INTRODUCCI6N
No sabemos de ningun poeta sobre cuya vida y obra se
haya escrito tanto como sobre las de Dante. Muerto en el
afio I 3 2. I, s6lo en lo que quedaba de siglo se redactaron,
por lo menos, doce comentarios de la Comedia, pues tal
es el numero de ellos que ha llegado basta nosotros. Entre
sus autores se encuentran Jacopo y Prieto, ambos hijos
de Dante, d primero de los cuales madrug6 al publicar
el suyo al ln/ierno en I 3 21; entre los mas ilustres
recordaremos al incompleto de Boccaccio, alllamado
Optimo, de au tor desconocido, y a los de J acopo della
Lana, Graziolo dei Bambaglioli, Benvenuto da Imola y
Francesco da Buti. Algunos de estos comentarios eran d
resultado de las llamadas «Lecturae Dantis», especie de
cursos de libre asistencia en los que se discutfan minuciosamente
los aspectos ret6ricos, y en especial aleg6ricos,
hist6ricos, filos6ficos y teol6gicos, entre otros, del poerna
llamado sacro por su propio autor. Durante los siglos
x v al x v 11 la fama de Dante se vio oscurecida por Ia de
Petrarca y otros poetas de menor importancia que el
cantor de Laura, y ello a pesar de que en el aiio I 4 7 2. aparecieron
las tres primeras ediciones impresas de Ia Comedia,
una en Folifio, otra en Jesi y una terce.ra en Mantua,
la primera de las cuales, estampada por Giovanni
Numeister, es considerada como Ia principe.
Aunque la comprensi6n del Dante poeta y pensador
fue escasa desde el Renacimiento hasta Ultimos de siglo
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INTRODUCC16N
x v 111. los florentinos le consideraron siempre un modeto
lingiiistico y eUo fue Ia causa de que d estudio de su
obra jamas fuese interrumpido en ltalia. Mienuas tanto,
su influencia se hizo sentir en otros palses ya desde el si·
glo x 1 v : Chaucer le imito en Inglaterra; Cristina de Pi·
san, en Francia, y el genoves, avedndado en Sevilla, Micer
Francisco Imperial cre6, con el ejemplo de sus bellfsimas
imitaciones, una verdadera escuela dantesca espanola,
muy original por lo demas, entre cuyos principales poe·
tas se cuentas Ruy Paez de Ribera, Ferran Manuel de
Lando, d Marques de Santillana, Juan de·Mena, Diego
de Burgos y Juan de Padilla, apodado el Cartujano, cuyo
Dou triun/os J~ los Jou Apostol~s merecen ser mucho
mas conocidos de lo que lo son por los lectores de habla
castellana. En d siglo x v se hicieron las primeras tra·
ducciones a1 castellano de Ia Com~Jt4 : Ia del Marques de
Villena y tan imperfects como interesante, y Ia de Pedro
Fernandez de Villegas, que solo tradujo, en coplas de
arte mayor, d ln/in'no. Muy superior a ambas es Ia de toda
la Com~Jia hecha en catalan por Andreu Febrer, que
creemos una obra de extraordinario merito.
En Alemania y en los demas pafses reformados, Dan·
te fue sobre todo el autor de La Monarqula, a Ia que se
pretendi6 dar una interpretacion protestante que sus paginas
no permiten. En todo caso, Ia fama de Dante se
mantuvo, con altibajos y altemativas, basta que el ro·
manticismo le reivindic6 como uno de los grandes ge·
nios de Ia literatura occidental, allado de Homero, Cer·
vantes y Shakespeare. Desde entonces, los estudios de
los dantologos han sido tan abundantes, han tratado as·
pectos tan diversos y a veces tan peregrinos, han adopta·
do puntos de vista tan diferentes, e incluso antagonicos,
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INTRODUCCI6N
que su consideraci6n produce vertigo. Se ha querido hacer
de Dante un santo, un hereje, un ocultista, un te6logo,
un fil6sofo, un lingiiista ... Algo de todo ello puede
baber en la figura de Dante vista a traves de su vida y su
obra, pero toda exageraci6n radicalizadora tiende a alejarnos
de Ia verdad y,lo que es peor, de aquello que Dante
fue fundamentalmente y por encima de todo: un poeta
incomparable. Pero tambien se han hecho muchos
estudios objetivos y equilibrados desde todos los puntos
de vista a prop6sito de infinidad de aspectos de Ia vida y
la obra de nuestro poeta, de manera que los estudiosos
presentes y futuros cuentan con una bibliografia de tentadora
y, a Ia vez, imponente riqueza.
Hacer un nuevo libro sobre Dante es una empresa
cuyos riesgos no desconocemos y a Ia que nos anima, sobre
todo, Ia escasa atenci6n critica que se le ha prestado
en el ambito de lengua castellana, as{ como ellegitimo
deseo de ofrecer a los lectores, aun de manera resumida,
Ia imagen que del poeta y su obra nos hemos formado
durante los largos afios de trabajo que ha supuesto nuestra
traducci6n de Ia Comedia al castellano y Ia preparaci6n
de las versiones de otras de las obras dantescas.
Aunque reconocemos que es imposible tratar aqui muchos
temas de interes, esperamos poder dar una idea clara
y sintetica de las principales posiciones criticas relativas
al Dante poeta-sin descuidar los demas aspectos de
su obra-entre las que se cuenta, modestamente, nuestra
indagaci6n sobre el papel estructural de las metamorfosis.
A. C.
FUENTE:
PRIM ERA EDIC16N EN EL ACANTILADO: septiembre de 1999
Publicado por:
EL ACANTlLADO
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