedo a perder la maravilla) y otros más que estaban ahí en esta sección, correspondían a un poemario que Lorca jamás publicaría: LOS SONETOS AL AMOR OSCURO. No solo su muerte prematura en el año 1936 le impedíría su publicación sino, que el tema: el amor homosexual, lo hacía retrotraerse quizá a su publicación en ese momento. Cabe señalar – y como lo han hecho numerosos críticos de la obra Lorquiana- una vez publicado EL ROMANCERO GITANO en el año de 1927- , la poesía de Lorca evolucionará hacia una poesía con proyecciones eminentemente surrealista. Ya con POETA EN NUEVA YORK (1929), da su campanazo de salida. E igual su obra teatral con obras como: ASÍ QUE PASEN CINCO AÑOS, COMEDIA SIN TÍTULO. A este período de la obra Lorquiana yo le llamo: el ciclo newyorkino porque, es a partir de 1929 y su visita a la gran urbe de New York que la obra y temática del gran andaluz, cobra una categoría de universalidad que antes no tenía.
Dentro de este conjunto de poemas de Poemas Varios – y como comenté al principio- estaba este hermosísimo soneto del poeta andaluz. Lo transcribo con un interesante análisis encontrado en la web. (nota: en la fotografía: tres poetas gays y de la generación del 27: en el orden usual: García Lorca, Luis Cernuda y Vicente Aleixandre Merlo).

J. Méndez – Limbrick.



Tengo miedo a perder la maravilla 
de tus ojos de estatua, y el acento
que de noche me pone en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.

Tengo pena de ser en esta orilla
tronco sin ramas; y lo que más siento
es no tener la flor, pulpa o arcilla,
para el gusano de mi sufrimiento.

Si tú eres el tesoro oculto mío,
si eres mi cruz y mi dolor mojado,
si soy el perro de tu señorío,

no me dejes perder lo que he ganado
y decora las aguas de tu río
con hojas de mi otoño enajenado.

Federico García Lorca 1936


Escribió Federico este soneto hace poco más de setenta y tres años, y pocos meses después lo asesinaban; todavía está donde lo arrojaron sus asesinos; todavía se desconoce si alguien se atreverá a identificar y dignificar sus huesos. La mediocre y estéril burguesía granadina, quizá la más estéril, mediocre y reaccionaria burguesía de España, lo cual equivale a decir la más mediocre, estéril y reaccionaria burguesía del mundo, no pudo perdonar la brillantez unida al carácter avanzado de las ideas del poeta y dramaturgo: su entrega a la cultura popular, sus giras con “La Barraca”, su alineamiento sin fisuras con la esperanza que significaba la II República Española, su alto nivel intelectual, … y su prematura “salida del armario”, la admisión explícita, que hoy resultaría tímida, de su condición homosexual, sostenida no sin un orgullo, inasimilable por aquella pacata “sociedad”, dispuesta, en el mejor de los casos, a admitir tal orientación como “vicio privado”, aunque fuera en la mayor parte de los casos un secreto a voces.

El soneto que antecede tiene dos circunstancias que remarcan su rareza: 1) es uno de los pocos sonetos del poeta: no llegan a diez los sonetos que Federico compuso; generalmente elude la poesía cultista por su clara devoción, como la de Antonio Machado, por las formas de la poesía popular, el romance, la cuarteta, etc. Parece como si reservara esta forma poética, la del soneto, para momentos de alto lirismo, incluso diría de lirismo extremo; 2) en este soneto se manifiesta de manera sutil pero sin ambages el erotismo homosexual del poeta; esta orientación es común a buena parte de su escasa producción de sonetos, de los que son conocidos con la denominación de “Sonetos del Amor Oscuro”, pero en el soneto elegido los rasgos de sometimiento al ser amado, de humillación voluntaria y sublimada - “si soy el perro de tu señorío -, casi masoquista frente al amante enaltecido - si tú eres el tesoro oculto mío – es lo más característico del planteamiento erótico del poema; de aquí dicen que sacó Buñuel el título de “le chien andalou” para su famoso film surrealista

Análisis métrico. - Vayamos pues al análisis verso a verso. Al principio de cada uno indicaré su número de orden en el soneto. Las sílabas tónicas irán en negritas, y aquellas en que recaigan los acentos de intensidad, además, en rojo. Las sinalefas irán entre paréntesis ().

1 Ten-go-mie-(do a)-per-der-la-ma-ra-vi-lla -> Endecasílabo “a maiori” de tipo A3 o melódico (acentos principales o de intensidad en 3ª, 6ª y 10ª sílabas). A destacar que el acento central en 6ª coincide con final de palabra aguda, lo que, como también sucede si se produce en la 4ª sílaba, da al verso una especial sonoridad. Se produce también un “encabalgamiento” por cuanto la secuencia sintáctica, la oración se prolonga hasta la coma en el interior del verso siguiente.

2 de-tus-o-jos-(de es)-ta-tua,-(y el)-a-cen-to -> Idéntico esquema: end. melódico, salvo porque en este caso la 1ª sílaba es átona, y la 6ª es la penúltima de palabra llana.

3 que-de-no-che-me-po-(ne en)-la-me-ji-lla -> Idéntico esquema rítmico al de los dos anteriores y especialmente al del verso segundo, en todos sus detalles.

4 la-so-li-ta-ria-ro-sa-de-(tu a)-lien-to. -> Se remata el primer cuarteto con un endecasílabo “a minori” de tipo B2, sáfico a la francesa (acentos en 4ª, 6ª y 10ª), que suaviza el ritmo y mejora por contraste el lirismo del cuarteto.

5 Ten-go-pe-na-de-ser-en-es-(ta o)-ri-lla -> Se vuelve a un esquema idéntico al del primer verso (acentos en 1ª, 3ª, 6ª y 10ª, de intensidad los tres últimos citados, con el de 6ª, final de palabra aguda). Endecasílabo melódico.

6 tron-co-sin-ra-mas;-y-lo-que-más-sien-to -> Endecasílabo irregular (Acentos en 1ª, 4ª, 9ª y 10ª. No es posible ninguna otra organización porque no hay sinalefas ni encuentros vocales entre palabras). Todo apunta a un sáfico, pero para serlo debería llevar acentuada la 8ª (o la 6ª) pero ambas corresponden a palabras inacentuadas. Por otra parte están contiguas (9ª y 10ª) dos sílabas con acento, lo que produce un efecto antirrítmico. Nadie es perfecto.

7 es-no-te-ner-la-flor,-pul-pa-(o ar)-ci-lla, -> End. “a minori” de tipo B2 (acentos de intensidad en 1ª, 4ª, 6ª y 10ª) sáfico a la francesa. Se da un efecto antirrítmico por el acento de la 7ª contra el de la 6ª, pero siendo la 6ª final de palabra aguda fuerza tras ella una pausa que mitiga aquel efecto, de forma que apenas se nota.

8 pa-(ra el)-gu-sa-no-de-mi-su-fri-mien-to. -> Otro endecasílabo irregular: si se descartan las palabras inacentuadas tan sólo nos quedan los dos acentos en 4ª y 10ª respectivamente. Como no es posible pronunciar tantas sílabas seguidas (5ª a 9ª) sin un énfasis de acento el recitador necesitará acentuar artificialmente bien la 6ª (de) bien la 8ª (su), acogiéndose al esquema del sáfico en ambos casos. Recomiendo que se haga con la 8ª.

9 Si-(tú e)-res-el-te-so-(ro o)-cul-to-mí-o, -> End. “a maiori” de tipo A2 o heroico (acentos en 2ª, 6ª y 10ª), el predominante en el endecasílabo castellano; produce una sensación rítmica de equilibrio y uniformidad (Navarro Tomás). No en vano estamos llegando (en los tercetos) al máximo de elevación lírica.

10 (si e)-res-mi-cruz-y-mi-do-lor-mo-ja-do, -> End. “a minori” de tipo B2, sáfico en la estrofa sáfica (Baehr), con cesura tras de la 4ª sílaba por ser esta final de palabra aguda (acentos en 1ª, 4ª,8ª y 10ª). Es el esquema más clásico en Garcilaso.

11 si-so-(y el)-pe-rro-de-tu-se-ño-rí-o, -> Otro endecasílabo de acentuación irregular( 2ª, 4ª y 10ª). De nuevo es necesario acentuar (artificialmente por el recitador) una sílaba entre la 6ª y la 8ª. Recomiendo esta última que nos llevaría a un sáfico aceptable.

12 no-me-de-jes-per-der-lo-(que he)-ga-na-do -> End. “a maiori” de tipo A3 o melódico (con acentos de intensidad en 3ª, 6ª y 10ª). Dice Navarro Tomás que este tipo de endecasílabo impone un ritmo flexible y productor de blanda armonía.

13 y-de-co-ra-las-a-guas-de-tu-rí-o -> Idéntica estructura rítmica a la del anterior.

14 con-ho-jas-de-(mi o)-to-(ño e)-na-je-na-do. -> End. “a maiori” de tipo A2 o heroico (con acentos de intensidad en 2ª, 6ª y 10ª), y con el equilibrio del heroico acaba el soneto.



Resumen.- Si denotamos los tipos de endecasílabos como

E = Enfático, con acentos en 1ª, 6ª y 10ª sílabas.
H = Heroico, “ “ 2ª. 6ª y 10ª “
M = Melódico, “ “ 3ª, 6ª y 10ª “
S = Sáfico, “ “ 4ª, 8ª y 10ª “
F = Sáfico a la francesa 4ª, 6ª (u 8ª) y 10ª
F = Sáfico a la francesa con cesura épica.
I = Irregular.
I = Irregular que se resuelve en sáfico.

El soneto nos quedará denotado como sigue:

M M M F M I F I H S I M M H

Encontramos 6 endecasílabos “a minori” frente a 8 “a maiori” . Los irregulares se asimilan a los “a minori”.
De entre los primeros, 2 son sáficos a la francesa, 1 sáfico propio y 3 irregulares.
De entre los endecasílabos “a maiori”, hay 6 melódicos y 2 heroicos.
De todo ello cabe destacar la estructura polirrítmica del soneto en cuestión, con predominancia de los versos melódicos, mientras que los sáficos hacen contrapunto rítmico, y los heroicos elevan el tono lírico o concluyen. 

Rima.- Se emplean dos rimas en los cuartetos y otras dos en los tercetos. Son rimas consonantes perfectas bien contrastadas en uno y otro caso, y con cuidado de evitar asonancias entre ellas.

La rima de los cuartetos es cruzada; esta es una forma de enlazar los cuartetos poco común (la inmensa mayoría de los sonetos riman ambos cuartetos en forma abrazada ABBA ABBA, como es bien sabido); sin embargo la rima cruzada no sólo es admisible sino que tiene una larga tradición en la historia del soneto español y precedió en su uso a la abrazada; de hecho los cuarenta primeros sonetos que suelen reconocerse como tales, los cuarenta sonetos fechos al itálico modo por el Marqués de Santillana llevaban rima cruzada en los cuartetos. La de los tercetos es doblemente encadenada. El esquema, según esto, de la rima del soneto es:

ABAB ABAB CDC DCD

A = - illa; B = - ento; C = - ío; D = - ado.



Madrid, sábado, 21 de noviembre de 2009

Francisco Redondo Benito de Valle

sábado, 2 de febrero de 2013

Isaac Asimov (2 de enero de 1920 - 6 de abril de 1992)


Isaac Asimov (2 de enero de 1920 - 6 de abril de 1992) fue un escritor y bioquímico ruso nacionalizado estadounidense, exitoso y excepcionalmente prolífico autor de obras de ciencia ficción y divulgación científica.

La obra más famosa de Asimov es la serie de la Fundación, que forma parte de la serie del Imperio Galáctico y que luego combinó con su otra gran serie de los Robots. También escribió obras de misterio y fantasía, así como una gran cantidad de no ficción. En total, escribió o editó más de 500 volúmenes y unas 90.000 cartas o postales, y tiene obras en cada categoría importante en el sistema decimal Dewey excepto en filosofía.

Asimov fue reconocido como un maestro del género de ciencia ficción y, junto con Robert A. Heinlein y Arthur C. Clarke, fue considerado uno de los Tres Grandes escritores de ciencia ficción durante su vida.

La mayoría de sus libros de divulgación explica los conceptos científicos siguiendo una línea histórica, retrotrayéndose lo más posible a tiempos en que la ciencia en cuestión se encontraba en una etapa elemental. A menudo brinda la nacionalidad, las fechas de nacimiento y muerte de los científicos que menciona, así como las etimologías de las palabras técnicas.

Asimov fue miembro por mucho tiempo de Mensa, aunque con desgana: los describía como intelectualmente combativos. Disfrutaba más de la presidencia de la American Humanist Association.

En 1981 se nombro a un asteroide, el 5020 Asimov en su honor.


Honores y premios

En honor de Asimov se nombró al asteroide, (5020) Asimov.

A lo largo de su dilatada trayectoria literaria recibió numerosos premios y honores entre los que destacan:

 ` 1963, Premio Hugo especial por sus artículos en The Magazine of Fantasy and Science Fiction.
 ` 1966, Premio Hugo a la mejor serie de ciencia ficción de todos los tiempos por la Trilogía de la Fundación.
 ` 1972, Premio James T. Grady a la mejor labor divulgación científica por Introducción a la ciencia.
 ` 1973, Premio Hugo y Premio Nébula a la mejor novela por Los propios dioses.
 ` 1977, Premio Hugo y Premio Nébula a la mejor novela corta por El hombre bicentenario.
 ` 1983, Premio Hugo a la mejor novela por Los límites de la Fundación.
 ` 1992, Premio Hugo a la mejor novela corta por Gold.
 ` 1995, Premio Hugo al mejor trabajo de no-ficció

Obras

La carrera de Asimov puede dividirse en varios períodos. En sus primeros años el tema dominante fue la ciencia ficción, iniciándose con relatos cortos en 1939. Esto duró hasta 1958, terminando con la publicación de El sol desnudo. A continuación, disminuyó de manera importante su producción de libros de ficción mientras se dedicaba a otros temas. En los siguientes 25 años publicó solamente cuatro libros de ciencia ficción. A partir de 1982, se inició la segunda etapa de su carrera en ciencia ficción con la publicación de Los límites de la Fundación. Desde entonces y hasta su muerte, Asimov publicaría muchas secuelas de sus novelas ya escritas, dándoles un tratamiento de conjunto en una forma que seguramente no había él mismo previsto.

Según su punto de vista, Asimov pensaba que sus contribuciones más duraderas serían las Tres Leyes de la Robótica y la serie Fundaciones (véase Yours, Isaac Asimov, p. 329). Más aún, el Diccionario de inglés de Oxford le da crédito al introducir las palabras positrónico, psicohistoria y robótica en el idioma inglés. La primera de estas palabras se aplica a una tecnología enteramente ficticia, aunque basada en el nombre de la partícula subatómica de antimateria opuesta al Electrón, el Positrón, mientras que la segunda se utiliza con frecuencia en un sentido diferente al empleado por Asimov.

Fuente: N.N.

viernes, 1 de febrero de 2013

Êdoctum: A fondo, entrevista de Soler Serrano a Octavio Paz.






Escribir es una actividad penosa y que exige esfuerzo y desvelos. Hay siempre, aparte de la amenaza de la esterilidad, la sensación del inevitable fracaso: nada de lo que se escribe es lo que uno quisiera haber escrito. Escribir es una maldición. Lo peor es la angustia antes del acto de escribir; esas horas, días o meses en que buscamos sin encontrar la frase que va a abrir la llave para que mane el agua. Una vez escrita la primera frase, todo cambia: el proceso es apasionante, vital y te enriquece, cualquiera que sea el resultado final. ¡Escribir es una bendición!           
 Octavio Paz

    Octavio Paz (1914-1998. México). Entrevista realizada en 

    TVE por el periodista Soler Serrano.

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    Selección y prólogo de Sylvia Molloy

      LA VIAJERA Y SUS SOMBRAS Crónica de un aprendizaje Selección y prólogo de Sylvia Molloy La viajera y sus sombras presenta diversos escrito...

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