(Fragmento).
LA LÍRICA
Al proceso de escribir se refiere igualmente el poema de Mía
Gallegos “En mi habitación tejo el viento” (Los reductos del
Sol, 1985) para lo cual recurre a Penélope, personaje de la
mitología griega.
1. En mi habitación
tejo el viento.
Ignoro si son
remotas mis lágrimas
o si están
guardadas al lado de amarillas
fotografías.
5. Junto a dedales y
agujas que sollozaran.
Cavilo uniendo las
puntas de la aguja
con la lana.
Desatiendo la
espera.
Tejo y olvido.
10. De pronto pierdo
el punto
y un agujero se
deshace sobre el sillón
y mis manos.
Quedo entrelazada
toda
en un ovillo de amor
y lumbre.
15. No sé
si tejo para
esperarte
o si trazo en
círculos
el viento
y mi mortaja.
Al igual que
Penélope, la hablante de la poesía de Gallegos se encuentra en una
habitación tejiendo un sudario. Se reelaboran los diferentes
elementos del mito de Penélope: tejer y destejer, esperar al amado,
el sillón, la lumbre, la oposición entre el interior – la
habitación - y el exterior, sugerido como espacio de donde llega el
amado.
El acto de tejer y
el tejido constituyen un símbolo antiguo que remite directamente
tanto a la creación como al destino. A partir de una materia prima,
la tejedora produce un nuevo objeto, lo crea, tal como se da a luz a
un nuevo ser. Trabajo típicamente femenino, el proceso de tejer es
una forma de simbolizar el orden en el universo: a partir de un caos,
surgen y se mantienen unidos los hilos de trama.
Por otro lado, el
símbolo del tejido se ha representado con las figuras de las Moiras
o Parcas, que eran las diosas griegas de las que dependía el destino
de cada mortal.
Ellas asisten al
nacimiento de cada ser, hilan su destino y predican su futuro,
finalmente, son las encargadas de decidir el momento de la muerte
cuando cortan el hilo de la vida. Es así como el tejer remite al
tiempo y también a la oposición entre la vida y la muerte.
A diferencia de
Penélope,que tejía mientras esperaba la llegada de Ulises, en este
poema el tejer se opone a la espera (vv.8-9). Además, Penélope
tejía la mortaja de su suegro Laertes mientras que en el poema de
Gallegos la hablante si está tejiendo su propia mortaja. En este
sentido se puede entender que es ella misma quien en ese acto está
elaborando su propia vida, su destino. Por esto, cuando deja de
tejer, se convierte en un “amor y lumbre”. El fuego ha sido
tradicionalmente una imagen de la pasión y el amor. Al asimilarse
aquí el tejido a la muerte, se opone al erotismo.
Cuando Penélope
explica por qué esta tejiendo, cuenta una mentira. También, tejer y
destejer luego, es otra forma de engañar a los pretendientes. Así,
desde antes se relacional el tejido con la capacidad del lenguaje de
inventar, de referirse a algo inexistente. Cuando la tejedora pierde
el punto se abre un vacío (vv.10-11). El agujero, el poema insiste
en la idea del tejido como acto creativo, como lo es la escritura.
Fuente:
100 años de literatura costarricense tomo II
Páginas: 882, 883, 884.
Margarita Rojas. Flora Ovares.
Editorial Costa Rica - Editorial UCR. 2018.-
100 años de literatura costarricense tomo II
Páginas: 882, 883, 884.
Margarita Rojas. Flora Ovares.
Editorial Costa Rica - Editorial UCR. 2018.-
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