lunes, 7 de octubre de 2019

FRIEDRICH SCHILLER EL VISIONARIO Novela.


GÉNESIS DE LA NOVELA EL VISIONARIO

Entre principios de verano y otoño de 1786, Schiller comenzó a redactar El Visionario, única novela que escribió. El motivo inmediato fue la necesidad de aportar material suficiente para dar continuidad a la revista Thalia de la que Schiller era director responsable y cuya financiación asumía la editorial Góschen de Leipzig, a la que su amigo Korner había aportado una importante suma de dinero con ocasión de su fundación, en la primavera de 1785. El proyecto de la revista, que Schiller mismo había ideado en Mannheim. anunciaba un contenido que Korner aprobó y reafirmó luego proponiendo a aquél que se dedicara "a un trabajo en cierto modo por encargo... Todo lo que la historia proporciona de grandes personas y situaciones y que Shakespeare no haya agotado aún. está esperando su pincel... y si de ello pudiera entregar algo de tiempo en tiempo podríamos darle sustento” (carta del 11 de enero de 1785) El hecho de que el editor Góschen se quejara —amistosamente— de la pereza de Schiller. hacia otoño de 1785, prueba que el compromiso no era muy severo. Aunque las contribuciones de este joven y ya famoso autor podían dar un evidente prestigio a la editorial, es más que probable que Korner haya formulado el compromiso en estas palabras para disimular a Schiller la situación de autor “subvencionado”. En cualquier caso, la elección del tema del Visionario, de gran actualidad en los años de su redacción, demuestra que Schiller
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escribió esta novela en parte para garantizar el éxito de venta de la revista, y no se equivocó en esta previsión. Desde el primer número iba apareciendo en la revista Thalia el drama Don Carlos, acompañado, en sus distintas entregas, por narraciones ejemplares y poemas, como por ejemplo el famoso “Himno a la alegría”. A Finales de marzo de 1786, Goschen recibió los manuscritos de la segunda parte del segundo acto del Don Carlos que apareció a principios de mayo en el número 3 de Thalia. El 15 de abril comentó Schiller en carta a Kórner que le faltaba “calor y humor” para continuar y el 1 de mayo expresó frente al amigo Huber que su estado de ánimo era como si se hubieran apagado “todas las luces de la fantasía”. Sólo el 9 de octubre le llegó a Goschen el aviso de que “el resto para el número 4 (de Thalia) estaba en camino”. Este “resto” incluía parte de las escenas 1-9 del tercer acto del Don Carlos y la primera mitad del primer libro de El visionario. Esta coincidencia y el hecho de la desanimada pausa en la redacción del Don Carlos permiten reconstruir. al menos aproximadamente, el origen de la idea de la novela, ya que no existen comentarios previos de Schiller sobre este proyecto. En una breve mirada al desarrollo de la acción del Don Carlos se observa que la parte del drama, entregada para el número 3 de la revista, que había producidoel mencionado agotamiento de la fantasía corresponde a las escenas en las que Schiller construye la complicada intriga de los cortesanos contra el protagonista. El enredo se produce justo después de la gran escena entre Felipe II y su hijo Carlos, quien pide el mando de los ejércitos en Flandes. El rey no está dispuesto a esa delegación de poder y deja el dest ino de estas provincias en manos del duque de Alba. Carlos se siente defraudado y marginado de sus legítimos derechos a la colaboración y la responsabilidad política y el diálogo acaba con su rabiosa exclamación “mi tarea se acabó”. Es a partir de esta desautorización del hijo cuando el capellán de la corte y el poderoso Alba procuran minar del todo la confianza entre padre e hijo para asegurar su propia influencia en el gobierno (esc. 1-9, acto III, versión Thalia). Como ya se ha mencionado. la redacción de la novela comenzó en los meses después de la entrega de estas escenas. El Visionario es un joven príncipe anónimo de una ficticia corte ducal alemana, sin perspectivas de gobernar e instalado sin propósito concreto en Venecia. Educado como príncipe pero sin responsabilidad alguna, su figura se presenta. al menos en su caracterización inicial, como inspirada en el principe Carlos. Éste es víctima de las maquinaciones de los cortesanos y el trágico desenlace del drama se debe al total some
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timiento de la voluntad de Carlos a los atrevidos e idealistas proyectos de su más íntimo amigo, el marqués de Posa. No parece muy aventurado entender el secreto control que en la novela persigue al príncipe visionario, ese siniestro poder de cara oculta que lo va empujando a la desgracia, como una continuación de la reflexión sobre el problema nuclear del Don Carlos. Lo que preocupa a Schiller en ambas obras es la instrumentalización del individuo en nombre de proyectos que se le ocultan y que no le permiten ser sujeto de sus actos. La novela sigue por caminos muy distintos que los del drama pero en el planteamiento de fondo sí opera un cierto desplazamiento de Carlos al príncipe visionario. En términos generales, en el Don Carlos se desarrolla la lucha entre el antiguo poder omnipresente e incontestable que ejerce la monarquía absoluta en unión y colaboración con el control de la Iglesia. La propuesta de una nueva organización del Estado, basada en la libertad de pensamiento de los ciudadanos se presenta para el antiguo poder como el paso al caos que procuró evitar precisamente con la forzada unificación impuesta por una ley incontestable. Al trasladar esta problemática al siglo XVIII. Schiller descubre las secuelas de la antigua estructura de poder en la supervivencia de múltiples fenómenos que repiten de manera dispersa el antiguo orden: los temores ante supuestos poderes secretos que se escapan a la comprensión racional, ante la oculta influencia de sociedades secretas en los gobiernos. 1.a atracción que todos estos fenómenos ejercen sobre el protagonis ta de la novela le pierde al final y Schiller atribuye el fracase —pese a los esfuerzos del príncipe por desenmascarar los trucos— a cierta debilidad de carácter y a la falta de una sólida educación que priva al protagonista de una verdadera autonomía frente a las influencias negativas. Un ejemplo, pues, contrario a la bella utopia sobre la educación estética del hombre. Esta observación muy valiosa y desarrollada con gran precisión por Marión Beau- jean. incluye también una sorprendente faceta raramente señalada en el Don Carlos por los comentaristas. Se trata de la ambigüedad del proyecto de educación en sí. por ser. en el fondo, siempre la imposición de un plan ajeno a la voluntad individual. La naturaleza humana tenía que asimilar evidentemente contenidos ajenos, pero tal vez la duda acerca del sutil límite entre lo que podía ser despliegue autónomo del individuo libre y la dirección que la educación debía darle sin excederse en su influencia motivaba en parte el mal humor que El visionario causó a Schiller. El número 4 de Thalia obtuvo un éxito considerable y ello, sin duda, en buena parte gracias a la inclusión de la primera
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entrega de la novela. Ya en mayo de 1787 surgió el plan de una edición en forma de libro. No obstante. Schiiler pareció perder el interés en esta obra en la medida en que amentó la expectación del público. "En el maldito visionario no puedo encontrar ningún interés por el momento: no sé qué demonio me lo inspiró” escribía a Korner en carta del 6 de marzo de 1788. ptro juicio de Schiiler de la misma época expresa aún con mayor énfasis el tedio que sentía: “El visionario, que ahora mismo estoy continuando, está saliendo mal. imal!. no puedo remediarlo: hay pocas ocupaciones... en las que he sentido más el frívolo malgasto del tiempo que en estos garabatos. Pero ya que se paga, no puedo dejarlo y en todo el asunto, en realidad, siempre he tenido en cuenta el beneficio de Góschen.” Schiiler se había adentrado sin rumbo determinado en la materia y una vez en medio del relato, tenía dificultades para "poner un plan en un asunto no planificado, para reanudar todos los hilos rotos”, como confesó en carta a Korner el 15 de mayo de 1788. Sólo a principios de 1789 comunicó, también a Korner. que Fl Visionario estaba empezando a agradarle " En los últimos días he empezadoa redactar un diálogo filosófico para él que tiene sustancia. Tengo que llevar al principe a través de una orientación librepensadora...” Por otro lado comenzó a intercambiar impresiones sobre la Figura de la bella "griega" con sus amigas Charlotte von Lengcnfeld y Caroline von Beui witz. con las que discutía la posibilidad de unir en esa persona una belleza insuperable con un carácter traidor, propósito que las amigas rechazaron como del todo incoherente. El razonamiento de esta discusión se trasladaría más adelante a las reflexiones de Schiiler sobre la mujer en el ensayo Sobre la gracia v la dignidad. Las sucesivas entregas de la novela aparecieron en los números 5 (marzo 1788). 6 (marzo 1789). 7 (mayo 1789) y 8 (noviembre 1789) de la revista Thalia. También en noviembre de 1789. El 7’isionario apareció en forma de libro, editado igualmente por Góschen en Leipzig Ya en la segunda y la tercera edición (1792 y 1798) Schiiler cortó varios pasajes del “Diálogo filosófico" por considerarlo poco orgánico dentro del conjunto narrativo. Por esta razón, las ediciones modernas de la novela presentan las partes excluidas por su autor fuera del texto, criterio que se ha mantenido lógicamente también en la presente traducción. A pesar del éxito v de la insistencia por parte del editor y de amigos. Schiiler no se decidió a terminar esta novela. El final aparente fue sólo un cierre provisional para no dejar del todo sus
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pendidas las expectativas de los lectores. Lo que quedó sin elaborar fue la insinuación del conde O**, que sugiere la obscura salida de un crimen al que el príncipe se dejaría arrastrar por maliciosas influencias, para garantizar su sucesión en el gobierno de su país. También quedó indeciso, al parecer, el comportamiento de la bella “griega”, que ya en el segundo libro de la novela se revela como joven aristócrata alemana y que Schiller. a pesar de las sugerencias de sus amigas, estaba tentado de desenmascarar como despreciable embustera. A los lectores siempre les quedó un amplio espacio para fantasear otras conclusiones, lo que se reflejó en numerosas continuaciones del Visionario por parte de escritores de poca importancia, muy probablemente seducidos por el gran éxito de ventas de esta obra inacabada de Schiller.

Ficha técnica.
Traducción del alemán Antonio Bueno
La traducción de la presente obra ha sido realizada con la ayuda de la institución INTER NATIONES.
Título original: Der Geisterseher Primera publicación en forma de libro: Editorial Goschen, Leipzig 1789.
© de esta edición ICARIA Editorial. S. A. Calle de la Torre. 14 - 08006 Barcelona
Esta colección es propiedad de BOSCH Casa Editorial, S. A.
Primera edición: marzo 1986
ISBN: 84-7426-115-5 Dep. legal: B-4177-86 Fotocomposición: Rápid-Text Calle Xiquets de Valls. 3 - 08012 Barcelona Impresión y encuadernación: Industrias Gráficas Pareja Calle Montaña, 16 - 08026 Barcelona
Impreso en España Printed in Spain

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