lunes, 2 de febrero de 2015

El extranjero. Albert Camus. Estudio crítico. Rafael López Franco


Albert Camus (Mondovi, 7 de noviembre de 1913 — Le Petit Villeblevin, Francia, 4 de enero de 1960) fue un novelista, ensayista, dramaturgo y filósofo francés nacido en Argelia.
En su variada obra desarrolló un humanismo fundado en la conciencia del absurdo de la condición humana. En 1957, a la edad de 44 años, se le concedió el Premio Nobel de Literatura por «el conjunto de una obra que pone de relieve los problemas que se plantean en la conciencia de los hombres de hoy».
Nació en una familia de colonos franceses (pieds-noirs) dedicados al cultivo del anacardo en el departamento de Constantina. Su madre, Catherine Hélène Sintes, nacida en Birkadem (Argelia), y de familia originaria de Menorca, era analfabeta y casi totalmente sorda. Su padre, Lucien Camus trabajaba en una finca vitivinícola, cerca de Mondovi, para un comerciante de vinos de Argel, y era de origen alsaciano como otros muchos pieds-noirs que había huido tras la anexión de Alsacia por Alemania tras la Guerra Franco-Prusiana. Movilizado durante la Primera Guerra Mundial, es herido en combate durante la Batalla del Marne y fallece en el hospital de Saint-Brieuc el 17 de octubre de 1914, hecho que propicia el traslado de la familia a Argel a casa de su abuela materna. De su progenitor, Albert, sólo una fotografía y una significativa anécdota: su señalada repugnancia ante el espectáculo de una ejecución capital. Ubicados en Argel, Camus realiza allí sus estudios, alentado por sus profesores, especialmente Louis Germain en la escuela primaria, a quien guardará total gratitud, hasta el punto de dedicarle su discurso del Premio Nobel; y también Jean Grenier, en el instituto, quien lo inició en la lectura de los filósofos, y especialmente le dio a conocer a Nietzsche.
Comenzó a escribir a muy temprana edad: sus primeros textos fueron publicados en la revista Sud en 1932. Tras la obtención del bachillerato, obtiene un diploma de estudios superiores en letras, en la rama de filosofía. La tuberculosis le impide participar en el examen de licenciatura.
En 1935 comenzó a escribir El revés y el derecho que fue publicado dos años más tarde. En Argel funda el Teatro del Trabajo que en 1937 reemplaza por El Teatro del Equipo. En esos años Albert Camus abandona el Partido Comunista por serias discrepancias, como el Pacto germano-sovietico y su apoyo a la autonomía del PC de Argelia respecto al Partido Comunista Francés.
Entra a trabajar en el Diario del Frente Popular, creado por Pascal Pia: su investigación La miseria de la Kabylia tiene un resonante impacto. En 1940 el Gobierno General de Argelia prohíbe la publicación del diario y maniobra para que Camus no pueda encontrar trabajo. Camus emigra entonces a París y trabaja como secretario de redacción en el diario Paris-Soir. En 1943 trabaja como lector de textos para Gallimard, importante casa editorial parisina, y toma la dirección de Combat cuando Pascal Pia es llamado a ocupar otras funciones en la Resistencia contra los alemanes.
El anarquista Andre Prudhommeaux lo presentó, en 1948, por primera vez, en el movimiento libertario, en una reunión del Círculo de Estudiantes Anarquistas, como simpatizante que ya estaba familiarizado con el pensamiento anarquista. Camus escribió a partir de entonces para publicaciones anarquistas, siendo articulista de Le Libertaire (precursor inmediato de Le Monde libertaire), Le révolution proletarienne y Solidaridad Obrera (de la CNT.) Camus, junto a los anarquistas, expresó su apoyo a la revuelta de 1953 en Alemania Oriental. Estuvo apoyando a los anarquistas en 1956, primero a favor del levantamiento de los trabajadores en Poznan, Polonia, y luego, en la Revolución húngara. Fue miembro de la Fédération Anarchiste.
Su ruptura con Jean-Paul Sartre tiene lugar en 1952 tras la publicación en Les Temps Modernes del artículo que éste encargó a Francis Jeanson, donde reprochaba a Camus que su rebeldía era "deliberadamente estética". En 1956, en Argel, Camus lanza su "Llamada a la tregua civil", pidiendo a los combatientes del movimiento independentista argelino y al ejercito francés, enfrentados en una crudelísima guerra sin cuartel, el respeto y la protección sin condiciones para la población civil. Mientras leía su texto, afuera, una turba heterogénea lo injuriaba, y pedía su muerte a gritos. Para él, en aquella guerra, su lealtad y su amor por Francia, no impedía el cabal conocimiento de la injusticia que vivía el pueblo argelino, depauperado y humillado, como tampoco podía impedir su amor por Argelia que se reconociera deudor de una lengua, una cultura y una sensibilidad política y social indisolublemente unidas a Francia.
Existen corrientes de opinión que afirman que esta ruptura nunca tuvo lugar realmente. La confusión entre las cartas a Sartre enviadas en la década del 1932 al 1954 fue el indicador de que Camus negaba su influencia, achacándola a 'malentendidos intencionados'. Futuras indagaciones siembran dudas sobre la autoría real de esas cartas.

Al margen de las corrientes filosóficas, Camus elaboró una reflexión sobre la condición humana. Rechazando la formula de un acto de fe en Dios, en la historia o en la razón, se opuso simultáneamente al cristianismo, al marxismo y al existencialismo. No dejó de luchar contra todas las ideologías y las abstracciones que alejan al hombre de lo humano. Lo definió como la Filosofía del absurdo, además de haber sido un convencido anarquista, dedicando parte importante de su libro "El hombre rebelde" a exponer, cuestionar y filosofar sobre sus convicciones, y demostrar lo destructivo de toda ideología que proponga una finalidad en la historia.
Camus murió el 4 de enero de 1960, en un accidente de coche cerca de Le Petit-Villeblevin. Entre los papeles que se le encontraron había un manuscrito inconcluso, El primer hombre, de fuerte contenido autobiográfico y gran belleza. Camus fue enterrado en Lourmarin, pueblo del sur de Francia donde había comprado una casa.
Biografía extraída de {http://es.wikipedia.org/wiki/Albert_Camus}

Introducción
La primera novela de Albert Camus, El Extranjero, publicada en 1937 posee, entre varias particularidades, la de ser, además la más ampliamente difundida de las obras del escritor argelino. Expresa una cierta  peculiaridad hipnótica que, aunada al ritmo y la brevedad de la narración, logra convertirla en uno de esos escasos libros que se hacen leer de un tirón. Desde el primer párrafo Camus nos sumerge en el terreno de lo absurdo que, sin embargo, nos resulta siniestramente familiar pues tal absurdo es un fiel reflejo de la existencia del hombre moderno, en la que lo cotidiano y lo extraordinario, lo predecible y lo inexplicable se alternan de manera aleatoria, simplemente suceden y el aparente carácter caótico que determina y moldea toda esa absurda sucesión de fenómenos absurdos.
Partiendo del absurdo como condición existencial primaria y destino ineludible del protagonista, el autor desarrolla una crítica elegantemente mordaz e implacable de valores de la sociedad burguesa, sumando absurdo tras absurdo expresados mediante la sacralización de la muerte, la piedad artificial de los ritos funerarios y del propio luto, así, como las conductas individuales y colectivas que los legitiman conformando un ineludible círculo vicioso de prejuicios, hipocresía e ignorancia malintencionada del cuál, una vez dentro, es absolutamente imposible escapar, pues de principio a fin, de la cuna a la tumba cada existencia individual corresponde a la concretización subjetiva de lo absurdo como rasgo definitorio y definitivo del hombre y del cosmos.
   Tema recurrente en toda su obra, el sistema Judicial es la representación última de la más absurda pretensión del hombre: creerse capaz de distinguir valor alguno en las acciones de sus semejantes y llegar a la pretensión de poder ejercer la justicia. Así dentro de la teatralidad total que es la existencia individual se representa un segundo drama: una trágica pantomima con niveles aún más patéticamente  perversos de falsedad y teatralidad. En este teatro de la crueldad el actor por antonomasia, el histrión último es el juez, impostor de Dios, representación de la incurable necedad del hombre que, ciego a la verdad, se cree capaz de ejercer la justicia.
Resumen del argumento
El argumento del "extranjero" es muy sencillo: Meursault, un chico joven recibe un telegrama anunciando la muerte de su madre, a quien había decidido enviar a un asilo de ancianos puesto que, como admitirá ulteriormente, ya no tenían más nada que decirse. El joven Meursault toma un par de días de descanso de su trabajo, el autor no da una idea concreta de cual es su trabajo (solo que se encuentra en una oficina en el puerto), y asiste al funeral de su madre durante el cual no siente ni manifiesta congoja alguna y sólo le incomoda el calor implacable del verano argelino y el no poder fumar delante del féretro. De vuelta en la ciudad se encuentra con una antigua compañera de trabajo con quien inicia una relación y a la que manifiesta estar dispuesto a casarse con ella a pesar de estar convencido de no amarla (da la impresión que solo sea una relación de placer propio.) En esos días traba amistad con Raymond, un sujeto que aparenta ser un proxeneta y que se halla en problemas con un grupo de árabes. En un paseo a la playa el nuevo amigo de Meursault es amenazado por un grupo de árabes, pasado el incidente Meursault regresa a confrontar a sus adversarios, revolver en mano y deslumbrado por el sol dispara varias veces sobre uno de ellos hasta matarlo.
Meursault es procesado en una atmósfera absurda y en el Tribunal se establece que no ha llorado por la muerte de su madre, que tiene relaciones sexuales extramaritales con una mujer apenas dos días tras el fallecimiento de su progenitora y, según su propio testimonio, que ha disparado contra el árabe porque le dolía la cabeza y la luz del sol le había deslumbrado. Es hallado culpable y condenado a muerte. Frente al capellán de la prisión, la víspera de su ejecución manifiesta su ateísmo, su falta de temor ante la muerte y la conciencia de la indiferencia absoluta entre morir un día u otro, en aquel momento o cincuenta años más tarde. Su único deseo, al final, es acudir al patíbulo rodeado por los gritos de odio de la multitud enfebrecida.
El protagonista
Meursault, un juego de palabras ligado a la relación que tenía con el clima de su Argelia natal, (constituido por las palabras mar y sal/meur et sault.) Es el héroe absurdo prototípico, más que un solitario, un náufrago desolado a la merced de las olas de un absurdo mayor que el propio: la sociedad. Carece de la hipocresía básica necesaria para sobrevivir en la sociedad burguesa, pero no apela con esto a anhelo alguno de virtud, su sinceridad y honestidad, extrema hasta la ingenuidad, es producto de la relación absurda entre dos entes absurdos: el hombre y el mundo, y nace de la respuesta natural del sujeto humano ante tal estado de cosas, la indiferencia. Meursault no es un intelectual amargado, por el contrario es un joven lleno de vitalidad, con el hedonismo egocéntrico propio de los veinte y tantos años, abraza la vida en cuanto se le ofrece con la espontaneidad, tan natural que parece que tenga una pasividad exultante ante todo. Así acepta el amor de Maria, la amistad de Raymond, el regalo ardiente del sol en medio de la frescura del mediterráneo. Esta manera de ser cargada de sensualismo marca todos sus actos, incluyendo los más "trascendentales", en un mundo en el que nunca se molesta en subrayar dada lo obvio de su naturaleza, como son el homicidio y la propia muerte.{ Meursault prefigura el Sísifo sonriente que años más tarde concebirá Camus en su optimista apologética del absurdo Le myth de Sysiphe.} – Frase extraída de la biografía de las primeras páginas del libro.
"Mersault pues es considerado desde mi más humilde opinión como un personaje extraño, intrigante, misterioso, absurdo ya que no mantiene una relación con la sociedad dentro de lo que se considera lo normal, su frialdad despierta curiosidad por saber más, por intentar escudriñar página a página el por qué, quien es y que es lo que hace que tenga está animadversión por la vida. Un ser extraño que crea una curiosidad insaciable que hace que se lea la novela de un tirón."

Resumen de la novela por capítulos

Capitulo I
Los hechos ocurren en Argel. El protagonista, Meursault recibe un telegrama en el que se le informa que su madre ha fallecido. Debe partir hacia Marengo, donde se encuentra el asilo de ancianos, lugar en el que se hallaba su madre. Pide permiso a su patrón y emprende el viaje.Una vez en el asilo, él esta centrado en sus preocupaciones, se niega a ver el cuerpo de su madre y realiza reflexiones que demuestran su indiferencia ante un hecho de tanta importancia. En lugar de llorar a su madre, de expresarle su dolor, conversa con el conserje, sobre Paris. Fuma, se mantiene distante con los amigos de su madre que vienen a participar del velorio, le molesta el llanto de una de las mujeres. Se duerme. El entierro le resulta pesado, tortuoso por el calor de la jornada. Una vez concluido regresa a Argel con alegría pensando solamente en dormir. Nada hubo en él que expresara aflicción, pesar. Había muerto su madre, sin embargo, todo fue un trámite.

Capitulo II
Al despertar y darse cuenta que es sábado, siente el gozo de saber que tiene aun dos días de "vacaciones" (en realidad es el permiso que pidió a su jefe por la muerte de su madre) y decide ir a bañarse al mar. Se encuentra con Maria Cardona, antigua mecanógrafa de su oficina, por la que había sentido deseos en el pasado. La invita al cine y luego pasa la noche con ella. Habían transcurrido pocas horas del entierro de su madre. Sin embargo, no pareció importante. En cambio, a Maria le impresionó, aunque no hizo ningún comentario. Él, entendía que no era su culpa; ya se había disculpado con su patrón. Con ella no se disculparía.Llega el domingo, describe la gente que pasa por la calle, reflexiona acerca de lo que harán y donde irán y también expresa el aburrimiento que le provoca ese día. Pensó que ya era un domingo menos, que su madre estaba ahora enterrada, que volvería a su trabajo. Nada había cambiado. El vacío que vive es extremo. No hay ninguna expresión de sensibilidad en sus reflexiones. Todo en él acontece como en forma autómata, fría muy fría.

Capitulo III
Vuelve a su trabajo. Su patrón lo saluda por el luto y le pregunta por la edad de su madre. No la recuerda. Da una edad aproximada. Demuestra aquí un gran desamor por ella. Algo extraño, sus afectos no significan mucho, pero si el hacho de que la toalla que utiliza para secar sus manos, esté húmeda por la tarde. Sale a almorzar con un amigo, duerme un poco y luego regresa a la oficina. Al regresar a su casa, se encuentra con Salamano, un vecino viejo que tiene un perro sarnoso e enfermo de la piel. Describe la relación entre ambos. A continuación se encuentra con Raymond Sintes, un segundo vecino que lo invita a comer algo en su habitación. Raymond le cuenta una historia que ha vivido con una amante. Lo escucha pero casi sin interesarse por el relato. Por eso, cuando Raymond le pide consejo, le responde con oraciones breves y ante la propuesta de escribir la carta, responde afirmativamente de la misma forma que hubiera rechazado.
Le era indiferente hacerlo o no. No le molestaba. Una vez terminada, vuelve a su departamento y escucha gemir al perro del viejo Salamano. A Meursault le daba lo mismo ser su camarada que no serlo. Total imparcialidad.

Capitulo IV
Trabajó mucho toda la semana. Fue dos veces al cine con Emmanuel, el sábado va nuevamente a la playa y pasan la noche juntos. El domingo almuerzan juntos. Sienten una discusión en la habitación de Raymond. Allí le cuenta a Maria la historia del amante del vecino. Termina interviniendo la policía. Él, debe salir de testigo, afirma que le "da lo mismo" aunque no sabia que debía decir. Cuando regresan se encuentran con Salamano que había extraviado su viejo perro. Su consuelo hacia el vecino es muy técnico, solo hace mención a la actitud de la perrera. No es capaz de captar la soledad y el dolor de Salamano.
Capitulo V
Un día en el que recibió varias propuestas: Raymond lo invita a pasar el domingo en una cabaña en la paya de un amigo, cerca de Argel. El patrón le propone enviarlo a una oficina que instalará en Paris. Meursault expresa que le da igual. Ante la pregunta de su jefe si no le interesa un cambio de vida, responde que nunca se cambia de vida, que todas valían lo mismo. He aquí la absoluta indiferencia. Su jefe observa que jamás responde directamente que no tiene ambiciones. Por la tarde Maria le pregunta si quería casarse con ella. Nuevamente la respuesta es: "me da igual". No hay en él "sí" o "no". Pareciera que nada tiene sentido, nada le importa lo suficiente como para jugarse en una decisión personal única y responsable. Maria lo ama y se lo dice; él ciertamente no la quiere y lo dice. Para él, el matrimonio no es cosa seria. Pero si ella desea casarse él lo haría cuando ella lo disponga.Cena en el bar de Celeste, una extraña mujercita se sentó a su mesa, pidió la cena y extrajo una revista radiofónica en la que marco las emisiones. Esto le llamo la atención a Meursault. Por ello al salir ella, él como no tenia nada que hacer, salió también y la siguió. Termino por perderla entonces, volvió a su casa, encuentra a Salamano desolado por la perdida de su perro. Habla con él, lo escucha, se aburre pero como no tiene nada que hacer, ni sentía sueño, se queda con su vecino. No es el afecto ni la preocupación del otro lo que lo hacen quedar con Salamano. Sólo para poder dejar pasar las horas.
Capitulo VI
Llego el domingo. Raymond, Maria y él marchan hacia la cabaña de la playa de Masson. Al salir, enfrente había un grupo de árabes, entre ellos estaba el hermano de la joven a la que Raymond golpeo. Sin embargo, no les dieron importancia. Siguieron su camino. Se bañan, almuerzan y luego los tres hombres salen a caminar. Se cruzan con dos árabes, que vienen tras Raymond a vengar la paliza que le dio a su amante. Raymond es herido. Lo llevan a un medico. Nuevamente vuelve a salir con Meursault y se encuentra otra vez con los árabes Raymond saca un arma pero no la dispara. Meursault se la pide. Regresan, pero él no quiere encontrarse con las mujeres y decide seguir caminando. El sol le molestaba, el calor lo sofocaba. Encuentra al árabe que hirió a Raymond, le muestra su cuchillo y él dispara. Meursault comprende que destruyó el equilibrio del día. Por primera vez un domingo fue diferente para él. Había sido feliz. Disparo cuatro veces más sobre el cuerpo y reconoce que así llama a la puerta de la desgracia, ya que esto lo condenara seguramente.

Segunda Parte
Capitulo I
Es llevado a un juez de instrucción e interrogado. No había escogido abogado, ja que otra vez daba muestras de total indiferencia, por lo tanto le envían un letrado de oficio. El abogado decide ayudarlo, pero Meursault, absolutamente sincero le afirma que perdió la costumbre de interrogarse, de reflexionar. Su abogado le pregunta si sintió dolor el día del entierro de su madre. Los instructores saben de las muestras de insensibilidad de ese día y harán hincapié en ello el día del juicio. El abogado no logró convencerlo de decir que ese día había reprimido sus sentimientos naturales. Al poco tiempo, compadece nuevamente ante el juez. El juez buscaba el arrepentimiento de él, pero ni siquiera ante el crucifijo, se conmovió. Afirma no creer y más que culpable o arrepentido se confiesa aburrido. El juez resultaba ser una persona muy exaltada y preocupada por la pasividad de MeursaultLas visitas del juez continuaron, pero él no le prestaba atención, estaba cansado de contar siempre lo mismo.
Capitulo II
Maria lo visita por primera y única vez ya que se lo prohibían por no ser su mujer. Allí comienza a sentir que está prisionero.Aquí describe las sensaciones que siente en la prisión: la falta de una mujer, la prohibición de fumar, la falta de libertad. Reflexiona sobre el paso del tiempo estando encerrado. Por primera vez, algo parece importarle. Es el castigo, pero, confiesa no sentirse desgraciado. El único problema era matar el tiempo y para ello comenzó a recordar. Así terminó por no aburrirse. Confiesa que con las horas de sueño, los recuerdos, la lectura de una historia seca y la alternancia de la luz y la sombra discurrió el tiempo. Habían pasado cinco meses.
Capitulo III
Comienza su juicio. El abogado le informa que no es el más importante porque hay otro caso: homicidio (este caso ha atraído a muchos periodistas, Meursault hace referencia a el ambiente de desparpajo y normalidad que hay entre los periodistas.) Este último concentró la atención de los periodistas, por ello hay mucha gente. Al entrar al juzgado le da la sensación de estar en un club. Todos se conocen, se saludan; él se siente un intruso, pero está tranquilo. Hasta que escucha los nombres de los testigos: el director y el conserje del asilo, Raymond, Massou, Salamano, Maria. Comienza a ser interrogado por el fiscal que hace hincapié en el tema de la madre, porque la llevó al asilo. Luego toma testimonio al director y al conserje del asilo. Ambos hablaron de su negación a ver el cuerpo, que no lloró, que se fue inmediatamente después del entierro sin recogerse ante su tumba, ni siquiera sabía la edad de su madre. El fiscal ante estas respuestas experimentó una sensación de triunfo. Meursault se da cuenta de que las cosas no van resultando a su favor porque no solo se lo juzga por su crimen sino también por no haber sido un buen hijo. Maria, Massou, Raymond, testimoniaron destacando sus cualidades, pero el fiscal se mantuvo en la misma línea: para desacreditarlo ante el jurado.
Capitulo IV
Continúa el Juicio. El protagonista siente que se habla más de él que de su crimen. Se realizan los alegatos del fiscal y el abogado defensor. El fiscal insiste en que jamás lamentó haber asesinado al árabe. Meursault piensa que él jamás lamentó nada verdaderamente. Cuando el presidente del tribunal le pregunta si desea decir algo, expresa que no tuvo intención de matar al árabe, que todo fue por causa del sol. Todos rieron en la sala. El alegato del abogado defensor fue menos efusivo. El tribunal se retira de la sala. Delibera. Regresa y se da la sentencia: culpable de asesinato. Sería decapitado en una plaza pública y en nombre del pueblo francés.
Capitulo V
Por tercera vez se niega a recibir al capellán, no tiene deseos de hablar. Tan solo piensa en las posibilidades que se le presentan para volver a la libertad, pero se centra sobre todo en dos cosas: el alba y su petición de indulto. Paso sus noches esperando esa alba en la que lo ejecutarían. Cuando el amanecer pasaba y seguía vivo, reflexionaba sobre el indulto. Deseaba obtenerlo pero también se imaginaba que la petición era rechazada y todo volvía a comenzar. Finalmente el capellán entra en su celda e intenta explicarle porque necesita el consuelo de Dios. Él, sigue firme en su incredulidad y sostiene que todos estamos condenados a muerte, por lo que ese consuelo no tiene sentido, llega a molestarse mucho y a tomar al sacerdote por el cuello. Intervienen los guardias. El capellán lloró por él. Meursault recuperó la calma cuando éste se fue. Agotado, se durmió. En el límite de la noche, las sirenas sonaron. Anunciaban su ejecución. Por primera vez, pensó en su mamá y se abrió "a la tierra indiferencia del mundo". Deseaba la presencia de muchos espectadores que lo acogieran con gritos de odio.
"Me sorprendió el final de la novela, sinceramente cuando acabe el último párrafo no podía creer que acabara así, me dejo con más intriga que antes sobre la actitud del protagonista, esta misma intriga me hizo pensar sobre la historia aún más. Creo que Camus hizo esto para intentar hacer pensar al lector, para que así siguiera preguntándose el valor de la vida y siguiera enamorado de la actitud de Meursault"
Conclusión
En la primera parte, bueno al menos así lo propongo yo, se describe a Meursault como un personaje apático, indiferente de la vida, como desconectado del mundo, este obrar de Meursault es lo que Camus establece como la "sensibilidad absurda" (El mito de Sisifo), es la "vida inauténtica" al decir de Heidegger (Sein und Zeit) en donde las personas viven para ocultar su verdadero ser, que es, ni mas ni menos que el hombre "es-un-ser-para-la-muerte".Explicándolo de otro modo, estamos destinados a morir, pero esta realidad, el camino hacia la muerte o sea la nada, nos genera una angustia gigantesca que tratamos de todos modos de evadirnos de ella. Es por ello que Meursault tiene este comportamiento indiferente, no esta enterado, en esta primera parte, de su verdadero ser, tiene una vida inauténtica, es un verdadero extranjero de su propio ser. Meursault, no se pregunta por que vivir, solo vive y con esta actitud frente a la vida se evade de su propio ser.Esta preso de la vida inauténtica.La segunda parte seria una especie de salto hacia él "ser autentico", es la liberación, es el reencuentro con su ser, este punto es central en la obra, Meursault se topa con la primera certeza en su vida, que va ha morir ejecutado, después de un juicio, por haber dado muerte a un hombre, cuando toma al sacerdote por el cuello, si mal no recuerdo, se produce una rebelión en el, descubre su ser, su verdadero y autentico ser, sabe que es un hombre destinado a la muerte y la aceptación de ella lo hace libre, y es por primera ves en su vida un hombre libre y dueño de su vida, es tan libre que ni siquiera el temor a morir ejecutado lo amedrenta, es mas bien su salvación, su verdadera liberación de aquella vida indiferente hacia las cosas y evasiva de si mismo, a partir de ahora Meursault se hace dueño de su vida, recobra su humanidad, aunque ya no le quede mas tiempo en este mundo. Albert Camus toma al nihilismo, como razón del ser (bueno todos los pensadores existencialistas lo han hecho) y lo plasma en la esta novela de manera brillante. Como tal se entiende la decisión del protagonista de rechazar la visita del capellán, ya que tomando el nihilismo como actitud hacía la vida por parte del autor no puede aceptar la existencia de una "ley superior" que determine nuestra vida.




Autor:
Rafael López Franco


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