miércoles, 9 de octubre de 2019

De Saint Pierre Bernardin - Pablo Y Virginia. Movimiento Literario: ROMANTICISMO.



Nacido en el Havre (Francia) en 1737, Bernardin de Saint-Pierre pasa su juventud entre los estudios y la aventura marítima que le lleva a la edad de los doce años a la Martinica, entre la gana y la miseria. Teniendo un título de caballero, de su deber de ingeniero de Puentoes y de Calzadas, llama a todas las puertas y ocupa varias funciones. unque vence cada una de las experiencias, parece aculular cada vez más rencor y resentimientos que guardará toda su vida. En ningún lugar fue reconocido y sus múltiples proyectos de reformas no serán tomados nunc en serio.

La fama, que busca en todo momento, le viene por la literatura.Sus dmiradores han hecho de Bernardin de Saint-Pierre en autor de una sola novela, `Paul et Virginie`, haciendo de este texto un cuento primordialmente morlista. Sin embargo, los Estudios de la Naturaleza, publicados entre 1784 y 1788 fueron calurosamente plaudidos por los medios antifilosóficos. Los adversarios de los enciclopedistas vieron en Saint-Pierre su cmpeón, que coleccionará desde ese momento las gratificaciones y las pensiones.
`Paul et Virginie`, publicado al final de los `Estudios` en 1787 consiguió un gran éxito. Después el tiempo de los ensayos, llegaron los tiempos de la gloria y los honores. Sensible a los acentos anti-esclavistas de la obra, los gobienros revolucinarios nombraron el escritor, intendente del Jardín de las Plantas en 1792, profesor de moral republicana en la Escuela Normal Superior en el ño tercero y luego miembro del Instituto. Napoleón intenta igualmente recuperar el escritor, pero de modo prudente, Bernardin de Saint-Pierre prefiere dirigir su fortun y su fama. Desposa la hija de un editor Didot y llama sus hijos Pablo y Virginia, como los héroes de su novela, aprovechando al máximo el éxito de su novel y organizando suscripciones para una edción de lujo, aumentada de un preámbulo inédito e ilustrado por Girodet, Moreu le Jeune y Prod`hom. Bernardin de Saint-Pierre se identificó al sabio y solidario del que había vinculado la imagen. A las aventuras del joven, se oponen, al final de su vida, una reflexión de él mismo, con mucha sabiduría para la publicidad que se hará. Si su mbición científica prece hoy ficticia, Bernardin de Saint-Pierre se ha mostrado un increible precursor del romanticismo, en particular de Chateaubriand al que anunció los temas que debía preparr la retóric. Ha creado un estilo conciso y expresivo, destinado a sugerir los spectos varidos del mundo exterior en su `Magnificencia singular`.


***
En Pablo y Virginia, una obra menor dentro de los escritos de Bernardin de Saint-Pierre, no es tanto la trama como su origen la que la permite vincular a los relatos de viajes. Pablo y Virginia no es sólo la historia de un par de jóvenes, sino una reivindicación de la naturaleza como protagonista principal en la vida humana y dueña de su azar. Como explica el autor, esta novela, «completaba y exponía» los Études y responde a un mismo proyecto literario y científico y refleja el cambio de una concepción mecanicista a otra organicista de la naturaleza.

El narrador encuentra en una pradera protegida de la Isla de Francia (La isla Saint Maurice), un hombre ya mayor que le cuenta la historia de Paul y Virginia, los hijos de dos damas que han huido del deshonor en una colonia. Virginia es reclamda por un rico pariente en Europa que le promete riqueza y consideración.

Bajo la presión del Govierno y de un cura, responde a esta invitación, pero no puede adaptarse a la vida europea. En el camino de vuelta, el barco sufre las consecuencias de la tempestad. Antes de desvestirse y tirarse al agua, prefiere hundirse en las aguas ante los ojos desesperados e impotentes de Paul. 

Recopilador: Dr. Enrico Pugliatti. 



Pablo y Virginia


PREFACIO

(Fragmento).

Me he propuesto grandes metas en esta obrita. He inten­tado retratar en ella una tierra y unos vegetales diferentes a los de Europa. Ya han hecho descansar bastante nuestros poetas a sus enamorados a la orilla de los arroyos, en las praderas y bajo el follaje de las hayas. Yo he querido sen­tarlos a la orilla del mar, al pie de los riscos, a la sombra de los cocoteros, de los plátanos y limoneros en flor. Sólo le faltan a la otra parte del mundo Teócritos y Virgilios para tener de ella unos cuadros al menos tan interesantes como los de nuestra tierra. Sé que viajeros de mucho gusto nos dieron mágicas descripciones de varias islas del mar del Sur1; pero las costumbres de sus habitantes, y más aún, las de los europeos que allí desembarcan, estropean con fre­cuencia el paisaje. He deseado reunir con la hermosura de la naturaleza entre los trópicos la belleza moral de una pe­queña sociedad. Me he propuesto también poner en evi­dencia algunas grandes verdades, entre otras la siguiente: que nuestra felicidad consiste en vivir según la naturaleza y la virtud. Sin embargo, no me ha hecho falta en modo al­guno imaginar una novela para retratar a familias dicho­sas. Puedo asegurar que ésas de las que voy a hablar existie­ron realmente y que su historia es auténtica en sus princi­pales acontecimientos. Estos me fueron verificados por varios pobladores que conocí en la Isla de Francia2. No he añadido más que algunas circunstancias sin interés, pero que, al serme personales, son por eso mismo auténticas. Cuando realicé, hace algunos años, un esbozo muy imper­fecto de esta especie de pastoral3, rogué a una bella dama que frecuentaba la alta sociedad y a unos respetables caba­lleros que vivían aparte escuchar su lectura, con el fin de presentir el efecto que produciría en lectores de caracterís­ticas tan diferentes. Tuve la satisfacción de ver que todos derramaron lágrimas. Fue el único juicio que pude obtener y era también todo lo que quería saber. Pero como a me­nudo un gran vicio es correlato de un talento pequeño, aquel éxito me inspiró la vanidad de dar a mi obra el título de Cuadro de la Naturaleza. Por fortuna recordé cuán extra­ña me era la propia naturaleza del clima en que nací, cuán rica, variada, encantadora, magnífica y misteriosa lo es en unas tierras donde tan sólo vi sus obras como viajero, y mi gran carencia de sagacidad, gusto y palabras para conocer­la y pintarla. Reflexioné, pues. En consecuencia, incluí este modesto ensayo bajo el título y a continuación de mis Estudios sobre la Naturaleza, que el público ha acogido con tanta benevolencia, para que este título, recordándoles mi incapacida, les haga tener siempre presente su indul­gencia.



1 Mar del Sur: nombre dado antaño al océano Pacífico.
2 Isla de Francia: antiguo nombre de la actual isla Mauricio, que, junto con la de Reunión, constituyen las islas más importantes del Archipiélago de las Mascareñas en el indico. Francia sucedió en 1715 en el dominio de la isla a los holandeses y tomó entonces el nombre de Isla de Francia. En 1810 cayó bajo el dominio inglés hasta 1968.
3 Alusión a una lectura realizada en 1784. En 1788 se publicaría la novela dentro de la tercera edición de los Estudios sobre la Naturaleza.


Ficha técnica:
http://www.librodot.com



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