lunes, 19 de agosto de 2019

Antonio Machado, Hemingway, Goethe, Voltaire, Valéry, Chaucer, Schiller. Bioy Casares. Diarios íntimos. Borges.


Martes, 22 de diciembre.1959.
Leemos poemas de Antonio Machado. BORGES: «Es más importante,
para un poeta, parecer sabio que inteligente. Antonio Machado parece
sabio; Lugones, inteligente». Sobre algunos poemas breves de Antonio
Machado dice: «Es la poesía de las Vísperas. Está a punto de todo».
Cuenta que en los momentos más crueles de la guerra civil, en Madrid,
Hemingway escribió, por broma, en la puerta del cuarto de Waldo
Frank, fascista. Esta broma pudo costarle la vida a Frank. Un escritor comunista
español, que borró la inscripción, le contó esto a Borges y
agregó que Hemingway era un mal tipo. BORGES: «Se ve en sus libros. Si
admira tanto a los malevos, él mismo debe de ser un malevo».
***
Sábado, 2 de enero. 1960.
BORGES: «El que tiene una fama universal, y misteriosa, es Goethe. No
sólo es el gran poeta; es un sabio, una suerte de Confucio o de Buda. Los
versos franceses e ingleses de Goethe eran muy malos. Había algo provincial
en Goethe. Une sorte de Voltaire sans esprit, aunque tenía más vueltas...
Sin duda habría algo en su personalidad muy poderoso, que no llegaba
a los libros: cuantos lo conocieron lo consideraron un genio». BIOY:
«¿Valéry admiraba a Goethe?». BORGES: «Con Valéry nunca se sabe; ni siquiera
se sabe si lo habrá leído... Todo en él se vuelve lejano, frío y
muerto, figuras de yeso, aforismos y alegorías». Opina después que la traducción
de las obras de Goethe hecha por Cansinos-Assens1 «parece
apresurada y poco escrupulosa».
***
Sábado, 2 de abril. 1960.
Voy a la Biblioteca. Borges da una conferencia sobre
libros esenciales. Yo me digo: «Qué equivocados los que afirman que
no habla bien: no habla con elocuencia retórica, habla pensando y
piensa con libertad, con profundidad, con riqueza. Nunca podría yo hablar
así; pensar, ante mucha gente que escucha, así. Quizá la ceguera lo
aisla y lo ayuda».

(...)
Tal vez haya que pertenecer al siglo xii para escribir eso; pero ¡qué
entusiasmado parece el poeta!».
BORGES: «Los críticos desprecian a Longfellow, pero era un hombre
muy culto. Tradujo la Divina Comedia, tradujo del español, tradujo sagas,
tradujo del anglosajón. Está a punto de escribir grandes poemas; por casi
nada fracasa. Estuvo a punto de ser un gran poeta: sentía bien los temas,
pero no tenía una sensibilidad demasiado buena para las palabras». BIOY:
«Tendría una gran facilidad. Las personas de gran facilidad no tienen
tiempo de refinar su sentido verbal. Para perfeccionar de veras el estilo,
un autor debe haber luchado alguna vez con una innata dificultad de expresión
». BORGES: «La sensibilidad, más bien. A veces sentía la diferencia
entre lo bueno y lo malo, lo genuino y lo falso. Si hubiera dado a corregir
sus poemas a Emerson...». Me hace leer en voz alta una de las traducciones
de Longfellow, la de un antiguo poema anglosajón, «The
Grave»:
For thee was a house built
Ere thou wast born,
For thee was a mould meant
Ere thou of mother camest.
But it is not made ready,
Nor its depth measured... [...]1
Dice: «Parece un poema que fatalmente debía escribirse. Los españoles
todo el tiempo están bordeándolo... Es un poema maravilloso, basado
en una única metáfora: comparar la tumba con una casa». A mí no
me gusta mucho; en realidad, me desagrada. Borges oye la lectura con
los grandes ojos abiertos, abstraídos, mirando a ninguna parte; con las
grandes y redondas ventanas de la nariz abiertas, como trompas de algún
animal formidable; con la boca entreabierta, silenciosamente repitiendo
los versos que leo, que de memoria él sabe. Aparece Silvina. La obliga a
leer los versos; yo la compadezco a Peyrou, que no
sabe inglés.
1. [Para ti fue hecha la casa,/ antes que nacieras./ Para ti fue destinada la tierra/ antes que salieras
de tu madre./ No la hicieron aún./ Su hondura se ignora... B].
614
***
Domingo, 10 de abril. 1960.
BORGES: «Bueno, en eso se parece a los grandes novelistas».
Observa que es típico en Chaucer interrumpir el relato de algo serio,
decir una breve broma y retomar el relato serio. Hablamos de la frase
«Ars longa, vita brevis»; de la excelente traducción de Chaucer:
The lyf so short, the craft so long to lerne.2
Dice Borges que el librero Keins le regaló esta variante, de Schiller:
1. «Borges se divertía mucho comentando con la princesa la pasión desaforada (y no
correspondida) que había inspirado a una conocida lesbiana» [CANTO (1989): 170].
2. [La vida tan breve, el arte tan largo de aprender, B] The Parlement of the Foules (1380),
«Proem».
617
1960
La vida es seria, el arte es alegre.1
BIOY: «Me parece muy verdadera. En el arte nos refugiamos de la
mera mortalidad de la vida, de sus dusty answers». BORGES: «Parece que la
sentencia correspondiera a una mejor teoría del arte que la del art en¬
gagé. Es claro que por ahí también se llega (pero Schiller no podía preverlo)
al dadaísmo y a todas las imbecilidades modernas». BIOY: «Bueno,
pero eso es la enfermedad de la teoría».

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