viernes, 30 de julio de 2010

LITERATURA FANTASTICA.






LITERATURA FANTÁSTICA.
Para todos los amantes de la Literatura Fantástica, les recomiendo la siguiente Antología: Jorge Luis Borges
Silvina Ocampo
Adolfo Bioy Casares

Antología
de la literatura
fantástica
EDHASA-SUDAMERICANA



Diseño Diego Pedra
Editorial Sudamericana, S. A.
Humberto I, 545, Buenos Aires.

(c) Editora y Distribuidora
Hispano Americana, S. A. (EDHASA)
Avda. Infanta Carlota, 129, Barcelona-15
Telfs. 239 39 30 - 230 18 51

IMPRESO EN ESPAÑA
Depósito legal: B. 23.175-1977
ISBN: 84-350-0165-2

Esta edición de Antología de la literatura fantástica,
de Jorge Luis Borges, Silvina Ocampo y
Adolfo Bioy Casares,
se terminó de imprimir
el día 15 de junio de 1977,
en los talleres gráficos de Romanya/Valls,
Verdaguer, 1, Capellades,
Barcelona.





Nota: Espero que la puedan conseguir en cualquier librería. Si no la pueden obtener con gusto se las puedo enviar versión Digital. J. Méndez Limbrick.


PRÓLOGO

1. HISTORIA

Viejas como el miedo, las ficciones fantásticas son an¬teriores a las letras. Los aparecidos pueblan todas lar literaturas: están en el Zendavesta, en la Biblia, en Homero, en Las Mil y una Noches. Tal vez los primeros especialistas en el género fueron los chinos. El admirable Sueño del Aposento Rojo y hasta novelas eróticas y realistas, como Kin P'ing Mei y Sui Hu Chuan, y hasta los libros de filosofía, son ricos en fantasmas y sueños. Pero no sabemos cómo estos libros representan la literatura china; ignorantes, no podemos conocerla directa¬mente, debemos alegrarnos con lo que la suerte (profesores muy sabios, comités de acercamiento cultural, la se¬ñora Perla S. Buck), nos depara. Ateniéndonos a Europa y a América, podemos decir: como género más o menos definido, la literatura fantástica aparece en el siglo XIX y en el idioma inglés. Por cierto, hay precursores; cita¬remos: en el siglo XIV, al infante Don Juan Manuel; en el siglo XVI, a Rabelais; en el XVII, a Quevedo; en el XVIII, a De Foe1 y a Horace Walpole2; ya en el XIX, a Hoffmann.


2. TÉCNICA
No debe confundirse la posibilidad de un código ge¬neral y permanente, con la posibilidad de leyes. Tal vez la Poética y la Retórica de Aristóteles no sean posibles; pero las leyes existen; escribir es, continuamente, descu¬brirlas o fracasar. Si estudiamos la sorpresa como efecto literario, o los argumentos, veremos cómo la literatura va transformando a los lectores y, en consecuencia, cómo éstos exigen una continua transformación de la literatura. Pedimos leyes para el cuento fantástico; pero ya veremos que no hay un tipo, sino muchos, de cuentos fantásticos. Habrá que indagar las leyes generales para cada tipo de cuento y las leyes especiales para cada cuento. El escritor deberá, pues, considerar su trabajo como un problema que puede resolverse, en parte, por las leyes generales y preestablecidas, y, en parte, por leyes especiales que él debe descubrir y acatar.

a) Observaciones generales:

El ambiente o la atmósfera. Los primeros argumentos eran simples —por ejemplo: consignaban el mero hecho de la aparición de un fantasma— y los autores procura¬ban crear un ambiente propicio al miedo. Crear un am¬biente, una "atmósfera”, todavía es ocupación de muchos escritores. Una persiana que se golpea, la lluvia, una frase que vuelve, o, más abstractamente, memoria y paciencia para volver a escribir cada tantas líneas, esos leitmotive, crean la más sofocante de las atmósferas. Algunos de los maestros del género no han desdeñado, sin embargo, estos recursos. Exclamaciones como ¡Honor! ¡Espanto! ¡Cuál no sería mi sorpresa!, abundan en Maupassant. Poe —no, por cierto, en el límpido M. Valdemar— aprovecha los caserones abandonados, las histerias y las melancolías, los mustios otoños.
Después algunos autores descubrieron la conveniencia de hacer que en un mundo plenamente creíble sucediera un solo hecho increíble; que en vidas consuetudinarias y domésticas, como las del lector, sucediera el fantasma. Por contraste, el efecto resultaba más fuerte. Surge en¬tonces lo que podríamos llamar la tendencia realista en la literatura fantástica (ejemplo: Wells). Pero con el tiempo las escenas de calma, de felicidad, los proyectos para después de las crisis en las vidas de los personajes, son claros anuncios de las peores calamidades; y así, el contraste que se había creído conseguir, la sorpresa, des¬aparecen.
La sorpresa. Puede ser de puntuación, verbal, de ar¬gumento. Como todos los efectos literarios, pero más que ninguno sufre por el tiempo. Sin embargo, pocas veces un autor se atreve a no aprovechar una sorpresa. Hay excepciones: Max Beerbohm, en Enoch Soames, W.W. Jacobs, en La Pata de Mono. Max Beerbohm deliberadamente, atinadamente, elimina toda posibilidad de sor¬presa con respecto al viaje de Soames a 1997. Para el menos experto de los lectores habrá pocas sorpresas en La Pata de Mono; con todo, es uno de los cuentos más impresionantes de la antología. Lo prueba la siguiente anécdota, contada por John Hampden: Uno de los es¬pectadores dijo3 después de la representación que el horrible fantasma que se vio al abrirse la puerta, era una ofensa al arte y al buen gusto, que el autor no debió mostrarlo, sino dejar que el público lo imaginara; que fue, precisamente, lo que había hecho.
Para que la sorpresa de argumento sea eficaz, debe estar preparada, atenuada. Sin embargo, la repentina sor¬presa del final de Los caballos de Abdera es eficacísima; también la que hay en este soneto de Banchs:

Tornasolando el flanco a su sinuoso
paso va el tigre suave como un verso
y la ferocidad pule cual terso
topacio el ojo seco y vigoroso.
Y despereza el músculo alevoso
de los ijares, lánguido y perverso,
y se recuesta lento en el disperso
otoño de las hojas El reposo...
El reposo en la selva silenciosa.
La testa chata entre las garras finas
y el ojo fijo, impávido custodio.
Espía mientras bate con nerviosa
cola el haz de las férulas vecinas,
en reprimido acecho... así es mi odio.4

El Cuarto Amarillo y el Peligro Amarillo. Chesterton señala con esta fórmula un desiderátum (un hecho, en un lugar limitado, con un número limitado de personajes) y un error para las tramas policiales, creo que puede aplicarse, también, a las fantásticas. Es una nueva versión —periodística, epigramática— de la doctrina de la tres unidades. Wells hubiera caído en el peligro amarillo si hubiera hecho, en vez de un hombre invisible, ejércitos de hombres invisibles que invadieran y dominaran el mundo (plan tentador para novelistas alema¬nes), si en vez de insinuar sobriamente que Mr. Lewisham podía estar "saltando de un cuerpo a otro" desde tiem¬pos remotísimos y de matarlo inmediatamente, nos hiciera asistir a las historias del recorrido por los tiempos, de este renovado fantasma.

b) Enumeración de argumentos fantásticos

Argumentos en que aparecen fantasmas. En nuestra antología hay dos5, brevísimos y perfectos: el de Ireland y el de Loring Frost. El fragmento de Carlyle (Sartor Resartus), que incluimos, tiene el mismo argumento, pero al revés.
Viajes por el tiempo. El ejemplo clásico es La Máquina del Tiempo. En este inolvidable relato, Wells no se ocupa de las modificaciones que los viajes determinan en el pasado y en el futuro, y emplea una máquina que él mismo no se explica. Max Beerbohm, en Enoch Soames emplea al diablo, que no requiere explicaciones, y discute, aprovecha, los efectos del viaje sobre el porvenir.
Por su argumento, su concepción general y sus detalles —muy pensados, muy estimulantes del pensamiento y de la imaginación—, por los personajes, por los diálogos, por la descripción del ambiente literario de Inglaterra a fines del siglo pasado, creo que Enoch Soames es uno de los cuentos largos más admirables de la antología.
"El Más Hermoso Cuento del Mundo”, de Kipling es también de riquísima invención de detalles. Pero el autor parece haberse distraído en cuanto a uno de los puntos más importantes. Nos afirma que Charlie Mears estaba por comunicarle el más hermoso de los cuentos pero no le creemos, si no recurría a sus "invenciones precarias", tendría algunos datos fidedignos o, a lo más, una historia con toda la imperfección de la realidad, o algo equivalente a un atado de viejos periódicos, o —según H. G. Wells— a la obra de Marcel Proust. Si no esperamos que las confidencias de un botero del Tigre sean la más hermosa historia del mundo, tampoco debemos esperarlo de las confidencias de un galeote griego que vivía en un mundo menos civilizado, más pobre.
En este relato no hay propiamente, viaje en el tiempo; hay recuerdos de pasados muy lejanos. En El Destino es Chambón de Arturo Cancela y Pilar de Lusarreta el viaje es alucinatorio.
De las narraciones de viajes en el tiempo, quizá la de invención y disposición más elegante sea El Brujo Postergado, de Don Juan Manuel.
Los Tres Deseos. Hace más de diez siglos empezó a escribirse este cuento; colaboraron en él escritores ilustres de épocas y de tierras distantes, un oscuro escritor contemporáneo ha sabido acabarlo con felicidad.
Las primeras versiones son pornográficas; las encontramos en el Sendebar, en Las Mil y Una Noches (Noche 596: El hombre que quería ver la noche de la omnipotencia), en la frase “más desdichada que Banús” registrada en el Kamus, del persa Firuzabadi.
Luego, en Occidente, aparece una versión chabacana. Entre nosotros —dice Burton— (el cuento de los tres deseos) ha sido degradado a un asunto de morcillas.
En 1902, W. W. Jacobs, autor de sketches humorísti¬cos, logra una tercera versión, trágica, admirable.
En las primeras versiones, los deseos se piden a un dios o a un talismán que permanece en el mundo. Jacobs escribe para lectores más escépticos. Después del cuento no continúa el poder del talismán (era conceder tres deseos a tres personas y el cuento refiere lo que sucedió a quienes pidieron los últimos tres deseos). Tal vez lle¬guemos a encontrar la pata de mono —Jacobs no la des¬truye— pero no podremos utilizarla.
Argumentos con acción que sigue en el infierno. Hay dos en la antología, que no se olvidarán: el fragmento de Arcana Coelestia, de Swedenborg, y Donde su Fuego Nunca se Apaga, de May Sinclair. El tema de este último es el del Canto V de La Divina Comedia:

Questi, che mai, da me, non fia diviso,
La bocca mi bacio tutto tremante.

Con personaje soñado. Incluimos: El impecable Sueño Infinito de Pao Yu, de Tsao Hsue Kin; el fragmento de Through the Looking-Glass, de Lewis Carrol;. La Úl¬tima Visita del Caballero Enfermo, de Papini.
Con metamorfosis. Podemos citar La Transformación, de Kafka; Sábanas de Tierra, de Silvina Ocampo; Ser Polvo, de Dabove; Lady into Fox, de Garnett.
Acciones paralelas que obran por analogía. La Sangre en el Jardín, de Ramón Gómez de la Serna: La Secta del Loto Blanco.
Tema de la inmortalidad, Citaremos El Judío Errante; Mr. Elvisham. de Wells. Las Islas Nuevas, de María Luisa Bombal; She. de Rider Haggard; L´Atlantide. de Pierre Benoit.
Fantasías metafísicas. Aquí lo fantástico está, más que en los hechos, en el razonamiento. Nuestra antología incluye: Tantalia. de Macedonio Fernández; un fragmento de Star Maker. de Olaf Stapledon; la historia de Chuang Tzu y la mariposa, el cuento de la negación de los mi-lagros; Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, de Jorge Luis Borges.
Con el Acercamiento a Almotásim. con Pierre Menard, con Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, Borges ha creado un nuevo género literario, que participa del ensayo y de la ficción; son ejercicios de incesante inteligencia y de imaginación feliz, carentes de languideces, de todo ele-mento humano, patético o sentimental, y destinados a lec¬tores intelectuales, estudiosos de filosofía, casi especialis¬tas en literatura.
Cuentos y novelas de Kafka. Las obsesiones del infi¬nito, de la postergación infinita, de la subordinación je¬rárquica, definen estas obras; Kafka, con ambientes coti¬dianos, mediocres, burocráticos, logra la depresión y el horror; su metódica imaginación y su estilo incoloro nunca entorpecen el desarrollo de los argumentos.
Vampiros y castillos. Su paso por la literatura no ha sido feliz: recordemos a Drácula, de Bram Stoker (Pre¬sidente de la Sociedad Filosófica y Campeón de Atletismo de la Universidad de Dublín), a Mrs. Amworth, de Benson. No figuran en esta antología.
Los cuentos fantásticos pueden clasificarse, también, por la explicación:

a) Los que se explican por la agencia de un ser o de un hecho sobrenatural.
b) Los que tienen explicación fantástica, pero no sobre¬natural ("científica" no me parece el epíteto conve¬niente para estas intenciones rigurosas, verosímiles, a fuerza de sintaxis).
c) Los que se explican por la intervención de un ser o de un hecho sobrenatural, pero insinúan, también, la posibilidad de una explicación natural (Sredni Vashtar de Saki); los que admiten una explicativa alucinación. Esta posibilidad de explicaciones natura¬les puede ser un acierto, una complejidad mayor; generalmente es una debilidad, una escapatoria del autor, que no ha sabido proponer con verosimilitud lo fantástico.


3. LA ANTOLOGÍA QUE PRESENTAMOS

Para formarla hemos seguido un criterio hedónico; no hemos partido de la intención de publicar una antología. Una noche de 1937 hablábamos de literatura fantástica, discutíamos los cuentos que nos parecían mejores; uno de nosotros dijo que si los reuniéramos y agregáramos los fragmentos del mismo carácter anotados en nuestros cua¬dernos, obtendríamos un buen libro. Compusimos este libro.
Analizado con un criterio histórico o geográfico pa¬recerá irregular. No hemos buscado, ni rechazado, los nombres célebres. Este volumen es, simplemente, la re¬unión de los textos de la literatura fantástica que nos parecen mejores.
Omisiones. Hemos debido resignarnos, por razones de espacio, a algunas omisiones. Nos queda material para una segunda antología de la literatura fantástica.
Deliberadamente hemos omitido: a E. T. W. Ho-fmann, a Sheridan Le Fanu, a Ambrose Bierce, a M. R. James, a Walter de la Mare.
Aclaración. La narración titulada El Destino es Cham¬bón perteneció a una proyectada novela de Arturo Cancela y Pilar de Lusarreta sobre la revolución del 90.
Gratitudes. A la señora Juana González de Lugones y al señor Leopoldo Lugones (hijo), por el permiso de incluir un cuento de Leopoldo Lugones.
A los amigos, escritores y lectores, por su colaboración.
ADOLFO BIOY CASARES, Buenos Aires, 1940

miércoles, 21 de julio de 2010

EL LABERINTO DEL VERDUGO. POR ALFONSO CHASE. COMENTARIOS.



Premio Editorial Costa Rica, 2009.

Novela que entretiene al lector y lo desafía a solucionar múltiples claves de la compleja vida nacional, tras las cuales se han organizado los hechos narrados con maestría y paciencia por Méndez Limbrick. Sus personajes son seres astutos que no dan tregua al lector y lo mantienen bajo el desafío de sus cambiantes identidades.

El laberinto del verdugo
Jorge Mendez Limbrick
Premio Editorial
Costa Rica 2009
Editorial Costa Rica 2010
POR ALFONSO CHASE.


“El laberinto del Verdugo”, de Jorge Méndez Limbrick, (San José, 1954) puede tener múltiples lecturas. Puede ser el detenerse en los variados personajes que dan forma a la trama, meterse en ella para entender sus reacciones, analizar si esta determina tanta movilidad actoral o, simplemente, que sea la lectura anticipada de algo que va a ocurrir, en el futuro inmediato en la ciudad de San José. La novela está construida de forma sabia y magistral, para irse leyendo de manera lenta y hasta morosa. Construida en cuatro apartes, que se interrelacionan entre sí, es una especie de suite que amerita una lectura detenida para así conocer el interior de los personajes que hablan con soltura y franqueza, de diversos temas, desde el ocultismo barato hasta la profundidad de la búsqueda por medio de la introspección, con descripciones muy puntillosas de lo exterior: calles, habitaciones, diferencias sociales, pero sin dejar de lado el espíritu de los protagonistas, si este existiera, y no fuera más que una larga penetración recíproca en las mentes de todos ellos. En mi caso como lector, me interesó el clima descrito en la obra, desde el hospital psiquiátrico hasta la cueva del supuesto vampiro, los extraños 22 asesinatos, la vida de los dueños de la noche, los personajes y personajillos, hasta los lúgubres cementerios de trenes del ferrocarril.
Pero lo importante es la sinopsis de lo que ocurre en la ciudad, el verdadero sistema oculto que Méndez Limbrick logra desentrañar, que tiene matices de una cultura nocturna, poco conocida y el lograr dárnosla con gran categoría artística. Indudablemente que todo es un laberinto donde un asesino, puede ser, se convierte en un verdugo, de su propia naturaleza y la de los otros. La trama, también, presenta la existencia de periodistas, uno muy definido, las notas suceseras, las locas teorías policiales, el papel del Gran Archivero de la Noche, los detalles de la vida en el laberinto y lógicamente, la presencia del verdugo que podemos ser, también, todos los lectores, dentro de cánones muy especiales de lo que la portada dice: novela negra, que no es otra cosa que la novela policial, con detalle de la búsqueda del poder, al menos nominal, la maldad escondida, el suspenso, en menor cantidad, los crímenes personales, o por encargos mentales, en una compleja madeja de deambule por la ciudad capital, con asuntos netamente locales, que descubren también su universalidad. Todo lo anterior descrito en una realidad sombría, como lo han hecho antes Carlos Cortés, Guillermo Fernández, Alexander Obando o el mismo Méndez Lámbrick en libros anteriores. No siendo una novela cifrada, sobre un crimen específico, permite al autor darle forma a una estructura que nos empuja a la lectura lenta pero constante, todo en esa unidad muy bien elaborada de paredes psiquiátricas, bufetes, archivos y los laberintos, donde el monólogo, el diálogo, la tertulia eufórica y radiante, hace que los escuchantes tengan tanto valor como los lectores.
En mi criterio el gran protagonista es el miedo larvado, la mentira continua, las contradicciones entre las teorías y las realidades policiales, muy contrastantes, todo nimbado por el discurso monológico de Beatriz Muriel Nigroponte, que determina una constante para ir descubriendo los enigmas. Como toda novela nocturna, para-policial, negra según algunos, gris algunas veces, los asesinatos de mujeres, constantes, son también algo de ritual de esa misteriosa cofradía, dirigida y coptada por el misterioso Arthur Blackwood. Una novela para iniciados, en el mundo misterioso de una ciudad con todo el peso del pasado, el presente y ese futuro que bien puede ya esperarse, ese safari policial que redondea el final.
Una obra elaborada con inteligencia, plenitud artística, conocimiento de la narrativa actual. Un texto policial pero nunca policìaco. Un viaje a la zona fantasma, con todo el conocimiento, ya disperso, del Gran archivero de la noche.

ENTREVISTA CON JORGE MENDEZ SOBRE SU LIBRO "EL LABERINTO DEL VERDUGO"
13 Julio 2010 Evelyn Ugalde
Le preguntamos al escritor Jorge Méndez Limbrick algunos asuntos que nos preocupaban con respecto a su nueva novela ganadora del premio Editorial Costa Rica, llamada " EL laberinto del verdugo".

Lea sus respuestas aqui:
-¿Esta novela tiene una cierta continuación con la anterior suya?Definitivamente. aunque se pueden leer por separado yo diría que es una continuación o esa ha sido mi intención. Ojalá que también pueda terminar la tercera parte que ya estoy escribiendo.

-¿Esta novela “El laberinto del verdugo” cuánto tardó en realizarla , desde cuándo trabaja en ella?Duré aproximadamente cuatro años. Cuando gané el certamen UNA-Palabra con “Mariposas negras para un asesino” ya estaba escribiendo “El laberinto del verdugo”.

-¿Qué encontrará el lector en esta nueva historia?Pienso que el lector encontrará una novela quizá con mayor violencia que la primera (tema que a mí en lo personal me preocupaba demasiado en nuestra sociedad costarricense). y pienso también que la novela tiene una mayor número de personajes y es más ambiciosa que la primera. Aunque no se pueden comparar.

-Me encanta el personaje de Felipe Osorio, ¿hablemos de él?El personaje de Felipe Ossorio es una especie de Sancho Panza y es un personaje importantísimo en la obra de alguna manera es parte de la columna vertebral de la narración principal, porque aunque no hable en la segunda parte de la novela está ahí presente. Es un personaje jocoso y a la vez sombrío. Además está basado en una persona real.


-Las clases de filosofía que daba Ossorio en el asilo me parecen geniales, ¿por qué no dejarlas en todo el libro?
La razón pienso que fue por estructura narrativa, tenía temor de que cansara demasiado con sus textos y reflexiones filosóficas. Pero no cabe la menor duda que es un punto de apoyo indispensable en la narración.


-Asesinato, conspiraciones, poder, esoterismo, muchos temas se desarrollan en este libro, pero cuénteme usted mismo el argumento.Todo lo que usted está señalando es así. La novela desarrolla un poco más los temas que ya se daban en “Mariposas negras para un asesino”. Ejemplos los asesinatos y las conspiraciones. yo pienso que la realidad es así, compleja demasiado compleja y que a veces queremos ignorar tanta complejidad que gira a nuestra alrededor para no volvernos locos de remate. Lo anterior en el sentido que la realidad es demasiado compleja para poderla reducir a los cinco sentidos nada más. ¿no te parece?

-¿Qué tanto de la realidad tiene la novela? A mí ya hasta miedo me da pasar por la zona del vampiro!Como la novela anterior, tiene mucho de verdad y mucho de ficción. Felipe Ossorio y las disertaciones filosóficas son ciertas y pienso que si hubieras conocido al modelo te hubiera encantado. De igual manera muchos textos tienen un contexto real ejemplo, la parte de esoterismo que por supuesto no me tocó vivirla a mí pero existió. De igual manera el Gran archivero de la noche es un arquetipo de personaje basado en uno real.


-Existe una investigación previa de su parte eso se nota, ¿cómo se inspira Jorge Méndez Limbrick?Por supuesto que existe de todo un poco: investigación, maduración de ideas no de meses sino de años. Además, un secreto es que nunca soy rígido con los argumentos que me propongo desarrollar sino que muchas veces van cambiando conforme voy escribiendo. En cuanto a la inspiración creo que no, no existe al menos de mi parte, lo que sí soy - y no lo puedo negar- obsesivo y una gran pasión con lo que escribo. Yo desde que me levanto hasta que me acuesto solo pienso en la literatura. Además, disciplina yo todos los días escribo de madrugada pero lo hago porque también me apasionada levantarme de madrugada y escribir... para mí la literatura es como respirar.

-¿Qué escribe actualmente ?Como te decía escribo la tercera parte de "Mariposas negras" y ya tengo otra novela corta terminada que espero publicar el año entrante.
Actualizado (20 Julio 2010)

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LOS PLACERES DE LA LITERATURA LATINA PIERRE GRIMAL FRAGMENTO

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